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Era domingo por la mañana y Momo se dirigía a paso lento hacia el estudio. En el camino, y ya casi cerca de llegar a su destino, se encontró con Seulgi, quien estaba feliz de verla.

— Hey, Momo, ¿qué te traer por aquí? ¿Te vas al estudio? Hoy no tenemos ensayo — dijo Seulgi, arqueando una ceja.

Momo, con una sonrisa nerviosa, se tomó unos segundos para responder.

— Lo sé, es solo que... quería distraerme y bailar un poco, ya sabes — Seulgi asintió, no tan convencida en realidad.

La coreana sacó su teléfono y observó la hora antes de hablarle.

— ¿Te importaría si te acompaño? No tengo nada que hacer hasta la tarde, y me vendría bien un poco de ejercicio — preguntó —. Además, si nos encuentran a las dos en el estudio, al menos no te llevarás toda la regañada tú sola — Momo rió.

— No es necesario que me acompañes, de verdad.

— Oh, vamos, hace tiempo que no tenemos un día solo para nosotras. Podría ser divertido, Momo — la japonesa, sin más alternativa, aceptó a regañadientes y juntas se dirigieron al estudio.

— Ahora que lo pienso, hoy estamos domingo, ¿no es así? — Momo asintió —. No creo que esté abierto.

Seulgi frunció el ceño y, dado que ya habían llegado al lugar, decidió intentar abrir las puertas del edificio, las cuales se desbloquearon sin problema.

— ¿Este lugar está abierto? Vaya, deberíamos decirle a nuestra jefa, podría ser peligroso si ha sido algún error del staff — dijo Seulgi, entrando sin problemas al edificio, bloqueando la entrada cuando ambas estuvieron dentro —. A menos que tú conozcas a la jefa y ella te haya dado permiso para venir —. Momo rió y negó

— ¿Sabes qué es lo curioso? No conozco a nuestra jefa — Seulgi frunció el ceño confundida —. Cuando vine a solicitar el empleo estaba aquí el señor Kang, el sub director, porque nuestra jefa estaba de viaje o algo así, y después de eso no he ido a su oficina ni sé realmente su nombre. Todos los comunicados o cualquier aviso me los da directamente el señor Kang, para mí él es mi jefe — Seulgi rió, abriendo una de las salas de ensayos.

— Entonces tienes mucha suerte de no conocer a la señorita Park — Momo se encogió de hombros riendo

— ¿Tan mala es? He escuchado algunos comentarios por ahí — Seulgi suspiró, vinculando su teléfono con el equipo de sonido

— Esa mujer es tan estricta, nada nunca es suficiente para ella. No me mal entiendas, es perfecta en su trabajo pero a veces pienso que no tiene ni una pizca de humanidad

— Siempre tan exagerada — Seulgi rió negando

— Puedo jurártelo, ahora bién, ¿qué bailamos primero? 

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Más tarde, cuando Seulgi finalmente se fue, Momo decidió quedarse un poco más para ordenar todo y dejarlo tal cual lo habían encontrado.

— ¿Por qué demoraste tanto? — una voz femenina y unos brazos alrededor de su cintura hicieron que se sobresaltara y riera al saber de quién se trataba.

— Lo siento, sé que debíamos encontrarnos aquí, pero en el camino me encontré con una amiga y no pude rechazarla cuando quiso venir a ensayar conmigo — explicó, acariciando brevemente la mano contraria antes de apagar el equipo de sonido.

— ¿Una amiga? — Momo asintió. — ¿La chica con la que vives?

— No, Mina está en una sesión de fotos o algo así — la contraria asintió. — La chica que estuvo conmigo se llama Seulgi, trabaja aquí también.

— ¿Son muy cercanas? — Momo soltó una risita.

— Oh claro, súper cercanas, las amigas más cercanas del mundo. Yo la acompaño todos los días a su casa, almorzamos juntas y bailamos juntas también. Justo este fin de semana vamos a irnos de viaje por un mes las dos solas, ¿quieres acompañarnos? — contestó irónicamente, con intenciones de molestar a la chica que tenía frente suyo.

— Eres muy odiosa a veces, ¿lo sabías? — la nipona rió, acercándose para abrazar a la chica que ya había soltado los brazos de su cuerpo.

— No te enojes, Seulgi y yo solo somos amigas. Diría que un poco cercanas, pero yo no me pondría celosa de ella. Creo que incluso tiene pareja — la contraria asintió, rodeando nuevamente el cuerpo ajeno.

— Por cierto, tengo una pregunta. ¿Cómo lograste que el estudio esté abierto? Seulgi dijo que siempre lo cerraban los domingos y tengo entendido que son muy pocos quienes tienen acceso de esa forma.

— Ah, bueno, ya sabes, tengo mis contactos — respondió la chica con un tono misterioso, guiñándole un ojo a Momo.

— Siempre tan enigmática — Momo sonrió, apoyando su cabeza en el hombro de la otra.

— Es parte de mi encanto, ¿no? — La chica acarició suavemente el cabello de Momo, creando un momento de cálido para ambas.

— De todas formas, no tienes que preocuparte. Ni por Seulgi ni por nadie — dijo Momo, su voz suavizándose.

— Lo sé, lo sé... — La chica suspiró, separándose un poco para mirar a Momo a los ojos.

— Necesito que confíes en mí, no puedo ser la única que sostiene lo que sea que tengamos, enserio quiero hacer las cosas bien — Momo acarició la mejilla de la contraria, su expresión sincera y llena de cariño.

— Prometo esforzarme más — Momo asintió, creyendo en sus palabras pero sintiéndose insatisfecha al no escuchar las palabras que ella quería en ese momento.

Finalmente, la chica sonrió y acercó sus labios a los de Momo, compartiendo un beso que confirmó el cariño que ambas sentían.

— Entonces, ¿qué te gustaría hacer ahora? — preguntó Momo, sonriéndole.

— Simplemente pasemos tiempo juntas.

— Me gusta eso — respondió Momo, tomando la mano de la chica.

Una de las cosas que Momo y la chica compartían, era que ambas disfrutaban de la música y podían divertirse escuchando o bailando esta. Y así lo hicieron de hecho. Ambas pasaron el resto de la tarde bailando, riendo y compartiendo cosas de su día a día. La conexión entre ellas era evidente por lo que cuando ambas estaban juntas sentían un ambiente cálido y cómodo.

Se sentían amadas y protegidas. Felices.

Al terminar el día, Momo se sintió más conectada con la chica, y mientras se despedían, esta le dio un último abrazo y un beso en sus labios.

— Nos vemos pronto. — dijo con una sonrisa antes de alejarse.

Momo la observó irse, sintiéndose feliz y curiosa al mismo tiempo. ¿Quién era realmente esta chica y cómo tenía tanto control en el estudio? Sin embargo, decidió no darle mucha importancia por ahora. Tenía que enfocarse en disfrutar el momento y en lo que el futuro podría depararles.

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El día de la reunión del ex elenco había llegado, luego de unas dos semanas estupendas que tuvo Chaeyoung junto a su ahora novia, Mina.

Chaeyoung se sentía ansiosa pero emocionada al llegar a la elegante casa de Irene, una de las antiguas actrices del elenco, donde se llevaría a cabo el evento. El ambiente estaba lleno de risas y conversaciones animadas mientras los antiguos compañeros de reparto se reunían y compartían historias de su tiempo juntos en la serie, así como actualizaban a los demás de lo que pasaba actualmente en sus vidas.

Antes de que Chaeyoung pudiera entrar al patio donde estaban reunidos todos, sintió su teléfono vibrar sabiendo bien quién era. Inevitablemente sonrió observando el nombre de su novia en la pantalla.

Minari 💗
Espero que te diviertes mucho hoy <33
Solo no regreses tan tarde a tu casa, recuerda el evento que tienes mañana T-T
Te quiero Chaeng, pásala lindo 💞

Chaeyoung sonrió, y antes de que pudiera responderle a Mina, fue acaparada por cálidos abrazos y sonrisas de sus amigos.

Casi obligada, se unió a un pequeño grupo de sus antiguos compañeros y pronto se encontró inmersa en la charla sobre los considerados ahora como viejos tiempos.

— ¡Chaeyoung! Es genial verte otra vez  — exclamó Irene, quien había sido una de las más cercanas a ella durante la filmación.

— Digo lo mismo, hace mucho que no nos veíamos — respondió Chaeyoung con una sonrisa.

— Ahora que Chaeyoung es famosa ya se olvidó de sus antiguas amistades — dijo Jaehyun. Chaeyoung rió negando

— Escuché que Painting Love está nominada a mejor serie lésbica, estoy muy feliz por ti Chaeyoung — agregó Sooyoung.

— Gracias, esa nominación nos tomó por sorpresa a todos — respondió, sintiéndose avergonzada

— Pero ahora sí, hagamos la pregunta del millón. ¿La famosa Son Chaeyoung sigue soltera? — preguntó Yeri, otra ex compañera, con un guiño.

Chaeyoung rió, pero antes de que pudiera responder, otra voz se unió a la conversación.

— La verdad, siempre pensé que tú y Nayeon harían una gran pareja — comentó Jin, el antiguo director de la serie.

Nayeon, que estaba conversando con otra persona cerca, giró la cabeza al escuchar su nombre y le sonrió a Chaeyoung.

— Sí, siempre hubo algo especial entre ustedes dos — agregó Yeri —. Aún recuerdo cuando ustedes dos improvisaban escenas solo para hacerlas más "intensas".

Chaeyoung sonrió, un poco sonrojada, mientras recordaba aquellos momentos. Nayeon se acercó, sosteniendo una copa de vino.

— Oh, vamos, solo estábamos tratando de sacar lo mejor de cada escena. Era nuestro trabajo — dijo Nayeon, riendo mientras miraba a Chaeyoung con complicidad.

— Claro, claro — respondió Jin, riendo también. — Pero no podían negar la química. Se notaba a kilómetros.

Chaeyoung y Nayeon intercambiaron una mirada, ambas recordando la intensidad y la conexión que sentían cuando grababan la serie. El resto de la reunión continuó con muchas risas y anécdotas de la época de la serie, cada comentario trayendo un torrente de recuerdos.

Más tarde, cuando la noche comenzó a avanzar y la reunión empezaba a relajarse, Nayeon se acercó a Chaeyoung de nuevo.

— ¿Podemos hablar un momento en privado? — preguntó, con un tono más serio.

— Claro — respondió Chaeyoung, siguiéndola hacia una zona más tranquila del jardín.

— He estado pensando mucho en la película que querías hacer, la que no pudo concretarse luego del escándalo de tu película debut — comenzó Nayeon, sus ojos mostrando una mezcla de nostalgia y esperanza.

Chaeyoung sintió un nudo en el estómago al recordar el proyecto. Esto era algo que no le había comentado a nadie más que Nayeon.

Mientras Chaeyoung grababa su película debut, aquella la cual no había resultado muy bien ya que, a pesar de que ella fue un personaje secundario, en ese tiempo ver una pareja lésbica en pantalla era una total atrocidad, Chaeyoung estuvo escribiendo una película con la ayuda de Somi, quien siempre estuvo ahí para ella.

Sin embargo, la película nunca pudo concretarse por todo lo que sucedió y tanto Somi como ella decidieron no seguir con el proyecto por falta de apoyo.

— Sí, me puse muy mal cuando decidimos cancelarla — dijo Chaeyoung, con un toque de tristeza en su voz —. ¿Pero a qué viene todo esto?

— Pues, he estado hablando con algunos productores y no quiero hacerte ilusiones, pero creo que podrías retomarla — Nayeon le sonrió, sin poder ocultar más su emoción —. Claro que aún falta afinar algunos detalles, ver el elenco, los protagonistas, que Somi acepte, etc, pero las cosas se están moviendo en la dirección correcta.

Chaeyoung sintió una oleada de incredulidad, emoción y gratitud. La idea de retomar el proyecto era tentadora, pero había algo más que quería decir.

— Nayeon yo... realmente aprecio todo lo que estás haciendo para que esto sea posible, jamás podría haberlo imaginado, realmente me tomaste por sorpresa — ambas rieron —. ¿Pero por qué retomarlo ahora? Ha pasado bastante tiempo — Nayeon sonrió levemente hacia ella

— Cuando estuve fuera del país, alejada de todo el entretenimiento coreano, me di cuenta la diferencia que hay aquí en Corea, respecto a la comunidad LGBT, con el resto del mundo. Lo poco abiertos que somos con estos temas y, tras armarme un poco de valor porque me conoces y sabes bien que no soy de tomar muchas iniciativas, decidí reunirme con unos amigos en américa quienes escucharon la propuesta y creyeron que sería muy buena idea. Ellos están dispuestos a venir aquí y colaborar con tu película si estás de acuerdo

Chaeyoung no podía dejar de sonreír, ¿acaso estaba soñando?

— No puedo creer que hayas hecho todo esto por mí — dijo Chaeyoung, su voz temblando de emoción —. De verdad, Nayeon, no sé cómo agradecerte.

— No tienes que agradecerme. Solo quiero que veas uno de tus sueños hecho realidad — respondió Nayeon, sonriendo.

Chaeyoung respiró hondo, tratando de procesar todo lo que Nayeon había hecho. La posibilidad de retomar el proyecto que tanto le apasionaba era casi demasiado bueno para ser verdad.

— Esto significa mucho para mí — dijo finalmente, mirando a Nayeon con ojos llenos de gratitud —. Y, bueno, ya que estás haciendo posible todo esto, también tengo una propuesta para ti.

Nayeon se cruzó de brazos, asintiendo, dándole paso para que continuara

— ¿Te gustaría protagonizar la película conmigo?

Nayeon se quedó en silencio por un momento, sorprendida por la propuesta.

— ¿Lo dices enserio? — preguntó, sus ojos mostrando una mezcla de sorpresa e incredulidad —. ¿Quieres que sea yo quien protagonice la película contigo?

— Sí, absolutamente. Solo piénsalo, nuestra química en pantalla siempre ha sido buena, y sé que juntas podemos hacer algo realmente memorable — explicó Chaeyoung, sonriendo con determinación.

Nayeon asintió lentamente, una amplia sonrisa formándose en su rostro.

— Me encantaría, Chaeyoung. De verdad que sí. Hagámoslo — dijo, abrazando a la menor con fuerza.

Mientras se abrazaban, Chaeyoung no pudo evitar recapitular repentinamente todo lo que estaba pasando: sabía que este proyecto significaba mucho para ella, se trataba de una película que jamás pudo completarse y siempre fue su sueño verla en la pantalla grande, fue su primer proyecto, pero también estaba consciente de lo que podría significar trabajar tan de cerca con Nayeon nuevamente. La complicidad que siempre había existido entre ellas podría ser malinterpretada, y no quería que Mina se sintiera insegura o herida por esto.

Debía hablar con ella lo antes posible.

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La noche continuó su curso mientras Chaeyoung y Nayeon se despedían de sus antiguos compañeros y salían de la reunión, un poco antes de lo previsto, sin poder dejar de hablar sobre sus planes y las nuevas ideas que surgían para la película.

— Esto va a ser increíble, Chaeyoung. Estoy enserio muy emocionada — dijo Nayeon, mientras caminaban juntas.

— Yo también. No puedo esperar para empezar a trabajar en esto contigo — respondió, sonriendo ampliamente

— ¿Trajiste tu auto? — Chaeyoung negó con una sonrisa avergonzada

— Tuve que llevarlo al taller esta mañana, mañana recién me lo entregan — Nayeon asintió mientras sacaba las llaves de su auto

— Entonces vamos, yo te llevo

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El camino a casa de Chaeyoung se hizo bastante corto por todas las risas y el pequeño karaoke que hicieron con las canciones que sonaban en la radio.

— Llegamos — dijo Nayeon, deteniendo el auto frente a la casa de la menor.

Chaeyoung sonrió, agradecida por la compañía y el entusiasmo compartido.

— Gracias por traerme y también gracias por todo lo demás, Nay — Nayeon sonrió de vuelta

— Deja de agradecerme, es lo menos que podía hacer por ti

Chaeyoung rió negando, para luego desabrocharse el cinturón de seguridad

— Bueno, supongo que debo irme — dijo finalmente, abriendo la puerta del auto.

Nayeon asintió, pero antes de que Chaeyoung pudiera salir, la detuvo con un suave toque en su brazo.

— Chaeyoung, antes de que te vayas, quiero pedirte disculpas por haberme ido hace unos años — Chaeyoung la miró, confundida —, sé que te dejé sola en un momento que fácilmente pudimos haber superado juntas pero me aterré y creí que lo mejor era alejarme de todo esto. Si bien es cierto te pedí que me acompañaras, no es hasta ahora que me doy cuenta lo egoísta que fui porque te lo pedí incluso cuando tú me habías contado todo lo querías cambiar y mejorar aquí. Lo lamento enserio, no debí hacerlo, me arrepentí durante mucho tiempo.

Chaeyoung la miró con tristeza, si bien es cierto también creía que pudieron haber afrontado la situación de una mejor manera, arrepentirse de eso ahora era castigarse por algo que ya no podían cambiar.

— No te tortures con eso, Nay — fue lo que dijo, haciendo que la chica levantara su mirada hacia ella —, es muy tarde para que nos arrepintamos de algo que hicimos o no hicimos. Mejor hay que concentrarnos en lo que podemos hacer ahora y disfrutarlo.

Chaeyoung le sonrió y se inclinó hacia Nayeon para darle un abrazo. Fue un abrazo fuerte y sincero, un abrazo que aliviaba toda la culpa y arrepentimiento de Nayeon. Un abrazo que ambas necesitaban desde hace mucho tiempo atrás.

— Quédate tranquila, Nay, mejor hay que concentrarnos en la película — Nayeon soltó una pequeña risita asintiendo —. Ahora sí ya debería irme, que descanses.

— Buenas noches, Chaeyoung. Cuídate.

Mientras se separaban, ninguna de las dos se dio cuenta de que, a lo lejos, un flash de cámara había capturado el momento. Los paparazzi, siempre atentos a las celebridades, habían logrado tomar una foto de las dos en un abrazo aparentemente íntimo y desde un ángulo bastante comprometedor para ambas.

Chaeyoung salió del auto y observó a Nayeon alejarse antes de entrar a su casa, sin saber que la foto de ese momento pronto estaría en todos los titulares.

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