Tengo la sensación de que le ha pasado algo al dueño de esta casa. Tiene un mes que no viene a casa.

¿Será que es por su trabajo?

Me preguntó tratando de convencerme para dejar de pensar en ello. Y es que Park Jimin es un famoso detective en esta pequeña ciudad.

El sonido de la puerta abriéndose me saca de mis pensamientos. Levantó la vista y me lo encuentro lleno de moretones en su rostro.

—¿Qué te ha pasado? —le preguntó preocupado y me levanto del sofá para ayudarlo a caminar. El viene tambaleándose en el camino— ¿Dónde has estado?

No me responde.
Se deja caer a mis brazos y suspira cansado.

¿Qué tiene?

La única respuesta que tengo es la de una voz distorsionada que proviene del otro lado de la habitación, precisamente en la cocina.

No entiendo lo que me dice.
Pero un escalofrío recorre todo mi cuerpo cuando escucho pasos acercarse hacia el lugar en donde nos encontramos.

—Él ya está muerto —me murmura en el oído la voz una vez que siento cerca su presencia. Volteo para todos lados y no hay nadie—. Su cuerpo ha sido abandonado por su alma. Pronto los gusanos se comerán sus órganos y las flores crecerán alrededor de su cuerpo.

¿Quién es?

Aún no puedo reconocer esa voz.

Jimin comienza a temblar de la cabeza a los pies, gritando con dolor mientras comienza a vomitar sangre. Dejó caer a Jimin al suelo por el miedo.

—¿Qué? —es lo único que puedo decir al salir del estado de shock. Ahora que está cerca puedo reconocer esa voz.
Es del mismo hombre que está tirado en el suelo. De Jimin.

Me alejo del cuerpo tirado.
Una sensación extraña recorre mi cuerpo.

¿Qué está pasando?