— Sabía que si te asustarias — dijo agitado — ¡me mentiste! ¡DIJISTE QUE NO TE ASUSTARIAS DE MI! — Gritó logrando que empezará a llorar...

Aún sollozando, me tenía acorralada contra una pared, sentí mis piernas temblar y el suspiro enojado, me veía fijamente y parecía arrepentido de haberme gritado, aún así, me miraba con enojo y eso provocaba que yo no parará de llorar.

Miro directamente a mis ojos, buscando alguna otra reacción, trague fuerte cuando lo vi relamerse su lengua contra sus afilados dientes, me iba a comer, y luego tiraría mis sobras a un río, que digo... No quedarán ni sobras.

Le vi mirarme de arriba a abajo, hasta que se acercó con más brusquedad a mi, me jalo hacia su cuerpo de forma ruda, apretándome contra él de la manera más dolorosa posible.

Me abrazaba con tal fuerza que me empezaba a faltar el aire, intente forcejear con desesperación en busca de liberarme, mientras más me apretaba, sentí como mi cuerpo se empezaba a romper de a poco y lo único que podía hacer es gritar de dolor.

Sin fuerzas para empujarle, una de sus manos me agarraba de la nuca sin  dejarme la oportunidad de apartarme, y la otra en mi cintura acercándome más a el, olfateaba mi cuello en busca de algo en mi interior, realmente no sé si era por la falta de aire o por el fuerte olor que emanaba de si mismo, pero poco a poco mi cuerpo perdía fuerza.

Sin energia, mi corazón se apagaba de momentos, observé por unos segundos la oscuridad de la habitación sin poder pensar en nada más que la falta de aire, cuando mis ojos empezaron a cerrarse por si solos, mi cuerpo dejo de moverse.

Un doloroso golpe contra mi cabeza termino con mis sentidos, lo único que escuchaba era un fuerte pitido dentro de mi cabeza, había caído contra el suelo luego de que aparentemente lo que parecía ser Zim me hubiera soltado, quizá hubiera salido corriendo, pero mi cuerpo ardía y la falta de aire no me permitía pensar.

Abri los ojos aún con la vista borrosa, mi respiración agitada en busca aire llenaba mis pulmones, aún en el suelo no podía moverme y ni siquiera lo intente, observe al frente donde se encontraba la gran bestia que emitía un fuerte olor a vino y chocolate.

Nuestras miradas se conectaron por unos segundos, sin poder decir más, quería dormir profundamente pero el miedo no me lo permita, no dejo de mirarme ni un segundo, en lo que su estatura disminuía, sus garras se encogieron, sus colmillos desaparecieron y el fuerte olor se extinguió por completo.

Se arrodilló junto a mi de manera rápida, con sus manos ahora sin guantes, que  mostraban sus garras, ya no tenía la peluca, pero ahora tenía antenas. Al ver sus ojos, esos ojos de un color rojizo característicos de el, que antes por un momento me asustaron, ahora solo parecían que querían llorar...

Lo mire sorprendida al darme cuenta que de alguna forma era el, era Zim. mientras trataba de regular mi respiración, el solo me veía preocupado y con gran tristeza.

Bajo su mirada, hacia mis brazos, donde se encontraban las notables marcas de las garras que tenía antes, me habían hecho daño, tenía los brazos aruñados, y el al verlo, solo mordió su labio en un intento de no llorar.

— No... ¡No,no,no,no,no! — grito aterrado al verme en el suelo — ¡Lo siento, en verdad lo siento! — Me abrazo nuevamente, y se disculpába con su característica voz chillona en desesperación —  Y-yo, yo no quería que te enteras así, ¡te juro que iba a decírtelo! No quería hacerte daño, por favor, perdoname por acerté daño, no me dejes...

El estaba llorando y me abrazaba con fuerza, yo estaba inmóvil, pero de alguna forma me sentí culpable, no sabía el porqué, aún asi no quería escucharle llorar, quería abrazarlo pero no tenía la fuerza, parecía una horrible pesadilla de la cual no lograba despertar. El lloro hasta que se calmo, y respiraba fuertemente contra mi cuerpo, repitiendo palabras que no podía entender.

Mi sentido se alarmó, al escuchar un fuerte ruido proveniente del la entrada del laboratorio

— ¡Zim! ¡Sueltala! — oí a Dib gritar y Zim, ni siquiera girar a verlo, sentí como su cuerpo se tenso al escucharlo pero aún así, no me soltó.

Ya pensando mejor en lo que pasaba, sentí que podía respirar con regularidad  y veía con claridad la situación, Zim, se veía exactamente como alguna vez me lo había contado Dib, no le quise prestar atención pensando que solo queria molestarme, pero ahora, que lo estoy viendo con mis propios ojos, no pude evitar sentirme asqueada.

Dib se acerco a nosotros con enojo, se detuvo al estar cerca, y ver cómo tenía la cara aún un poquito roja por llorar y la falta de aire, el cabello despeinado y mis brazos llenos de rasguños, sin contar el echo de que Zim me abrazaba aún llorando, respiraba agitadamente sobre mi.

Si, está escena no se veía bien.

— ¿Que hiciste? — preguntó con terror al ver la escena — ¡Te dije que la soltarlas!

— Grrr, ni se te ocurra tocarla — le gruño como respuesta — Ella.    es.    MIA...

Dib, se nos acercó a paso fuerte hasta separarlo de mi, no le importo en lo absoluto tirar a Zim alejandolo de mi, me ayudó a sentarme en donde estaba y revisaba mis signos vitales.

— ¿Estás bien? ¿No te hizo nada grave, verdad? — Dib parecía preocupado, demasiado a decir verdad, solo lo miraba y no podía decirle ni una palabra.

— Te dije... que no la tocarás — Zim se estaba levantando del suelo, lentamente, Dib solo suspiro enojado y volteo a verlo.

— ¡¿Que le hiciste?! ¿Por qué no la dejas en paz de una vez? Te advertí que te alejarlas de ella —  estaba perdiendo la paciencia y de todas formas, Zim no parecía escucharle.

— Ya te lo dije...  Ella   ES   ¡¡MIA!!!

Así se abalanzó sobre Dib, ambos cayendo sobre el suelo, Zim se estaba descontrolando otra vez, debía hacer algo para detenerlo, pero no sabía que y aún me dolía el cuerpo.

Simplemente se golpeaban, mientras veía como nuevamente Zim se transformaba en ese monstruo de antes, seguía viendo la escena impactada, hasta que Zim lanzo a Dib, golpeandolo contra la pared, rápidamente me apresure a ayudarle.

—  ¡Dib! ¿Estás bien?, Dib respondeme — lo agitaba aún con falta de fuerzas, el no se movía, tenía los ojos cerrados pero aún respiraba, mi respiración se aceleró al sentir que Zim se acercaba de nuevo — ¡déjalo!- ¡No- no-le hagas nada! — tosia al hablar — ¡Por favor aléjate-!

No se alejo, ni se acercó más, solo nos veía molesto, hasta que Dib tosio junto a mi y se levantó con decisión.

— Zim... No dejaré que le hagas dañó, dejala ir... — casi ni podíamos respirar, me tocaba el pecho donde dolía y el se puso enfrente de mi para protegerme.

— No- Dib que estás diciendo-, no te dejare solo aquí con el — me acerque más a el.

— T/N Por favor, yo hallare la forma de salvarme, solo vete.

— No, no lo voy a hacer Dib-, no me pidas que lo haga — lo abrace, no quería dejarlo ir, por lo cual el me correspondió, lo que pareció no agradarle mucho a Zim que nos veía con fastidio.

Ambos cerramos los ojos en medio del abrazo esperando algún golpe, pero este nunca apareció, en su lugar un estruendoso ruido que causo que abrieramos los ojos, observando a Zim, ya en el suelo, tenía algo encima que lo hizo caer, luego escuchamos la voz de Gir.

— ¡D-deja en paz a mi ama! — todo paso tan rápido, Zim parecía que se había desmayado, Gir le había lanzado un estante que lo paralizó, al darse cuenta sólo pudo llorar. Me acerque a ellos a paso lento y lo vi, hay en el suelo, algo en mi se revolvió y con temor me acerque a el.

— ¿Zim? ¡Zim, despierta! Por favor, dime qué estás bien, ¡Zim, despierta! — Dib me tomo de la cintura alejándome del lugar, yo solo seguía pataleando en su contra sin saber por qué.

— ¡T/N, entiende! ¡El no es el Zim que conociste! El te mintió, ¡es un alienígena! Solo te utilizo para que te pusieras en mi contra... ¡Por Saturno, sólo míralo! — Dib tenía razón, voltee una vez más a verle, era un monstruo que me utilizo todo esté tiempo, Gir se encontraba a su lado aún llorando, en eso le susurro algo mientras me le acercaba.

— Amo... Yo... —  el pequeño robot seguía llorando, lo alcé en mis brazos mientras caminaba hacia las escaleras — T/N, yo no quería... El amo me asusto y llame a Dib, pero te iba a hacer algo, yo.. yo no quería que te hiciera dañó... ¡¡Lo siento!!

— Shh tranquilo, no pasa nada, yo... yo te sacaré de aquí, Dib, vámonos. — cargue a Gir junto a mi, mientras lloraba en mi pecho.

Haci, los tres salimos de la casa de Zim rápidamente hasta la nuestra, me lleve a Gir conmigo, no lo dejaría ahí con el. Al llegar, sentí que mi cabeza daba vueltas, me dolía el cuerpo y quería volver a llorar, me sentía estúpida, asustada y utilizada.

Lleve a Gir, hasta mi cuarto donde lo deje dormir, cuando se logro calmar, tome una ducha y después me dirigi a la habitación de Dib, que estaba preparando una venda para un moretón que tenía en el brazo.

— ¿Cómo te sientes? — me preguntó cuándo me senté en la orilla de su cama.

— Bien, supongo.  Lamento no haberte creído antes, tenías.... Tenías razón — acepté con algo de lástima.

— Tranquila, se que pude haber hecho más para que lo supieras pero lo deje así y te deje ir con el, es mi culpa, pude haber evitado está situación, no pensé que llegaría tan lejos otra vez — Se lamento mientras curaba las heridas en mis brazos —  Todo estará bien.

No, nada está bien, me siento estúpida con ganas de llorar, lo abrace, pero solo podía pensar en Zim, ¿acaso estará bien?, me siento tonta del solo hecho de preocuparme por el pero, no lo se.

Me dirigi nuevavenme a mi habitación donde se encontraba Gir durmiendo, tal vez también necesitaba una siesta

Toque mis brazos con las vendas puestas recordando todo lo que había pasado, me acosté junto a Gir tratando de aclarar mis ideas, sólo quería arreglar las cosas y al final...

Fue un día horrible.

...
¡Hola a todos!

Al fin terminé esta parte

Me costó reescribir por las faltas de ortografía que tenía cuando la hice hace años jaja

Ahora, en vez de las cinco partes que tenía “La bestia” las uni y sólo quedaron 3 para que fueran más largos

En fin, gracias por leer esta historia

Sígueme, comenta, vota o comparte, me sería de gran ayuda para seguir con la historia<3

Nos vemos en la siguiente lectura
^^