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6. Seamos sinceros por una vez.

6. Seamos sinceros por una vez.


Luca.

Mientras me aseguraba que la salsa estuviera lista y cocinando en la olla, me aseguré de que el agua estuviera hirviendo, para poder poner los fideos. Pero no cualquier fideos, sino unos que son extremadamente raros y difíciles de conseguir.

Pero estos son los favoritos de Verena, y parte de sus antojos recurrentes. Así que tuve que pagar un precio alto, para que el restaurante en donde ella ordena comida italiana, me dijera en donde los conseguía.

Mi hermana y Verena, habían pasado toda la tarde de compras. Espero que ambas me enseñen las cosas lindas que compraron para mis sobrinos. Aunque llevan horas afuera, ninguna de las dos contestó mis mensajes. No quiero preocuparme, pero conozco a mi hermana y a veces puede ser un poco intensa.

Además ¿Cómo podría no preocuparme? Son dos chicas embarazadas y caminando por ahí. Debí haberles dicho que iba con ellas, así no estaría tan preocupado.

Sacudo la cabeza, para quitar estos pensamientos tan sobreprotectores. No son mis hijos, son mis sobrinos...

Aunque la verdad me hubiera gustado tener hijos, pero bueno en la vida no es siempre como uno planea.

—¿Qué dices Wendy? Quizas en algun futuro yo tenga un hijo... — mi perra me miró con esos enorme ojos cafes, y juro que si hablara diría "Yo perdí las esperanzas, vos tambien deberias." — O puedo adoptar otro hijo perruno, uno que sea más amable.

Wendy ladró, como si estuviera en total desacuerdo. Sus orejas se alzaron y su cabeza giró en dirección a la puerta, segundos después escuchó que la puerta se abre y Wendy sale corriendo a recibirla.

Se que se trata de Verena, porque la escucho saludar a mi perrita con demasiado amor. No sé porque, pero me encanta que ellas se lleven así de bien.

Saco los fideos del paquete, y los meto a la olla. Comienzo a revolverlos, para evitar que se peguen.

— Hola. — saluda ella entrando a la cocina.

Enarco una ceja, al verla solo con una bolsa de calzado y una bolsita color rosa, con una jirafa.

— Hola, ¿Por qué solo tienes dos bolsas? Lo otro lo dejaste en la entrada. — Busque una servilleta para limpiarme las manos, y acercarme a ella. Mire por el pasillo, pero no vi ninguna bolsa en la entrada.

La observe, algo andaba mal. Su sonrisa no era normal, es decir parecía algo falsa y forzada. Y tenía los ojos rojos, apenas visibles.Pero la había visto así, en las mañanas cuando había pasado toda la noche llorando.

— Yo no compré mucho... Pensé, no en nada. — se quedó callada, y no me miraba a los ojos.

¿Qué sucedió? Algo anda muy mal, y no se que puede ser.

— ¿Qué pasa?

— Nada, estoy cansada nada más. ¿Qué huele tan delicioso? — preguntó cambiando totalmente de tema.

— Pasta al estilo italiano.Tal y como te gusta. — dije sonriendo. Me aleje de ella para mostrarle el paquete vacío de los fideos frescos que había conseguido. — Estos son los mismos fideos del restaurante que te gustan, no me costó nada conseguirlos. Así que decidí que cenaremos esto.

Estaba mintiendo con que no me había costado conseguirlos, pero no era algo que ella necesite saber. Me doy vuelta, para revolver de nuevo los fideos. Cuando la escucho sollozar, y luego llorar.

Me giro para mirarla asustado, efectivamente Vere estaba llorando a mares.

¿Qué pasó? ¿Qué dije mal? En serio las hormonas de Verena estaban revolucionadas, a este paso me voy a volver loco por tratar de entenderla.

— ¿Qué pasó?— Apague las hornallas y me acerque a ella.

—No... nada.. — balbuceo entre sollozos.

Me acerque a ella, y la abrace en un vano intento de consolarla. No sabía que estaba pasando, pero la forma en la que estaba llorando me lastimó el corazón. No puedo escucharla llorar, me destruye.

Ella se esconde en mi pecho, pasa un brazo por mi costado abrazándome, mientras llora.

¡Maldita sea Ezra y tus putas decisiones! Si no fuera por todo lo que hizo, Verena no estaría así de desconsolada y rota.

Aprieto mis labios para evitar decir algo. No puedo soportar que ella esté así, que sufra tanto.

Había leído algo de esto,que muchas veces las personas que nunca expresaron todo lo que tenían adentro. Después explotaban por cualquier cosita y en momentos inesperados, dejando ir todo eso lo que tenían adentro. Y eso es lo que estaba haciendo Verena, estaba soltando todo.

— No sé que te está pasando, pero estoy aquí si quieres hablarlo.

— No quiero.

— Eso no es de mucha ayuda, la verdad. — me quejé, haciendo que ella se ría mientras llora.

Sus cambios de humor y temperamento, en serio van a volverme loco.

— ¿Y a mi que me importa? — pregunta, levantó la cabeza de mi pecho para mirarme.

No podes mirarme con esos ojitos cafés, y pensar que no voy a querer cambiar el mundo con tal de que nunca más vuelvas a llorar.

— Qué contestona que me salió la princesa.

— Oh, vete a la mierda. — maldice, apoyando su frente en mi pecho. Aprovecho la oportunidad, para rodearla con los brazos un poquito más fuerte.

Un abrazo, no le hace mal a nadie.

— Si vienes conmigo, podría pensarlo...

— ¿Qué? — levantó la cabeza de golpe mirándome confundida.

— Nada, ahora dime que paso ¿Por que lloraste así? — levanté una mano hacia su cara, dudé un segundo, antes de apoyarla en su mejilla. Con el pulgar seque sus lágrimas. — No me mientas, somos un equipo y somos amigos. Sabes qué sea lo que sea, estoy aquí.

— ¿Un equipo? Si parece que soy yo, la que pide, pide, pide y no da un carajo. — Balbucea. — Detesto ser una carga, y hacer que te preocupes por cosas que no deberías. Luca, no quiero ser otra cosa de tu vida que te cause molestias o humillaciones.

¿Qué carajos? Que clase de estupideces estaba diciendo Verena. Pensé que este puto tema, estaba sanjado desde hace rato. Pero veo que no es así.

— No digas ridiculeces, Verena.

— No son ridiculeces, es la realidad... Todo esto, no es más que tu moral queriendo hacer las cosas bien, pero no quita que al fin y al cabo quién sale perjudicado sos vos.

— ¿Yo? — la solté despacio, alejándome de ella. — ¿Yo salgo perjudicado? ¿En serio? — pregunte con ironía. — Yo estoy bien, la que no está bien claramente sos vos. Que literalmente, te dije hace un día o menos. Que amaba tenerte en mi casa, y que quiero que estés y vivas conmigo. Para que ahora, tomes mis palabras y te las pases por el culo.

Ella abrió sus ojos sorprendida, ninguno de los dos suele decir palabras tan vulgares, pero la situación la amerita. Me importaba un culo, si le molestaba como hablaba.

Pero no puede venir a decir que me causa molestias y me humilla...

¿Humillar?

¿Por qué pensaría eso? Esa palabra jamás salió de su boca antes.

— ¿Qué te dijo mi hermana? — juro que si Dafne le dijo algo de eso a Verena...

— No me dijo nada tu hermana, me encontré a tu mamá.

La ira y el enojo, cayó por mi cuerpo como un baldazo de agua fría. Una montaña de recuerdos, sentimientos y pesadillas se arremolinaron en mi cabeza.

— ¿Qué te dijo mi mamá?

Verena limpio las lágrimas de sus ojos.

— Nada que no sea verdad.

— ¡Por Dios Verena! Lo único que importa acá es lo que yo piense y lo que vos pienses. — dije exasperado. Wendy ladro. — ¿Qué te dijo?

— Ya te dije...

— De una vez te digo Verena. Que ella o cualquiera opine al respecto, me da exactamente igual. — mi voz era un cálido destello de ira, estoy enojado por todo esto. Mi mama metiéndose en donde no debe.Siempre arruinando todo. — Yo voy a ser sincero contigo, no te ayudo por lastima, por tener una buena moral o simplemente por ser un ser humano decente. Lo hago porque me nace hacerlo, porque como te dije tenerte aca hizo que esta casa tenga más calor. Porque me gusta hablar contigo, nos llevamos bien juntos, y te llevas bien con Wendy.— me aleje un poco de ella. Moví mis manos señalando todo el espacio. — Hiciste de esta casa un hogar, para mí.

Verena estaba llorando, pero no desconsoladamente como hace rato. Solo caían lágrimas silenciosas por sus mejillas.

Cada palabra que había salido de mi boca era real, cada cosa. Lo sentía, y sentía un montón de cosas por ella. Muchas que seguramente vivirán conmigo por siempre.

— Siento que con vos mi familia se agrandó. Porque me ayudas de una manera, que no creo que vos entiendas. Y te quiero muchísimo, demasiado como para no pensar en las consecuencias que esto trae.

Mi cerebro colapsó en el momento en el que ella me dijo que me quería. Pero me obligué a reaccionar.

— ¿Qué consecuencias?

— Tú mamá ya sabía del bebe, porque la doctora Sandra se lo contó. Además de decirle que estaba feliz de que "la esposa de su hijo mayor, esté embarazada". Esa estúpida mentira, se nos fue de las manos Luca.

— ¿Qué tiene que decir ella lo diga? ¿O mi mama la corrigió y ahora debemos buscar otra excusa?

Porque si sabe que no somos esposos, capaz no me dejen estar con ella en el hospital. Deberíamos ir pensando en otras opciones.

—¿Sos tarado o qué? — pregunto totalmente indignada. — Somos figuras semipúblicas, ¿Qué pasaría si la noticia se esparce? Si salen revistas, hablando de cómo Lady Verena, pasa de un hermano a otro y se queda embarazada. ¿Acaso no te das cuenta de que quedarías perjudicado?

— Espera un momento princesa, ¿Me estás diciendo que tu mayor preocupación es que salgan titulares que hablen de nosotros? — la mire indignado. — Creo que la tarada aca sos vos.

— ¿Por qué yo soy la tarada?

—Porque lo único que debería importar, es pensar en opciones por las dudas sepan que no somos esposos. Quiero poder estar para vos si sucede algo como la última vez, no puedo — me acerque a ella, no se alejó. Es más, me dejo poner una mano sobre su mejilla. — tolerar la idea de que sufras, y no estar allí para ayudarte.

— Es que esa no debería ser tu responsabilidad, te estoy liberando de esta carga.

— Es mi responsabilidad cuidar a mi familia, vos lo dijiste.

Sus ojos cafés, tan claros y delicados, me miran de una forma que me enloquecen. Si fuera otra persona y no fuera este momento, la besaría.

Pero... eso solo pasaria en otra vida.

— Pero...

— ¿Qué quieres hacer? — pregunte mirándola con seriedad. Estábamos demasiado cerca, podía sentir su respiración mezclada con la mía. — Si te quieres ir, por ese motivo. Tendría que decirte que es algo estupido, pero acepto cualquier cosa que quieras hacer. Pero si te quieres quedar, aclaro que es algo que YO quiero también, voy a estar muy feliz por ello. Pero la única que puede decidirlo sos vos. Nadie más, ni mi mama, ni la prensa o lo que sea.

Ella se quedó callada, y soltó un suspiro que mostraba todo el cansancio que sentía en su cuerpo.

— Necesito pensar primero. No puedo decidir nada ahora.

— Entonces, ve date una ducha y cuando bajes vas a comer algo delicioso y luego puedes irte a dormir o pensar.

—Creo que esta vez, sí te voy a hacer caso.

Ella se aleja de mí, busca las dos bolsas que tenía en la mano antes. La sigo con la vista, hasta ver sus zapatos.

—¿Que paso con tus sandalias?

ella se da vuelta para mirarme, con las mejillas encendidas.

— Al parecer ahora se me hinchan los pies, así que tuve que ponerme esto. — señala sus pies.

Solté una carcajada, yo sabía que debía decirle algo. Pero quería evitar que me tirara con una de esas sandalias de tacón super altas.

— Por lo menos, ahora dejarás de engañar al mundo, haciéndoles creer que mides más de un metro sesenta.

— Ay, sos un pesado Luca.

Suelto una risa, mientras Verena se va a duchar. Vuelvo a ponerme a cocinar, asi cuando ella salga del baño puede cenar.

***

Cuando Verena se acostó, y me asegure de que estuviera durmiendo plácidamente con Wendy. Antes de marcharme, tenía que hablar con mi madre.

Verena durante la cena me contó lo que mi madre sabía, todavía no puedo creer que engañaran a Lidia y ella no supiera nada de lo que estaba sucediendo. Les mandé un mensaje a ella y Lisandro, los dos me dijeron que están en camino a la casa de mis padres.

¿Quién se cree mi mama para meterse en mi vida y mis decisiones? Lo peor de todo ¿Quién se cree para decirle esas cosas a ella? ¿Con qué moral?

Encima soltar cosas acerca de lo que sucedió con Nova, fue un golpe bajo. Por suerte, no le contó casi nada a Verena.

La furia y la ira, eran dos cosas que nunca tenían que ir juntas. Pero en este momento es todo lo que siento. Llegué a la casa de mis padres, los de seguridad me dejaron pasar sin ningún problema.

Todavía no estaba el auto de ninguno de mis primos afuera, decidí que no los esperaría.

Subí las escaleras de las entradas con rapidez y toque el timbre de la puerta, no la abrí de golpe porque se que siempre está cerrada. Además, no soy un animal.

Me atendió el ama de llaves con una sonrisa amplia.

— Señor Luca, no lo esperábamos esta noche.

— Hola Matilde, se que no me esperaban. Dejame entrar. — pedí con cordialidad, ella me dejo espacio y entré hecho una furia a la casa.

Por la hora que es, seguramente mis padres están esperando la sobremesa en el comedor. Me encamine hacia ese lugar, abrí la puerta de golpe, haciendo que mis padres salten en su lugar.

— ¡¿Qué carajos Luca?! — gritó mi padre indignado, se levantó del asiento para venir hacia mí, pero lo esquive. — ¿Se puede saber qué te pasa?

— Yo creo tener una idea, querido. — interviene mi madre.

Me quedé a dos metros de distancia mirándola enojada. Respire hondo y me calme, ya que es mi madre.

— ¿A qué te refieres Lilia?

— A que ella habló con demás con alguien que no debía, y ocultó información.

— ¿Qué está diciendo Luca? — pregunto confundido él.

Mi mamá pasó de tener un semblante tranquilo y relajado, a volverse blanca y pálida como la leche.

— Venir y hablarle de esa forma, a tu madre. ¿Quién eres hijo? — me repecho totalmente dolida.

La miré con incredulidad.

—¿Quieres jugar a eso madre? — pregunte con cinismo. —¡Bien! ¿Por qué no me dijiste que Ezra se había ido con Cloe? o mejor dicho ¿Por qué atacaste a Verena cuando es la única víctima en este asunto?

—¡¿QUÉ EZRA Y CLOE SE FUERON JUNTOS? ! — gritó mi padre indignado y confundido.

Mi madre parecía un cadáver, mientras miraba a mi padre.Quien estaba rojo de ira o enojo, la verdad no lo sé.

La reacción de ambos, me hizo entender algo. Mamá no le había dicho ese pequeño detalle a mi padre. ¿Por qué no lo hizo?

— ¡Responde Lilia! — demandó a mi padre de forma autoritaria y demandante.

— ¡Si se fueron juntos! Esa yegua se lo llevó y creó todos estos malditos problemas. — respondió con los ojos llenos de lágrimas. — ¿Por qué me expones así hijo?

—¿Exponerte? Mama sabias en donde esta Ezra desde hace semanas, y encima le llenaste de mierda la cabeza a Verena.

— No le dije nada más, que no sea la verdad. Esa mujer es un problema ahora, y bien lo sabes ¿O te olvidas del correo que te llegó esta mañana? — preguntó con una frialdad, dejando atrás las falsas lágrimas.

Me quede estático ¿Correo? ¿Cómo se enteró de eso?

— ¿Cómo lo sabes?

— Me entero de muchas cosas hijo, ella va a ser un problema para la imagen de la empresa.

— ¿De qué demonios hablan? ¡Que alguien me explique! — ordenó mi padre.

Pero mi cabeza estaba en todas partes.Porque esto lo cambiaba todo.

El miedo de Verena, de que todo se hiciera público podría volverse realidad y si mi madre ya sabia de que se trataba, no la ayudaría.

— Yo te lo voy a explicar, — intervino mi madre. —Verena, quien era novia de Ezra, está embarazada y como si fuera poco, esta mañana anunciaron que revocaron su título de Lady. Y la noticia no saldrá hasta mañana en Reino Unido y no tardará nada en ser noticia acá.

—¿Comó que Venera está embarazada? — pregunto casi a los gritos, la vena en su frente estaba a punto de explotar.

— Como escuchaste, está embarazada y encima se encuentra en medio de un escándalo internacional. Y como sabemos Ezra complicó todo al irse. — suspiro malhumorada. Los ojos de mi madre se toparon con los míos. — Ella debe irse de nuestras vidas, no es más que un estorbo.

— ¿Entonces pretendes hacer como si ella nunca hubiera existido? — pregunte con incredulidad, la mire esperando que se arrepintiera de lo que dijo.Esta hablando de Verena, alguien que fue dulce con ella, y que espera a su nieto. — ¡No puedo creerlo!

— Hijo, entenderás que en la vida lo importante es la familia...

— Tu madre tiene razón hijo, todos apreciamos a Verena mientras nos era útil. Ahora, no nos sirve de nada, aunque suene tan cruel. Es la realidad.

Ambos tenían esa mirada fría y siniestra, que ponían cuando era adolescente. Que me pusieron cuando les dije que me quería divorciar de Nova, o cuando me obligaron a seguir con ella a pesar de todo lo que me hizo.Un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Recordando todo lo que había vivido, cuando no tenía voz ni voto.

Pero ya no era así, y nunca más volvería a hacer lo que ellos esperaban.

— No es mi realidad, es la suya. — los señale. — ¡Estoy cansado de que quieran meterse en mi vida! Ya no soy un chiquillo al que van obligar a hacer lo que ustedes quieren.

Mi padre me miraba despectivo, casi como aburrido. Mi madre volvió a tener color en la cara, pero permaneció muda.

— Hijo, creo que es claro lo que sucede. Te enamoraste de la secretaría de tu hermano, y ahora haces un berrinche. — mientras hablaba camino hacia un mueble antiguo, y sacó una caja de habanos. Encendió uno y lo llevó a su boca. — Por una mujer que no vale la pena, ella no es nada nuestro. No entiendo ¿Por qué deberías defenderla?

Me quedé callado, porque sus palabras fueron como un balde agua fría.No puedo creer el cinismo en su voz.

— No sabes de lo que hablas.

— ¿No? Sino fuera porque te gusta esa chica, no estarias comportandote como un idiota con tus padres. Ni siquiera con Nova, fuiste tan imprudente.

La forma en la que dijo su nombre, me dio asco y enojo. Si tan solo pudiera borrar esa palabra de su boca lo haría.

— Verena es mi familia, les guste o no. Y haré todo lo posible para protegerla, si eso significa no verlos más... No me molestaría hacerlo. — Me di cuenta de que esas palabras me dolieron decirlas,no tanto como la última vez que las dije. Pero esperaba en el fondo, no tener que decirlas de nuevo. Fingí la misma frialdad con la que mis padres me miraban. — Seamos sinceros, no es la primera vez que me voy de esta familia. Nunca debí volver a hablarlos.

No espere que me respondieron, no quería escuchar nada de lo que tuvieran para decir. La verdad no me importaba.

Salí de la casa al mismo tiempo que Lidia y Lisandro aparcaba el auto, afuera de la casa de mis padres.

Mi prima fue la primera en bajar, y venir hacia mi.

—¿Qué sucedió?

— ¿Cómo es posible que no supieras nada de esto? — la interrogue a Lidia. —A vos nunca se te escapa nada, pero esto si.

— ¿Me estas culpando de algo? — su voz sonaba indignada. — No seas idiota Luca, estoy del lado de Verena. ¿Por que ocultaría algo de esto?

Suspire frustrado. Lisandro apareció a mi lado.

— Hermano, ¡Calmate! No puedes culparla a ella, sabes que tu madre es buena ocultando este tipo de cosas. — mira a Lidia, luego me mira a mi. — No es como si fuera la primera vez que lo hace.

Me temblaban las manos de la ira, mi cabeza iba a mil horas.

— ¿Creen que tu madre sabe que Cloe está involucrada con el clan castillo?

— Lo dudo, o si lo sabe se reserva esa información para ella misma. Es más, mi padre no tenía idea de que Cloe y Ezra se fueron juntos. — respondí.

— ¿Qué? Eso es extraño. — murmura Lisandro. — Pero deberíamos irnos, no tendríamos que hablar de esto aquí.

— Concuerdo con mi hermano, si Lidia sabe lo de Cloe entonces... Estuve poniendo la mira en el objetivo incorrecto.

Asentí estando de acuerdo, cada uno se dirigió a su auto. Quedamos en vernos en casa de Lidia, ya que no quería que Verena se enterara de lo que estaba pasando.

Por lo menos, esta noche merecía dormir en paz.Sin preocuparse por la tormenta que se avecinaba.



Holis, perdón por desaparecer la facultas me tiene consumida. Son mis ultimas semanas y debo darle mucha atención en la semana, y sinceramente los domingos duermo y no puedo escribir. Pero quiero decirles que estoy de a poco trabajando en una mataron larga, es decir este capitulo es largo y espero que se llenen de teorías.

POR QUE DEJE MUCHAS PISTAS, jajajaja seguramente en la semana suba otros dos capítulos. Si llego a terminar un trabajo que tengo pendiente, crucen los dedos y manden buena onda, así todo sale bien y tengo tiempo de darles muchos capítulos.


Un beso, y en el maratón les voy a ir dedicando capítulos.


Perdón, por no responder sus mensajes de cuando actualizo, es que les juro. Ni tiempo para leer tengo, necesito un descanso de la vida adulta. ¿Por que no se me ocurrió esta idea cuando era joven y tenia energía? ajajaja las amo, un beso enorme jaz.


Les prometo que el miercoles, subire un capitulo o dos, si llego. Un besoooo

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