Capítulo 13
"Estamos en una biblioteca", dije cuando me sentí de nuevo yo y vi a mi alrededor. Me tomo un tiempo adaptarme, no se sentía nada como entrar en una mente que estaba despierta. Literalmente me sentía dentro de una película, estaba vestido como cualquier civil y me sentí como un extra, mientras una historia pasaba alrededor.
Grace me sujeto la mano con fuerza. "En los sueños hay realidad y ficción, todo sucediendo en el mismo tiempo", dijo y comenzó a caminar. Muchos rostros no se veían con claridad y me acerqué a un hombre que tenía un bigote poblado, pero no se le veía nada más, parecía que no tuviera rostro, solo un bigote. Me dio un escalofrío. Grace explicó: "La mente no alcanza a guardar todos los detalles de una escena, solo algunas características que sobresalen". Igualmente, la escena parecía hermosa, todos felices y en sus asuntos, niños corriendo y riendo, adultos ocupados hablando por teléfono, todo se movía en perfecta sincronía. Y, de un momento a otro, llego la estrella de la película. Una niña castaña con un vestido rosa y zapatos rojos. La atención de todos fue dirigida hacia ella. Me sorprendí cuando reconocí a la niña, ¡era la presidenta! Una versión joven e inocente, pero era ella.
Ella caminó hasta la estatua que estaba en el medio del edificio, un dragón. El sitio también se me hizo conocido y, aunque ya había dicho que estábamos en una biblioteca, no sabía cuál. Pero el dragón me dio la pista final de nuestro sitio, era la biblioteca El Tintal Manuel Zapata Olivella; un nombre que en mi opinión era demasiado largo. La estrella de la película comenzó a esperar y todo alrededor comenzó a moverse, siendo ella lo único fijo.
"Vámonos, que aquí no es". Me indicó Grace y me llevo hasta la salida. Salimos e inmediatamente terminamos en otra biblioteca. Pensé que íbamos a salir a las calles de ladrillo que rodeaban la biblioteca El Tintal, pero no fue así.
Y mientras la escena volvía a aclararse, intente ubicarme en donde estábamos. Estábamos dentro de la sala infantil de la biblioteca Virgilio Barco.
"Michelina". Sonó por todo el lugar. La niña, que ya había crecido, fue hacia donde estaba la voz. Una señora apareció, la recibió en sus brazos y la alzó.
"¿No va a venir?", preguntó desanimada la niña, la señora negó con la cabeza. Ambas se dirigieron a la salida. Grace me indico que las siguiéramos. Probablemente, la señora que habíamos visto era la mamá de la presidenta.
Las seguimos hasta cuando salieron hasta dónde estaban los espejos de agua. Allí se encontraba una adolescente Michelle, entrando a la biblioteca.
"No existe tiempo dentro de los sueños". Comentó Grace y empezamos a seguir a la presidenta adolescente. Fue a dejar su bolso en el casillero y entró a la sección para adultos. Estuvo divagando por todas las secciones, parecía que buscara algo. Saco una nota de sus jeans y lo leyó con detenimiento, pronunciando lentamente cada palabra, pero nosotros no oíamos nada, tampoco podíamos ver lo que estaba escrito en el papel.
"Debe estar censurado para nosotros", le dije a Grace. La presidenta comenzó a darse cuenta de que estaba en el sitio incorrecto y corrió para otra sección de la biblioteca. Saco un libro y dentro de este saco una nota. Se alegró y salto de la emoción. Salió de la sección para adultos y fue a la cafetería que estaba en el piso de abajo. Se fue a sentar y todo volvió a correr con velocidad, algunos meseros se le acercaban a ver si deseaba algo más. A la persona que esperaba nunca llego. Hubo un momento en que todo se puso quieto. La presidenta estaba llorando desconsolada, al mismo tiempo que, la nota que tenía en la mano la arrugo hasta hacerla una bolita de papel.
"Aquí es", dijo Grace y se acercó a la escena. "¡La bola de papel arrugada, es el medio en donde ellos van a entrar!". Se la quitamos y la destruimos con nuestra energía. Celebramos cuando la bolita se desintegró.
"Muy tarde". Dos voces en unísono hablaron. Los gemelos habían llegado y su personificación eran una sombra humana, se veía horripilante. "¿Creen que fue la única puerta para entrar a la mente de nuestro objetivo? Están muy equivocados". Su voz era gruesa e irreal
De un momento a otro, todo se detuvo. Como si el director de la película hubiera gritado "¡Corte!".
"Nuevo plan, tenemos que evitar, a toda costa, que maten a la presidenta", dijo Grace. Era un plan lógico, el problema era cómo. "Es fácil, tenemos que crear cosas que ayuden a la presidenta. Nosotros tenemos la ventaja porque tenemos acceso físico a la presidenta. El sueño va a seguir, los gemelos van a crear cosas que alteren el sueño e intenten matar a la presidenta. Nosotros haremos cosas que lo defiendan. Nosotros no podemos interferir con el sueño, solamente mirar, ¿listo?"
"La verdad es que no", dije, pero Grace ya había reanudado todo.
La presidenta se levantó y se fue.
"Que comiencen los juegos", dijeron los gemelos en unísono y fueron después de ella. Salimos después de ellos.
Estábamos en la 26 con Cali, en el carril del medio en la ciclorruta, todo se veía destruido y vacío. La presidenta adolescente caminaba segura como si se dirigiera a algún lado. Yo miraba alrededor y la ciudad se veía como una distopía. Una gran explosión sonó e hizo estremecer el lugar. El miedo lleno a la presidenta que salió corriendo hasta una estación y se acurrucó a lado de una pared de piedra. Luego, comenzó a sonar disparos que se escuchaban demasiado cerca.
Los disparos cesaron y una voz distorsionada sonó en un megáfono. "¡Esta es la toma de Bogotá! ¡Ríndanse o perezcan!". Otra vez los disparos comenzaron y, en seguida, sonaron gritos de personas. Se sentía que se estuviera en una zona de guerra.
"¡Necesitamos una puerta! Necesitamos ir a otro lugar que podamos controlar". Gritó Grace. El problema era que no había ninguna puerta cerca. Y la presidenta estaba en llantos. Los sonidos de arma se acercaban, teníamos que irnos de ahí lo más pronto posible.
"¡Necesitamos un personaje que la saque de aquí!". Al mismo tiempo que decía esto, comencé a utilizar energía para crear a alguien. Luego un sonido de moto, que se aproximaba. Las motos no andaban por ahí, pero en los sueños todo es posible.
El conductor se bajó de la motocicleta y le dijo que la acompañara, pero la presidenta estaba presa del miedo y no se podía mover. Grace tocó al conductor, modificando su estatura, edad y apariencia. Después de esto, el conductor se quitó el casco negro y dejo ver una versión más joven de Sebastián.
"Michelle debemos de irnos", dijo Sebastián, la presidenta a escuchar su voz levantó el rostro y aceptó la mano que Sebastián ofrecía para ayudar a levantarla. Se montaron en la motocicleta y se fueron.
"¿Dónde está nuestro vehículo de salida?", preguntó Grace, en menos de nada (lo que me demore en crearla), una moto en piloto automático llego y se parqueó.
"Creo que esta es para nosotros". Por un lado, de la motocicleta, decía mi nombre y por el otro el de Grace en letras de oro. Grace tocó suavemente su nombre y se subió a la moto.
"Pensé que yo manejaría", dije y ella hizo rugir el motor al límite, me subí atrás de ella cuando escuche pasos. "En tus sueños". Ella aceleró, justo a tiempo porque estaban volviendo a disparar.
"¿Nos pueden lastimar?", pregunté cuando vi un tanque que estaba moviendo su torreta en dirección a nosotros.
"No quiero averiguarlo", dijo Grace y aceleró con más fuerza. Alcanzamos a la presidenta, pero estábamos en un lugar abierto y sin oportunidad de encontrar una puerta. Sonó varios disparos del tanque y toco evadir varios agujeros que se habían creado en el suelo. Llegamos a la 26 con Boyacá, dejando atrás al tanque y toda la conmoción, bajamos por un túnel y luego seleccionamos el camino para irnos por la Boyacá. Allí se encontraba un taxi esperando, Grace abrió la puerta y obligo a todos a entrar.
Estuvimos, de nuevo, en un espacio cerrado y no me sorprendí en encontrarme de nuevo en una biblioteca, exactamente en el tercer piso. ¡¿Qué tenía la presidenta con las bibliotecas?! ¡Que nerd! Esta era la Julio Mario Santodomingo por ahí al medio día con un gran sol de domingo.
"Necesitamos otro plan", dije mientras intentaba recuperar mi aliento. "Porque eso estuvo muy cerca."
"Aquí debería estar la otra puerta, si la cerramos, acabaríamos. Pero, igualmente, tendremos que sacar a los gemelos de la mente de la presidenta", dijo Grace y lo hizo sonar como si solo fuera oprimir un botón.
La presidenta hizo su entrada y se dirigió hacia la rampa, dejo que la inclinación hiciera todo el trabajo de bajarla. Sebastián había desaparecido de esta escena. Seguimos a Michelle que debía tener por ahí 18 y ya se veía como una adulta.
Llegamos hasta el primer piso, donde se encontraba un señor que se notaba que la estaba esperando a ella. Muchas personas estaban caminando por el lugar en sus asuntos. Este señor se encontraba con traje y una elegancia que no ameritaba. Ni siquiera el señor saludo cuando Michelle comenzó una discusión, todos los presentes detuvieron su andar y se centraron en la acción. Aunque era una discusión acalorada no podíamos escuchar ninguna palabra. El señor intentaba calmar a Michelle, pero sin éxito. Cuando la presidenta termino y estuvo satisfecha, se marchó, dejando al señor de pie con toda la gente mirándolo.
Seguimos a Michelle que fue a una zona verde, que tiene una rampa para subir a este lugar, y comenzó a llorar detrás de un árbol.
Yo, en lo personal, estaba perdido, no había entendido nada de lo que había sucedido. Tal vez le preguntaría a la presidenta cuando todo esto acabe, si tengo oportunidad.
Un chico llegó con una pequeña flor y se la ofreció. La saludó y le preguntó el porqué de su llanto. Toda la explicación que hizo la presidenta estaba también censurado.
"¡Qué frustración! No podemos saber nada de lo que está sucediendo", le dije a Grace. Ella, en cambio, no se había fijado en eso, sino en el muchacho que le había dado la pequeña flor. Era la misma apariencia de Sebastián, pero mucho más joven. Ambos nos miramos, pensando que el otro lo había creado como antes lo habíamos hecho, cuando se estableció que ninguno había sido, los seguimos observando.
La presidenta tomó la flor con lentitud, no confiando en el joven que la pasaba por ahí dos a tres años. El chico vio su desconfianza, se despidió y se alejó de ella con lentitud. La presidenta recapacitó, dejo la flor en el suelo y fue a alcanzarlo. Yo ya iba a comenzar a seguir a la presidenta, cuando Grace me detuvo. La flor que ella dejó en el pasto comenzó florecer con gran velocidad, creando en un momento un gran jardín hermoso.
"Aquí es", dijo y coloco ambas manos en el suelo, imite sus actuar y comenzamos a transmitir energía al suelo.
Hubo un gran momento de quietud y silencio, luego todo se puso negro como si ya se hubiese acabado la función de alguna película. La presidenta ya estaba a salvo, podía sentir esa seguridad que venía de Grace y que por nuestra conexión no necesitaba de palabras para decirme que ya casi todo este asunto iba a acabar.
"¿Creen en la suerte?". Dos voces que sonaban como una, resonaron en el lugar que nos encontrábamos. "Porque es imposible que lo hayan logrado y nos hayan vencido, cuéntanos que estrategia usaron".
Segundos pasaron y no respondíamos, sentía que si no decía nada ellos se irían. Algo muy ingenuo de mi parte. Grace estaba comenzando a estar ansiosa. Desde ese momento no volvimos a hablar, sino que fue nuestra conexión la que nos ayudaba a comunicarnos. Un sonido como de engranajes se escuchó de fondo. Están pensando, yendo por todas las posibilidades para saber qué hacer a continuación. Un gran clic sonó como si la idea se hubiera encajado y ya hubieran adivinado que había pasado.
"Dualidad de mente, están condenados. Ya sabemos como vencerlos". Sus palabras nos llenaron de miedo, se suponía que nuestro vínculo hacía que nuestras mentes fueran impenetrables. El suelo se comenzó a mover, el tamaño de una cancha de futbol estaba suspendida en el aire y se iluminó todo el lugar. Luego de esto, una figura imponente apareció al lado opuesto en que nos encontrábamos y la distancia que nos separaba se comenzó a acortar. Después de que todo termino, solamente nos encontrábamos a más o menos 20 metros de nuestro oponente.
Me estaba llenando un sentimiento de pánico. "Tranquilo", me decía Grace, aunque también se lo estaba diciendo a ella misma. "Todavía podemos vencerlos, no hay nada de que preocuparse". Di una gran bocanada de aire y lo dejé escapar lentamente. "Somos más poderosos juntos", dije como una frase motivadora de algún calendario.
En ese momento, me di cuenta de que nunca le había soltado la mano a Grace desde que habíamos llegado a este campo de batalla. Intente no prestarle atención, pero fue imposible y creo que Grace sintió esto. Alcance a ver por el rabillo del ojo que se había sonrojado.
Los gemelos tenían que arruinar el momento dando un gruñido de batalla. Y la gran figura, que se asemejaba como algún tipo de robot ninja, que ambos controlaban, comenzó a correr hacia nosotros. Llevaba una espada masiva como el tamaño de mi brazo y un escudo en la parte de atrás.
"¿Cómo se pelea en esto?", le pregunté a Grace.
"No hay reglas ni límites, al fin de cuentas, no me hemos salido de los sueños de la presidenta. Puedes imaginar cualquier cosa, darle un poco de energía y aparecerá, pero así mismo, es más complicado vencer a tus enemigos", dijo Grace y creo una gran torre para ganar el terreno alto. Cree una metralla y comencé a dispararle al robot. El robot sacó el escudo para protegerse y siguió avanzando como si no le molestará para nada. Grace se acordó de algo y exclamó. "Otra cosa, no puedes dejar que te maten porque te desconectaras de la mente de la presidenta y solo quedaría alguno de nosotros para pelear y ninguno puede solo".
"¡Entendido!"
El robot creó un lanzacohetes y derrumbó nuestra torre. Levitamos hasta llegar sanos y salvos hasta el suelo. Cree una sala de espejos como una diversión.
"¡No se pueden esconder de nosotros!". Gritaron los gemelos y el robot comenzó a destruir los espejos. Utilizamos esta sala para golpear al robot unas veces, esto lo hizo enojar aún más. Nos reagrupamos con Grace atrás de un espejo.
Hubo un momento en que una palabra se me estaba comenzando a grabar en la cabeza y después la comencé a decir sin filtro.
"Mal". Una y otra vez la repetía, sin saber el porqué.
Grace, recién me escucho, supo el porqué; había problemas afuera. Era una frase que le había dicho a Sebastián en caso de emergencia. Me imagino que tuvo que repetirla demasiado para que yo la pudiera reproducir.
La pregunta era, ¿ahora qué?
El robot apareció detrás de nosotros con la espada en alto para acabar con nosotros. Cada uno rodó a una dirección, evitando el golpe letal. La espada quedo clavada en el suelo, el robot intento sacarla, pero no lo logró. Eso me dio tiempo suficiente para crear un martillo de gran tamaño, que parecía sacado de algún dibujo animado, y destruirlo.
Por un segundo, pensé que todo ya había terminado, pero no. Los propios gemelos aparecieron en escena.
"¿Qué vamos a hacer?", pregunté. Los gemelos parecían distorsionados y no se podía ver ningún rasgo que los pudiera distinguir.
"Tengo una idea". Ella creó una puerta en el suelo, casi pregunto el motivo de la puerta, si no fuera porque ella me lanzó por ella.
Volví al cuarto de Ally, Sebastián tenía un rostro de preocupado. Me levanté con gran esfuerzo. Me sentía cansado, pero lo aparte para preguntarle a Sebastián que estaba sucediendo.
—Estamos rodeados, tenemos 5 minutos antes que ingresen por la fuerza a la casa.
"Has firmado tu sentencia de muerte", me dijeron los gemelos. Mientras creaban cada uno una espada.
"Tal vez", dije mientras creaba dos katanas gemelas. "Pero si yo llego a caer, ustedes caerán conmigo."
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