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Yesterday

Chaeyoung


Hablar de lo ocurrido la tarde anterior había sido un completo tabú para Chaeyoung, eso no lo haría aunque tuviera que.

Intentaba tomar una siesta para alejar los pensamientos que se cruzaban por su mente, como una estaca que se clavaba y no podía salir.

Su cuerpo tenía impreso el nombre de Mina, cada parte fue besada y autorizada para ser de la japonesa. Y eso era a lo que más le temía, llegar a ser de esa persona que estuvo ignorando sus sentimientos desde el principio, porque la misma Chaeyoung sabía que era demasiado evidente, que sus ojos solo se concentraban en Mina.

La bailarina había dado el primer paso, el segundo y esperaba impaciente en tercero pero la conocía ella daba pero le gustaba recibir, su sueño se vio afectado por las ráfagas interminables de amor que sintió en su pecho al escuchar la voz suave de Mina en el pasillo.

Abrió un ojo luego el otro y se apoyó de sus codos, si que estaba perdida, llena de amor por una chica que beso, que ama y con quien hizo el amor por primera vez.

Entonces con cada punto a su favor se levantó dispuesta a hablar con Mina de sus sentimientos, toda esa valentía se fue al caño cuando la puerta se abrió, saltó a la cama haciéndose la dormida, pudo escuchar el tarareo normal de Myoui que siempre lo hacía para calmarse o calmar a las demás.

Su voz suave se acompañaba con sus dulces manos que se movían al compás de la melodía, se sentó al lado de Chaeyoung y besó sus mejillas que se tornaron de un rojo sangre intenso, no podía evitar sonreír y su teatro se cayó. "Estas despierta". Musito luego de acabar la canción. "Veo que estás cansada si quieres hablamos más tarde".

Chaeyoung volteó a verla confundida por sus palabras, Mina no era de buscarla para hablar, solo le hablaba y ya, sin más, sin tanta cosa y se preguntaba ¿qué diferencia había?, para que su comportamiento cambie de esta forma porque ella sabe muy bien que la mayor no es así, que no busca, que le gusta que la busquen.

"¿De qué quieres hablar?". Una vez más su voz flojita era la protagonista de ésta descabellada historia, de un amor que puede que se haga realidad o no, todo en manos de dos chicas inexpertas en esa área.

"De lo que paso ayer". Mordió su labio inferior, pequeños recuerdos llegaban a su mente, no podía evitar sentirse húmeda y suspirar.

Chaeyoung suspiró acompañándola y lo soltaron al mismo tiempo, como si fuera una carga, un peso más del cual se deshicieron.

Las manos de la rapera se movieron un poco, lo suficiente para entrelazar sus manos con las de Mina que sonrió, inclinando un poco la cabeza, para luego impulsarse con sus talones y besar la comisura de los labios de Chaeyoung, saboreando sus carnosos labios que sorpresivamente siempre tenían aquel sabor dulce que tanto le encantaba.

El corazón de Chaeyoung latió con frenesí, como si estuviera galopando, en busca del alma de Myoui que sonrió y estiró el cuello para volver a besar aquellos labios que tanto le gustaban, llenas de amor y algo más, lograron encajarlos a la perfección, sus ojos cerrándose disfrutando el momento.

Se separaron solo un poco. "Me gustas". Y el tiempo se paralizó.

Mina


"Deja de comer por estrés eso le queda bien es a Momo". Sana estaba molesta con la menor porque no había contestado a lo que le dijo Chaeyoung, se congeló como el tiempo mismo en ese momento y se fue, son ver hacía atrás, ahora era ella quien huía.

Ha estado comiendo por dos horas seguidas, todo lo que encontraba, menos las fresas porque eran de Chaeyoung, ya la había cagado como para hacerlo peor.

"Yo como por estrés y por relajación". Mimo le arrancó la caja de cereales azucarados, metiendo un puño en la boca de estos, con una pequeña sonrisa se los tragó. "Estoy relajada". Avisó y siguió comiendo.

Mina tampoco quería hablar, más allá de un 'si o no', no era porque le incomodaba hablar en su idiota natal si no que sabía porque lo estaba haciendo, para que nadie descifrara que ella estropeó un hermoso momento, uno que tenía que enmarcar, que gozar y no pensar tanto en el, como un fracaso gracias a ella.

Acomodó un mechón de su cabello en su oreja, meneando un poco la cabeza para que entrara con más facilidad. "Necesito hablar con Chaeyoung". Era extraño verla tan decidida pero eso les dio a entender a las chicas que lo estaban logrando, Mina estaba madurando y agarrando el toro por los cuernos, como decía hacer desde el primer momento.

Momo y Sana se tomaron de las manos echándole porras murmuradas para que las demás no escucharan porque sabían que estaba detrás de la puerta de la cocina. "Con permiso chicas". Sana pasó con una sonrisa socarrona. "Ella lo logrará".

Dahyun se acercó a Momo y tocó su hombro, como si le quisiera decir algo pero no le salían las palabras correctas, eso era muy común en la chica de tez pálida.

"Amor, creo que están equivocadas". La japonesa con aspecto de ardilla se volteó, viendo a Mina que seguía en el marco de la puerta, viendo un punto fijo como si fuera lo más interesante en el mundo.

"Tu puedes". Comenzaron todas, Nayeon la empujó un poco y la sacó de la cocina, Jeongyeon hizo que diera dos pasos al igual que sus mejores amigas, Jihyo le señaló la puerta que estaba a escasos pies de su ubicación, las maknae aplaudían y hacían poses raras.

Y Mina abrió la puerta, entrando a la habitación, encontrándose a Chaeyoung con los ojos hinchados y la mirada más triste que le ha brindado en todo el tiempo que llevan conociéndose, su corazón se estrujo las ganas de llorar pasaron a ser de ellas, no de la menor que sonrió al verla ahí, porque sabía que había tenido por lo correcto, por lo que necesitaban.

La mayor se sentó a su lado y la abrazó, acercandola a su pecho para que sintiera los latidos desenfrenados de su corazón, Mina era mala para comenzar una conversación, miró sus manos que se deslizaban por la espalda de la menor, sus labios presionados contra la piel expuesta del hombro de Chaeyoung, inhalando ese aroma que la volvía loca y sonrió mientras dejaba besos en esa zona que se extendían hasta el final del hombro para retroceder nuevamente.

"Las chicas te animaron". La voz gruesa le daba a entender que el llanto que ocurrió horas atrás fue fuerte. "Me a-alegra que haya sido así". Se quebró solo un poco al escucharla.

"Tu también me gustas Chaeyoung, desde la primera mirada me gustaste". Comentó y se separó. "Se que no hablamos de ayer pero dejame decirte que fue el mejor día de mi vida, es más todavía lo es". Dijo con entusiasmo. "Siento que nos conectamos como deberíamos, como queremos hacerlo".

"Siempre me preguntaba ¿por qué seguía enamorada de esta chica?". Señaló el pecho de Mina, hundiendo un poco su dedo en la carne de ésta. "Luego de que me diera cuenta que nunca me ibas a hacer caso". Murmuró viendo el suelo. "Luego paso lo del beso". Sonrió para sus adentros, dejando escapar un sonoro suspiro que hizo eco en la habitación.

"Lamento ser demasiado cerrada en mis cosas, no quería decirte que me gustabas porque pensé que tu no sentías lo mismo, que me querías solo como una hermana y llegue a pensar en olvidarte, es más lo intente". Recordó aquel día en el que por una borrachera les dijo a las chicas que debía olvidar a Chaeyoung. "Y como ves no lo logré, eres especial, muy especial para mi". Mordió su labio inferior y la soltó, separándose del abrazo que las unía, dándole paso a sus manos entrelazadas y sus sonrisas tímidas.

"Tu también eres muy especial para mí Mina". Lamió sus labios con cuidado y levantó la mirada. "Te quiero mucho, demasiado para ser mi primer amor". Soltaron una risilla. "Me gustas, estoy enamorada de ti, cada fibra de mi ser te pertenece y a veces tengo miedo que me dejes por ser como soy". Mina frunció el ceño sin entender a que se refería.

"Para mi eres perfecta, con tu fama de chica mala con los demás, de mirada fría, de todo, porque te amo". Esa confesión llegó a oídos de las que escuchaban desde la puerta, saltaron de la emoción.

"Yo también te amo". Sus labios jugaron por unos segundos para luego unirse en un beso que daba por terminado el diálogo en estas dos chicas, las demás se vieron a los ojos y decidieron darles privacidad, se amaban y eso era más que suficiente.


Chaeyoung


Sus ojos se abrieron y gruño como en todas las mañanas que se despertaba por el fastidio sol que chocaba contra su rostro, quemando sus párpados, obligándola a comenzar otro día, más el sonido bastante fastidioso de un pájaro chocando su pico contra el cristal de la ventana de su habitación.

La única diferencia que hubo en este día fue la japonesa hermosa, cubierta por las finas sábanas que cubrían la cama, de gritarle al pájaro paso a sonreír y dejar pequeños besos en los labios de la mayor, con ansias de que se despertara.

Su autocontrol había aumentado, ya no se la pasaba tocándose o tocandola, si no que apreciaba cada facción de Mina que se removió y abrió un poco los labios, dejando escapar un suspiro y un ronquido bastante fuerte, luego se removió con más fuerza.

Chaeyoung esperaba que se despertara, con las manos apoyando su rostro, estaba boca a bajo sus codos presionando el suave colchón y su rostro, como ya había dicho anteriormente, estaba apoyado de sus manos.

Apretó los labios, marcando su hoyuelo en la espera de los ojos color avellana, que no querían llegar a conectarse a los suyos, cosa que le molestaba pero que dejaba pasar porque estaba dormida, no la podía culpar.

La paciencia no era algo que la caracterizaba, si ella quería algo lo tenía que obtener ahí mismo porque si no se estresaba, eso era lo que pasaba ahora mismo, Mina seguía dormida, eran las nueve de la mañana y no podía creer que fuera tan floja.

"Bebé". Susurró y por fin sus ojos se abrieron, la tonalidad suave que siempre tenían estaba más oscura de lo normal y sus labios rojos la llamaban, se tuvo que morder los suyos para no besarla con locura. "¿Cuanto tiempo llevas despierta?". Era definitivo, la voz de Mina adormilada superaba a todas las demás.

"Te ves hermosa". Habló con total seguridad. "Tengo como diez minutos despierta, tampoco es mucho". Sonrió al ver como Mina se estiraba y sus ojos se cerraban con fuerza. "Muy hermosa". Agregó.

"Tu igual princesa, por cierto, ¿por qué me duele tanto el cuerpo?". Elevó una ceja, solo había estado dos veces así de cerca pero Lina ya sabía que clase de persona era Chaeyoung cuando de hacer el amor se trataba.

"Es que nos divertimos mucho anoche". Rasco su nuca y entrelazo sus piernas. "Diez veces seguidas".

"¡Di-...diez veces seguidas". Iba a gritar pero se detuvo al recordar que no eran las únicas en la casa. "Pareces muy orgullosa".

"Lo estoy". Parpadeo un par de veces y suspiró. "Porque es contigo y me siento orgullosa". Mina soltó una risilla que fue ininterrumpida por los labios de la menor, metió la lengua sin previo aviso, sacándole suspiros a la japonesa que subió las manos a su nuca, para profundizar aún más el beso.

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