7. Revelación.
Habían pasado pocos minutos desde que Tea fue llevada hacia su habitación ahí la estaba atendiendo una doctora que nos aseguraba que estaría bien. Sin embargo, ella debían de descar, pues su aspecto parecía, aparte de deshidratada un poco desnutrida, cómo si le hubieran roba la vitalidad que ella portaba.
Y bien se, qué él único que pudo haber robado la vitalidad de mi amiga era nada más ni nada menos, que único que puede invocar a las sombras.
- Tengo que hacer algo antes de ir a desayunar, ¿te harías cargo de él?, solo serán cinco minutos. -
Kaiba acepto al bebé, este comenzaba a remover se entre sus brazos cómo si no le gustará la idea, sin embargo debía ser de encontrar a Yami y exigirle explicaciones por las que dejó a Tea en esas condiciones.
Comencé a alejarme, mientras desde lejos escuchaba cómo el niño comenzaba a llorar.
«Solo será cinco minutos... No tardaré. »
«No te alejes demasiado. Y no te acerques demasiado a él, es peligroso.»
Aquella voz que escuche en mi cabeza hizo que me detuviera, mire hacia todas partes intentando encontrar de donde provenía, pero no lo encontré. Seguí mi camino.
Tal vez fue mi imaginación.
- O tal vez no. -
- Por Dios. - Me hice para atrás en cuanto vi cómo Yami salía de entre las sombras.
- Te sigues asustando muy fácilmente, aibou. - Se ríe, luego se recarga contra la pared y cruza los brazos, mientras pone una mirada coqueta. - Ven, ponte a mi lado, hablemos un poco más. - Me invita a lo que yo niego. - Cómo quieras. - Dice finalmente.
- ¿Qué le haz hecho a Tea?, ¿por qué está en esas condiciones?. -
-Yo no he hecho nada. Fue ella quién se lo busco. - Respondió haciendo que me confundiera y él lo entendió de inmediato. - Es verdad, no te diste cuenta. - Prosiguió. - tú "amiguita". - En colmillo la palabra con sus dedos. - Jugo con magia negra. - Dijo. - La muy tonta creyó que podía encontrar a un ser que pudiera ayudarla a que me "quedara". - Suspiro, luego lo vi caminar hacia el otro lado donde había una blanquilla de cemento.
Esta vez si me atreví a sentarme a su lado, pero justo cuándo estaba por pasar a su lado, el me tomó por la cintura, me jalo hacia él y me hizo que me sentará en su regazo.
-¿Qué estás...?. - Intente preguntar qué demonios estaba haciendo. Pero él solo prosiguió a hablar.
- Invoco a un ser de oscuridad que no debía. Ella no supo cómo controlarlo y al final terminó poseída. Pero antes de que yo pudiera sacar esa oscuridad dentro de ella, el ser que tenía dentro de ella, sacó mi oscuridad que estaba un 80% errada. Pero con lo que me hizo, siento que la oscuridad que poseo de nuevo es más fuerte y ansia con muchas ganas consumir tu luz. -
Me vio directamente a los ojos, esos ojos incandescentes de fuego que había olvidado que existían.
- ¿Y que quieres de mi?. - Pregunte. El me sonríe.
- ¿Qué quiero de ti?, ¿Enserió me preguntas eso?, ¿te me ofreces?. -
Me intente levantar pero el me retuvo.
- Ya una vez lidie contigo. Y lo resolví. - Baje la mirada recordando cómo es que había cambiado. - Y estabas bien. Yo... Yo... Hice hasta lo imposible para sarte de la oscuridad y si debo de hacerlo de nuevo, lo haré. Te sacaré de nuevo de la oscuri... ¡Ah!, ¿qué...?, ¿qué estás...? ¡Y-Yami! ¡D-detente!. -
Mis mejillas estaban sonrojadas, parte de mi cuerpo estaba expuesto. Mi camisa había sido levantada por la boca de Yami, mis manos estaban siendo sujetada por un clon suyo, me había acomodado de manera que lo pudiera ver frente a frente.
- Tú eres realmente impresionante. - Acaricia mi pecho, su tacto es frío pero me gusta, sus dedos se pasean por mis pezones, los pellizca, los muerde gentilmente. Realmente se siente bien, pero debo de detenerlo antes de qué...
- No, esto no. ¡Yami!. - Supliqué, pues había aparecido otro clon y este me había parado, deslizó mis pantalones junto con mi bóxer y lo vi a él descender hasta mi intimidad, mientras el clon restante se dedicaba a dejar marcar en mi pecho, el clon que me estaba reteniendo mis manos se dedicaba a besar mi cuello y a dejar marcas muy notorias.
-¡Ah!, B-basta... ¡Esto es...!, joder... ¡Yami!, detente. - Gemia, disfrutaba de las dulces sensaciones.
Yami estaba haciéndome un felacion, algo que jamás creí que él lo hiciera.
- ¿por qué haces esto?. - Pregunte.
-¿Por qué no hacerlo?. - Me contradijo.
Esto no puede estar pasando.
Escuche un chasquido de dedos, mis manos fueron liberadas, mi pecho y mi cuello también, mis pantalones fueron subidos. Ni siquiera dejó venirme.
Era una masa gelatinosa en sus manos.
- Si quieres más, solo tienes que decirmelo. - Me susurro a la par de mi oreja. - Haré que te vengas una y otra vez, Yugi. -
Suspire, me tuve que recargar en él, Yami me sostuvo de mi cadera, había sentido como me robaba la energía. Algo me había hecho.
- ¿Qué pasa?. ¿Qué tienes?. - Me pregunta, siento cómo todo se me vuelve borroso.
- Necesito alejarme de ti... Tú... Me estas...
- Te estoy asfixiando. - Me dijo. Me recostó en la banca y comenzó a alejarse, poco a poco sentía como recuperaba el aire y el movimiento.
Me levante, tambaleante y lo vi cuando estaba lejos de mi. Vi que dio un golpe hacia la pared, me asuste al ver como sus nudillos comenzaban a sangrar pero prontamente se recuperaba y en su lugar, yo comencé a sentir ese dolor en mi mano comenzaba a representar esas heridas.
La herida que se había causado, estaba siendo transmitida a mi.
- Mierda. - Escuche de su parte, intento acercarse a mi pero volvía a quedarme sin aire y nuevamente volvió a alejarse. - ¡Esto es jugar sucio!. - Grito de repente. - ¡Si crees que así me vas a alejar de él! ¡créeme que yo lo aléjare de ti!. -
Al termino de decir esto, se fue.
Yo estaba más confundido por lo que había hecho, voltee a mi derecha y vi una sombra que desaparecía entre los pasillos.
-¿Qué está pasando aquí?. -
*Continuará...
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