Kiss
Mina
"...Luego del beso no ha querido hablarme". Terminó de relatar la historia que tanto esperaba Nayeon.
La cosa estaba así, Mina se había abalanzado hacía Chaeyoung se habían besado aproximadamente cinco minutos sin parar, al finalizar el beso que dejó tantas emociones a flor de piel, la menor se apartó sin decir nada.
Mina no entendía pero tampoco le puso mucha cabeza, ya que pensó que si algo así le sucedía a ella, también estaría impactada y necesitaría tiempo para pensar en lo sucedido.
Así que sin pensarlo dos veces le dio tiempo, tanto que hacía todo lo posible para no toparse en la misma casa con su no tan compañera de grupo.
La mayor sentía que había estropeado la amistad, ni siquiera sabía si habría una luego de eso, algo tan esperado para ambas que cuando ocurrió no supieron como manejar la situación, el problema era que Mina no estaba dispuesta a acercarse a la menor, sentía la tensión en el ambiente y eso que no la tenía cerca.
El rechazo de la persona que le gustaba había sido el mayor miedo de Mina desde que se dio cuenta que sentía un gusto peculiar por la coreana. Algo un poco más allá de una simple amistad sin ningún tipo de sentimiento romántico.
La japonesa se había dedicado a llorar, deprimirse e hiperventilar al escuchar la voz de Chaeyoung, para la mayor del grupo era la cosa más graciosa del mundo, nunca había visto a su amiga tan sumergida en un tema de este tipo. Todas sabían que Mina era muy cerrada y que las cosas que tuvieran que ver con el contacto físico se le dificultaban más que aprenderse una coreografía en un día.
Un mes completo en el que el tema principal de la casa era 'el beso' que hubo entre las Michaeng, no habían contado nada, hasta que Mina se sinceró con cada una de ellas por separado. Luego Chaeyoung habló sobre eso pero no daba tantos detalles, al parecer habían cambiado de roles, y Mina buscaba con desesperación una ayudita de sus amigas.
"Debe ser que sigue en shock". Se encogió de hombros. "Tsk". Chasqueo la lengua, aún sabiendo que Mina odiaba eso. "Hasta yo estaría en shock si estoy hablando con mi amiga y de pronto se acerca". Movía sus manos con exageración, como si de verdad eso le hubiera ocurrido. "Y me besa". Suspiró y se desplomó en la cama.
"¿Así fue que Jeong te dijo que le gustabas?". Preguntó con una ceja alzada.
Nayeon desvió la mirada y asintió, sus mejillas se tiñeron de un carmesí profundo y Mina comenzó a reír. "No te rías señora besitos". Le lanzó un beso, ése era el apodo que le habían puesto desde que se enteraron, le molestaba demasiado pero le parecía un tanto gracioso ese mote.
"No me digas así". Apuntó a su corazón. "Me siento mal y tu me dices eso". Se sentó de brazos cruzados al lado de Nayeon. "Necesito mejorar las cosas con Chae-". La coreana cubrió los labios de Mina. "Dojomo hoblol". Intentó quitar la mano pero Nayeon le dio un golpe en la cabeza.
"No te dejaré hablar porque de lo único que hablas es de lo que sucedió". Dijo con fastidio. "El beso esto, el beso aquello". Rodó los ojos y negó con la cabeza. "Haces que mi hermosa cabeza duela". Hizo una pose de diva y la menor mordió su mano. "¡Mal nacida!". Chillo.
Mina río y luego suspiró, se sentía mal y sabía que no había dejado de hablar del tema, horas y horas charlando hasta con ella misma de algo que tenía que hablar con Chaeyoung, pero era demasiado orgullosa y sobre todo cobarde como para hacerlo. Así que luego de morder a Nayeon y llevarse un regaño de Jeonyeon quien siempre protege a su novia, salió decidida a hablar con la chica que había invadido sus pensamientos en un mes.
Al estar a dos pasos de la puerta suspiró con los ojos cerrados y la abrió encontrando a la menor en una situación un tanto comprometedora. "Chae-Chaeyoung". Cerró los ojos con fuerza y cerró la puerta, la menor al darse cuenta de esto jadeo y echó la cabeza hacía atrás.
Pensaba que era su imaginación, que Mina no estaba en la habitación viendo como se tocaba y mordía su labio inferior para no gemir tan alto, la mayor seguía estática, dentro de la habitación viendo semejante cosa.
"Chaeyoung". Murmuró pero nada la menor no escuchaba. "Chaeyoung". Dijo un poco más fuerte. "¡Chaeyoung!". Exclamó y la coreana se detuvo y subió un poco la cabeza encontrándose con Mina.
"Mi-Mi-Mi". No sabía que decir, estaba sonrojada, caliente y nerviosa por lo que diría la contraría.
"Quería hablar contigo sobre lo que sucedió...pero creo que estás ocupada así que mejor me voy". Intentó abrir la puerta pero no pudo moverse al sentir unos brazos rodeando su cintura. "Dejame salir". Forcejeó.
"No". Dijo y le dio la vuelta para quedar frente a frente. "Yo...lamento haberme alejado de ti, es solo que me impresiono". Se acercó aún más. "Que me besaras y que lo hicieras tan bien". Sonrió y besó las mejillas de una inmóvil Mina. "Esto es...difícil de decir". Río y recostó a la mayor en la cama, se subió lentamente y empezó a besar sus muslos.
"Qu-queria decirte que no de-deberiamos hacer esto por-porque sabes la re-regla de Ji-¡Jihyo!". Recordó a la mayor y se separó. "La tenia que ir a buscar en la casa de una amiga". Ya se imaginaba el regaño que iba a llevarse.
Ya era normal que olvidara las cosas pero cuando se trababa de Jihyo todo cambiaba, suspiró intentando buscar una solución en su cabeza que estaba en blanco, acababa de ver a la chica que le gusta masturbándose, gimiendo y echando la cabeza hacia atrás, no pudo evitar pensar en todo lo que puede llegar a hacerle.
Sus manos viajaron por el rostro de la menor y se volvió a olvidar que existía una líder, que existía una barrera que las dividía, apretó los labios de Chaeyoung con los suyos, la primera en mover sus labios tomó el control, sorpresivamente fue Mina, la mayor de las dos se mbia con experticia, apretando el cuerpo de la pequeña chica que se quebrantaba por sus ágiles manos.
Que desabrocharon su brasier de un tirón los lanzó a algún lugar de la habitación de paredes blancas y repleta de fotografías de las maknaes, mordisqueo los labios de Chaeyoung con molestia, jadeando cuando se separaban y volviéndolos a unir.
La tentación había estado en sus vidas desde el comienzo, esa ganas de estar juntas, de amarse siempre estuvieron pero dentro de ellas en aquel baúl de los secretos de cada una se encontraba la misma carta, el sexo, la tención sexual que existía en estas dos chicas era descomunal y no pasaba desaparecido por nadie.
Chaeyoung era demasiado hormonal y Mina, aunque precavida, no podía evitar comerse a la menor, sus labios se separaron rojos por los choques, mordiscos, lamidas y chupones que hubieron, las manos temblorosas de la rapera viajaron por el abdomen de Mina, acariciandolo como si fueran las cuerdas de su guitarra favorita.
"Quiero comerte Chaeng". Esa voz, fuerte, ronca y decidida sobre sus acciones, calentó hasta lo más profundo del ser de la coreana que se retorció, abriendo sus piernas por inercia, sintiendo su humedad crecer y arruinar sus bragas. "Quitatelas". Tranquila, serena y elegante, tal cual un cisne, le quitó la última prenda que recibirá el cuerpo de la más baja.
"Mi-Mina". Tartamudeo, siendo prisionera de los estímulos que recibía por parte de la mayor, que no la tocaba, solo la veía y ofalteaba, como un lobo en busca de su trozo de carne.
En un movimiento audaz ya estaba con la espalda pegada al colchón y una japonesa comiéndole la boca, bajó la mano derecha al pezon derecho de la menor y lo apretó, se separó para escuchar los precioso gemidos que la deleitaban, su ropa interior humedeciendose por los jadeos y sonidos ahogados que salían de la garganta de Chaeyoung.
Se separó del beso tirando del carnoso labio inferior, para bajar, recorriendo el camino de su cuello al seno izquierdo de la menor y lo chupo con intensidad, soltando y volviéndolo a meter en su boca.
Se separó y al mismo tiempo se quitó lo que le estorbaba, su ropa, que aunque no cubría muchas partes de su cuerpo sentía que la esta a ahogando, antes de quitarse las bragas paso su mano por todo el cuerpo de su amante. "No sabes las cosas que te haré". Con eso dicho se la bajó a una velocidad tortuosa.
Chaeyoung tragó grueso y la atrajo para otro beso, separando un poco sus piernas, rozando su clitoris hinchado con el vientre de Mina que gruñia con exasperación, se arrodilla en el suelo y con ambas manos la acercó a su boca, su humedad era más notoria que la de ella, sus ojos se oscurecieron, beso las partes internas de sus muslos y hundió la lengua en la pequeña cavidad de la menor que soltaba más humedad, con cada lamida y embestida de la lengua de la mayor.
Sus ojos volviendo blancos por la forma tan exquisita en la que Mina movía su lengua, como si supiera como llevarla al abismo de la excitación, lanzandola con fuerza al agujero oscuro de la pasión y la lujuria.
Abrió la boca en una gran "O", y sus gemidos salieron de ahí, impuros, llenos de deseo, batió las caderas en el rostro de la mayor que gustosa abría la boca lo más que podía para incrementar las sensaciones, el pequeño cuerpo de la coreana se estremeció y sus ojos volvieron, para bajarlos por sus muslos viendo a Mina comérsela, sus manos subieron a sus pezones y los pellizco con fuerza.
Gemido tras gemido salía de sus labios, gritando de placer, Mina bajó la mano que tenía libre a su centro, trazando leves círculos antes de meter dos de golpes, chupaba con más fuerza y la humedad de Chaeyoung le indicaba que estaba apunto de correrse, bombeo con más fuerza sus dedos y hundió más la cara en aquella zona tan privilegiada y deliciosa.
"Me voy a correr". Avisó con la voz floja, un gemido rasgó su garganta y su espalda se arqueo. "Joder me encantas". Sonrió con superioridad y se levantó, sin sacar los dedos de dentro de ella, tumbandose al lado, la habitación se inundó de un olor penetrante y embriagador.
Sus dedos trabajando dentro de ella gimiendo bajito y cerrando los ojos, las gordas de sudor resbalan por su cuello llegando a las sábanas blancas, Chaeyoung al ver el espectáculo que le estaban brindando se sentó, sus talones rozaban su trasero y sus manos reposaban en sus muslos, apretaba las piernas tanto como podía, viendo como Mina soltaba chorros de aquel líquido espeso que tanto quería probar pero tenía miedo de que la mayor la apartará, así que solo se quedó viendo, clavando sus uñas en su propia piel.
"Chaeyoungie". Gimoteo y subió las caderas, moviendolas hacía delante, follandose con su propia mano. "Ven". La llamó y sacó sus dedos de golpe, ella no era tonta había visto como la veía. "Quiero que entres en mi". Aquella declaración fue más que directa, llegó al cerebro de la menor que lo procesó con rapidez, metiendo dos dedos de golpe, doblandolos y alcanzando con rapidez el punto G de la mayor que se retorcio, moviendo las caderas y apoyándose de sus hombros.
Sintiendo las corrientes pasar desde la cabeza hasta los pies, Chaeyoung trabaja en su centro y su boca trabaja en sus pechos, esto era una locura y posiblemente se ganaría regaños por parte de la demás por hacer semejante espectáculo.
"Duro Chaeng". Sus palabras eran órdenes para la rapera que separó un poco más las piernas y metió otro dedo, bombeando un poco más profundo, alternando entre rapidez y lentitud.
Explorando todo el cuerpo de Mina, sobre todo su centro que seguía chorreando, esta vez con más intensidad, las personalidades salvajes de ambas salieron a la luz ésta tarde.
"Correte amor, hazlo por mi". Escondió su rostro en el cuello de la contraría que sacudió un poco las caderas y un alto gemido, ronco al principio y agudo al final se escuchó en la habitación, el cuerpo de Mina convulsionó y sus ojos se blanquearon por unos segundos.
Jadeantes, saciadas y cansadas, sus ojos se fueron cerrando y su sueño llegó, ambas con unas enormes sonrisas cayeron en los brazos de morfeo.
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