Las decisiones precipitadas, eran de lo peor, pero a Yoongi en aquel momento no le estaba importando en lo más mínimo, la mañana en el aula se había alargado mucho, después de las dos primeras clases, Yoongi ni siquiera se sentía con el valor suficiente como para hablar con Jungkook, usualmente aquel chico que tanto había llamado su atención se la pasaba pidiéndole tareas.

Sus conversaciones no eran ni siquiera largas y extendidas, Yoongi usualmente lo hacía sufrir por obtener alguna tarea, pero eso era todo, no era como si ellos fueran las personas más cercanas y que todos supieran que son los mejores amigos del alma, la realidad era otra, y aunque a Yoongi le hubiese gustado que todo fuera diferente, sabía que no iba a resistirlo mucho, después de todo, le gusta Jungkook, y aunque no se lo demuestre abiertamente, no es como si tampoco planeará confesarse.

Pero ahora lo que le había alentado a intentarlo había sido esa espantosa y asquerosa sonrisa arrogante de Park Jimin. Yoongi sabía que había cometido una tremenda locura al haber dicho que estaba dispuesto a confesar sus sentimientos para solamente dejarle en claro a Jimin que Jungkook no sería capaz de rechazarlo en el proceso.

—Jungkook —hablo Yoongi, la clase había dado a su fin, tendrían un buen tiempo para conversar y comer algo en lo que se veían las nuevas horas de estudio, así que era la oportunidad perfecta y Yoongi lo sabía.

El mencionado volteo a mirarlo con una tenue sonrisa, Yoongi jamás exteriorizaba sentirse sumamente nervioso ante Jungkook, pero ahora lo estaba, al menos su cuerpo no era un traidor, nunca se sonrojaba al hablar con él, nunca tartamudeaba, nunca se había puesto sumamente tímido, nada de eso le pasaba, simplemente se emocionaba un poco cuando era Jungkook quien le hablaba, inclusive si solamente era para pedirle una tarea.

—¿Qué pasa? —menciono Jungkook—. ¡Cierto! Todavía te debo los postres —dijo Jungkook—, prometo que te los pagaré.

—No —dijo Yoongi sonriendo en el proceso, eso era lo que más le gustaba de Jungkook, sus olvidos pequeños—, quería hablar contigo.

El corazón de Yoongi latía en desespero, sentía que si latía un poco más se saldría disparado por su pecho, ni siquiera se había sentido tan nervioso como ahora, pero debía de calmar a su pobre corazón que estaba sumamente alterado, debía relajarse, el cometer un error ahora mismo no era algo que podía hacer, y lo sabía, confesar sentimientos es difícil, jamás lo había intentado, le han gustado otras personas, pero jamás se había atrevido a confesar sus sentimientos, claro que ahora todo era distinto.

—Claro, ¿qué necesitas? —tan accesible, Jungkook se le quedó mirando, esperando lo que pudiera llegar a decirle.

Yoongi respiro hondo, se repetía una y otra vez que debía de estar tranquilo, que nada saldría mal.

—Sé que esto se escuchará repentino —menciono Yoongi, sus manos estaban juntas sobre su regazo, abrazadas con fuerza debido al nerviosismo que Yoongi estaba sintiendo—, pero, desde que te vi, prácticamente me gustaste...

Jungkook elevo ambas cejas al escuchar aquello.

—En verdad me gustas... y tal vez demasiado, yo...

Yoongi dejo de hablar al escuchar una leve risa salir por los labios de Jungkook, cosa que había extrañado a Yoongi.

—¿Tú? —Jungkook negó con la cabeza—. ¿Tú, qué? —la sonrisa en aquel rostro se había esfumado por completo, el rostro de Jungkook estaba completamente serio mientras lo miraba.

—Yo...

—¿Qué? ¿No sabes hablar? —el tono de voz de Jungkook se había elevado un poco, pronto Yoongi noto que los pocos que estaban presentes en el aula los comenzaban a mirar, Jungkook soltó un fuerte bufido, fastidiado por lo que acababa de escuchar—. Escúchame bien, Min Yoongi —Yoongi definitivamente estaba sorprendido—, que te trate bien, no significa que quiero algo contigo.

—Pero —y de nueva cuenta fue interrumpido.

—Tengo novia —menciono Jungkook con tono duro, para Yoongi eso había sido un golpe fuerte en la mandíbula—, y espero que te quedé claro.

—No —menciono Yoongi—, eso es mentira.

—¿Disculpa?

—No tienes porque decir lo que Jimin... —Jungkook se levanto de su asiento de forma brusca, haciendo que la silla se arrastrase con fuerza por el suelo en el proceso, llamando de aquel modo la atención de todos los presentes en el aula quienes estaban completamente al pendiente de lo que se venía.

Jungkook llevo su puño con fuerza hacia la mesa de trabajo de Yoongi, chocando este mismo con la madera, y haciendo que Yoongi apretase los labios con fuerza, ni siquiera podía mirar a Jungkook a los ojos.

—Temo decirte que Jimin no tiene nada que ver en esto —dijo Jungkook—, tengo novia, llevo saliendo con ella ya buen tiempo —sonrió ladino, Yoongi trago grueso al escuchar aquello—, y no me gusta que alguien como tú, crea que es mentira, porque no lo es.

Yoongi no sabía que hacer o que decir, se había quedado sin palabras, y eso no le estaba ayudando mucho en ese momento. Jungkook aparto su mano de la mesa de trabajo de Yoongi para después volver a su sitio, tomar su mochila por las correas, y antes de que irse, miro que en sus cosas había algo que le ayudaría a hacer reaccionar a Yoongi, sonrió satisfecho por la idea que había tenido y sin perder tiempo, tomo la pequeña botella de yogurt liquido de frutas, quito la tapa de inmediato y se acerco a Yoongi para después dejar caer el liquido sobre la cabeza de Yoongi.

Los presentes comenzaron a murmurar, los pequeños y casi silenciosos gritos de sorpresa al ver lo que Jungkook hacía los habían dejado con muchas dudas, Yoongi levanto la cabeza al sentir el liquido semi espeso sobre sus cabellos, y entonces miro a Jungkook, quien sonreía satisfecho por lo que había hecho.

—Perdón, Min, pero me temo decirte que no me gustas —dijo Jungkook para después alejar la botella de la cabeza de Yoongi—, eso fue por llamarme mentiroso, y también por creer que Jimin es mi jefe y me manda a hacer cosas, debes ser un completo estúpido para creer eso —soltó un largo suspiro—, además, no soy tan tonto como para salir con alguien como tú.

Sin decir otra cosa más comenzó su camino hacia afuera del aula, dejando que el silencio que se había provocado en aquella aula fuera extenso, las miradas estaban sobre Yoongi, todos se preguntaban por lo que había pasado, habían humillado a Yoongi, y él lo sabía perfectamente, pero eso le daba igual, lo que ahora le dolía más era el corazón, había sentido como si se lo hubieran atravesado con un cuchillo muy afilado, el dolor era insoportable, y parecía no querer irse.

Antes de que siquiera alguien se le acercará para preguntarle si se encontraba bien, Yoongi se levanto de forma brusca de su silla y salió corriendo del aula, sintiendo el frio sobre la cabeza, el aroma dulce del yogurt sobre su cabello, sin importarle si chocaba con alguien o si empujaba a alguien, salió como loco, necesitaba enjuagar su cabello de inmediato, necesitaba sentir algo de agua antes de ponerse a llorar, porque definitivamente las palabras de Jungkook le habían logrado partir en dos su corazón.