Después de que Bolt supo lo de mi participación en el torneo clandestino, este y yo conversamos sobre ello.

Pero yo solo estaba interesado en una cosa, y es en Manuel.

Manuel es el viejo organizador del torneo, y si a Bolt le llegó una invitación con su nombre es porque el viejo ese está interesado en él.

Y no puedo dejar que eso pase.

No quiero que Bolt tenga que pelear en ese torneo, a él lo terminaran matando mínimo.

Y no quiero pelear con él.

Así que, fui a hablar con Manuel.

—¿Porque no puedo?—cuestiono el viejo mirándome serio.

—Porque es mi amigo.—respondi.

—¿Y?—escupio.—¿Estas celosos de que gane dinero igual que tú?

—Lo matarán aquí.—dije.—No puedo dejar que eso pase.

—Oh, vamos, no exageres.

—Maldito viejo, escúchame y luego deja de comportarte como un niño.—dije serio.—No quiero que él pelee aquí, es solo eso, ¿Entiendes? Es solo un niño.

Por un momento todo se tornó silencioso.

Hasta que por fin, al cabo de casi un minuto, Manuel decidió romper el silencio.

—Ok.—dijo.—Al final, no es obligatorio.—sonrei para mis adentros.—pero escúchame, si él quiere participar, tú no se lo puedes impedir.

—Lo se. Pero es por su bien.

Después de aquello me marché sin decir nada más.

Aproveche y llamé a Bolt, ya que, quería salir con él, solo para saber si él no estaba molesto conmigo a algo.

Hoy quería invitarlos a cualquier lado. Si, un Lunes por la tarde.

Después de unas horas esperándolo en la plaza central, él llegó.

—Aqui estoy.—dijo algo exhausto.

—¿Estas bien?

—Si, solo vine corriendo.—dijo entre jadeos.—Aunque eso debería preguntartelo yo a ti.

Su cabello morado estaba algo desordenado así que lo arregle.

—Ven, divertíamos por ahí.—dije.

Primero fuimos a la una sala de juegos, donde entramos al lugar de pistolas Láser, después fuimos a los dar carrera en autos eléctricos.

Comimos pizza y por último nos sentamos en la fuente para charlar mientras bebíamos una malteada.

—¿Cuál es la fruta más divertida?—me pregunto Bolt.

—Eh, no se, ¿La pera?

—No, la naran-ja—él río.

Ya hace un rato que estaba diciendo chistes malos y etc, aunque su compañía era buena.

—Oye,—yo le mire.—esta es una fuente de los deseos, tira una moneda y pide un deseo.

—Si se trata de una moneda, ese deseo será robado.

—¿Crees que alguien robe el dinero de una fuente?

—Yo lo hice, una vez.—dije.

—No me robes el mío.

El pelimorado sacó una moneda y la lanzó a la fuente, se quedó en silencio por unos segundos.

—Ya.—dijo.

—¿Que deseaste?

—No te diré.—dijo.

—¿Enserio?

—Si lo digo no se cumple.

—... ¿Enserio?—volvi a decir.—Ya es tarde, deberías ir a casa.

—Claro, entonces, nos vemos mañana.—dijo.—Pero antes de irme, gracias por ayudarme todas esas veces, nunca te lo agradeci.

Por alguna razón, me sonroje.

—De nada, y no agradezcas, mientras seas tú, está bien.—dije.

—Eso sonó algo raro.

Cuando pensé en ello, no pude evitar notar que si había algo de doble sentido ahí. Solo un poco.

—Solo vete.

Bolt se había ido, y yo por igual me fui a casa.

“—Eso sonó algo raro.—”

¿Que habrá deseado?

Bueno, si soy sincero, este fue el mejor día que he tenido. Ojalá y sigamos con nuestra cercanía.

En el fondo, Félix quería que el deseo del pelimorado tuviese algo que ver con él, en el fondo, el pelirrojo desarrollaba emociones intensas por el pelimorado. Y también ocurría de manera viceversa.

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Este será el último por ahora xd

Luego continuó

Espero que les haya gustado.

:P