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1. Pelirrojo


Hoy iba a ser un buen día.

Aquello era lo que en mi mente rondaba esta mañana, o por lo menos hasta ahora.

-¡Hey!-di un respingón al oír su fuerte voz-¡¿Qué no entiendes?!

-U-uh.. Y-yo...-maldicion no puedo ni siquiera decir una palabra.

En ese momento algunos estudiantes del pasillo miraban atentamente la escena, otros esperando que hiciera algo, otros esperando que me haga algo.

La situación era simple; yo, un chico de baja estatura, pelo morado y ojos rojos, a parte de buen estudiante, cuyo nombre es Bolt, seré a punto de recibir, probablemente, una golpiza por parte de un grandulón de segundo año.

Soy de primer año y tengo quince años, y esta será la primera vez que me romperán la cara, puesto que, jamás en vida, hasta ahora, estuve en una situación como esta.

Soy un pendejo.

-¡Pídeme disculpas por chocarme!-él me gritaba en la cara. Literalmente.

Él es Roberto, de segundo año, un grandulón atlético, juega basquetbol y es bueno en ello, pero muy problemático, su tamaño su mala cara y cuerpo hacen que me cague encima, no sólo yo, tal vez haya más que le teman.

-L-lo...-tenía un nudo en la garganta.

Soy tan patético.

-¡¿Qué?!-gritó en mi cara-¡No te oigo!

Pude notar una pequeña risita en sus gruesos labios cuando me grito, él se está divirtiendo, este cabron.

-¡Patético!-exclamó.-¡Quítate de mi camino!-me aparto con su enorme brazo.

Todos a mi alrededor apartaron su vista de mi, como si nada hubiera pasado, a ellos no les importa, pero podía escuchar algunos murmullos burlesco hacia mi.

Tome mi mochila ignorando a todos, pero mis ojos se encontraron con unos amarillos de repente, había alguien observándome, sus ojos son amarillo caramelo y su cabello rojizo, se veía un poco más alto que yo, solo unos centímetros. Él solo dio media vuelta y se marchó a su aula de clases de seguro.

Puesto que la campaña ya había sonado.

Yo fui a mi clase, el año ya está empezando y lo primero que me llevo es esto, una humillación, sin sentido alguno, porque Roberto me choco a propósito. Pero bueno, que más da.

-Clase, hoy tenemos alumnos nuevos, sean buenos con ello por favor.-dijo el maestro de español-Me gustaría que algunos de los nuevos alumnos se levanten en frente de todos para que se presenten.

Cuando el maestro se sentó en la silla, un chico se paró de la silla, lo reconocí inmediatamente, era el chico que se había quedado observando.

-Bueno, tenemos un valiente. ¿Cuál es tu nombre? ¿Apellido? ¿Edad? Y ¿Porque estás aquí con nosotros?-bombardeo el profesor con preguntas.

El pelirrojo solo rasco su oreja y se quitó la capucha negra de su sudadera.

-Mi nombre es Félix, mi apellido es Tewis, tengo quince años y estoy aquí porque tuve algunos problemas con mi anterior escuela.-respondió-¿Listo?

-Claro.

Para ser sincero, lo primero que pasó por mi mente al escuchar la manera en como lo decía era que él solo hizo aquello para que no tengan que llamarlo a presentarse.

Quería salir de eso rápido.

Una chica se paró esta vez.

-Bueno~ mi nombre es Sofía Morz, tengo quince años y estoy aquí porque tuve que mudarme con mi madre a este vecindario.-se presentó.-¡Espero que nos llevemos bien!-dijo alegremente.

Vaya, se ve bien, es bastante bonita, no es cosa de el otro mundo, pero tiene lo suyo, sus ojos son del mismo color que mi cabello, morado, ella es rubia y es de mí mismo tamaño, puede que ella sea la típica chica simpática del salón.

Bueno, lo demás es historia, realmente no me interesa, por alguna razón, la rubia y el pelirrojo me llamaron más la atención, no sé porque, pero si tuviera que comparar las miradas de ambos diría que la del pelirrojo es más intimidante, mientras que la de la chica es más alegre.

¡Ojala y no haya visto lo que me pasó...! ¡Ugh! ¡Qué vergüenza!

-¡Oye!-mire hacia atrás donde justamente se sienta ella-Vi lo que te pasó en el pasillo ¿Te encuentras bien?

Gracias destino...

-Uh, bueno, no diría que sí pero, no podía hacer nada contra alguien como Roberto.-estaba sonrojado y trataba de sonar genial.

-Supongo que debe de ser rudo ser el primer día de clases y que te quieran golpear.-asentí.-Eh... Y ¿porque no te defendiste?

-Bueno, la violencia no es necesaria ¿o sí?

Escuche una risita, era el pelirrojo, se sentaba en la fila de al lado en una esquina, estábamos al lado porque yo era el penúltimo y Sofía la última en la fila, no pude evitar fruncir mi ceño al oír la pequeña risita burlona de el chico nuevo.

-¿Qué es tan gracioso?-preguntó Sofía.

Él la miró con una mala cara, como si fuese a golpearla, esto huele mal.

-No es de tu incumbencia.-respondió de mala gana.

-¿Cuál es tu problema?-preguntó ella con las mejillas rojas del enojo.

-Ya te dije que no es tu problema, imbecil.

-¿Cómo me llamaste?-ella casi grito.

-¿Qué sucede?-preguntó el maestro aún en su mesa.

-Nada importante.-respondió el pelirrojo inmediatamente.

-Eso espero.

Félix solo nos ignoro a mí y a Sofía, es como si no existiéramos y se hubiese olvidado de el alboroto que se estuvo a punto de armar.

-Como sea, no necesito pelear con alguien.-dijo Sofía para sellar la discusión.-entonces Bolt, ¿en qué estábamos?

¿A qué vino ese cambio de humor? Si pienso enamorarme de ella, tendré ahora que pensarlo dos veces.

El maestro de español no había dado clases, estábamos hablando hasta que sonara la campana para ir a comer.

Yo y Sofía al adentrarnos a la cafetería nos fuimos de inmediato a sentarnos a una de las mesas del lugar, al cabo mi amigo Freddy había venido.

-¡Yo!-saludo el castaño-Bolt, pensé que no vendrías a clases.

-Yo debería de decirte eso.-sonreí.

-Bueno, es que quería ver a los nuevos alumnos, tenía curiosidad.-dijo con su sonrisa tan característica-Y... ¿Quién es esta lindura?-dijo pícaro.

-Oh~gracias.-dijo sonrojada Sofía.

-Es una amiga.

-Pensé que era tu novia.-me choco el codo.

-N-no digas tonterías.-no pude evitar ponerme rojo completamente.

Sofía se reía por el hecho de que mi cara estuviese roja como tomate y Freddy por igual.

-Deberías ver tu cara.-rodeó su brazo con el mío y desordeno mi cabello con su mano-Bolt amigo, no has cambiado.-decía mientras sonreía-Pero ya hablando enserio, dime Bolt ¿quién fue el maldito que te estaba molestando en el pasillo esta mañana?

La pregunta llego de repente, yo solo lo mire a sus ojos azules y no pude evitar sorprenderme un poco, Freddy estaba decidido a golpear a Roberto.

Freddy desde que éramos pequeños él siempre ha sido muy apegado a mi, pero no creí que demasiado al punto de defenderme de alguien como Roberto, supongo que estoy feliz.

-No necesito que me protejas...-hable en voz baja así que no me escuchó.

-Hablando del rey de Roma.

Mire a mi izquierda y pude ver a Roberto venir con su bandeja llena de comida, el estaba caminado para una de las mesas con sus amigos.

Freddy rió.

-Es horrible, parece un mono, de donde salió ¿de la jungla?-Freddy insultaba en susurros a Roberto.

Pero, como si de un detector se tratase, Roberto colocó su mano en el hombro de Freddy.

-¿Qué demo...?-

Antes de que Freddy lograra terminar lo que iba a decir, el puño de Roberto aterrizó sobre su rostro, Freddy cayó sobre la mesa con la nariz hinchada, Roberto lo golpeó otra vez en la nariz, pero esta vez sangre empezó a salir, Sofía y yo estábamos sorprendido con el salvaje ataque de Roberto.

-¡Dime lo que susurrabas en mi cara!-dijo histérico.

Sofía se levantó del banquillo.

-¡Ya fue suficiente! ¡Déjalo!

Los amigos de Roberto empezaron a jalarlo para que se detuviera, los maestros vinieron a ver el alboroto y los enviaron a ambos a la dirección.

...

Ya habían acabado las clases, yo y Freddy siempre nos vamos juntos, llame por mi celular a mama y le dije que lo esperaría.

Estaba fuera sentado en la sala de espera de dirección, jugando nervioso con mis dedos, recuerdo la cara llena de moretones y nariz rota de Freddy, que asco, y fue a mi lado, fue repentino, y yo estaba asustado.

-Ok.

Pude escuchar una voz familiar, mire hacia adelante y pude ver a Félix que había salido de la dirección, él ni siquiera me dirigió la mirada, solo chasqueo sus labios y se fue.

Creo que le doy pena.

Hoy fue, un mal día para venir a clases.

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