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Prólogo

Casa de Nariño, domingo, 4 pm.

Llegue sin energías, honestamente no quería estar aquí, pero tenía que hacerlo, por ella. Si no venía, su muerte hubiera sido en vano. Estaba lleno de ira, algo bastante extraño en mí. Pero tenía sed de venganza. Esta ira estaba llevándome a odiar a los gemelos y no me controlaría si me los encontraba.

—Buenas tardes, sígame, por favor —dijo un señor que parecía un mayordomo.

En otras ocasiones, estaría emocionado. Era un honor ser invitado a la Casa de Nariño y poder conocer a una de las mejores presidentas que ha tenido mi país. Pero, no hoy.

Entré a la habitación personal de la presidenta e hice una venia, al lado de ella estaba su secretario.

—Mucho gusto, Thiago. Escuché lo que pasó, lamento tu perdida —dijo con compasión, mientras me extendía la mano para estrechársela.

"Yo también lo lamento", pensé. "Aunque, realmente no hubo nada que yo pudiera hacer para salvarla".

El silencio se volvió incómodo porque nadie sabía cómo proceder. Sin embargo, se comenzó a escuchar disparos. La presidenta iba a llamar a seguridad, pero cayó desmayada. Revise su mente y pude ver que los gemelos estaban dentro de su mente. Me conecté a la mente de la presidenta, tocándole las sienes, y saque a esos parásitos que la atacaban. Ellos eran telépatas poderosos, sin embargo, su fuerte eran los sueños y cómo entraron cuando la presidenta estaba despierta, estaban fuera de su elemento.

Después que los saque, no me iba a detener ahí, sabía que los gemelos estaban cerca y podría vengarme. Me senté, abrí mi mente para poder ubicarlos y me conecté con ellos. En un lugar metafísico que los telépatas crean para batallarse, en ese momento, toda mi ira salió y alimentó mi energía para vencerlos. Ellos no podían ingresar a mi mente, pero yo sí, y los destruí, a ambos. No me contuve.

"¿Acaso este es mi origen como villano?", pensé.

Un disparo entró por la ventana, que me hizo volver a la habitación de la presidenta. Seguridad ya había entrado en la habitación y estaba sacando a la presidenta, que seguía desmayada.

Un hombre entró a la habitación por la ventana, rompiéndola. "Qué dramático", pensé. Iba vestido todo de negro, como si fuera a robar un banco, inclusive tenía una máscara. Y no una máscara de payaso, como uno pensaría, sino una máscara elegante.

—Tú organizaste todo esto, ¿no? —le pregunté, aunque era más una afirmación.

Sentí que se quería conectar a mi mente y supe que esta persona también era un telépata. No le di tiempo de pensar y me abalancé sobre él, saliendo por la ventana que había roto. El sujeto hizo disminuir nuestra caída con telequinesia, algo que no pude aprender porque la persona que me iba a enseñar... ya no está.

Me separé del hombre y me preparé para pelear. Aunque pude ver alrededor que era una zona de guerra, se escuchaba disparos por todos lados. La fuerza pública ya estaba en el sitio.

—El futuro comienza ahora, ¿no te parece? —dijo, levantando sus brazos como si toda esta destrucción fuera el futuro que él mencionaba—. Aunque, es una lástima que tu amiga no esté para presenciarlo. Ella hubiera sido una clave para construir el futuro que tengo en mente.

Mi sangre ardió por sus palabras, pero me distrajo una mancha roja, que se movía a través de la plaza, esquivando balas. ¿Sonará extraño decir que conozco a esa mancha roja? Sin embargo, había algo que no encajaba, ella no debería estar aquí. De la nada, sonó la detonación de una bomba que hizo sacudir todo el sitio. Y llegó más fuerzas militares que atacó al sujeto. La mancha roja perdió la estabilidad a causa de la explosión y cayó al suelo, rodó unos metros cerca a mí. Fui a auxiliarla, olvidando por completo al sujeto con máscara, necesitaba pasarle un mensaje que podía cambiarlo todo. Estaba inconsciente, le toqué las sienes y me conecté a su mente porque necesitaba confirmar algo. Y pude confirmar mi teoría, ella había viajado en el tiempo, desde el pasado (solamente como una semana atrás, antes de qué la tragedia sucediera) hasta este momento.

"Por algún motivo, esta vez, ella sí pudo viajar en el tiempo", pensé. "¿Qué cambio?".

Una bala pasó cerca a mí y me acordé de que estaba en una zona de guerra. Le transmití una información clave, necesitaba que ella le contará a mi yo del pasado para cambiar el tiempo.

Ella se despertó y comenzó a vibrar, haciendo que quitara las manos de sus sienes, y volvió a ser una mancha. Se apartó de mí, como si yo la pudiera lastimar. Se levantó y agarro una bala que se dirigía a mí.

El sujeto de la máscara parecía que había vuelto a centrar su atención en mí, después de haber acabado con los refuerzos de la fuerza pública. Me atacó con un puñal en mano, yo bloqueé, lanzando un golpe al brazo donde sostenía el arma. Otra explosión sonó, pero esta vez no fue de una bomba, sino una grieta que rompió la realidad y que abría paulatinamente. Yo me distraje por la grieta, pensando que era una bomba y el hombre aprovechó para apuñalarme. Yo gruñí del dolor, sin embargo, me importo poco. La mancha roja gritó, aunque honestamente sonaba distorsionado, y pareció el grito de angustia de una criatura fantástica. Aunque, comencé a sentir dolor en mi abdomen, mi atención estaba centrada en la grieta y lo que estaba apareciendo en ella.

—¡Iris! —gritó Claire, su mechón blanco se movía con el fuerte viento que estaba ingresando por la grieta. Pero, no me importo eso, sino que la vi a ella, estaba sosteniendo manos con Claire, que a la vez sostenía manos conmigo (mi yo del pasado, en todo caso)—. ¡Vuelve!

Ella me vio directamente a los ojos, estaba aterrada por lo que veía, yo le sonreí y con la mirada quise transmitirle que todo iba a estar bien. Al fin y al cabo, Iris le contaría todo lo que sucedió mal y todo se podría arreglar, el tiempo cambiaría y este momento dejaría de existir.

El hombre sacó el puñal de mi cuerpo y se comenzó a dirigir hacia donde estaba ella, al ver esto, Iris me miró por unos segundos y atravesó la grieta. Esta se cerró inmediatamente.

—¡¿Qué fue eso?! —demandó el hombre.

Yo ya quería desmayarme, pero le sonreí.

—Eso fue un final diferente a esta historia —dije.

Todo alrededor se comenzó a "evaporar". La casa presidencial se estaba deshaciendo. Todos dejaron de disparar y antes que la primera persona se pudiera alarmar, todo dejo de ser. 

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