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Capítulo 51

Un viernes a la tarde, Yeji y Ryujin habían planeado salir a hacer unas compras para la pequeña bebé que vendría en camino. Hwang la llevó a una tienda de bebés que tenía cosas muy hermosas para comprar.

Las chicas recorrían los pasillos mientras miraban las diminutas prendas frente a sus ojos. Ryujin tomó un pequeño conjunto blanco con flores pequeñas rosas y lo metió en la canasta para comprar.
Yeji por otro lado estaba mirando que comprar de regalo para su ahijada.

Mientras Shin revisaba más ropa, unas chicas a un lado de ella murmuraban cosas mientras que su madre la miraba con desaprobación.

Las jóvenes de hoy en día, ya ni saben cuidarse; si no se cuidan, serán fracasadas como ella. Muchas críticas por tener diecisiete años y estar embarazada.

Admitía que le dolía, pero no le siguió prestando atención. Pasó su mano por su abultado vientre ya de seis meses. Sonrió mientras sentía una patada de la bebé y se dedicó a seguir buscando más ropa.

-Ryu, mira esto.- llamó su amiga con una sonrisa. La menor se acercó a ella y vio un tierno vestido blanco con unas pequeñas sandalias blancas y destellos rosas junto a una diadema elástica rosa con un moño pequeño.- Debes llevarlo cuando la bauticen.

-No la bautizaremos.- le fue directa. Hwang abrió la boca sorprendida pero de igual manera metió el vestido a una canasta junto a la diadema y zapatitos.

-Entonces para el primer año. No creo que crezca mucho.- dijo divertida. Shin le golpeó apenas el hombro y rió.

Pasaron unos cuarenta minutos y terminaron de comprar. En la caja colocaron un bolso grande color lila con blanco plastificado, una buena cantidad de ropa, medias y zapatos junto a algunos accesorios. También un biberón, uno de plástico y otro de vidrio. Un chupete rosa con blanco y con una cadena para que no se caiga. La cajera veía con ternura a la chica mientras acariciaba su vientre con amor.

-Me recuerda cuando tuve a mi hijo.- sonrió sin dejar de pasar las cosas para sumar los precios.- Lo tuve a los quince pero igual sigo feliz al recordar ese dia.

-¿A los quince?- se sorprendió Shin. La joven asintió con una sonrisa.

-Así es. Mis padres siguen odiándome pero ahora solo importa mi pequeño y mi pareja.- dijo directa con una sonrisa leve en su rostro.- Si a ti te critican, que no te importe. Si eres feliz con esto es lo único que importa.

Shin asintió lentamente mientras esas palabras le quedaban grabadas en su cabeza. Tenía razón, no había excusa para ponerse mal ante una crítica. Ella sería feliz con su bebé y con su novio, era lo único que le importaba en su vida.

Yeji le entregó la tarjeta de crédito y pagó sus cosas. Ryujin con su dinero pagó lo demás. Metieron todas las cosas dentro del bolsito y Hwang lo llevó colgando en su hombro.

Terminaron de pagar y se despidieron de la amable joven quien se despidió y le exclamó un leve suerte a Ryujin.

Luego de las compras, se sentaron a comer algo. Fueron a una heladería y ambas pidieron una taza plástica de helado con tres sabores. Lo estaban desgustando mientras hablaban tranquilamente.

-No le hagas caso. Son unas ridículas. Lo que importa aquí es que tu estás feliz con ella.- le sonrió para tranquilizarla.

-Por supuesto. Solo que odio que todos me miren como si fuera un alienígena.- murmuró frustrada colocando una mano en su panza.

Mientras comían el helado, el teléfono de Ryujin sonó. Era Minho quien lo llamaba desde su trabajo.

-¿Minho?

-Ryu, ¿Dónde estás?- le preguntó.

-Con Yeji en el centro.- respondió mientras llevaba un poco de helado a su boca.- ¿Por qué preguntas?

-¿Te molesta si esta noche me quedo en tu casa?

-No amor. ¿Por qué me molestaría?

-No a ti, a tu madre si le molestaría.- rio. Ryujin imitó su gesto.- Te aviso cuando salga, linda. Cuídate, te amo.

-Te amo yo también.- le murmuró con una sonrisa.

Colgó la llamada y dirigió su vista al helado.

-¿Todo bien?- preguntó Hwang curiosa.

-Si.- metió una cucharada de helado a su boca.- Discutió con su mamá y ahora vive con Chan. Me pidió quedarse conmigo en casa esta noche.

Yeji asintió y terminó de comer su helado. Al terminar de comer, tiraron las tazas a un contenedor y Hwang llamó a su mamá para que las fueran a recoger.

Mientras caminaban, la menor no pudo evitar sentirse incómoda al ver a la gente posar sus ojos sobre su panza. Inconscientemente intentó cubrir su vientre con su chaqueta, la cual era un poco grande, así evitaba que más personas sigan incomodándola.

Llegaron a una plaza cerca del centro y esperaron a Sejeong para alcanzar a Shin a su casa y luego volver a la suya. La señora Kim llegó y las recogió a las chicas, curioseando entre las bolsas viendo las tiernas cosas que compraron.

-Fue dinero bien gastado.- sonrió.

Las chicas rieron y se pusieron el cinturón de seguridad. Así mismo, se fueron a la casa de Ryujin para dejarla primero.

Shin llegó a su casa y con esfuerzo bajó. Era verdad que aunque tuviera seis meses sentía su vientre pesado y eso la hacía ir lento. Tomó el bolsito de bebé y lo enganchó con cuidado en su hombro.

-Cuídate. Llama si necesitas algo.- le exclamó Hwang una vez que bajó.

-Muchas gracias, adiós.- se despidió y fue directo a su casa, abriendo la puerta y saludando con su mano.

Shin entró a su casa y la recibió su madre saliendo de la cocina. Había un delicioso olor

-Viniste temprano.- dijo quitándose el delantal.- Yo quería hacerte una sorpresa.- mencionó con una expresión seria pero amable.

-Lo siento.- le sonrió delicadamente.

Dejó el bolso en el sillón y se acercó a la cocina a ver que cocinaba su madre. Vio la bandeja con algunas galletas de azúcar en un tarro. Se acercó más y sacó una.

-Están deliciosas.- dijo desgustando una galleta.

-Me alegra que te gusten.- le sonrió.- Ahora muéstrame que compraste.- dijo ansiosa.

Shin salió de la cocina al living para buscar el bolso y comenzar a enseñarle la ropa de bebé. Colocó en la mesita ratona un pequeño vestido amarillo pastel, unos cuantos conjuntos de colores claros, unos cuantos pares de medias diminutas, los gorros, unos guantes, zapatos y unas diademas.

-Increíble como la moda ha ido cambiando en los bebés.- dijo mirando la ropa frente a ella.- Pero está muy lindo todo.

-Mamá, esas prendas raras que me ponías ya no existen más.- mencionó señalando una foto de ella siendo bebé con un entero de lana con volados.

-Lo se amor, lo se. Solo decía.- rió divertida.

Ryujin guardó nuevamente la ropa y la llevó a su cuarto para poder guardarla en los cajones de su cómoda.

Al llegar a su cuarto, su teléfono vibró. Revisó y era un mensaje de Minho.

Minho

Ryu
Salgo a las 10
Puedes esperarme despierta?
19:49 pm

Está bien
cuídate te espero
19:50 pm

Dejó el celular en la cama y empezó a doblar y guardar la ropa en orden. Luego de terminar se dispuso a arreglar un poco su cuarto y darse un baño para luego ir a comer algo y dormir.

Recordó que tenía un par de tareas pendientes que su madre debía entregar por mail, por lo que insultó por lo bajo y dejó el orden para otro momento.

Minho pasaba los productos por la máquina para luego cobrarle a los clientes. Por alguna razón se sentía demasiado agitado, podría ser por la inmensa fila en la tienda que esperaban ser atendidos en la caja o tal vez podría ser por los nervios al tener que convivir con la madre de Ryujin por una noche.

Sus ojeras eran notorias. Entre el trabajo, la escuela, Ryujin y la búsqueda de una carrera universitaria, también se le agregó el nuevo problema llamado "el desequilibrio del tiempo"

Minho ya no tenía un orden en el tiempo como antes. Se levantaba a las seis de lunes a viernes para ir al colegio. Luego hacía diferentes cosas durante el día y a la diez de la noche se iba a dormir. Los fines de semana podía despertarse un poco más tarde pero su rutina no cambiaba nada.

Todo empeoró en los últimos meses. Debía despertarse a las seis para el colegio, a la una de la tarde ir al primer trabajo hasta que sean las cuatro e ir a su otro trabajo. Luego salía a las nueve o a las diez de la noche y se volvía a su casa, incluso a veces tenía que ir a la clínica a ver a su papá y cuidarlo por un rato. Podía quedarse hasta las dos de la mañana terminando las tareas o estudiando algo que ni él entendía.

Se quejaba, aun así era consciente de que se buscó todo aquello.

Pasadas dos horas, Jae cerró el local. Ambos se quedaron ordenando un poco para abrir al día siguiente. Minho tenía que faltar al colegio para tener el turno de mañana. Cerró sus ojos y pasó sus manos por su cara.

-Nos vemos mañana.- dijo bostezando mientras tomaba su mochila y una bolsa con algunas cosas que había comprado unas cuantas horas antes.

-Mándale saludos a tu novia. Te veo mañana temprano.- le saludó mientras seguía sentado en una banqueta.

Lee salió de la tienda y fue a una parada de bus. No tenía ganas de esperar demasiado por lo que paró un taxi que milagrosamente pasó por allí. Se subió y le dio la dirección de la casa de Shin.

Llegó en quince minutos. Le pagó al taxista y se bajó del auto. Llegó a la entrada de la casa y le mandó un mensaje a la chica para que le abriera, eran casi las once de la noche y pensaba que su madre podría estar durmiendo, por lo que era mejor no arriesgar a tocar el timbre.

-Viniste.- le sonrió mientras lo abrazaba y besaba en su mejilla. Al sentir aquello, Lee sonrió por primera vez en el día.

-Te traje una sorpresa.- le dijo levantando la bolsa.

Ryujin abrió sus ojos grandemente y sonrió. Dejó entrar a su novio y él se quitó los zapatos para ir con ella.

-Mamá está durmiendo. No te preocupes, ella sabe que tu vendrías.

Lee asintió lentamente. Ambos subieron al cuarto y cerraron la puerta. Minho se tiró en la cama mientras hundía su cabeza en una almohada.

-Estoy muerto.- dijo con su voz siendo ahogada en la almohada.

-No dudo que lo estés.- se sentó a su lado mientras le acariciaba la espalda.- Estuviste yendo y viniendo durante mucho tiempo.

Minho se quedó unos minutos así hasta que se cansó y se sentó. Pasó sus manos por su cara nuevamente y observó la bolsa.

-Te traje un regalo.

Tomó la bolsa y sacó de allí un paquete de papas fritas que ella adoraba con unos snacks. Luego, más abajo había una pequeña cajita. Se la tendió a Shin y ella con curiosidad la abrió. Allí dentro había un tierno par de zapatos de forma de conejo rosas.

-Es muy lindo esto.- chilló emocionada. Abrazó a Minho fuertemente mientras él le sonreía feliz.- Gracias amor.

-Me alegra que te haga feliz.- le corrió el cabello mirándola fijamente. Luego le dio un beso en su sien.

Unos minutos luego, Lee fue a bañarse para quitar su transpiración y mal olor. Ambos luego de que él terminara, se acostaron a mirar una película mientras comían las papas.

Y como toque final, Minho se quedó dormido. Ryujin lo miró con una papa en su boca y pausó la película.
Trató de salirse de la cama para dejar la computadora y taparse sin mover a su novio, aunque sería fácil ya que él había quedado rendido en brazos de orfeo.

Yeji estaba terminando los apuntes del examen de la próxima semana mientras los decoraba con marcadores de colores pastel.

En lo que ella decoraba, Chan la llamó.

-¿Hola?

-¿Qué debe hacer un hombre para que su novia le preste atención?- le preguntó divertido. Hwang rió.

-Lo siento, se vienen muchos exámenes y apenas recuerdo lo que es vivir.- sonrió y rió nerviosa.

-Tranquila.- le dijo suavemente al otro lado de la línea.- Quiero invitarte al cine la semana que viene. Salió la nueva película de Spiderman que querías ver.

Yeji rió y se escondió entre sus manos. Ella le había comentado sobre ir a ver Spiderman y ahora Chan la estaba invitando.

-Ok, solo con una condición.- rió divertida.

-Que no sea algo muy costoso.

-No lo es. Iremos a ver la película pero tu debes ayudarme con el baby shower de Ryujin.- le negoció.

Entre ellos, excluyendo a la pareja, habían decidido hacer un baby shower. Los Hwang pondrían la casa de verano que tenían, Seo pondría algunas cosas de comer hechas por su abuela, Lia haría unas hermosas decoraciones. Lo tenían todo planeado.

-Está bien, ¿Qué quieres que haga?- preguntó mientras jugueteaba con una almohada simulando ser una pelota.

-Solo debes distraerlos y luego llevarlos a mi casa de verano.- le explicó tranquilamente.

-Está bien.- asintió lentamente. Hubo un leve silencio interrumpido por Bang- Oye, ¿No deberías ir a dormir? Son mas de las once.

-Estaba terminando una tarea y los apuntes. A decir verdad no puedo dormir.- puchereó.

-Si pudiera iría a tu casa pero me temo que tu papá y mi mamá me patearían en cada nalga.- rió divertido. Hwang soltó una carcajada.

-Cállate.- dijo entre risas.- Estudiaré otro poco y me iré a dormir. Te veo mañana luego del colegio. Adiós.

Colgó el teléfono y empezó a guardar sus apuntes y útiles escolares. Organizó su bolso guardando algunos libros y cuadernos además de su cartuchera y carpetas. Dejó la mochila sobre la silla del escritorio y se fue a su cama a dormir.

Había algo que se estaba olvidando y era el simple hecho de colocarse la alarma ya que sus padres no estarían a la mañana y despertarla.

..

no es un wow capitulo pero algo es algo.

feliz navidad atrasada y año nuevo adelantado!

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