La amistad entre un chico y una chica no siempre tienen el mismo desenlace como en las películas cliché donde los amigos terminan siendo novios.
Este no era el caso de Lia y Changbin, ellos no eran amigos porque querían serlo. Se odiaron el primer día que se vieron, como cuando un perro ve a un gato. Pero todo cambió cuando ambos se dieron cuenta que se entendían a la perfección. Entendían lo que era amar al género igual, lo que no era encajar en la sociedad coreana al ser homosexuales, pero les daba igual porque para ellos el amor era lo primero.

Lia se sentó en una de las bancas del parque esperando a su amigo. Ella tomó su teléfono y comenzó a husmear en sus redes sociales algunos post en Instagram sobre sus amigos y alguna que otra noticia en Twitter, seguido de otros post de sus amigos y compañeros de escuela.
Cinco minutos luego Changbin se acercaba en su bicicleta. La saludó y se sentó junto a ella acomodando los aperitivos que llevaba en su mochila.

Comenzaron a hablar sobre lo que ocurrió en la escuela, más bien, la clase de educación física. Una clase compartida llena de material para hablar antes de tocar el tema del cual el chico solía odiar.

-Tu amigo no te ha soltado parece- dijo sarcástica la chica soltando una pequeña sonrisa señalando el brazo de Changbin donde tenía un pequeño rasguño que Felix le hizo en educación física.

-Felix es torpe, si tan solo hubiera agarrado la pelota en vez de mi brazo- rio al recordar esa clase compartida donde jugaban basquet y por accidente agarró el brazo de su mayor provocando un leve pero largo rasguño.

-Ese chico parece un niño, e muy adorable- hizo una pausa tomando un poco de jugo. Changbin asintió con una sonrisa- Oye, ¿Has pensado en lo que hablamos en la fiesta? Tu homosexualidad "cerrada"- el chico solo suspiró, no sabía como reaccionar ante esta pregunta.

-Es difícil Lia, mi abuela jamás aprobaría que estoy con un chico. Si mis padres no lo hicieron, menos mi abuela- dijo recostándose sobre la banca, sin quitar su vista del cielo.

-Sé que es difícil, pero mira, tú fuiste quien le dijo a Jeongin que jamás se dejara pisotear por nadie, en especial su familia. Pero tú no te estás escuchando- regañó la castaña, mientras él mantenía su cabeza gacha. Ella no soportaba que su amigo fuera terco y le diera consejos a otros que ni el mismo seguía.

-Lo sé, lo sé. Soy un tonto- la chica asintió estando de acuerdo con aquello y ambos se rieron. Changbin le dio un pequeño golpe de codo a la castaña- Si a mi abuela le digo que soy gay lo más probable es que le de un infarto y tenga que volverme con mis padres a Busan, que por cierto me van a tirar a la calle- suspiró- No sé cómo hicieron tus padres para aprobarte.

-Ellos al inicio no entendían y no lo aceptaban pero entendieron un año luego cuando les comenté como me sentía cuando veía a una chica o  cuando hablaban del tema. Fue difícil, pero terminaron aceptando que si yo era homosexual, lo era. Hasta el día de hoy sigue siendo un poco difícil. Mis hermanos no lo saben, solo mis padres pero ellos vieron que desde lo más profundo de mi corazón elegía amar a una chica y vieron que no era tan malo, solo tienen miedo por esta sociedad del asco- Dijo con voz dulce y tranquila. El chico asentía a cada palabra.

Lo que más amaba Changbin era la espiritualidad de Lia, era muy buena con las palabras filosóficas y al explicar a su modo. Era muy buena dando consejos y escuchando, también incluye su forma de hablar. Para él ella era perfecta. Perfecta de forma espiritual, su forma tan apasionada y dulce para expresarse a algo era lo que hacía de Lia su persona. Además envidiaba su fortaleza, Lia no tenía miedo a mostrarse ni a decir que siente.

Ambos se quedaron hablando. Entre ellos se entendían, captaban esa sensación de rechazo y se sentía bien ir un poco contra las reglas. Se sentía bien desahogarse con alguien y tener a alguien que podría pasar horas escuchando lo que tienes que decir.

Lia ya dio el paso y quería que Changbin también fuera abierto, no con la sociedad, quería que tuviera esa confianza con sus amigos y familia. Y si no lo aprobaban, estaba bien, no iba a seguir las palabras de otros y ser egoísta consigo mismo y con su corazón. Ellos eran los dueños de sus propias decisiones y las respetaban más que una regla.
Entre ellos ae daban consejos y la mayoría de las veces Lia es la que regañaba a Changbin por ser terco.

Luego de estar cinco horas hablando, ambos se fueron. Lia se sintió tranquila, hablar con Changbin era como hablar con un psicólogo, se conocían y coincidían, era la razón por la que eran mejores amigos.

Comenzó a caminar mirando cada detalle de la ciudad. Miraba los árboles y las flores, los edificios y el suelo. Sentía la brisa chocar contra su cuerpo y eso lo apreciaba. Echaba un ojo a algunas tiendas pero apreciaba más el hecho de que su ciudad fuera como una obra de arte que cambia cada día. A veces mejoraba y a veces empeoraba. Siempre discutía con sus pensamientos acerca de esto, lo que la sociedad diría y lo que haría. Discutía sobre su lugar, su ciudad. Era un lugar tan lindo pero nadie lo notaba y seguían destruyéndolo. No había un ojo para la belleza, había un ojo para la destrucción.
Se podría decir que Lia apreciaba todo lo que se cruce en su vista. Era una amante de la naturaleza y la estética. En parte, amaba que una pequeña porción de la sociedad no fuera regida en leyes tontas que prohíban el amor y la pasión. Se sentía a gusto en su lugar pero si detestaba los pensamientos ajenos el hombre y la mujer deben ser los únicos que pueden amarse de esa manera, para ella era amor y el amor no era nada malo si se trataba de una relación. Discutía sola sobre estos temas mientras apreciaba lo que su vista veía: la vida.

Inmersa en sus pensamientos, llegó a la casa saludando a quien sea que se encuentre en ese lugar si a sus padres, hermanos o el hombre invisible.

Subió a su cuarto a buscar ropa, dejó su bolso, tomó la ropa y fue hacia el baño para darse una buena ducha, el día de parque con Changbin aunque solo hayan hablado hizo que Lia transpirara y se llenara de tierra.
Estaba por abrir la puerta del baño, pero esta fue abierta por su hermano menor.

-¡Noona! Casi me da un infarto verte- puso una mano en su pecho haciéndose el dramático - Mamá preguntó porque no llegabas. Quiere que la llames- dijo Soobin tiritando de frío. Fue corriendo a su cuarto y dejó a Lia sola algo confundida.

La chica tomó su teléfono y marcó a su madre, quien respondió luego del tercer timbre.

-¿Mamá? ¿Para qué me llamabas?- dijo confundida. Su madre sabía que iba a ver a Changbin.

-Yo no te he llamado...- dijo del otro lado su madre.

-Pero Soobin di...- y ahí cayó en cuenta la broma de su hermano quien se reía detrás de la puerta- Olvídalo mamá- colgó y caminó hasta el cuarto de su hermano, quien trabó la puerta.

-¡Noona no sea pervertida, aun no me he vestido! - Dijo a carcajadas detrás de la puerta.

-Cuando salgas te mato - Dijo Lia, riéndose también de la broma.
Estuvo al frente de su puerta alrededor de 15 minutos hasta que una llamada interrumpió
-Hola Binnie, escucha estoy algo ocupada, pero podremos estu... ¡Ven aquí!- Soobin escapó y Lia comenzó a perseguirlo mientras hablaba con Changbin.

-Sí, veo que lo estás- dijo con una voz neutral.- Oye tenemos que estudiar para el examen no lo olvides- dijo más calmado.

-Lo sé, lo sé. Espérame un momento- ella dejó el teléfono en un mueble y acorraló a Soobin. El silencio reinó en la casa y Changbin se tensó al no oír ruidos detrás de la línea. Unos minutos luego Lia tomó su teléfono y se escuchó una puerta cerrarse.-Listo ¿Dónde estábamos? Ah, el examen. Binnie ¿podrías esperar a que me dé una ducha? Es la tierra y el calor de hoy.

-Claro. Llámame cuando estés lista, y ya deja libre a Soobin, no te servirá ponerle cinta en la boca de nuevo- dijo con una voz suave y riendo.

Ambos carcajearon y cortaron la llamada. Lia abrió la puerta y Soobin, quien estaba escuchando detrás con un pedazo de cinta en la boca, cayó al suelo. Ambos hermanos se miraron, el menor levantaba sus cejas haciendo ruidos de loco enamorado, creía que su hermana iba a estar con Changbin algún día debido a su gran amistad y cercanía. Lia solo rodó los ojos y se adentró al baño. Ellos siguieron con sus propios rumbos. Ella estuvo quince minutos dándose un baño y luego salió como nueva.
Se sentó en su cama y comenzó una videollamada con Changbin para estudiar biología. Mientras ambos "estudiaban" hubo muchas interrupciones por parte de Soobin y por la abuela de Changbin. Soobin molestaba a Changbin con que un día serían novios mientras que la abuela de Changbin creía que eran novios y le agradecía a la chica por ser la novia perfecta para su nieto.

Ninguno de los dos intrusos sabía sobre la orientación sexual de ambos. Y era lo mejor, Soobin era conocido por su lengua suelta y la abuela de Changbin enloquecería. Por esto debían mantener su boca sellada.

Pasados mas de  quince minutos llegaron los padres de la chica. Ella tuvo que cortar la llamada mientras que el muchacho se despedía para irse a cenar. Sus padres saludaron a sus hijos y se adentraron a la cocina. Comenzaron a cocinar, Lia preparaba la mesa, Soobin acomodaba las sillas y Byungchan recién llegaba. Eran una familia unida, la única hija apreciaba este hecho, conociendo como eran las familias de sus amigos se sentía orgullosa y feliz de que esta familia si supiera amarse y respetarse. Al menos en algunas cosas porque si se trataba de la homosexualidad de la joven no iba a existir el respeto en esta casa.

Luego de cenar todos fueron a sus cuartos. Era la hora de dormir pero antes de hacerlo Lia le mandó un mensaje a Changbin.

Hazle caso a tu corazón.

No sigas mintiendo

Solo que no te importe el resto

quítate de encima
este secreto y se feliz binnie.

22:10

Buenas noches

22:11

Dicho y hecho, la castaña, luego de pensar sobre este peso en sus hombros, se durmió. Era mejor pensarlo otro día donde encuentre una solución y mantenga su mente más relajada.