Las vacaciones habían llegado, nunca había estado emocionado por ello, de hecho nunca lo he estado.

Siempre me la pasaba entrenando con mi padre, o luchando contra él.

Siempre recibiendo una paliza. Cómo sea.

Pero, esta vez, si podía estar emocionado, ya que sería la primera vez en la que saldría con unos amigos.

Bolt me había invitado con sus amigos ha el parque de diversiones.

El lugar solo habré de lunes a sábado, así que nos veremos el miércoles.

Realmente no conozco bien a los amigos de Bolt, bueno, solo un poco a Sofía, y nada más. Pero lo demás, ni idea.

Lo único que se, que cualquier cosa que me haga sentir incómodo, trataré de no ponerme violento por ello.

El miércoles llegó y yo estaba esperando en la entrada a Bolt y compañía.

Dijieron que era a las tres en punto y ya son la y media.

Suspiré.

Entonces llegaron, eran seis en total. Conmigo siete.

Venían riendo y conversando, al verlos solo podía a ver a un agradable grupo de adolescentes pasándola bien.

Estaban Sofía, Freddy, lo conozco por qué Roberto le dió una paliza que le termino desfigurando un poco la cara, los demás no se quienes son.

Una chica alta, casi de mi tamaño, con su cabello tintado de blanco y un mechón rosado que resaltaba y contrastaba con su ella, se ojos son amarillos como los míos.

Luego estaba una pequeña chica de morena, con ojos azules celestes, un par de pecas que caminaban de mejilla a mejilla, su cabello castaño y rizo, sus labios rosados y su fina mirada.

Luego estaba otro chico, quién era rubio, de mentón una tanto definido, sus ojos son de un negro como la noche, sus pestañas finas como las de la morena, y era más alto que yo; por la expresión en su rostro se veía con pereza, y se notaba que era un chico tranquilo.

Bolt se me acercó con una sonrisa en su rostro y me saludo con un pequeño abrazo, yo le correspondía Inmediatamente.

—Aww.—expreso la morena.

—Chicos,—Bolt se volteo a ellos.—este es Félix, ya les he hablado de él.

—Un gusto.—dijo el rubio.—Mi nombre es George.

—Hola.—saludo la morena.—Soy Amanda, y este rubio tonto es mi hermano.—dijo. seguido le dió un pellizco en el brazo, el más alto se quejó.

—Ya nos conocimos, no de la mejor manera, pero empezamos de nuevo.—dijo Sofía y estrecho mi mano. Yo solo asentí.

Cierto, la primera vez que nos vimos, discutimos.

—Somos vecinos, pero es la primera vez que nos hablamos.—dijo el castaño un poco nervioso.

—Esta bien.—dije esbozando una sonrisa.

—Yo soy Katherine, un gusto.—dijo la chica más alta entre ellas.

—Igual.—estrechamos nuestras manos.

—Bueno, no perdamos tiempo y vayamos adentro.—comento el pelimorado.

—¡El último en llegar a la montaña rusa le compra las palomitas a todos!—grito el rubio y fue el primero en correr.

Todos le siguieron, hasta yo, Bolt iba de primero, pero yo era más atlético que el pelimorado, así que llegue de primero y el de segundo.

—Fue suerte.—dijo en un jadeo.

—Si, ajá.

Los demás llegaron y el último fue George.

—El mismo que puso el reto, tendrá que comprarnos palomitas a todos.—dijo Amanda.

—No se vale, ustedes me empujaron.—busco una excusa el mayor.

—¡Mentiroso! ¡Eres un mal perdedor!—dijo Katherine.

—Bueno, ok, se las compraré.—el rubio esbozo una sonrisa maliciosa.—Pero no tengo dinero, Amanda, préstame dinero.

—Entonces, tú, hiciste el reto para...

—Aja, como no tengo dinero, confíe en que aunque sea llegaría de penúltimo, y comería algo.

—Hermano, eres un tonto.—dijo Amanda golpeando la frente de su hermano.

—Entonces, como son hermanos, Amanda, colabora.—dijo Sofía.

—No me jodas, ¿Enserio? ¿Por ser hermana de este feto?

—Hey, salimos del mismo hoyo, y no es mi culpa.—respondio el mayor ofendido.

—No te ofendas pero, no nos parecemos en nada.

—Sabia que era un engaño, George es adoptado.—susurro Katherine. Algunos reímos por lo bajo.—Bueno, ¡Ya!, Yo quiero mis palomitas.

—Yo no.—dijo Freddy.—Quiero una salchicha asada.

—Agarrate de esta.—comento el rubio tomando sus partes.

—Dije, “asada”, y lo tienes pequeño.

—Mientras discutimos, ya Bolt está en la fila y muy adelante.—dijo Sofía riendo por lo que Freddy le dijo a George.

—Con razón no lo sentía.—dije.—Yo no me subiré a la montaña rusa.

—¿Tienes miedo?—dijo Katherine.—Yo te tomo de la mano si es así.

—No te enamores.—interrumpio el castaño.

—No es eso, es solo que no tengo ganas de subiré ahí.—aclare.

Solo no quiero admitir que me da mareo.

—Ire a otro lado.

—No.—me detuvo Sofía.—Vinimos a estar juntos y etc, no puedes ir a una atracción tu solo.—dijo.—Esperanos en el puestos de pizza.

—Ok.

Fue al puesto de pizza y me senté en una de las sillas, un mesera se me acercó para darme el menú.

Yo solo observaba a mi alrededor, como la gente se divertía, como la pasaban de maravilla, hasta ví a parejas besarse y estar metidos en su propio mundo.

Me siento celoso.

En el fondo sentía celos y envidia de lo que tenía esa gente. Pero yo no podría burlarme de ello, o mirarlos con desprecio, ya que no me gustaría joder la felicidad de otro por mi descontento al él tener algo que yo no.

Eso es infantil.

Pero eso solo me pone a pensar en muchas cosas que me hacen sentir un tanto decaído.

¿Que tengo yo?

Cada vez que me sentía así de mal, triste o ni sentía nada, tener una pelea era lo único que me hacía sentir vivo. La adrenalina, las emociones en cada golpe y la sensación de mi puño al golpear a otro y de su puño el golpearme a mi.

Dolía, pero así es la vida, y ese dolor, ese momento en el que mi vida siente el peligro, eso es lo que me hacía revivir.

Mi padre...

Cada momento en el que peleaba con él, consideraba que era mejor que un abrazo o un cariñito de padre.

Nunca recibí cariño en mi familia, yo y Nicolás éramos como extraños, donde solo nos reconocíamos como padre e hijo al pelear. Pero yo no era así, y yo no debía ser así, pero el vivir en ese ambiente, me ví obligado a madurar a una temprana edad, y a enfrentar todo por mi cuenta y con mi fuerza.

Mi padre me llevo a su mismo hoyo de apatía y nostalgia. Pero también me dió la fuerza y el amor a las peleas y artes marciales, que tomaron el lugar que nunca él tuvo en mi corazón.

Pero, ya yo no estoy peleando, yo ya no me siento tan mal.

Entonces... ¿Quien tomó ese lugar en mi corazón ahora?

Entre cerré mis ojos y dejé que el tiempo pasará hasta que Bolt y los otros llegarán.

Bolt...

—¿Quién se murió que tienes esa cara?—y la persona en la que pensé apareció ante mi.

—Solo los estaba esperando, Bonnie.—dije mencionando su apodo.

—Ah, que molesto apodo.—se quejó el menor.

—Bueno, comeremos algo aquí o ¿Iremos a otro juego?—pregunte.

—Vamos a otro juego.—dijo el pelimorado.—Pero para que tú no te escapes, ¡Vendrás todo el día conmigo!

—¿Eh?

—Ven, no seas cobarde.

El de ojos rubí me extendió su mano y yo la tome con confianza.

Los demás me miraban como un amigo, me dieron la bienvenida a su grupo como si fuera un conocido de hace ya mucho tiempo.

Esto se llama, compañía.

Nos la pasamos subiendo a distintos juegos y nos pusimos un reto en el reventados de globos con una aguja, la única que ganó un trofeo fue Amanda.

Ya eran las seis y media, pero no queríamos irnos, ellos habían decidido este miércoles ya que, hoy habrán fuegos artificiales.

Lo gracioso era, que los que manejaban los fuegos artificiales, eran unos cuatro tipos disfrazados de animales.

Uno era un oso, el otro un pollo, otro era un conejo y el último un zorro.

Ellos tiraron los fuegos artificiales, y había que decir que, eran bonitos. Contrastaban con el cielo negro y sus estrellas, sus constelaciones, todo.

—Mira, ese es del color de tu cabello.—dije.—Es morado.

—¿Y por eso te gusta?

—¿Quieres que me guste?—cuestione.

—Puede ser.

—Bueno, mi color favorito es el púrpura.

—¿No es lo mismo?

—Nope, el púrpura es más claro, el morado más oscuro.

—Ya, payaso.—rio.

Estábamos en una pequeña colina observando los colores estallar en el cielo.

Amanda estaba con su hermano George, ya que al final ellos eran inseparables, Sofía acompañaba a Fredy y Katherine, yo estaba con Bolt.

—Es una bonita vista.—comente.

—Obvio que lo es.—dijo el menor.—lo más curioso, es que debajo del cielo, somos nada ante su inmesurable ser.

—Vaya, ahora eres filósofo.

—Google inspira.—rei por lo que dijo.

Bolt rodeo su brazo alrededor de mis hombros, yo por su cintura.

—¿Es normal que nos queramos tanto siendo amigos?—pregunte por nuestra acción.

—¿Quieres dejar de serlo?—me miró pícaro el menor.

—Si somos algo más, pues claro, Bonnie.—dije en broma.

Pero en parte, sentía que quería que fuese verdad.

—Me está empezando a gustar ese apodo.—musito, y luego esbozo una pequeña sonrisa.

En ese momento, es ese momento, que Bolt y Félix nunca querían separarse, nunca quería que acabará, en ese momento, Félix se dió cuenta de quién se ganaba un lugar en su corazón.

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Me huele a amor o me he tirado un pedo (? :V

Aquí está el capítulo nuevo, :p

¿Cómo les está pareciendo esto?

Estoy dando lo mejor de mi xd

Lamento si hay alguna falta ortográfica :'v

Bueno

Bai bai