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Capítulo 8

Cuando desperté estaba en la sala, acostado sobre el sofá, mire al techo fijamente para confirmar que no se había roto y yo no me hubiera caído. Cuando gire todo mi cuerpo para acodarme e intentar seguir durmiendo, encontré que Isabella me estaba mirando atentamente y casi suelto un grito.

—Lo estás asustando Isabella —dijo Grace desde la cocina. Ella se rio y se fue.

Intenté acordarme de que había sucedido la noche anterior y me di cuenta de que (como ya debía haber supuesto) me había quedado en la casa de los Philips. Me levanté con prisa en busca del teléfono; en mi prisa, me caí y golpe con fuerza el suelo.

—Ya llamé a tus padres —dijo Ally, entrando a ver si estaba bien—, les dije que te habías quedado con otros chicos.

—Me imagino que mi madre saltó de la emoción —dije, acariciándome la mejilla para que no doliera tanto. Nunca había tenido una pijamada en casa de ninguna persona, debido a mi impopularidad.

—Algo así. Pero dijo que no había problema y que podías estar también hoy aquí.

Parece que a mi mamá le estaba encantando la idea de que yo estuviera socializando.


Se esparció la voz de que ya el desayuno estaba listo y, en menos de nada, todos bajaron corriendo de las escaleras.

—La Changua está lista —dijo Grace sirviendo los platos en el comedor.

Tengo que admitir, que aunque bogotano, no me gustaba la changua. Pero nadie se enteraría de eso, me la comería como si fuera mi última comida en la tierra. Todos se sentaron y empezaron a comer. Yo estaba de pie, esperando donde era mi puesto porque el único que quedaba estaba sin nada sobre la mesa. Era el que quedaba en la cabeza de la mesa.

—Siéntate —me ordenó Ally. Cuando tome silla, todos se quedaron en silencio. Y Ally les tuvo que ordenar a ellos que continuaran. De la nada, sentí que mi mente me advertía de que estaba en peligro. Y, como acto reflejo, sonó como un cuchillo atravesó el comedor, extendí mi mano como un reflejo.

El cuchillo quedó suspendido en el aire.

—¡Brady! —gritó Grace cuando entró con el último plato y vaso. Me los puso al frente mío y se sentó a mi lado. Ally también tomo asiento a mi otro lado.

—¡Estaba jugando! —digo Brady en defensa—. Iris lo atraparía si él no lo hubiera detenido.

—Ya puedes bajarlo —dijo amablemente Ally y sonó como cayó.

Cuando mire mi plato eran huevos pericos, con arepa de queso y para tomar era chocolate. Me sentí aliviado de no tener que comer changua, excepto que hubo tensión en la mesa, entonces no pude mostrar mi agradecimiento.

—Y, ¿qué soñaste Thiago? —me preguntó Ally, como si nada hubiera pasado; aunque pasaron un bol con diferentes frutas. Entonces pasaron algo... es un chiste tono, pero tiene gracia si lo piensas.

—Soñé —dije suavemente intentando no enfadar a nadie—... que llegaba a algún lugar después de un largo día y me escabullía en una conversación que tenían a mis espaldas. En fin, no supe de nada de lo que decían y me puse enojado, decepcionado de todos y triste. Más que todo triste.

Me reí solo. —Muy loco, ¿cierto?

Todo el mundo miraba a su plato concentrado o evitaban mirarme. Excepto Isabella, que solamente le pareció que era extraño.

—Muy extraño —dijo Grace, intentando reírse nerviosamente—, no sé donde pudiste haberlo sacado.

—De tu mente —dijo Ally, dirigiéndose hacia Grace con el ceño fruncido—. Dualidad de mente, ¿de verdad? En que estabas pensando.

Todo el mundo se sorprendió de que Ally levantara la voz, no era que estuviera gritando, pero sí hablaba más alto de lo normal. Pero ella continuó. —Y ustedes también, —dijo dirigiéndose a todos los demás sentados. Excepto Isabella, que no tenía nada que ver en el asunto—. ¿En qué estaban pensando? A caso no les he enseñado nada. Ustedes de todas las personas saben que es sentirse discriminado por una habilidad, sin importar cuál sea.

Todos agacharon la cabeza. —Y no me hagan hablar del cuchillo.

—¡Estaba jugando! Probando sus reflejos —dijo Brady. Obviamente no, pero yo no quería enemigos y no dije nada.

Ally los reprendió y les hizo prometer de poner de parte y parte, mientras tanto yo me sentía en un sandwich, en esta conversación.

—¿Algo más, que no me hallan contado? —preguntó Ally, tranquilizándose.

—Grace muere la próxima semana en un sueño y Thiago muere el próximo domingo a manos de un hombre enmascarado —dijo Iris.

—Se supone que tú no recuerdas eso —dije confundido. Ella se encogió de hombros.


Isabella se paró y se fue a abrazar a Grace, con lágrimas en las mejillas. Grace se levantó de su silla y alzó a Isabella.

—Tranquila, ya tenemos un plan. Nada me va a pasar —dijo ella mientras intentaba tranquilizarla porque Isabella estaba llorando desconsoladamente. Le lanzó una mirada regañando a Iris, ella solo se encogió de hombros y siguió comiendo.

—¿Cómo saben esto? —dijo Ally preocupada—. Claire, ¿viajaron en el tiempo?

Claire negó con la cabeza, moviendo su mechón blanco de un lado al otro, y señalo a Iris. La velocidad y el tiempo están estrechamente relacionadas, entonces era la segunda sospechosa que tenía Ally.

—Por eso, cuando te abrace esta mañana te sentí diferente —dijo Ally, haciendo vibrar su mano a una forma humanamente imposible—. Me alegra que pudiste alcanzar la Fuerza de Velocidad.

—¿Tú también puedes usarla? —dijo Iris asombrada. Ally negó con la cabeza.

—Solo por unos momentos, hasta que mi absorción se acabe. No soy una usuaria —dijo Ally. A esto se refería cuando decían de absorber poderes, ella podía utilizarlos hasta que se acabaran—. ¿Quién te guio para viajar en el tiempo? Porque no lo hubieras podido haberlo hecho sola.

Brady me señalo. Ally, en vez de regañarme, se sorprendió y luego sonrió. —Parece que alguien es muy especial.

Mi furia se alimentó y quería salir, aunque, realmente no era mi furia.

—Tan especial que el próximo domingo, pierde la vida por unas personas que ni siquiera le muestran respeto y que ni lo aprecian —dijo Grace con odio. "No te entiendo, pero agradezco que quieras ayudar y por permanecer al lado mío. Eres un raro", me transmitió Grace con un tono amable—. Para que después se deshagan de él.

Realmente ella no estaba hablando de mí (al menos no completamente), sino de ella. Aunque dije que no había escuchado la conversación de mi sueño, mentí, y pude conectar las emociones que había sentido en la noche antes con el sábado anterior. Sabiendo que más que un sueño era un recuerdo.

—Entonces, ¿ya tienen un plan? —preguntó Ally, evitando responder a lo que Grace había dicho. Le conté lo que habíamos planeado, muchos se alegraron por la ida de Grace—. ¡Qué coincidencia! Yo había alistado la maleta de Grace para irse por una semana.

—Me imagino que te alegras de que no vaya a estar esta semana —dijo Grace, bajando a Isabella y terminando su desayuno.

—Realmente, sí —dijo Ally con aire misterioso, que dejo a Grace confundida. No era la respuesta que ella estaba esperando—. Tal vez, puedas conocer más del mundo y te gustará esta aventura. Te lo aseguro.

Guiño el ojo y levanto sus platos para irlos a lavarlos, cuando Ally salió del comedor todos se levantaron e intentaron salir de la habitación.

—¡Buen intento! No se escaparán de esta y espero que piensen lo que hicieron... mientras están castigados —dijo Ally desde la cocina. De la nada desaparecieron todos (bueno, casi todos, solo falto Isabella que no tenía nada ver)—. Grace y Thiago vayan a entrenar, Isabella ayúdame por favor con los cuatrillizos para alimentarlos.

—Entonces... —dijo ella.

—Entonces... —dije yo—. ¿Tu mamá no sabía acerca de nuestra conexión?

Ella apretó las manos y se mordió el labio. Estábamos en su habitación, porque Madre nos ignoró, en el suelo de madera, sentados uno frente al otro.

—La idea de dualidad de mente fue mía porque no podemos vencer a los gemelos cada uno por separado —dijo Grace y espero a que yo asintiera, entonces lo hice—. Pero, tienes que lidiar conmigo y mi madre quería que tú no estuvieras tan involucrado con nosotros.

"¿Por qué?", pero no le quise preguntar a ella y más bien me esperaba a que Ally me diera la respuesta.

—En fin —continuo ella—, a lo que vinimos, vamos. A ver si no mueres el próximo domingo.

Me ofreció sus manos y yo se las tomé, nuestras energías se volvieron a unir como antes lo había hecho. —Ya tienes el principio de la telequinesis y como no soy experta, entonces no te lo voy a explicar.

—Pero lo que hice fue de instinto, no tengo idea cómo volverlo a hacerlo —dije queriendo realmente aprender. Porque lo que hice, ¡estuvo genial! Merecedor de estar en una película.

Suspiró, en señal de rendición. La verdad era que ella no quería explicar. —Lo que tienes que hacer es reunir energía y dirigirla hacia un objeto, si necesitas extiendes el brazo para concentrar más la energía.

Me dijo que lo intentara, aunque no me soltó las manos para la segunda opción. Concentré mi energía e imaginé que viajaba como ondas radiales, hacía una silla que tenía Grace. Poco a poco, la silla fue levitando hasta tocar el techo. Grace me indico que la bajara suavemente porque también la estaba haciendo levitar a ella, también sonó cuando las patas de la cama tocaron el suelo.

—¡Genial! Eres mejor que yo. ¿Cómo hiciste? —dijo Grace impresionada.

—¿Ondas de radio? —dije con incertidumbre.

Ella quedó pensativa y dijo que le diéramos un intento juntos, levantándonos a nosotros mismos. Creo que, me di cuenta cuando estábamos levitando, se gasta más energía de mi manera, dado que al ser una onda también se levantaba algunas cosas alrededor. Pero igualmente nos sentimos en el espacio, gravedad cero, ya que algunas cosas también flotaban, daba esa impresión. Después intentamos con el método de Grace, que era dirigir la energía hacia un solo punto, como si de tu frente saliera y fuera a parar hacia el objeto. Con ese método pudimos levantar objetos pesados, como la cama de ella.

Tuvimos un tiempo llenos de risa, hasta que...

—Tengo hambre, ¿tú no? —pregunté cuando mi estómago me gritaba que le pusiera atención. Pero Ally (Isabella con ella) subió antes de que Grace pudiera responder, ya con el almuerzo. Era un ajiaco. ¡Delicioso! Madre creó una habitación solamente para los cuatro y pudimos tener un pícnic (como antes habíamos planeado y los soldados lo arruinaron). Digo que se pudo tener un pícnic porque la habitación se asemejaba a un campo, con pasto, árboles y flores; algo que parecía de un sueño. Isabella quiso jugar a las cogidas con nosotros, obviamente Ally tuvo que declinar la oferta porque no podría tocar a Grace. Pero nos divertimos un montón, hasta que Grace hizo trampa cuando era el turno de Isabella para atrapar.

Sin ilusiones!", grito mentalmente Isabella, cuando vio a diez Graces alrededor de ella. Estábamos todos conectados para comunicarnos mientras jugábamos, cabe la aclaración. "¡No es justo!"

Iba a comenzar llorar, como todos los niños lo hacen cuando pierden o están en desventaja, e Isabella no era la excepción, aunque tuviera habilidades y ya tuviera 11 años. Grace hizo desaparecer su ilusión y apareció atrás de ella, para consolarla y disculparse; aunque fue una trampa, dado que recién Grace apareció, Isabella la tocó.

Tu turno!", gritó emocionada y se fue corriendo.

"Me cansé", dijo Grace y se recostó en el pasto. "Es el turno de Thiago, que nos divierta con una ilusión".

Isabella se sentó a lado ella como si fueran a ver un show o una obra de teatro. Primero, pensé que era un chiste, pero todos querían realmente verme hacer una ilusión. Incluso Ally, que aunque no tengo ni idea cómo, entendió que Isabella quería una historia.

"Cuenta el de Caperucita Roja", dijo Isabella. Luego hizo unos ojitos para rogar, (ojitos que como los de Lila) que consiguen cualquier cosa.

Mire a Grace con ojos de: "¡Ayuda! No tengo ni idea de cómo hacer una ilusión."

"Voy a ayudar a Thiago con la historia.", le dijo Grace a Isabella y le guiño el ojo. Fue hasta donde estaba y me ofreció ambas manos, las recibí. Nos desconectamos de Isabella, mientras la explicación.

"Es fácil," comenzó diciendo, pero obviamente para ella era fácil, lo había hecho toda la vida. "Te conectas a la mente de todos los que quieres que la ilusión haga efecto, en este caso nosotras tres. Luego, buscas el tálamo, córtex visual y el lóbulo frontal; el primero es el que traduce lo que vemos, igualmente que el segundo y el tercero es el que da una decisión final. Lo que nosotros hacemos es saltarnos el paso donde el ojo y la retina hacen su parte de mirar y traducir lo que vemos."

Super fácil!", dije con sarcasmo. "Porque no me das una hora cátedra, tal vez, así pueda tomar apuntes."

Ignoro mi comentario y me pasó energía, me conecté a la mente de todas. Al menos el primer paso era fácil. Aquí tuve que buscar la parte física, no la parte abstracta de la mente (como la primera vez que entre a la mente de Grace), algo que no fue tan complicado.

—¡Mira! —Dijo Ally, cuando ambas pudieron ver a una Caperucita Roja que tenía el aspecto de Isabella. Realmente no la veían con sus ojos, sino con su mente, pero eso es un tecnicismo.

¡Fue complicado! Tocaba poner los lugares donde ella andaba (la escenografía) y colocar al antagonista de la historia, un lobo que parecía sacado de un documental de Animal Planet en vez de un cuento para niños. Pero hubo risas por cómo conté la historia de tan extraña manera y con esto supe que al menos estaba haciendo un buen trabajo. Además, hace tiempo que no leía ni escuchaba esa historia y había partes que no recordaba.

"Ya se pueden soltar las manos", dijo Isabella intentando separarnos. El show ya había terminado y aunque no me hubiera alcanzado para ninguna nominación a premios, me divertí bastante igual que todos. Con Grace nos habíamos quedado mirando, después de que termino y no pude quitarme la sensación de que algo estaba sucediendo entre nosotros o solamente sujetar las manos con una chica hermosa daban sensaciones extrañas en el estómago. "Se ven como si estuvieran locos".

—Madre, por favor —pidió Ally. Estuvimos en el cuarto de Grace todos parados, sin saber qué hacer. Ally se retiró cuando ya se puso incómodo, mientras que Isabella quería ver nosotros qué hacíamos.

—Voy a alistar la maleta —dijo Grace después de pensar un rato.

"¡Eso ya lo hizo tu mamá!", respondió Isabella y le impidió el paso.

"Te ves cansada, ¿no quieres dormir?", le ofreció Grace y le acarició el cabello, pero Isabella negó con la cabeza. "Podríamos... darle un recorrido a Thiago."

Isabella se emocionó con la idea, pero antes nos advirtió. "¡Pero sin miradas raras!"

Nosotros nos reímos con torpeza, mientras que Isabella nos dirigió hasta el primer piso. Y comenzó a nombrar, la sala, el comedor y la cocina; algunos objetos irrelevantes como el florero, la alfombra de la sala y la isla de la cocina.

"Y, ¿esa puerta?", le pregunté a Isabella, ella se encogió de hombros. La puerta parecía que diera a algún sótano y estaba abajo de las escaleras que dirigían al segundo piso.

"¡No podemos pasar!", dijo e intento con todas sus fuerzas abrirla. Luego, como una agente de bienes raíces que quiere vender una casa, nos hizo subir al segundo piso. Nos mostró la habitación donde dormían los chicos y las chicas, que se veían algo pequeñas; la de los chicos solo tenía un camarote y la de las chicas era dos camas sencillas.

"Es muy pequeño, ¿no? Para tanta gente", dije intentando imaginar cómo dormían cuatro chicas, (Claire, Iris, Isabella y Lila), en dos camas sencillas.

"Esta es la habitación física", dijo Grace, e hizo que Isabella entrara, ella desapareció al instante. "Madre les creo una habitación a los que duermen en ellas y no hay necesidad de crear una cada noche. Si yo entrara..."

Dio un paso al frente y... nada pasó. "Solo los que duermen en las habitaciones pueden entrar a ellas."

Isabella volvió de la "otra habitación" y continuo con su tour. "Este es el baño para todos los chicos y las chicas tienen el baño de Ally."

Y nos dirigió a la habitación principal, que tenía una masiva cama King y un peluche en la esquina de la habitación también masivo. "Aquí es el armario, pero está cerrado porque hay gente que le gusta probarse la ropa de adultos y, por eso, está bajo llave. Todavía está bajo negociación, igual que el maquillaje del baño."

Grace señaló a Isabella, cuando ella se volteó e intento reírse disimuladamente, de que la pequeña estuviera hablando en tercera persona y estuviera confesando. Atravesamos el armario para pasar al baño que tenía una tina e Isabella terminó su recorrido.

—Esperen —dije antes de que bajaran al primer piso—, ¿dónde duermen los cuatrillizos?

Isabella nos volvió a llevar al armario y le dio la orden a Madre, de la nada, estuvimos en un cuarto con cuatro cunas. Todas identificadas con el elemento de cada bebé, una que estaba en llamas, otra en medio del agua, otra llena de rocas y, la última, en medio de un tornado. Y aunque se veía catastrófico, donde estábamos parados no tenía ningún impacto. Isabella avanzó unos pasos y un aviso salió, era una advertencia de no pasar en 3D, pero igual ella continuo. Los poderes de los cuatrillizos por un momento se detuvieron y un gran reloj comenzó una cuenta regresiva, daba 15 minutos.

—¿Qué pasó? —pregunté confundido por lo que había sucedido. Parecía que hubiéramos entrado a un área con un arma bioquímica o algo similar.

—Ellos no pueden controlar sus habilidades, al menos no todo el tiempo, entonces Madre tuvo que crear una habitación especial para que puedan estar sin dañar a nadie —explicó Grace sin pasar la barrera invisible, mientras observaba a Isabella sostener a Sofía—. ¿Te acuerdas?

Ella se refería de cuando era un bebé. Intenté acordarme de cuando era niño, cuando mi habilidad se activó, tuve que ir bien profundo en mi mente; lugares que estaban bien olvidados, algunos donde nunca quisiera volver a ir. No lo recordaba muy bien, pero lo que sí sabía, era que en un momento estaba bien y en el otro sentí que me perforaban el cráneo con millones de pensamientos. Lloré, por el dolor que traía todos esos pensamientos y la emoción que cargaban. Mi mente se sobrecargó, no podía más y se apagó. Pasaron muchos años dolorosos donde tuve que soportar escuchar lo que la gente, realmente, pensaba de mí. Inclusive los pensamientos de mis padres.

Nunca dije nada, sabía que no me creerían y grité en silencio. Sufrí en el silencio de mi mente sobrecargada. Hasta que mi abuelo me enseño a cerrar mis pensamientos y, aunque no sellaba de forma perfecta porque igualmente podía escucharlos, hubo un alivio. Pensé que todo iba a mejorar cuando comenzamos a practicar con él, alegrándome después de mucho tiempo. Y luego, él desapareció sin dejar huella ni nota.

—¿Estás bien? —preguntó Grace sujetándome la mano y buscando mi mirada perdida, preocupada por lo que me estuviera sucediendo—. Estás temblando. Lo siento, por hacerte recordar esas cosas, no era mi intención.

—Tranquila —dije intentando calmarme, llevando todos esos recuerdos y emociones a un rincón de mi mente. Desconociendo cuánto de mis emociones había ella percibido—. No fue una experiencia bonita, pero ya la superé. Me hubiera gustado tener a alguien que me hubiera entendido, como tú. Lo hubiera hecho un poco más fácil.

Ella se sonrojó con el comentario. Pero yo continué. —Los cuatrillizos son afortunados de que tu mamá los cuide, ellos son entendidos porque todos han pasado por algo semejante.

—Se supone que esa es la misión del Instituto —dijo Grace volteando a revisar a Isabella, que todavía le quedaba cinco minutos dentro de la habitación y ya había revisado a tres bebés—, pero con los cortes del presupuesto y no hay suficiente personal para llevar al cabo la tarea. Todavía hay muchos chicos con habilidades allí afuera que no son entendidos y necesitan entrenamiento.

—¿Cómo era antes? —pregunté.

—Mi madre iba por toda Colombia buscando a niños, jóvenes o adultos que tuvieran habilidades y los traía aquí. Algunos chicos eran de paso, mientras otros eran internos, dado que no tenían ningún otro lugar donde ir. Mientras que otra persona recurría a misiones del gobierno para demostrar que la inversión sí estaba haciendo fruto —dijo y suspiró—. En fin, eso fue hace mucho tiempo cuando yo tenía cinco y casi ni me acuerdo.

A Isabella le quedaba 1 minuto, pero parecía que no se daba cuenta, Grace la llamo para que saliera; pero Isabella no la estaba escuchando. Cuando Grace fue a buscarla, la barrera invisible no le permitió la entrada. Ella golpeó con todas sus fuerzas para llamar la atención de Isabella, una acción que no dio fruto.

—¡Madre! Déjame entrar. ¡Ahora mismo! —le ordenó, pero Madre no le respondió. Intentamos conectarnos mentalmente con ella, pero no la podíamos encontrar, como si en esa habitación no hubiera nadie. Pregunté que posibilidades teníamos para llamar la atención de ella. Grace estaba haciendo pasando todas las opciones por su mente, hasta que encontró una—. Es un poco arriesgado, pero no tengo otra idea.

—¡Dila! —dije con impaciencia, no teníamos tiempo para pensar.

—Tengo que proyectar mi mente, en la otra habitación —dijo como si eso fuera de alguna manera lógico. Mi cara de confusión dijo todo lo que mis palabras no podían decir—. Solo tenemos que reunir energía suficiente para que nuestra mente se puedan proyectar en la otra habitación, es como si fuéramos fantasmas.

Agarré con gentileza ambas manos de Grace y le pasé energía, la que más pude. Y mi mente envolvió la de ella, para protegerla por si pasaba algo. —¡Hazlo!

Se concentró y dio un grito de esfuerzo, poco a poco apareció Grace en la otra habitación. ¡En serio parecía un fantasma! Era el cuerpo de ella, pero traslúcido. Me dio escalofríos de solo verla.

El reloj dio 15 segundos y ya los poderes de los cuatrillizos comenzaban a manifestarse. Isabella se asustó al ver a la mente de Grace (o el fantasma de ella, no sé qué decir exactamente), dejó al bebé y salió del cuarto.

—¡Justo a tiempo! —le dije a Isabella. Grace hizo desaparecer a su fantasma e intentó recomponerse, tambaleo cuando fue a darle un abrazo a la pequeña.

"¡Eso fue horrible!", dijo Isabella telepáticamente, ya que, la conexión se había restablecido. Isabella le dio un gran abrazo a Grace y se quedó allí. "Me dio mucho miedo, no vuelvas a hacerlo. ¡Por favor!"

Rogó Isabella y comenzó a llorar. Grace la alzó y la comenzó a arrullar, intentando calmarla, comenzó a entonar una canción de cuna. Le pedí que a Madre que nos sacara y lo hizo, de milagro.

Se estaba haciendo de noche, ya pronto tendríamos que salir para mi casa; a una semana que no se compararía con ninguna otra. Me senté en una mecedora y comencé a balancearme lentamente, viendo a Grace caminar de un lado a otro de la habitación. Cuando Isabella se quedó dormida, Grace la puso en la masiva cama y se sentó a su lado.

—¿Me ayudas? —preguntó ella, después de un rato, se veía agotada—. Por favor, podrías borrarle el recuerdo a Isa.

Era la primera vez que la llamaba Isa, no que fuera relevante. Le toque las sienes y fui en busca de la memoria, como era tan reciente la encontré sin problema. Cuando la revise, Grace tenía los ojos de un color amarillo resplandecientes y se veía como un fantasma. Yo solo la había visto por atrás y me había dado escalofríos... De frente daba miedo, mucho miedo. Y no que fuera ella, si yo lo hubiera hecho, también creo que la hubiera asustado. Le extraje el pensamiento y salí de su mente.

—Creo que deberíamos irnos para alistarnos para mañana —dije y ella asintió.

Salimos de la habitación y nos encontramos con los chicos que parecían que hubieran estado haciendo trabajo de campo. Porque olían a... Ya lo saben.

—¿Qué le pasó? —dijo Brady señalando a Grace.

—Estábamos cazando fantasmas —dije en tono serio. Todos me miraron dudando de que no estuviera jugando, pero cada uno fue a sus cosas, sin querer más explicaciones. Se veían agotados, parecía que se fueran a desmayar. Parece que los castigos de Madre eran horribles.

Bajamos al primer piso, donde nos encontró Ally con un ponqué de envoltura naranja para cada uno.

—Te va a encantar esta semana —dijo Ally y nos entregó los ponqués—, te lo aseguró. Nos vemos el viernes. TT te manda las maletas después de que se bañe.

—Gracias —dijo tímidamente Grace. Ally chasqueó los dedos y fue ella la que nos teletransportó. Ambos terminamos encima uno del otro en mi habitación, cara a cara, a oscuras. Sentí su respiración cálida y porque todo estaba en silencio sentí las pulsaciones de su corazón. Pero luego las maletas de Grace nos cayeron encima, totalmente, arruinando el momento. Si hubiera existo un momento, quiero decir.

"Que forma de comenzar la semana", me dije mientras Grace se levantaba encima mío y fui a prender la luz. Estábamos rojos y mudos. Corte el silencio cuando fui a organizarle la otra habitación, continua a la mía. Realmente no era una habitación, se suponía que era una oficina que nunca se terminó, pero había quedado olvidado en el tiempo, tenía algunas cosas (cachivaches más que todo). Organice todo y lo que no pude lo arrime o lo embutí en el armario.

Grace me ayudo a pasar las maletas y en una de ellas había un saco de dormir.

—No necesito colchón —dijo Grace cuando le ofrecí un colchón de mi nido—, normalmente, tiendo a levitar con telequinesis cuando duermo.

—¿Por qué? —pregunté extrañado, eso no era algo de todos los telépatas. Pero ella se encogió de hombros—. Entonces que tengas buena noche.

—Igualmente.

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