
Capítulo 4
¿Terminaste de estudiar?; ¿Te has sacado otro diez?; ¿Tienes propuestas de trabajos en algún hospital prestigioso?
No lo soportaba más. No toleraba las mismas palabras y las mismas acciones los siete días de todas las semanas. Sus días se habían pasado de fiestas a estudios constantes sin descansos.
Yugyeom estaba cansado. Ya se sentía molesto de tanto estudio y juraba ver letras en las paredes con respecto a medicamentos u otras enfermedades que se mencionaban en sus libros.
Sus padres lo mandaron a uno de los mejores institutos del país para que desarrollara una mente superior en la familia. Irónico, los padres usando a sus hijos como objeto de presunción. Durante la primaria era un niño que siempre seguía las órdenes de sus padres: te quedas a estudiar y una vez termines de saberte todo, iras a jugar. ¿Un niño de seis años puede estudiar durante seis horas encerrado en un cuarto? No, pero para Yugyeom era así, inocente y educado, sin mencionar que era respetuoso. Siempre siguiendo lo que sus padres indicaran. Y cada año aumentaban más.
Una vez empezada la secundaria, Yugyeom era un adolescente que quería revelarse ante sus padres para que ellos dejaran de obligarlo a estudiar y conseguir las mejores notas. Pero la culpa aparecía desde lo más profundo de su corazón. No podía revelarse así, no podía decirle a sus padres que no quería estudiar aquello cuando pagaban fortuna en ese colegio.
Y eso era la razón por la cual cada vez presionaban sus estudios.
-¿No crees que deberías estudiar mucho más y conseguir mejores notas cuando tu padre y yo estamos gastando mucho dinero en este instituto?- regañó su madre.- Pagamos por ti y por tu hermana. Hijo, solo estudia, ten las mejores notas. Tu debes ser el mejor- decía la señora un tanto molesta.
-Solo quiero descansar mamá. Ni siquiera he desayunado, menos he almorzado. Estuve desde la mañana estudiando y quiero descansar- dijo suplicando y casi llorando.
-Ponte a estudiar y deja de lloriquear, eres patético haciendo eso. No tienes dos años, tienes veintiuno. Estudia ya- gritó la señora y se fue del cuarto del mayor.
Exacto, Kim Yugyeom, el orgullo de la familia Kim, el gran y fantástico Kim Yugyeom, quien ahora era un cansado, hambriento y estresado chico de universidad.
Eran días donde no veía la luz del sol un sábado o domingo por la mañana. Solo veía libros. Libros, libros y más libros. Era otro domingo donde no podía ir a la cena familiar porque debía estudiar. Otro día más de escuela donde apenas podía hablar con Chan.
Era otro día mas donde deseaba que el tiempo se congelara y el pudiera vivir un momento para él. Vivir un día de hermanos, dejar que Yuna lo molestara con sus bromas o juegos. Poder hablar de algo que no sea de la universidad con Chan. Quería vivir una vez luego de tres años.
囧
Sábado 07:34 am
-¡Ya! Arriba hijo debes estudiar para el examen del miércoles
Si. Eran las siete de la mañana y su madre ya estaba gritando a su hijo un día sábado donde mínimo podía descansar unos minutos más.
Yugyeom se levantó pesado. Puso un pie en el suelo, luego el otro. Intentó levantarse, pero algo se lo impedía.
No podía levantarse al ver tres libros y veinte hojas de resumen para el examen. Kim se levantó pasados unos minutls y tiró todas esas cosas al suelo sin importar cuán importante eran.
Quiso tirar todo a la mierda. La impotencia estaba tomando el control de su cuerpo. Estaba cansado de estudiar, estudiar y estudiar. Estaba cansado de las largas charlas que sus padres le daban diciéndole que debe ser el mejor estudiante de la familia. Mucho mejor que su primo Doyoung. Sin darse cuenta, estaba derramando lágrimas.
Eran lágrimas que expresaban todo el odio y el estrés que se cargaba encima. Estuvo una semana entera estudiando doce horas seguidas, estuvo días sin comer bien o dormir bien, hubo noches desveladas donde él solo estudiaba por sus padres y tenía que partir a la universidad temprano. Había días donde su madre le dejaba agua y un sándwich, pero este seguía intacto por el estudio.
Para sus padres eso era bueno. ¿Era bueno que su hijo estuviera al borde del colapso?
Ellos no lo notaban, pero tarde o temprano verían los efectos secundarios en su hijo.
-Mi Yugyeom está súper genial con su carrera. Mi bebé pone todo su empeño al estudiar, ya fue becado y tiene las mejores notas entre sus compañeros, destacando que esta entre los mejores alumnos de toda la universidad.- decía la señora Kim hacia su cuñada orgullosa de su hijo.
-Doyoung está demasiado bien, la ingeniería es difícil pero pareciera que nació con el don de ser ingeniero. Cuando le dan una pregunta, en segundos la responde perfectamente- dijo la otra señora, de forma presumida.
Ambas madres estaban presumiendo sobre sus primogénitos y como iban en sus estudios. Los menores de la familia solo miraban como sus madres les daban más atención a sus otros hijos.
-Yugyeom no quiere descansar ni comer. Estuvo días estudiando, hasta se levanta temprano para estudiar. Este niño no me hace caso. Ya no se cómo hacer para que se despegue de esos libros- mintió.
Yugyeom, con los humos saliendo de las orejas, golpeó la mesa y gritó lo que quiso gritar hace años atrás.
-¡Tu eres la que no me da descanso! Me explotas con el estudio mamá. ¿Alguna vez he podido dormir sin tener que levantarme solo para estudiar? ¿En estos años he compartido algo de tiempo con la familia? ¿Alguna vez te preocupaste por las notas de Yuna?- comenzó a gritar de rabia. Era lo que más odiaba, que sus padres se interesen más por sus notas y jamás hayan visto alguna de Yuna- Nunca, pero jamás te has preocupado por ella. Jamás me dejas descansar. Mamá, estoy cansado de que quieras que sea el mejor en la universidad y en la familia. ¿Por qué les importa tanto superarse?
Yugyeom comenzó a llorar. La familia quedó congelada con esta declaración. El joven quedó mal por gritarles a sus padres al frente de la familia, pero ahora se sentía un poco libre. En cuanto a los sentimientos porque luego de esta confesión sus padres lo castigaron y el pobre tuvo que recibir a un tutor para que le ayude a terminar sus estudios.
El mayor se negó rotundamente a estudiar. Cerró sus ojos un momento y comenzó a imaginar que sería la vida sin sus padres exigiéndole el estudio. Pero era imposible concentrarse puesto que los señores Kim se encontraban regañando a Yuna. Odiaba a sus padres, odiaba que lo obligaran a estudiar tanto y lo alejaran de su vida, odiaba que no le prestaran atención a su hermana.
Odiaba todo.
No supo cuánto tiempo estuvo tirado en su cama con los ojos cerrados que su madre entraba con una joven estudiante egresada de medicina de la misma universidad a la que él asistía.
-Yugyeom levántate- lo levantó de su cama de un fuerte tirón- Hijo ella es Kwon Eunbi, va a ser tu tutora.
-Hola Yugyeom- sonrió la castaña. El chico no saludó siquiera. Ella tomó asiento y su madre se fue del cuarto- Bien Yugyeom, me llamaron para ayudarte con las tutorías. ¿Puedes decirme más o menos lo que no entiendes?
No respondió. Suspiró y habló segundos luego- Eunbi, agradezco que se tomara el tiempo de venir a ayudarme pero realmente no lo necesito. Mi madre solo quiere que sea el mejor de toda la universidad y me obliga a estudiar cosas que ni nos toman allí. Por favor no gaste su tiempo con un chico como yo, sin caso. No necesito ayuda de nadie porque no debo seguir estudiando- dijo todo de una forma lenta y clara con un tono decepcionado, lo que dio a entender lo mal que se sentía al respecto.
Eunbi analizó lo dicho por el chico, pudo entender perfectamente su situación.
- Sabes, yo pasé por lo mismo que tu. Te aseguro que entiendo cómo te sientes- ella le sonrió- Entiendo la presión que los padres ejercen sobre sus hijos para ser el número uno de su clase, y se lo frustrante que es. Por esto no voy a ayudarte a estudiar- tomó su mano- Voy a ayudarte a descansar.
El chico quedó un poco confundido con la actitud de la chica. Pero supo que Eunbi iba a sacarlo de ese entorno.
-Yugyeom haremos esto, tenemos solo cuatro horas de tutorías diarias, yo me propongo a hacer lo siguiente: tú y yo iremos a hacer las tutorías a mi casa, diré que es por una cuestión de transporte, y en esas cuatro horas te dejaré libre para que aproveches tu tiempo para descansar del estudio.
El chico no quiso arriesgar el trabajo de su tutora para poder ser libre. Se negó varias veces. No iba a dejar que Eunbi quedara mal vista con esta propuesta.
Luego de mucha insistencia por parte de la mayor, el menor terminó por aceptar.
La semana siguiente Kim estaba saliendo hacia la casa de su tutora. Llevó sus libros, su teléfono y todo lo necesario. Partió a la casa de la chica y allí ella lo invitó a entrar a su pequeño departamento una vez llegado.
Le preparó un jugo de naranja junto con unos sándwiches y lo invitó al patio trasero. Tomaron asiento en una de las sillas y comenzaron a hablar.
-¿Enserio todo este lugar es para ti? Es una maravilla- dijo asombrado al ver el patio lleno de pasto y algunos árboles. Para ser un departamento, era un lugar precioso en las afueras de Corea.
-Para mi pareja y para mí. Estamos a punto de casarnos- dijo mostrando su anillo de compromiso, orgullosa de si misma- Yugyeom, no solo te invité para que te distraigas del estudio, te invité porque quiero ayudarte a salir de esta situación. Yo pasé por lo mismo, pasé por estas mismas circunstancias de ser obligada a estudiar y ser la mejor. Te puedo decir que no es nada bueno- eñél hizo un gesto estando de acuerdo- Por favor, nunca te quedes callado. Estás demasiado estresado, tienes que revelarte ante tus padres y demostrar que no estás de acuerdo a lo que piden. Es por tu bien y tu salud.
-Ya lo he hecho todo, no sé qué más puedo intentar- se recostó sobre la mesa- ¿Qué debería hacer?- dijo ya demasiado tenso y frustrado.
-Revelarte.
-¿Eh?- dijo levantando la vista.
-Debes demostrar cómo te sientes. Demuéstralo, y en parte revela tus pensamientos. Estás cansado de estudiar, demuéstrale a tus padres de una forma que muestre que estás cansado.
-Pero... son mis...
-Entiendo que lo sean, pero ¿Les da el derecho a explotarte así?- tenía razón, Kim asintió.- No, por favor Yugyeom, hazme caso.
El alto se quedó en silencio. No se animaba a hacer eso contra sus padres, pero algo le decía que si debía hacerlo.
Amo a Eunbi.
Espero que lo disfruten, nos vemos pronto.
Bai
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