Capítulo 60
Como cada mes, Ryujin iba a sus controles mensuales. Esta vez si fue con Minho, el estaba sentado al lado de ella mirando fijamente la pantalla con la imagen de la ecografía completamente serio.
—Bien, debo decir que me sorprende. Tu bebé está muy bien y parece que ya no estás en riesgo. Pero eso no quiere decir que no vas a cuidarte, en este último mes debes cuidarte mucho más. Así como lo hiciste en los últimos cinco meses.
—Está bien...— respondió en un susurro mirando al obstetra.
—Ahora, te limpiaré aquí y buscaré tus análisis.— dijo tomando un pequeño retazo de tela y limpiando el gel del abdomen.
Al terminar, el doctor salió de la sala dejando a la pareja sola. Minho la ayudó a bajar y Ryujin suspiró.
—Quiero parir de una vez. Esto de estar en reposo por ocho meses me tiene harta.— se quejó un tanto irritada.
—Solo aguanta cuatro semanas más. Ya verás que pasará rápido.— dijo intentando tranquilizarla mientras enredaba sus manos con las de Shin.
Así mismo, el doctor volvió a entrar y le entregó los papeles a Shin. Le programó una última visita en dos semanas para chequear y luego se retiraron.
Caminaban lentamente por el pasillo mirando las fotos de la ecografía. Ambos estaban con un semblante serio.
—¿Podemos ir a comprar algo de comer e irnos a casa rápido? Estoy muy cansada para caminar.
—Si... si quieres vamos a mi casa que está más cerca.— le ofreció.
—A donde sea. Solo quiero una cama.— se quejó.
Ambos caminaron hasta un pequeño mercado cerca para comprar algo. Encontraron un paquete de muffins y unos bizcochos salados, tal vez lo acompañaran con una leche chocolatada caliente.
Mientras miraban entre los estantes, Ryujin vio a quien creyó jamás volver a ver.
—¡¿Shin Ryujin?! Por Dios mírate...— sonrió falsamente la chica mirándola de arriba abajo, haciendo desaparecer al instante su sonrisa.— Oh, no me digas que la estuviste pasando tan mal como para que te... embarazaras...
—Si, sabes ahora soy una maldita prostituta y me embaracé. ¿Y tu? ¿Tus papis siguen pagando para echar alumnas del colegio?— saltó a la defensiva.
—Ay Ryujin, ya no soy como la Yunjin del pasado.— se acercó a ella, haciendo a la menor alejarse.— Sabes, seré considerada y le diré a mis padres que me ayuden con una indigente.
—No es necesario, el pasto del parque es delicioso.— le atacó. Yunjin la miró fijamente con odio encima. Minho vio la escena y se acercó a las chicas.
—¿Qué pasa aquí?— preguntó molesto abrazando a su pareja.
—¿Ese es tu novio? Vaya es lindo...— preguntó abriendo enormemente sus ojos.— Wow, tienes suerte de que te hayas vuelto más bella. No cualquiera consigue buenos candidatos... a menos que seas muy "accesible".— hizo comillas con sus dedos mientras le susurraba al oído. Dicho aquello se retiró de la tienda dejando a Shin hecha una furia.
Lee pagó todo y Shin salió de la tienda furiosa, intentando caminar rápidamente hasta dar con la calle de Minho.
—Ryu espera...— juntó la mercancía dentro de la bolsa y casi corriendo yendo hacia donde se iba la chica.— Espera... ¡Ryunnie espera!
—¡Quiero encontrarla y ver como la arrolla un camión!— gritó furiosa sin dejar de caminar rápido.
—¿Quien era ella?— preguntó confundido deteniéndola en la acera. Ryujin tomó aire y se calmó.
—Huh Yunjin, ella fue la que hizo que me echaran de la otra escuela.— explicó brevemente.— Ella sabía de todas las cosas que vivía pero siempre trató de cambiar la historia y hacerme ver como una maldita.
—Cielos... ¿Y por qué? ¿Por qué te molesta tanto?
Ryujin se quedó viéndolo fijamente. Tiró la carta que tenía guardada hace un par de meses. Tal vez suene hipócrita, pero ahora era diferente la causa.
—Cuando nosotros molestamos en la escuela ¿Tuvimos excusa?
Esa pregunta no le fue del agrado de Minho. No tuvo reacción de él, solo dio un suspiro y miró a su alrededor sin responderle.
—Vamos a casa.
Ambos caminaron otro poco más en silencio. Pasaron solo tres cuadras y llegaron al pasillo lleno de casas donde al final se encontraba la de Lee. Se veía todo cerrado, las ventanas estaban con las persianas cerradas por lo que Minho consideró que su mamá se fue. Solo se encontraban sus gatos recostados en el suelo mirando a su dueño y maullando para entrar.
Sacó la llave extra que tenía siempre del fondo de su mochila y abrió la puerta, viendo la casa en plena oscuridad. Prendió la luz y Ryujin solo pasó al baño a lavarse el rostro y las manos. Minho se lavó en la cocina y empezó a preparar en una bandeja las cosas para ir a la cama a comer.
La chica salió del baño y ayudó a Lee con algunas cosas. Fueron al cuarto y se sentaron en la pequeña cama a comer.
—Agh...— se tiró contra la cama mirando el techo.
—¿Te duele algo?— preguntó Lee viendo la expresión molesta de la chica.
—Además de todo el cuerpo por este engendro pateando y partiéndome los huesos y rompiéndome por dentro... no nada.— dijo sarcástica. Minho rió y apoyó la bandeja en la cama. Ryujin se enderezó.
—No te preocupes, ya falta poco. Además de que en el parto te dolerá aun más... según... dijeron... bien me callo, no me mires así.— empezó a hablar lento cuando la chica lo vio con sus ojos enormemente abiertos.
—Si, mejor cierra el hocico y come sin ahogarte.— declaró masticando un muffin con fuerza.
Hubo un leve momento de silencio donde solo comían tranquilamente. Minho revisó su teléfono y vio que tenía unos mensajes.
13 de septiembre 18:34 pm
Felix
oigan, les gustaría venir a casa el jueves?
es mi cumpleaños☺
Changbin
está bien
18:35 pm
Hyunjin
si iremos
18:37 pm
—¿Quieres ir a la casa de Felix el jueves? Es su cumpleaños.— le preguntó.
—Si...—asintió con mal tono mirando al techo nuevamente.
—¿Sigues pensando en esa chica?
—Si...
Minho rió. Dejó de hablarle por un rato hasta que se calmara, lo más probable es que ella, con su gran caracter y hormonas locas, lo echara de su propia casa.
Se levantó de la cama y fue a buscar a sus gatos para darles de comer, de paso cerraría la puerta del patio para que no salgan durante la noche.
♡
—...Y ahora el jueves es mi cumpleaños. Y es grandioso, porque mañana es el cumpleaños de Jisung también...— tomó la chocolatada mientras tomaba aire.— Hablando de Jisung, ¿Puedo regalarle uno de estos?— señaló un cupcake recién salido del horno y con la crema en la manga pastelera a su lado.
—Lixie... ve con Lucy a jugar un rato.— suspiró su madre agotada de escuchar a su pequeño loro parlante hablarle por diez minutos seguidos.
—Pero Lucy se está bañando.
—Cuando salga.
—Debe hacer la tarea...— contradijo. Su madre azotó apenas la bandeja mirando a su hijo.
—Hijo... cumples diecisiete no cuatro ¡Haz un poco de silencio!— se quejó algo histérica. Felix levantó sus brazos en señal de paz.
Lee iba a subir las escaleras cuando el timbre sonó. Chupó la crema que tenía sobre su dedo y abrió la puerta.
—¿Bin hyung?— preguntó confundido frunciendo el ceño.
—Hola... perdón por venir de la nada. ¿Quieres salir con Lia, Chaeryeong y yo?— le ofreció tímidamente.
—Oh...— dudó.
—¡Llévatelo! ¡Que no vuelva hasta el jueves!— gritó su madre desde la cocina. Ambos chicos rieron.
—Maaaa...— se quejó. Volvió su vista a Seo quien estaba sonriendo.— Claro hyung, déjame buscar mi chaqueta.
Felix subió a su cuarto a buscar un abrigo y su celular. Al bajar le pidió a su madre algo de dinero. Ella no contó cuanto le dio, le dio un gran puñado y prácticamente lo echó de la casa.
Ahora ambos estaban afuera con la puerta trabada mirando a la mujer por la ventana haciéndole señas que se vayan a caminar. Los chicos se fueron del lugar.
—Veo que está ocupada...— rió divertido.
—Si, el jueves vendrán todos a casa. Mis tíos, ustedes y tendré mi primera fiesta de cumpleaños aquí. ¡Se vuelve histérica! Y no nos deja ayudar...— explicó con risas de por medio y a rápida velocidad. Seo lo miraba con mucho cariño, la forma de expresarse y como sus ojos brillaban.
Ambos fueron a una pizzería cerca de la casa de ambos chicos, lo que era una suerte porque solo estaba a cinco cuadras de su vecindad. Allí afuera paradas estaban Lia y Chaeryeong hablando, se veía como el humo salía de las bocas al soplar por el frío. Ellas al verlos sonrieron y saludaron amables.
—Hola Lix.— sonrió Lia.
—Hola...— saludó con voz dulce achicando sus ojos.
—Entremos ya, hace frío.— dijo Seo.
Los cuatro entraron a la pizzería y un leve calor los golpeó bruscamente. Tomaron asiento en una mesa cerca de la pared y un amable chico les dio un menú.
Eligieron una de piña con otra de jamón con mucho queso y a los quince minutos ya estaban comiendo pizzas con papas fritas y una coca cola con una Sprite.
—¿Entonces es tu cumpleaños?— preguntó Chaeryeong. Felix asintió.— Perfecto, debemos ir. ¿A qué hora?
—A la noche... solo será una reunión familiar y con amigos. Quédense a comer.— invitó a los chicos. Ellos asintieron y siguieron comiendo sus pizzas.
Mientras masticaba su porción, Felix pensaba su estrategia. Jisung iría a su casa durante la tarde, allí comerían algo mientras hablaban. La cosa era ¿como echarlo? Los demás chicos irían a la noche ¿A qué hora se iría Jisung para no toparse con ellos, especialmente Minho? Esa era la única problemática.
Ya, estaba en la pizzería compartiendo un tiempo con sus amigos. Las chicas mirándose tiernamente mientras se tomaban las manos y luego estaba Changbin, comiendo tranquilamente mirando a sus alrededores.
Sin darse cuenta, pasó algo.
—Felix, ¿qué haces?— preguntó Seo viendo como el pecoso estaba recargado sobre su hombro comiendo su pizza con ambas manos, mirando al techo.
Lee se ruborizó y se enderezó, volviendo su vista al plato. Las chicas rieron apenas.
Luego de dos horas allí, fueron al parque del frente. Eran recién las 22:00 y aunque tuvieran clases al día siguiente, los adolescentes solo se la pasaron un rato más disfrutando de la noche fresca para liberar sus cabezas luego de una gran oleada de exámenes y trabajos prácticos.
—Ok, a ver. Si invitas a quien es tu mejor amiga a tu casa para conocerse, ¿Cómo le explicas a tu mamá que ese amigo es tu pareja?— hizo una pregunta la chica Lee.
—No debes decirle...— mencionó Seo. Choi golpeó su hombro.— ¿Qué? No todos son comos tus padres.
Lia rodó sus ojos y tomó la palabra.
—Tienes que explicárselo de una manera que logre ver ambos puntos. Si tu mamá considera que no es apropiado por algo social, hazle entender que es algo personal y que es importante para ti.— explicó tranquilamente Lia.
—¿Pero que pasa si al final no lo acepta sin importar que hagas?— preguntó Felix en casi un murmuro.
—No siempre debes complacer a tus padres. Ellos no siempre estarán conformes con todo lo que pienses.— su tono de voz se transformó en uno un poco más rápido y feroz.— Y si sientes que nadie te apoya o que nadie te entiende, pregúntale cuantas veces los han apoyado a ellos.
—A veces solo es bueno irte de ese ambiente y no volver hasta que entiendan como te sientes...— dijo cabizbajo, Changbin.
—Esa es una buena opción...— asintió Lee australiano.
Lia suspiró frustrada. Esas charlas que se convertían en debates la ponían histérica. Primero, porque habían varios puntos de que hablar y jamás encontraba las palabras adecuadas para dar su opinión. Segundo, porque sus amigos siempre veían el lado negativo.
—Llegó mi papá...— dijo Choi viendo su auto estacionarse allí en frente. Saludó s sus amigos y le dio un corto beso a Chaer. Luego se fue casi corriendo al auto, saludando con su mano al resto de los chicos.
Chaeryeong, Changbin y Felix se quedaron en las bancas del parque esperando a que la chica fuera recogida y luego se irían a sus casas. Los tres empezaron a hablar cómodamente.
—Como decía ella, no se dejen mandar por lo que los demás digan. Vivan su romance aunque nuestros padres estén en contra. Si no tienen a quienes los apoyen, nosotras los apoyamos.— le sonrió a ambos, especialmente a Seo. Ella sabía su situación.
—Solo quiero preguntar, ¿como se quien me gusta?— preguntó el pecoso.
—Ya lo sabrás algún día, sea del sexo que sea un día le sentirás aprecio y un cariño diferente.— explicó brevemente. Felix asintió. Una bocina hizo presencia, era la madre de Chaer. Ella juntó sus cosas y saludó a los chicos.— Nos vemos en la escuela, adiós.
Mientras ella se iba, Felix y Changbin se quedaron sentados un corto tiempo mirando frente a ellos la plaza.
—Me siento confundido...— soltó de la nada. Seo le miró y no dijo nada.
Ambos se levantaron y empezaron a caminar hasta su vecindad hablando apenas. Se adentraron al barrio de Felix, donde las luces de su casa seguían prendidas.
—Me divertí hoy, espero que pronto tengamos otra salida así.— sonrió el pecoso.
—El jueves tendremos una.— le imitó el gesto.
—¿Enserio?— hizo una mueca de confusión.
—Es tu cumpleaños...— dijo con obviedad. Felix abrió la boca un poco avergonzado formando lunas con sus ojos. Se había olvidado por un segundo de aquello.
—Creo que debería irme a dormir, ¿No?— preguntó tímido.
—Ve ya...— se rió.
Ambos se tomaron la mano a modo de saludo e inclinaron levemente sus cuerpos a punto de abrazarse. Pararon en seco aquel acto y se dieron un leve golpe en el hombro, deslizando suavemente sus manos soltándose.
—Adiós hyung...
—Adiós.
Y así, Felix se metió a su casa saludando por última vez a Changbin. Seo soltó una pequeña risa y se fue caminando a su casa, sin borrar la sonrisa que el pecoso le generaba.
♡
feliz mes del orgullo <3 cap dedicado al mes
gracias por leer que lo disfruten
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