Sentado tranquilamente en un lugar apartado al final del aula,Yoongi se encontraba revisando las pocas redes sociales que contenía su celular,mirando con cierta envidia a sus compañeros hablar entre ellos y hacer alguna que otra travesura.
Para todos,Min Yoongi era tan solo un chico borde y amargado que,a pesar de poder sociabilizar perfectamente parecía odiar las relaciones humanas.Y no les podía quitar la razón,ya que,al menos,eso era lo que aparentaba.
Lo que nadie sabía era que aquel chico borde al que parecía no importarle nada en esos lares,sufría tan solo viendo a otros,sufría por no poder hacer las cosas que la sociedad veía normal e incluso le obligaba,sufría por no poder hacer sentir orgullosos a sus padres.Simplemente,sufría.
El pelinegro guardó inmediatamente su teléfono al escuchar a la profesora entrar al aula,sacando un cuaderno cualquiera para apuntar si llegaba a hacer falta,levantando su mirada al escuchar su nombre y sentir las miradas sobre él.
-Yoongi,¡¿Yoongi,me estás escuchando?!-Le replicó la docente subiendo levemente su tono de voz para llamar la atención del nombrado,a lo que este simplemente contestó asintiendo algo tembloroso.
-Min...¿Podrías hacerme el favor de ir a hacer un par de fotocopias? Me sería de mucha ayuda-Le pidió la mujer,hablando esta vez con un tono más calmado.
El pelinegro volvió a asentir y,con su ya conocida voz temblorosa y débil,preguntó detalles sobre su repentina tarea.Varias risas y comentarios de '¡Habla más fuerte!' o '¡Aprende a hablar!' se hicieron presente en el aire,los cuales fueron callados rápidamente por la maestra,que se acerco al introvertido alumno para explicarle.
Aquel jóven de tez pálida se encontraba en camino hacía secretaria con el libro que la profesora le había dado entre sus manos,intentando no ponerse más nervioso al saber que tendría que mantener una (pequeña) conversación.