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— Oh mierda, es el auto de mis padres

Chaeyoung se inquietó al ver a Mina tan nerviosa y confundida mientras miraba el auto. Según lo que la pelinegra le había comentado la vez que fue a su casa, aún no había hablado con sus padres sobre su orientación sexual ni, mucho menos, sobre "Painting Love", así que Chaeyoung se sentía bastante mal por Mina; tener que afrontar algo como eso frente a tus padres es bastante complicado y, la mayor parte del tiempo, no suele salir bien.

Así que decidió darle su apoyo a la japonesa de alguna forma u otra.

— ¿Quieres que volvamos más tarde? Podemos dar unas vueltas por ahí hasta que se vayan, si es que no quieres verlos por ahora — sugirió al notar a Mina aferrarse al cinturón de seguridad. La nipona soltó un suspiro negando

— Realmente me gustaría hacer eso pero no es justo que deje sola a Momo con mis padres, más aún sabiendo que es una pésima mentirosa y puede decir algo que no debe — se acomodó su cabello con frustración desabrochándose el cinturón de seguridad —. Gracias por traerme Chaeyoung, fue una increíble cena y me alegra mucho haber conocido al resto del elenco, todos son más que geniales.

— No fue nada, y me alegro de que te agradaran todos, estoy segura que a ellos también les agradaste y mucho — sonrió mirándola — Te deseo mucha suerte con tus padres, si ocurre algo y necesitas hablar con alguien, puedes llamarme o escribirme. No estás sola Mina, me gustaría que lo supieras — Chaeyoung posó su mano sobre la de la japonesa en señal de apoyo y le dio una leve caricia con sus dedos. La nipona solo atinó a sonreírle, confundida por su propio nerviosismo ante el contacto.

Bajó del auto y respiró hondo mientras despedía a Chaeyoung con un gesto de mano, observando cómo se alejaba su auto. Al llegar a su puerta, volvió a inhalar, y antes de que pudiera prepararse mentalmente para lo que venía, la puerta se abrió y con una sonrisa sospechosamente grande la recibieron sus padres.

La rodearon con un abrazo firme y la condujeron adentro. Una vez en la sala, Mina encontró a Momo sentada en el sofá, bebiendo de un vaso y evidenciando su nerviosismo al hacer temblar la misma mientras la llevaba a sus labios.

— ¡Por fin llegaste, hija! — comentó con entusiasmo su madre mientras se sentaba frente a Mina y Momo, quienes compartieron el sofá —. Pensamos que nos iríamos sin verte

— Si, hasta que por fin llegaste Mina — susurró Momo entre dientes, sonriendo falsamente hacia su amiga

— Lo siento, te debo una — susurró de vuelta para luego mirar a su madre — Me disculpo por la demora mamá, salí a cenar con el elenco del show y se nos hizo tarde así que-...

— Así que el bonito carro era de uno de tus compañeros de trabajo — Mina frunció el ceño cuando su madre la interrumpió —. Debe ser un buen muchacho desde que te trajo hasta tu casa siendo tan tarde, ¿por qué no nos contaste que te ves con alguien, hija?

Momo casi escupe su bebida apenas Sachiko, madre de Mina, terminó de hablar. Mina tuvo de darle un pequeño codazo disimuladamente 

— Mamá yo no-...

— ¿Y es guapo? Apuesto que es más alto que tú ya que ese siempre ha sido tu tipo — aseguró Sachiko orgullosa mirando al padre de Mina quien no parecía muy contento con toda la situación

— Mamá no me tra-...

— Es por eso que ya ni nos llamas, seguro porque andas entretenida con el muchacho de bonito auto. ¿También es actor? Sin duda ha de ser muy atractivo, ¿verdad Akiea? — Sachiko estaba tan emocionada que Mina ya no pudo cortarle esa ilusión.

— ¿Nos disculpan un momento? Gracias señora y señor Myoui — Momo se levantó tomando el brazo de la pelinegra, llevándola hasta la cocina, cerrando la puerta de esta al entrar — Me voy a volver loca contigo, Sharon

— ¿Y ahora qué hice?

— ¿Qué hiciste? Para empezar, ¿Por qué no le dijiste que Chaeyoung fue la que te trajo? ¡Le decías que era una amiga y listo!

— Momo, tu no sabes que Chaeyoung me trajo

— Mina, todos los días solo hablas y ves a Chaeyoung. Y en lo que a mí respecta, no me presentaste hasta la fecha a ningún chico apuesto, alto y caballeroso que te trae hasta la puerta de tu casa porque es tarde y se preocupa que no regreses sola — se cruzó de brazos encarándola — Debiste decir la verdad, idiota

— ¡Lo intenté! Pero ya conoces a mi mamá y ella seguía hablando y hablando que ya no supe qué hacer.

— Pues la interrumpías y aclarabas las cosas, no es tan difícil. Ahora ella piensa que te gusta alguien y es otra mentira más que agregar a la lista. ¡A este paso vamos a terminan mintiendo hasta con nuestros nombres! — exageró, Mina rió negando

— Tranquila, lo tenemos bajo control. Estoy segura que lo van a olvidar de aquí a unos días, y si lo recuerdan, les diré que simplemente no era mi tipo y asunto acabado. No te preocupes de más, Momoring — aseguró con confianza, logrando sacarle un suspiro a la mayor.

Ambas regresaron a la sala y continuaron con la conversación evitando las preguntas incómodas de la madre de Mina.

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— ¿Cuánto tiempo se quedarán en Corea, papá? — preguntó la nipona hablando con su padre, ambos se encontraban dando una caminata nocturna por el vecindario ya que era costumbre de su padre salir a caminar a esas horas y hoy quiso acompañarlo

— Un socio de la empresa va a casarse mañana y nos invitó así que probablemente nos quedemos un día más y luego viajemos de vuelta — contestó, observando encantado la vista distinta a la habitual —. Hija, sé honesta conmigo, ¿estás bien?

Mina lo miró confundido y asintió: — Lo estoy, ¿a qué se debe la pregunta?

— Solo quería asegurarme de que estés bien. Venir a un país nuevo, hablar un idioma nuevo, estar con personas nuevas debe ser bastante agobiante y debía asegurarme que mi pequeña niña estuviera bien — sonrió, abrazando a Mina mientras dejaba un beso en su cabeza —. Si dices que estás bien, entonces voy a creerte, pero no dudes que si ocurre algo, voy a tomar el primer vuelo hasta aquí y voy a golpear a quien te haya hecho daño.

— Papá — lo regañó Mina entre risas —. Realmente no es necesario llegar a eso, mis compañeros de trabajo son geniales, vivir con Momo es grandioso también y me hace reír siempre, ya lo debes imaginar — el mayor asintió riendo —, me siento feliz aquí

— Me alegra saber que estás feliz, y también me enorgullece el hecho de que a pesar de todo luches por lo que te apasiona. Es lo que hacemos los Myoui, ¿no? — sonrió orgulloso, deteniéndose un momento para observarla —. ¿En qué momento creciste tanto, Mina? Si hace poco eras mi bebé

— ¿Por qué estás tan melancólico el día de hoy? — bromeó, abrazándolo con fuerza —. Sé que irme de casa de repente fue un cambio brusco, pero prometo llamarlos cada vez que pueda e ir a visitarlos de vez en cuando

— Por favor ven, es una tortura ser el único centro de atención de tu madre, ya no tiene en qué entretenerse y nos grita a mi y a Ray por cualquier cosa. Mina, somos Ray y yo contra el mundo — Mina rió, sabía que su madre se estresaba con facilidad

— Prometo salvarte muy pronto — su padre asintió —. Papá, por cierto, ¿sabes algo de los señores Hirai? No he escuchado a Momo hablar con ellos desde que nos fuimos y tampoco le mandan nada o algo por el estilo.

Akira, padre de Mina, se quedó pensativo ante la pregunta, tratando de recordar algo pero al final desistiendo.

— Escuché que los Hirai se mudaron de su casa ancestral, aunque no sé exactamente a dónde fueron. Es extraño, considerando que esa casa tenía un significado especial para ellos. Pero en cualquier caso, desde que se fueron, ya no los vemos por la empresa, es como si se hubieran desaparecido de repente — se encogió de hombros y luego el tema cambió de repente.

Al llegar, Momo y Mina se despidieron de los mayores prometiendo que los visitarían pronto, y, a su vez, los padres de Mina prometiendo estar pendientes de ellas en lo que pudieran.

Al irse, Momo soltó un suspiro aliviada por toda la tensión que sintió, acostándose en el sillón

— Gracias a dios, al fin acabó — Mina rió —. Tus padres son muy lindos pero me dan mucho miedo, Minari

— Soy yo la que debería tener miedo de ellos, a ti te adoran — tomó la taza de café que había preparado hace un rato y le entregó otra a Momo, sentándose juntas frente al televisor

— ¿Y qué tal pasaste en la cena? — preguntó bebiendo un sorbo del café

— Tengo mucho que contarte, Momorimg

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