Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tempestad - Parte 9

Tempestad - Parte 9 (por Aican)

¿Desilusionado? Tal vez no sea la mejor palabra para describir mi impresión en ese momento, aunque la verdad esperaba algo completamente distinto. Una constante lluvia caía sobre nosotros. El viento guiaba al Tempestad con firmeza, a través de un mar que si bien no se encontraba calmo tampoco demostraba tener intenciones de querer hundirnos.

El timón había cambiado de guardián, Celino fue quien tomó el mando. En el momento que vi cómo aquellos navíos eran devorados por las fauces del mar sentí que tomé la decisión correcta al nombrar a Nefarel como el asever del Tempestad, un título que lo ponía tercero en la cadena de mando y que a su vez lo convertía en el consejero oficial sobre la navegación.

El mesfian fue Celino tras un firme pedido de mi abuelo. Personalmente quería que él fuese mi segundo al mando, al menos esa siempre había sido mi intención desde el comienzo. No obstante para determinar aquellos puestos de importancia los decidimos entre los miembros originales de la tripulación, mi abuelo, Gudin, Timin y yo. Pensaba que los demás estarían molestos pues querrían tener su voz en el asunto pero fue Nefarel quien dijo:

-"Si no fuese por ustedes cuatro, nosotros aún estaríamos en nuestros hogares viviendo nuestras cotidianas vidas."-

Ahora que lo pienso, ¿a dónde había ido Nefarel luego de ceder el mando del timón? Cuando por fin lo vi estaba junto a Caliban, y ambos intentaban bajar con cuidado la nunos que habíamos traído con nosotros. Me acerqué sorprendido pues no sabía el motivo por el cual lo hacían.

-"Esto es sólo lluvia. ¿Es todo lo que hay en este lugar?"- preguntó Timin y unos truenos se escucharon en las cercanías.

-"Timin, cállate."- ordenó Nefarel de manera seria y enseguida agregó: -"No desafíes a la tempestad, no todavía."-

La nunos llegó al mar y las aguas parecieron calmarse un poco. Nefarel hablaba con Caliban, parecía explicarle algo, le indicaba con gestos y señalando hacia el este. Quien le escuchaba asentía con un movimiento de cabeza a sus instrucciones dando a entender que había comprendido.

-"¿Qué sucede?"- pregunté intrigado.

-"Me voy a casa capitán."- contestó Caliban, seguramente con una sonrisa pero su máscara la ocultaba, sin embargo sus ojos dejaban ver un gran resplandor de alegría.

-"Pensé que iríamos juntos, que buscaríamos juntos tu hogar."- comenté.

-"No podemos."- me respondió Nefarel, y luego trató de explicarme. -"Caliban no está preparado para el mundo que vamos a conocer. Y esas tierras no están listas para recibir sus conocimientos tampoco."-

-"Podríamos ir todos juntos a su hogar."- repliqué.

-"Nosotros tampoco estamos preparados. Recorreremos el mundo primero. Luego, nos reencontraremos si el destino lo desea."-

-"No te preocupes Aican."- era Caliban quien me habló. -"Ya me he despedido de los demás con anticipación. ¡Muchas gracias! Espero que nos volvamos a ver."- dijo mientras me daba un fuerte abrazo. Luego se quitó la máscara, revelando por primera vez su rostro. Dos ojos, una nariz, una boca, no era para nada el monstruo que él había creído ser.

-"Sabes lo que debes hacer, navega con tranquilidad, la gracia de los farleds te protegerá."- se despidió Nefarel, pero la cara de nuestro compañero cambió al oír tales palabras.

-"¿Conoces a los farleds?"- consultó intrigado Caliban.

-"¿Por qué?"-

-"La misión de mi madre era encontrarlos, nuestra gente se hizo a la mar para buscarlos."-

-"¿Tu gente necesita ayuda?"-

-"No, nosotros no. Pero ellos sí. Necesitan nuestra ayuda."- Nefarel se sorprendió ante la respuesta de Caliban. Yo no sabía de lo que hablaban pero sentí algo extraño cuando dijo "nuestra ayuda", como si se estuviera refiriendo no sólo a su pueblo, sino a todos nosotros, que éramos completos desconocidos. -"Si sabes dónde puedo encontrarlos, por favor dime, podría ir a buscarlos."- suplicó.

-"Caliban, esa era la misión de Joai, tu madre. Tu deber ahora es regresar a casa con tu gente."- dijo Nefarel en un tono comprensivo y amable. Se despidieron y el muchacho descendió con cuidado hacia la nunos. Una vez que soltó los cabos el oleaje hizo su parte para alejarlo de nuestro barco.

La marea lo golpeó, en un claro desafío pero Caliban se mostró decidido y reafirmó el rumbo. El viento se puso a su favor y la distancia que nos separaba se acrecentaba cada vez más. Aún seguíamos en la zona de tormentas y nuestra tripulación ya había perdido un miembro. Era una sensación bastante particular la que tenía en mi pecho.

-"¿Quiénes son los farleds, Nefarel?"- consulté con cierta curiosidad mientras sostenía entre mis manos la máscara que Caliban había dejado a mi cuidado.

-"Unas personas bastante problemáticas y caprichosas."- calló por un instante. -"Uno de ellos fue quien creó las tormentas que dividen el mundo."-

Aquello fue demasiada información, no quise saber nada más de momento. "Creó las tormentas", lo dijo con tanta naturalidad como si se tratara de construir un barco o levantar una casa propia. ¿Qué clase de persona podría hacer algo así? No quise saberlo y una voz que me llamaba me trajo de regreso a la realidad.

-"¡Aican! ¡Nefarel! ¡Tempestad! ¡Me voy a casa!"-

A duras penas pudimos escuchar los gritos de Caliban. La marea se había apaciguado alrededor de su nunos, pero el viento que lo llevaba hacia la tierra natal de su madre no menguó su fuerza. La caballera pelirroja del muchacho se perdió tras la cortina de agua que nos separaba, y prosiguió su travesía hacia el horizonte soleado que comenzaba a abrirse en medio de la tempestad para darle la bienvenida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro