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XXXVI. ⃟💜Mi esposa. ⃟💜

Mini maratón 2/3.

Pasaron unos días, días en los que ambos salieron a pasear y a disfrutar su día en la playa. Y hoy, se disponían de disfrutar el último día que les quedaba de luna de miel, antes de volver a casa. Ambos vestían combinados, con colores iguales en sus atuendos; HanA con una blusa de tirantes blanca y un short de color amarillo, mientras JungKook llevaba una camiseta amarilla con un short que le quedaba hasta por encima de las rodillas, color blanco.

Habían salido temprano para desayunar en un restaurante que quedaba cerca de la casa y que daba una vista maravillosa del mar, además de que estaba posicionado en gran parte sobre este, los dos reían y charlaban animadamente.

Luego salieron a caminar, tomados de las manos, con aquella camiseta JungKook Luchia su brazo lleno de tatuajes, lo que no era bien visto, pero a él parecía no importarle, se mantenía satisfecho con el secreto que su Nuna le había confesado.

»Me encantan tus piercings y esos tatuajes me vuelven loca«

Después de saber aquella información, él le aclaró que sentía miedo mostrar mucho sus tatuajes por miedo a que ella no le gustaran pero HanA negó volviendo a repetir que sus tatuajes le gustaban mucho. Por eso, desde ese día comenzó a usar prendas superiores que le dejaran relucir sus tatuajes.

—Vamos Nuna, te comprare un helado. —le dijo él al notarla mirar por mucho tiempo a los niños tomando helado.

Se acercaron al puesto de los helados, la señora que vendía los helados les sonrió.

—¿Chocolate Nuna? —preguntó JungKook sonriente, él sabía que ese era su sabor favorito, pero quería saber si le apetecía ese u otro sabor. HanA asintió y le sonrió cuando él le guiñó un ojo, se volvió a la señora tendiendole el dinero—. Dos de chocolate, por favor.

La señora tomó el dinero sonriente, y comenzó a preparar los pedidos.

—Tienes una hermana muy bonita. —dijo la señora a JungKook mientras le extendió los helados.

—¿Perdone? —dijo JungKook sonriendo.

—Su hermana, es muy bella.

—Oh no, no es mi hermana, es mi esposa. —respondió él sonriente.

Aquello escandalizó a la mujer en seguida y a otras personas que esperaban en la fila.

—¿Qué? ¿Son esposos? —JungKook asintió—. Pero ella se ve mayor mucho mayor.

JungKook miró a HanA quien miraba al suelo, regresó su vista con el entrecejo fruncido a la señora.

—¿Tiene eso algo de malo? Es la mujer que amo y es la madre de mi hijo. —aquella información sacó un grito ahogado de algunas personas—. Prefiero estar con una mujer madura y no con niñas que no saben qué es tener un corazón.

Dicho aquello tomó la mano de su esposa y dejó los helados, pero antes de irse.

—Si quiere que su negocio fluya bien, absténgase de querer entrometerse en la vida de sus clientes.

—Yo solo halague a...

—Y reaccionó de forma extravagante cuando le aclaré que era mi mujer. —la señora bajó la mirada—. No denunció su puesto, porque no vale la pena.

Dicho aquello se alejó. Se sentía molesto, muy molesto. Un rato después HanA se intentó safar del agarré de él.

—JungKook me duele... —dijo deteniendo el paso de él. JungKook soltó la muñeca de HanA y esta se frotó.

—Perdóname cariño, no era mi intención hacerte daño.

—Está bien, no es importante —sonrió, él la tomó por las mejillas para mirarla a los ojos y comprobar que realmente todo estaba bien—. Solo que me quedé con ganas de tomar helado.

—Busquemos otro lugar ¿Está bien? —le dió un beso sobre la nariz y la tomó de la mano, entrelazando sus dedos.

Caminaron durante un rato y encontraron otro puesto de helados, compraron dos de chocolate y se sentaron a tomárselo en la arena. Más tarde, en la noche, debían ir a una fiesta a la cual habían sido invitados por unos vecinos que conocían a los padres de HanA.

—Amor —dijo él abrazándola desde atrás mientras ella se terminaba de pintar los labios—, ese vestido te queda demasiado bien, quítatelo.

Ella sonrió y se volvió a él.

—¿Me lo cambio o solo me lo quito?

—Queria decir lo primero, pero con lo segundo me sentiría más complacido. —sonrió pícaro e intentó besarla pero ella le apartó la cara.

—Me vas a quitar el labial.

JungKook, indignado, la tomó por la barbilla y la besó de forma dominante y le quitó el labial a propósito.

—No vuelvas a negarme un beso, si se te cae el labial, te vuelves a pintar. —le dió otro beso.

Ella se mordió el labio, descubrir al JungKook dominante era una de sus cosas favoritas últimamente.

Ambos salieron de la casa y se encaminaron al lugar donde se desarrollaría la fiesta. Al llegar rápidamente le ofrecieron tragos y la música con el paso del tiempo se comenzó a incrementar. En un momento, JungKook dijo que iría a buscar más bebidas, HanA no había tomado alcohol y JungKook solo se había tomado únicamente dos latas de cerveza, por lo que seguía bastante sobrio.

—Quiero un baso de zumo de naranja amor, y no tomes más cervezas, para que estés consciente más tarde. —le dijo de forma coqueta a lo que él sonrió perverso, le dió un beso en los labios y se alejó.

JungKook fue a la barra que habían improvisado los dueños de la fiesta y JungKook pidió sus bebidas, pero una chica se le pegó.

—Hola guapo... Te he estado observando desde que llegaste...

—Estoy acompañado, con permiso. —dijo él tratando de esquivarla pero ella se volvió a colocar en su camino.

—¿Quién es esa? ¿Hermana? ¿Prima? ¿Una amiga? ¿No es bastante mayor para ti? Mira —se sostuvo el escote para llamarle la atención al chico.

—Ella es mi esposa, y con ella tengo más que suficiente.

Dicho aquello se dirigió al sitio donde se suponía que estaría HanA, pero ella no estaba ahí. Miró a todos lados pero no la vio, por lo que supuso que estaría en el baño, así que fue a buscarla. La encontró hablando con un hombre, frunció el entrecejo y se acercó a paso lento, notando como aquel hombre le acariciaba el hombro y ella tenía su rostro entre sus manos, inhaló tratando de controlarse.

—Eso es lo que pasa cuando estás con chicos jóvenes, las mujeres se le pegan como garrapatas. —decía.

—¿Puede dejarme sola? —dijo ella y miró al hombre dando a conocer sus mejillas mojadas, ella estaba llorando.

—Puedo hacerte olvidar a ese tonto.

HanA, se puso de pie y se alejó, pero el hombre la tomó de la mano y la intentó besar, pero en ese momento JungKook se le lanzó al tipo como si fuese una bestia y le pegó mientras HanA estaba boquiabierta y asustada gritaba el nombre de su esposo, quien estaba irreconocible.

Varios hombres se acercaron para separar al chico del otro hombre.

—Voy a matarte maldito. —gritaba JungKook.

—JungKook, por favor, cálmate. —decía HanA entre lágrimas.

JungKook se soltó bruscamente del agarré de aquellos hombres y se alejó molesto, HanA se disculpó con los dueños de la casa y se alejó detrás de su esposo. Ambos llegaron a la casa, el ambiente estaba tenso, durante todo el camino JungKook iba hecho una furia delante y HanA trataba de seguirle el paso desde atrás, pero los tacones le dificultaban apresurarse.

JungKook se dirigió al baño mientras HanA se desvestía entre lágrimas. JungKook se duchó, tratando de calmarse, sabía que aquello había estado mal pero ver a ese hombre hacercarse de aquella manera a su mujer lo había puesto mal y más cuando lo había menospreciado por su joven edad.

Salió del baño y se encontró con HanA recogiendo sus cosas entre lágrimas.

—¿Qué haces? —ella no respondió—. Nuna...

—¿Qué maldita sea? ¿¡Qué!? —lloró más, se sentó en la cama y se colocó las manos en la cara—. Sabía que esto era una mala idea. Sabía que no debíamos estar juntos.

—¿Qué?

—Mírame JungKook, soy mayor que tú, demasiado, no quiero andar por ahí y ser criticada. —sollozó.

JungKook, con su corazón latiendo con fuerza frunció el entrecejo.

—¿Entonces qué? ¿Crees más conveniente nunca haberte casado con el padre de tu hijo? ¿No te das cuenta de que igualmente van a hablar? ¿Qué dirían de una madre soltera? ¿Qué hablarían de mí como irresponsable? ¿Prefieres eso? ¿Vas a pedirme el divorcio para solucionar este problema? Maldita sea HanA, ¿Qué te importa lo que piensen los demás?

Ella lo miró.

—Mereces a una chica...

—¡NO! —gritó con enfado—. ;Basta! ¡Estoy harto de esto! No merezco a nadie más que a ti, pero claro, solo buscas excusas para librarte de mi, no me amas y quieres a alguien de tu altura que seguramente sepa cubrir tus necesidades mejor que yo.

Se escuchó el sonido sordo que provocó la palma de la mano de HanA contra la mejilla de JungKook. Él la miró.

—Estás obsesionado conmigo... —dijo en un hilo de voz, escuchar aquello—. Eres un TeleioFilo JungKook, debes aceptarl-

—¿TeleioFilo? —se burló—. ¿Te refieres a estar enamorado de una mujer mayor? —ella guardó silencio— ¿No decían que ese término no se considera filia porque todos los humanos nos enamoramos de alguien mayor alguna vez? —bajó la mirada sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos—. No te entiendo HanA, sé por todo lo que pasaste, sé que eres muy insegura y trato, realmente trato de entenderte pero no me dejas ayudarte —la miró y una lágrima todo por su mejilla—. No entiendo porqué no me aceptas ¿Acaso no me amas? ¿Por qué no me dejas amarte sin peros, sin importar el qué dirán y sin importar el resto que no seamos tú y yo? ¿No te das cuenta de que eres tú quien la única que interfiere en tu propia felicidad?

JungKook bajó la mirada, y se llevó dos dedos a los ojos tratando de limpiarse las lágrimas pero estás salían más y más. Le dolía toda esta situación, pero más le dolía que ella lo rechazara y no fuera firme ante aquella desición de mantenerse firme en el matrimonio. Luego de unos minutos de silencio, en los que solo se escuchaban los sollozos de él, habló.

—No es obsesión lo que siento, es amor. No estoy enfermo, estoy enamorado. —dijo en voz baja y quebrada. La miró—.¿Es a caso un pecado estar enamorado de alguien mayor? ¿Por qué me diagnósticas TeleioFilia si para el amor no hay edad? —bajó la mirada—. Mi padre es mayor que mi madre y se conocieron cuando ella era menor de edad —dijo—, eso no significaba que él era un pedofilo, aún cuando le lleva 18 años a ella, simplemente se amaban y querían estar juntos. —suspiró—. Entonces, ¿por qué no me puedes gustar tú si solo tienes 10 más que yo, HanA? Te amo, y eso es lo que importa. —la miró—. Si realmente me amaras esto no pasaría, me sigues menospreciando HanA, y eso me duele.

Dicho aquello, tomó un bóxer suyo y se alejó, HanA quería decirle algo, detenerlo pero no pudo y simplemente comenzó a llorar cuando JungKook cerró la puerta de la habitación.

Él tenía razón, ella era una inmadura y había arruinado la luna de miel.

Ella era la única que arruinaba su felicidad.

Pobre Hanie (⁠。⁠•́⁠︿⁠•̀⁠。⁠)

Sus demonios e inseguridad la tienen prisionera aún (⁠个⁠_⁠个⁠)

𝙑𝙊𝙏𝙊𝙎 ✚ 𝘾𝙊𝙈𝙀𝙉𝙏𝘼𝙍𝙄𝙊𝙎 ➠ 𝘼𝘾𝙏𝙐𝘼𝙇𝙄𝙕𝘼𝘾𝙄𝙊𝙉

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