17. La vida es dura, porque si fuera fácil se llamaría...
Maratón 4/4
17. La vida es dura, porque si fuera fácil se llamaría...
Verena.
Siento un nudo en el estómago. Como si fuera a vomitar.
— No, no es lo que quise decir... — miento, pero lo hago tan mal. Que no me sorprende la mirada irónica de Luca.
— A ver cuñadita, quiero que seas sincera conmigo. Aunque sea una vez... — se acerca a mí, encerrándome contra la pared. Mirándome fijamente a los ojos. — ¿Cómo qué relación falsa?
Suelto un suspiro. No puedo decirle, aunque no veo otra opción.
Aparte no creo que lo divulgue, porque al fin de cuentas es para ayudar a Ezra.
Además, no sé bien lo que paso en el baño horas atrás. Pero creo que con Ezra pasamos una línea que nos deja en un limbo entre lo que es fingido y lo que no.
Pero todavía eso no lo hablamos o analizamos. O mejor dicho procesamos.
— Yo... Debes jurar que lo que te diga, no saldrá de aquí — lo amenazó señalándolo con el dedo.
— Esta bien princesa, pero dime la verdad.
— Que no soy princesa, pedazo de hongo mal cortado.
Luca suelta una carcajada, mirándome con incredulidad.
— Sabes que puedes decir malas palabras.
— No soy ordinaria — tomo aire, lo miro directamente a los ojos. — Con Ezra hicimos un trato, yo lo ayudaba en la boda de Dafne. Fingiendo que soy su novia y él se sacaba una foto conmigo, para que yo pudiera mostrarle a mi ex. Que no me dolía su engaño y que ya lo había superado. Pero todo se nos fue de las manos, cuando la foto se hizo viral. Lo cual nos llevó a otro trato, en el cual nos íbamos a ayudar mutuamente por un año.
La cara de incredulidad, sorpresa y confusión de Luca, eran tan evidentes y totalmente auténticas. Que me hicieron reír, y darme cuenta que no se lo esperaba para nada.
— ¿Mintieron desde el principio?
— Si, es que iba ser algo de un día.
— ¿En qué sentido se ayudan?
Su pregunta fue algo rara, cambio el tema abruptamente.
— Bueno, a mí me paso similar ¿Recuerdas a mi ex?
— El hijo de puta, que se atrevió a gritarte. — responde apretando la mandíbula con fuerza, como si le molestara recordarlo.
— Si ese mismo, bueno me engaño con mi mejor amiga. Y compartíamos el mismo dolor con Ezra, así que fue fácil congeniar y empatizar entre nosotros. Nos hicimos amigos y decidimos ayudarnos cuando el otro lo necesitaran.
Luca asintió, camino hacia un costado. Alejándose de mí, no me había dado cuenta de que había aguantado la respiración por mucho tiempo. Hasta que solté todo el aire en mis pulmones.
— ¿Entonces son amigos?
— Puede ser...
— ¿Cómo que puede ser? ¿Ustedes son algo? — sus preguntas están siendo muy directas.
— Somos amigos, y bueno.... — me sonrojo completamente —. Hay cosas que una dama no debe compartir.
— Dios santo — murmura riéndose —. Eres todo un caso.
— Pero no debes decir nada de esto. Supuestamente es secreto y nadie debe saberlo, porque si no sería medio ridículo.
— Sería ridículo que vos y mi hermano, finjan que se quieren cuando no es verdad.
— No es del todo cierto eso — lo corrijo. — Nos queremos, pero no es un querer convencional.
— ¿Quieres a mi hermano?
Vi algo en sus ojos que no supe descifrar. ¿Nerviosismo? ¿Duda? ¿Incertidumbre?
— Sí.
No era mentira, pero tampoco sabía cuánto lo quería. Sé que es importante, y sé que estoy sintiendo muchísimo por el en este momento.
Pero todavía no puedo procesarlo, o más bien me da miedo hacerlo. Porque si lo pienso mucho voy a tener una respuesta. Y me aterra saber el resultado.
— Esta bien, no diré nada — se da media vuelta para marcharse—. Los veo en la fiesta, dile al princeso que se apure.
— Claro — lo veo alejarse — ¡Luca! — lo llamo, haciendo que se vuelva sobre sus pasos —. Gracias por guardar el secreto.
— No, gracias a ti por confiar en mí.
Dicho eso sale de la habitación. Me quedo mirando la puerta cerrada unos segundos.
Me sentía con un peso menos en el cuerpo. Decir el secreto este, era liberador. Ya que no tenía con quien charlarlo, quizás que Luca lo sepa sea más un alivio que una preocupación.
Pero no creo poder hablar con mi supuesto cuñado, de lo que siento por Ezra, ya que no sé si sea muy objetivo al respecto.
Debería ir a terapia, así alguien me dice que carajos hacer con lo que siento.
Suelto un suspiro, me recuesto contra la pared.
¿Qué siento?
Lo del baño, fue algo más que sexo. Fue como... como si hiciera el amor, sin estar enamorada...
¿Estaré enamorándome de Ezra?
¡No! Imposible.
No puedo enamorarme de él, es mi jefe. Aunque la vocecita en mi cabeza, me grite que le vi hasta el alma a mi jefe estos últimos meses.
Es decir hace menos de cuatro meses que termine con Jeremías, quien creí que era el amor de mi vida. Sería muy hipócrita de mi parte decir que me enamore de alguien más.
Pero... Eso me lleva a otra inseguridad.
Y si... ¿Siento algo que no es correspondido?
Y si le digo lo que siento, y me despide o termina el trato.
Porque hay muchas probabilidades de que no sienta lo mismo. Y que lo suyo conmigo solo sea atracción y amistad.
Ezra está enamorado de Cloe todavía, no puedo estar con alguien que ama a alguien más. No soy tan masoquista.
Pero... no creo que lo que sucedió hoy, sea algo que simplemente paso.
<<Te sostendré amor. >>
Esas fueron sus palabras exactas, ¿Eso quiere decir que siente algo?
Todo esto es complicado, molesto, confuso y espantoso. Odio tener esta maraña de sentimientos por alguien que está igual de inestable que yo.
¿Sera que el sexo me confundido? Dicen que es normal sentir algo por tu "amigo con derechos". Quizás fue un error aceptar este trato, esto está trayendo consecuencias horribles. Que no fui capaz de predecir.
Debería tocar este tema con Ezra, pero no creo que ahora sea el momento...
La puerta del baño se abre, dejando ver a Ezra ya vestido.
Con unos jeans negros rectos a juego con sus borcegos negros. Combinados con una remera blanca sin cuello, encima de esta llevaba una campera de jeans celeste.
Me encanta en contraste que tenemos en cuanto a la forma de vestirnos. El tan urbano, y yo tan clásica. Aunque juntos no quedamos mal, es como una combinación buena. Como el queso cremoso y el dulce de batata.
— Te vez hermosa, Reni — me halaga acercándose a mí. Besa mis labios, dejando un sabor dulce en ellos.
— Vos también te vez hermoso.
Ezra sonríe, esa sonrisa que me vuelve loca, me da otro beso.
— ¿Lista?
— No.
— Yo tampoco.
Ezra.
La fiesta que armaron Lisandro y Lidia, era realmente una fiesta con todas sus letras. Habían utilizado uno de los salones de la quinta, uno que contaba con baños propios, cocina y con salida al enorme jardín. El cual estaba lleno de autos.
Trajeron una barra de tragos, luces led, una máquina de karaoke y básicamente había una cincuenta personas aquí dentro. A demás de mis primos.
Era una locura.
Con Verena, nos acercamos hasta la zona Vip en donde se encontraban mis dos primos y mi hermano. Los tres se dan vuelta a mirarnos.
Lidia se levanta de golpe, tirándole el vaso por suerte vacío, de Lisandro al suelo. Quien la insulta pero esta lo ignora.
— ¡Estas hermooooosaaaaaaa! — grito mi prima, antes de abrazar a Verena. Quien soltó una carcajada y la abrazo con fuerza.
— Gracias, pero vos estas como una diosa. ¡Amo tu ropa! — la halaga.
Dejo a las dos loca, hablando. Para ir con mi primo y mí hermano.
Sentía la mirada penetrante de Luca, encima mío.
— ¿Qué pasa?
— Nada.
— ¿Entonces porque me miras así?
— Si, hermano ¿Por qué lo miras con esos ojos? — cuestiona Lisandro, tomando de su vaso.
— No lo miro de ninguna forma — farfulla. — Maduren.
Se levanta del sillón y se va.
—Eso es raro — digo mirando a Lisandro.
— Si, demasiado. Seguro es por lo de Dafne.
Pienso en cómo se comportó hoy en el almuerzo.
— Pensé que lo había dejado — comento por lo bajo.
— Yo igual, será por eso que Estefan no se nos unió — su afirmación parece más una pregunta.
Pienso un poco en ello, mi cuñado. No vino, supuestamente hoy llegaba y lo pospuso.
— Quizás, aunque no es buena idea preguntarle a Dafne en estos momentos.
— Estoy de acuerdo.
Lidia llega con Verena, quien tiene una copa de vino blanco en su mano. Me ofrece un vaso de algo que tomo sin dudarlo, es bourbon. Su sabor sutil a vainilla me gusto.
— Buena elección — comento.
— Se cómo son tus gustos — sonríe con soberbia.
La atraigo a mí. Sentándola en una de mis piernas, ella me sonríe.
— Pensé que seriamos pocos...— comenta Verena mirando a Lidia.
— Pues no, seria aburrido. Aparte nos faltan primos.
Charlamos entre los cuatro sobre cosas banales y triviales. Lidia y Verena descubren que tienen gustos similares por los libros y series coreanas.
En algún momento Luca se nos une con Octavio. Quien se volvió el centro de atención, todos le preguntamos por su "supuesto hijo". Nos contó que su novia se lo dijo hace poco, y que él quiere tener al bebé con ella.
Pero sus padres y Serena, no están de acuerdo. Porque es muy joven, lo cual es verdad. Solo tiene 18 años, es prácticamente un niño. Pero habla bien de él, que quiera hacerse cargo y hasta casarse.
Verena le dice que casarse solo debería ser necesario si enserio ama a la chica. Ya que un matrimonio sin amor sería un error. Además de que pueden criar al niño sin casarse o siendo pareja.
Luego la conversación cambio varias veces de tema, todo estaba saliendo muy bien. Y eso me agradaba, me gustaba sentirme relajado rodeado de mi familia.
— ¡Amo esa canción! — chillo Lidia, dejando su vaso en la mano de Luca. Quien la miro indignado.
— No soy una mesa, tarada.
— Pues te falta culo, por eso te confundí con una tabla — se burla ella.
— Me pasa lo mismo contigo, no sé cuál es tu espalda — contra ataca.
— Perro — lo insulta pero suelta una risa. — Vamos cuñis —. Toma de la mano a Verena.
Ella me da su copa, para salir irse con Lidia.
Los cuatro nos damos vuelta, para ver a amabas chicas bailar.
Mientras Lidia era totalmente desenfrenada, meneado el culo contra Verena. Ella solo se reía y movía sus brazos, sé que solo se está conteniendo. Le debe dar vergüenza bailar frente a todos, además de que sabe que la estamos mirando.
— Pobre Verena, Lidia seguro la incómoda — comenta Octavio.
— Es que parece tan inocente al lado de mi hermana.
— Es toda una dama — la forma en la que Luca dijo dama, me hizo girar para verlo. Él tenía la vista puesto en las chicas.
— Y si la señorita de la realeza, no debe estar acostumbrada a escuchar este tipo de música — comenta una voz venenosa.
Me pongo tenso al instante, mi corazón late desembocado en mi pecho y siento mis extremidades pesadas. Lo mismo que uno siente al estar enfermo, eso mismo me ocasiona estar cerca de Cloe.
Los cuatro nos damos vuelta para mirarla, llevaba un vestido negro corto, pegado a su cuerpo, resaltando su vientre.
— Nadie te pregunto — responde Luca.
— Nadie hablo contigo. — contra ataca ella.
— No vengas, a rompernos las pelotas — agrega Octavio.
— Deberías dejar en paz a Verena, ella no te hizo nada — dije mirándola con indiferencia, claramente fingida. — Porque lo único que logras es quedar como resentida y arrastrada.
La cara de todos era de incredulidad y sorpresa. Ninguno esperaba que le respondiera así a ella, ni yo mismo podía creerlo. Pero estaba cansado de que hablara mal de ella en cada oportunidad.
— Yo solo decía, que es demasiado fina para este ambiente...
— Yo creo que te equivocas — comenta Luca, con una sonrisa burlesca en el rostro. — Miren allí — señala la pista.
Lidia le da un shot a Verena, ella lo toma y luego toma otro. En ese momento comienza a sonar una canción de regueton muy conocida, con un lenguaje soez.
Lidia comienza a bailarle sensual a Verena. Pero esta vez es diferente a la otra. Mi novia la toma por la cintura, y le sigue los movimientos con sus caderas. Ambas bailan pegada una a la otra.
Mi prima se da vuelta, quedando de frente con a Verena. Ambas bajan hasta el suelo en un sensual movimiento.
— No puede ser.... — balbucea Octavio.
— Mírala vos — comenta con una risa Lisandro. —Los pasos prohibidos de Vere.
Yo la miraba hipnotizado como sus movimientos eran sexys y coordinados, como pasaba la mano por su cabello de forma seductora, para después bajarla por su cuello.
La canción llego a su estribillo, tan popular el cual tiene un baile específico. Seguramente Lidia lo haga.
— ¡Mierda! — digo impresionado.
Veo a Verena, tirarse al piso para posteriormente sostener su cuerpo de manera horizontal, con los brazos y empieza a mover las caderas de manera circular hasta bajar suavemente, su pelvis roza el suelo. Para luego volver a repetir el movimiento, una cantidad infinita de veces. O así lo sentí yo.
Su movimiento, atrajo la atención de todos. La miraban asombrados, con admiración, con deseo.
— ¡Eso reina! — grito Lidia sonriendo.
Verena se posó sobre sus rodillas, mientras movía sus caderas al ritmo de la canción. Tomo impulso y se levantó, tirando su cabello hacia atrás, se bajó el vestido el cual se había subido un poco.
— No puedo creerlo, sin ofender primo. Pero wooow — comento Octavio.
— Si, wow — comento embobado.
Verena y Lidia, siguen bailando pero esta vez rodeada de más personas que quieren bailar con ellas.
Un chico le pone las manos en la cintura, me levanto de mi asiento de inmediato. Pero veo justo cuando Verena le quita las manos y le dice algo que no logro escuchar, pero el chico se aleja.
La canción termina haciendo que las chicas vengan hacia donde estamos nosotros.
— Por Dios mujer, me enamore de ti — le dice Lidia. — ese culo está hecho para el perreo mami.
Eso hace sonreír a Verena.
— No diga eso, me da vergüenza.
—¿Vergüenza? — pregunta Luca con una sonrisa, veo como la mira y eso me molesto. — Así que las princesas tienen su lado oscuro.
— Cállate — le ordena..
Tomo la mano de Verena atrayéndola a mí, la rodeo con mis brazos. Escondo mi cabeza en su cuello.
— Espero que esta noche me bailes así— murmuro dejando un besito en su cuello. — Con ropa interior sería perfecto.
— Atrevido — dice en un jadeo.
— Yo creo que eres vulgar — opina Cloe. Me había olvidado por completo de ella, estaba perdido en Verena.
¿Estaba perdido en Verena? Tan perdido como para ignorar la presencia de ella.
— Yo creo, que deberías decirle eso a quien le interese.
Cloe se acerca a Verena, quedado frente a nosotros. Veo como sus ojos van directo a mi mano sobre la cintura de ella.
Luego su mirada mortífera, viaja hasta la cara de mi novia, con desagrado. Pone su mano su estómago acariciándolo.
— Quiero hablar con ustedes. — Mira a Lidia, Lisandro y a Luca —. A solas.
La mirada de Verena se cruza con la mía. Asiento están de acuerdo.
— Ven — ordena ella, la tomo de la mano y la sigo.
No me detuve a ver si Cloe nos seguía. Pero en cuanto entramos a la cocina vacía, me doy cuenta de que si nos siguió.
Sentía el corazón latiéndome en los oídos.
— Puedes creer que lo ganaste, pero no importa cuánto te toque o te bese. Siempre me va a desear a mí, siempre va a quererme a mí — su mirada se cruza con la mía —. Si la vida no fuera dura, estaría conmigo.
Sentía un nudo en el estómago, las palabras de Cloe fueron dagas clavándose una a una en mi corazón. Una y otra vez.
Sentí la tensión en el cuerpo de Verena, me soltó la mano y se adelantó a Cloe.
Aunque era mucho más baja, no se dejó intimidar y la mira con enojo.
— ¿Crees que lo que dices me afecta? — pregunta Verena inclinando la cabeza hacia un costado. — Si cariño, claro que la vida es dura. Si fuera fácil se llamaría Cloe.
El grito enojado de Cloe se escuchó sobre la música.
— Y si todo fuera fácil, no hubieras sido tan perra como para lastimarlo de esa manera. No es culpa de Ezra, que vos hayas decidió mal y ahora estés atrapada con un bebé y un tipo que no te gusta.
— No sabes nada de mí, no hables como si me conocieras — le reclama Cloe.
— Tienes razón, no te conozco — la voz de ella sonaba gélida —. Pero no es necesario, para saber la clase de persona que sos. Te equivocaste y pensante que Ezra estaría para ti siempre, aunque lo pisotearas y lo hicieras sentir miserable. Pero no, al fin entendió lo que vale y nunca va a caer de nuevo con vos.
La fiereza y la determinación con la cual me defendía. Me encogió el corazón, saber que ella me percibía así de duro y fuerte. Es impresionante lo que puede generar la confianza de alguien más, sobre uno mismo.
— Eso no lo sabes, él me ama a mí.
— Te amaba — digo con la voz temblorosa. Ganándome la mirada de ambas mujeres encima mío—, te amaba. Tiempo pasado Cloe, ya no lo hago.
— ¡JA! ¿Cómo si pudieras amarla a ella?
— Amar a Verena sería tan fácil como respirar — Respondo esta vez con la voz más estable. Más confiado en lo que digo y lo que siento— ¿Sabes porque? Porque ella me permite respirar, me da paz, me da calidez. Y me hace sentir seguro... En cambio vos, no me diste nada de eso. Nunca, siempre haciéndome sentir menos. ¿Piensas que te seguiría amando después de lo que me hiciste? — cuestione irónico.
Cloe tenía los ojos rojos, estaba llorando. Como si le hubiera dado la peor noticia del mundo.
— ¿Enserio la amas a ella? ¡No puedes dejar de amarme!
— Si puedo, si te estoy dejando de amar. Porque no puedo seguir amando a alguien como vos.
— Pero...
— ¡Pero nada Cloe! — grite haciéndola saltar. Jamás le había gritado —. No te amo. Ni siquiera me pediste perdón por acostarte con Misael. Ni una puta vez desde que me empezaste a buscar me pediste perdón por lo que me hiciste, ni una sola vez — reclame dolido.
— Yo...
— ¡Entiéndelo de una vez! No te disculpaste, me seguís haciendo la vida imposible. Como si hubiera sido yo quien la cago, pero no fui yo. Vos decidiste acostarte con él, decidiste estar con él y te embarazaste — las lágrimas rodaban por mis mejillas. — ¡Te embarazaste de él! Y tienes el descaro de venir y decirme que te sigo amando. Y de molestar a mi novia, solo porque estas enojada, ya que intente seguir con mi vida a pesar de toda la mierda que me hiciste.
— Pero me amabas a mí, únicamente a mí — murmuro con un hilo de voz.
Uno que me rompió por dentro, que casi me hizo flaquear, pero sentir la mano de Verena sobre la mía fue un alivio. Fue un motor para ayudarme a respirar de nuevo y sentir que estaba haciendo lo correcto.
— Te amaba, tiempo pasado Cloe. Vos seguiste con tu vida, déjame seguir a mí con la mía.
Me aferre a la mano tibia de Verena para poder salir de ese lugar. En la puerta estaban Lisandro, Lidia y Luca mirándonos con intriga. Por el remordimiento que veo en sus caras, sé que escucharon todo.
Malditos metidos.
— Tengo que ir afuera un rato, quiero estar solo — les digo a todos.
Y me voy de ese lugar, de ese puto lugar asfixiante.
Salgo hacia el patio, en donde el frio de la noche me golpea con fuerza.
Odio con toda mi alma a Cloe.
Hoy me di cuenta que es una falsa e hipócrita, no es algo que no supiera antes. Pero ver lo que le dijo a Verena, como intento humillarla como habla mal de ella. Me puso enfermo y colérico. Odiaba con todo mí ser como hablo de mis sentimientos como si los conociera de arriba abajo.
Lo que más me dolió es que ella en parte tenía razón.
No creo nunca amar tanto, como la ame a ella. Una parte de mi corazón murió cuando me dejo, sea sano eso o no. Es la verdad, es la puta realidad a la que estoy sujeto.
Nadie puede dejar de amar en unos meses. Nadie puede decidir cuándo le da una parte de su corazón a alguien más, y lo peor. Nadie puede saber si esa persona a la que le das tu corazón, lo va a cuidar y lo va atesorar como se lo merece.
Porque soy un ser humano, que da y da y da. Y no le importa quedarse sin nada, porque prefiere dar y perder. A quedarse con las ganas.
Porque en el fondo pensé que ella amaría cada parte de mí, como yo la amo a ella.
Y la odio por eso, la odio por hacerme creer que yo podría amarla con el alma y todo estaría bien.
La odio por hacerme sentir que podría entregarle mi vida y ella me daría la suya.
La odio porque me hizo pensar que tendríamos una vida juntos.
¡Maldita sea! Había comprado un puto anillo. Le iba a pedir matrimonio.
Y ella me cambio como si no fuera nada. Eso duele, mierda como duele. Como me parte el alma, saber que nunca voy a poder amar con la misma intensidad. Aunque lo quiera y lo desee, jamás voy a poder hacerlo.
Porque Cloe dejo una huella profunda en mí. Lo supe desde que la conocía hasta ahora cuando aseguro que yo la seguía amando. Una parte de mi corazón, le pertenece a ella.
Yo dije que sería sencillo enamorarme de Verena, porque lo es. Sería fácil amarla, sería tan fácil dejar que ella entrara en mi corazón. Lo tomara y lo cuidara...
Ella me da tanta paz, una paz que creí olvidada.
Pero ¿Ella querrá eso?
Sabía que las cosas habían cambiado. Sabía que comenzamos a sentir algo más que una amistada o una atracción.
Pero... ¿Sería suficiente? ¿Aceptaría el amor que le puedo dar?
Porque mientras más lo pienso, más claro lo veo.
Ella seria quien me ayude a cuidar y sanar mi corazón, ella es lo que necesito.
— ¿Estas bien? — pregunto Luca a mi lado.
Me gire para verlo, me tendió un cigarrillo. El cual acepte, no fumo, pero ahora extrañamente lo necesitaba.
— No.
— Esta bien, estar mal — respondió. — Lo que no está bien. Es llevar acuestas a otra persona, solamente para no hundirte solo.
No entendí lo último que dijo. Le di una calada al cigarrillo, para luego mirarlo.
— ¿Qué?
— ¿Quieres a Verena? — inquirió. Sus ojos verdes me miraban con una seriedad total, como si respuesta fuera un detonante, de algo que todavía no comprendo.
— ¿Qué si la quiero? Claro que la quiero y mucho, ella es mi novia. Y es quien está para mí cuando más la necesito, ¿Cómo no voy a quererla?
— Entonces no la hundas. Si la quieres, trátala como se lo merece.
Entendía lo que decía, claro debe pensar que sigo enamorado de Cloe. Quizás crea que uso a Verena, como un clavo para sacar otro clavo.
— Se lo que piensas, pero no es eso. Cloe me daño, pero eso no quiere decir que le voy a hacer lo mismo a ella.
— Más te vale. Porque si le rompes el corazón, me olvidare que eres mi hermano.
No entendía su amenaza, no sabía de donde venía todo eso. Pero si comprendía porque lo decía, ellos habían desarrollado una extraña amistad y entendía que quisiera defenderla.
Es decir Luca me vio cuando deje a Cloe, él sabia lo hecho mierda que estaba y entendía que quizás no estaba listo parar una nueva relación.
Pero con Verena todo era distinto, ella me dio la fuerza que necesitaba para terminar con todo ese círculo vicioso.
Jamás le rompería el corazón.
— Nunca lo haría, tranquilo Luca.
Mi hermano asintió, y encendió un cigarrillo para fumar conmigo. En la oscuridad de la noche.
Fin de la maratón.
¿Qué les pareció?
¿Qué opinan?
¿Qué les va pareciendo la historia? ¿Les gusta?
Pd; no se olviden de comentar, votar y si pueden compartan la historia. Un besitoooooo gigante. con amor jaz.
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