Capítulo 68
En el salón de quinto año, los alumnos estaban dispersos hablando entre ellos. Por un lado estaban los típicos deportistas molestos, algunos sentados en las mesas mientras jugaban con una mochila usándola como pelota, el grupo de las populares donde Dahyun lideraba junto a sus amigas, Chaeryeong y Felix hablando animadamente, algunos estudiando o haciendo algunas tareas. Un grupo de chicos y chicas estaban frente al pizarrón dibujando cosas obscenas.
Enormemente escrito estaba la palabra gay en medio de la pizarra. Algunos dibujos sexuales y de partes íntimas del hombre y unos insultos en modo de molestia hacia su profesor.
El profesor de inglés entró al salón y los alumnos intentaron borrar con rapidez todo lo de la pizarra.
—Que cobardía querer borrar lo que hicieron con tanto esmero para que no lo vea...— mencionó sarcásticamente mientras dejaba sus cosas en el escritorio.— Bueno, vamos a sacar los libros de inglés y no de biología por favor.
Felix buscó su cuaderno pero no lo encontró. Pidió permiso para ir a su casillero rápidamente, su profesor le dijo que vaya enseguida. Lee se fue del salón y las clases dieron inicio.
—Bueno, quedamos en la actividad de la página ciento cuarenta y tres. Past continous or progressive...— escribió en la pizarra.— Esperemos a que vuelva el compañero y damos inicio a las correcciones.
Una alumna levantó la mano y su profesor la dejó hablar.
—Profesor Lee, ¿es cierto que usted es gay?— preguntó con una sonrisa un poco burlona.
—Vamos a preguntar cosas que tengan que ver con la clase, por favor.— contestó secamente.
—Es obvio que si.— respondió provocativo otro compañero.— Se le ve en la cara.
—¿Y como puede sacar esa conclusión?— preguntó pacientemente el profesor.
El chico no pudo responder, solo hizo gestos con su rostro.
—Es obvio...
—¿Y cómo define obvio?
Felix entró al salón junto a su cuaderno y se encontró con aquella escena.
—No lo se...— se encogió de hombros.— Por su forma de actuar, su maquillaje y como habla... se ve... ridículo.— murmuró.
El profesor Lee dejó el marcador en la mesa y se puso en medio del salón con un semblante muy serio.
—Para usted mi forma de actuar le hace pensar que soy gay. ¿No es así, Jaehyun?— miró fijamente a su alumno.— Saben, creí que ustedes eran de la generación que luchaban por los mismos derechos y evitar las burlas pero parece ser que me equivoqué.
El salón quedó en completo silencio. Felix le preguntó a Chaeryeong que ocurrió. Ella le escribió en un papelito lo que sucedía.
—Para responder a su pregunta, si, lo soy. Soy gay, estoy en pareja con un hombre y eso no lo veo como algo malo.— confesó.— Y algo que me sorprende es que ustedes mismos discriminen lo que ustedes luchan. A lo largo de mi vida me encontré con miles de historias que me partían el corazón por el odio que la gente fomenta hacia los que consideran diferentes...
El profesor dejó la clase de inglés para dar la charla a sus alumnos. El lugar estaba en completo silencio que daba miedo, prestando suma atención.
—He escuchado como jóvenes tuvieron que irse de sus casas porque no aceptaban su sexualidad. Gente que ha sido violentada por como se sienten o a quien aman. Comentarios tan homofóbicos y crueles, pero ¿adivinen que? La gente que los criticaba eran los mismos que pedían igualdad de género o que promueven el amor al prójimo.— hizo una leve pausa.— En una reunión escuché como consideraban a los gays como unos débiles afeminados e histéricos, a las lesbianas como marimachos aunque sean lo más femeninas que puedan. Gente que no entiende la bisexualidad, comentarios fuera de lugar hacia los transexuales o transgéneros.— frunció el ceño mientras levantaba la voz.— Esos comentarios son hirientes. Son crueles. He estado con gente cercana que forman parte de la comunidad ¡y que se han quitado la vida!
Chaeryeong miró con furia y tristeza a su profesor. Felix se mantuvo quieto con su boca semiabierta. El resto de los alumnos estaban inmóviles en sus asientos.
—¿Tanto odio por lo que la gente siente y por quien siente atracción? ¿Tanto odio a algo que es propio de uno?— dijo lentamente.— Hay una gran diversidad de gente aquí en el país y esa diversidad es hermosa. Diferentes amores, diferentes colores, diferentes nacionalidades.— agregó.— Conocen a Lia de último año. Ella es una persona increíble que lucha por la comunidad, mis alumnos en otras escuelas también luchan por la comunidad. Yo lucho por ellos. He sido echado de mi casa cuando comencé la universidad por esto mismo y entiendo lo que se siente. Pocos llegan a tener el respeto y apoyo que todos deberían de tener.— hizo un gesto de frustración.— Es difícil vivir en un mundo donde todos odian por todo. Y eso lo saben.
Se puso aun mas en medio del salón mientras pedía a sus alumnos que se levantaran y formen un círculo.
—Mírense a los ojos. Solo mírense y no digan palabra alguna...
Los estudiantes se miraron unos a otros en pleno silencio y seriedad.
—Quiero que se pongan de este lado...— señaló el lado del pizarrón.— Si tienen o no una creencia religiosa, otra nacionalidad, si alguno forma parte de la comunidad lgbt, si han sido juzgados por estudiar más o menos, si han sido rechazados por algo o han amado de más...
Uno a uno iba parándose en aquel lugar señalado. Solo quedaba un estudiante del otro lado que no se identificaba con ninguna cosa dicha por su profesor.
—Bueno...— hizo un gesto de disgusto.
—¿Y Jaehyun? ¿Algo que quieras decir?— miró neutral a su alumno sin moverse del lugar.
—Creo que no... solo que no soy un raro como ustedes.— se encogió de hombros.
—Esa es tu opinión y la respetaré. Pero algo que quiero que sepas es la diferencia entre tu y tus compañeros.— señaló al grupo.— Ellos tienen con quien compartir sus críticas, no se sienten solos al ser juzgados y pueden combatir las críticas juntos, pero tu solo vives con tus prejuicios en soledad. Es una elección tuya, vives con tus prejuicios o decides avanzar con el resto dejando atrás ese pensamiento arcaico.
El chico solo miró sus pies y se balanceó en su lugar. Miró nervioso a su profesor y se hizo más pequeño en su lugar mientras pensaba que decir o que hacer.
—Vuelvan a sus asientos.— les pidió.— Solo quiero que piensen antes de criticar a alguien. Desde un tono de voz hasta una palabra se siente mucho el odio o la burla. Esto no es un sermón ni nada, solo quiero expresar mi incomodidad ante esto.
Algunos de los estudiantes asintieron lentamente. Felix se dio vuelta y le sonrió a Chaeryeong, ella le devolvió la sonrisa. En la otra esquina, Dahyun vio apenas a su amiga e hizo una mueca de pena.
La clase dio inicio. Aun se mantenían todos en silencio pero intentaban hablar un poco de la clase, haciendo preguntas o pidiendo que le expliquen algún que otro tema.
Luego de aquella hora incómoda, empezó el recreo. Felix y Chaeryeong salieron juntos y se sentaron en una banca dentro del colegio.
—Entiendo tanto el sentimiento del profesor Lee. Pasé exactamente los mismos comentarios con mi mamá y algunas burlas de mis hermanos y Dahyun...— hizo un puchero.
—Lo lamento mucho...— colocó una mano en su hombro.— Yo intenté explicarle a Lucy la bisexualidad pero ella dice que no puedo tener novio y novia a la vez.
—Es una niña, no lo entenderá tan fácilmente.— replicó.
—Pero ella piensa que bisexual es tener ambas parejas porque si estoy con un solo sexo entonces solo sería hetero u homosexual.— suspiró.— Es difícil vivir así.
—Si... llega a dar mucha impotencia que nadie nos escuche o entienda y nos quieran cambiar para sus gustos.— mencionó con furia.
Ambos siguieron hablando un poco más de otras cosas al azar. Por otro lado, en el patio, estaban Yeji, Lia, Changbin y Hyunjin hablando.
—Es raro que Felix no esté con nosotros ahora...— dijo el chico Hwang.
—Ni Chaeryeong.— agregó Lia.
—Oigan, ¿van a ir a la casa de Chan el sábado por su cumpleaños?— preguntó Yeji.
—¡¿Es el sábado?!— exclamó sorprendido su hermano.
—Si tonto.
—¡Pero pensé que seguíamos en septiembre!— dramatizó.
Seo se levantó de su asiento y fue al baño a lavarse las manos. El resto del grupo se quedó hablando como si nada.
Changbin pasó por el largo pasillo de paredes de vidrio hasta llegar a otro de los pasillos donde se encontraba el baño. Entró, hizo sus cosas, se lavó las manos y salió, encontrando allí sentados a su novio y a su amiga.
Se acercó a ellos notando que estaban muy serios.
—¿Todo bien?— preguntó curioso.
—Si...— respondió simple el pecoso.
—Se ve que no...— tomó asiento a su lado.
—Nuestro profesor de inglés es gay y nos dio una charla sobre la homofobia y una extensa historia sobre eso.— hizo una expresión triste la chica.
—Es tan injusto...— agregó Felix.
—Me imagino que si...— llevó sus labios a un costado.— ¿Quieren ir un momento afuera? Pueden compartirnos la charla que tuvieron.
Los tres se dirigieron al patio donde el resto del grupo se encontraba. Felix empezó a contar sobre la charla que tuvieron con ayuda de la chica Lee. Estuvieron como cinco minutos contando todo mientras sus amigos escuchaban atentos.
—A ver, a ver, a ver, a ver...— canturreó el chico Hwang.— ¿El profesor Lee es gay?
—¡¿Solo eso te quedó claro?!— le dio un leve golpe en la cabeza, Yeji.
—Auch... es que no sabía eso...— se quejó sobando su cabeza.
—Es difícil conseguir trabajo en un lugar tan homofóbico si eres homosexual...— mencionó Lia.— El director de la reunión de sexualidades nos contó de un amigo suyo es transgénero y no lo aceptaban en ningún trabajo por eso mismo.
—Es difícil vivir así en un país cerrado con gente cerrada.— corrigió Chaeryeong.— ¿Por qué es tan difícil respetar?
Seo se mantuvo mirando al suelo fijamente. Suspiró y volteó la vista a sus amigos.
—Mis padres me echaron de casa por ser gay.— se confesó ante sus amigos. Todos voltearon su vista a Seo, sintiendo sus pieles erizarse cuando escucharon su confesión.
—Bin, juro que no teníamos idea...— murmuró su amigo, colocando una mano sobre su brazo.
Yeji y Chaeryeong se quedaron mudas ante su confesión. Lia sonrió apenas cuando escuchó aquello salir de su boca, Seo ya había dejado de sentir miedo y estaba cómodo para poder decirles lo que guardaba hace años.
Felix le regaló una tierna sonrisa. Changbin sonrió apenas y miró apenado al resto.
—Me alegra que lo compartieras. Aunque últimamente te veías un poco obvio con Felix...— burló el chico Hwang.
—¿No se burlarán de mi?— preguntó con temor.
—Para nada. Estamos en el siglo veintiuno, no podemos odiar por eso, menos si formamos parte de la comunidad.— le sonrió Chaeryeong.
Felix se quedó viendo al mayor esperando a ver si agregaba algo más o no. Lentamente, ambos se tomaron la mano, mostrando que eran pareja. Sus amigos sonrieron grandemente y empezaron a festejar exageradamente haciendo que Seo bajara la cabeza avergonzado y Lee se ruborizara, atrayendo miradas de confusión por los demás alumnos.
Al fin y al cabo, entre amigos se apoyaban y respetaban. Podían confiar y saber que no serían juzgados.
♡
En todo el día, Jisung no se levantó del suelo. Se mantuvo allí acostado viendo a lo lejos la suciedad bajo su cama, sus cosas desparramadas y en una esquina su corbata del colegio.
Habían pasado tres días donde no se bañaba y un día donde no había comido nada.
Miró a lo lejos esa tentadora corbata que le llamaba en silencio. Sin movimiento alguno, visualizaba tomarla y enrollarla en su cuello, así como su padre le había hecho a su madre una vez.
Su imagen se borró cuando su hermano volvió a la casa y subió las escaleras junto a su novia, ignorando por completo a Han.
No era algo de que sorprenderse, Seungwoo hace tiempo lo había abandonado. Todos lo habían abandonado y el caminaba en un mundo oscuro de mortales en plena soledad y tristeza.
Tal vez el mundo inmortal no sea tan malo, o tan bueno. Solo tenía una pálida idea de que en este mundo, donde físicamente vivía, el dejaría de sufrir y no iba a tener que estar con personas que lo iban a dejar nuevamente si se iba al mundo nuevo.
Miró hacia el techo en plena oscuridad, se levantó apenas y se sentó. Tomó su teléfono y revisó que tenía algunos mensajes de su amigo.
El chico que creyó que jamás le fallaría y le confió todo.
Eran de hace unas cuantas semanas, casi un mes. Todos eran de el preguntando como estaba y si podían hablar. Tras una semana y media de haberle insistido en hablarle, luego lo dejó y nunca más le volvió a mandar otro mensaje, llamarlo o aparecer en su casa.
Como anteriormente había hecho, Jisung solo cerró la puerta, abrió su computadora y empezó a grabar un video entre lágrimas.
—Hola... soy Han Jisung...— empezó a relatar.
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