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Capítulo 39

CHAT THREE BEARS

Yunita

Hola chicos

Alguno fue al colegio hoy?

16:24 pm

Zorro del desierto

Tu tampoco fuiste?

16:24 pm

Yunita

Por algo pregunto

16:25 pm

Lee Seungmin puedes responder?

16:26pm

Zorro del desierto

Seungmin deja de clavar visto y da la cara

>:(

16:26 pm

¡Un segundo, mi mamá me está hablando!

16:27 pm


Lee no se podía concentrar, su mamá le estaba hablando. Le daba las indicaciones de lo que haría y que volvería más tarde a la casa.

-Bien, Minnie luego iré al lavadero, de paso iré a buscar los trajes de tus hermanas a la tintorería y de ahí pasaré por Chae de sus clases de inglés. Así que te quedarás un momento solo.- mencionó mientras buscaba sus llaves y tomaba su bolso.

-Si, si como digas.- le restó importancia. Buscaba entre sus carpetas las actividades que estaban escribiendo para pasárselas a sus amigos.

-Ten cuidado amor.- besó su frente.

Una vez que Minyoung se fue, Seungmin pasó las fotos a sus amigos.

CHAT THREE BEARS

[16 fotos]

Zorro del desierto

Porque tanto?!

16:32 pm

Yunita

16 fotos?

Quien fue la loca?

16:32 pm

Examen el lunes

Es sobre lo que dimos hoy en clases

16:33 pm


Estaban entrando en esa típica oleada de exámenes. Estaban por entrar en julio y ya estaba siendo más complicado el aprobar. Es decir, las miles de tareas y actividades, las exposiciones y los exámenes, esto sumado a la participación en clase y la asistencia.

Justo en el peor momento el doctor le da dos semanas de reposo a Jeongin y Yuna estaba faltando por su anorexia. Era muy complicado para ambos, porque aunque algunas materias eran sencillas y solo necesitaban leer, otras necesitaban de una explicación de un profesional, en este caso, de sus profesores con matemática o química, sin mencionar las que requieren movimiento como educación física.

Seungmin terminó con las fotos y se dedicó a ver una película. Estiró su pierna que tenía el protector en la mesita del living mientras que su pierna sana la flexionó y colocó debajo de su muslo contrario.

Tardaron unos minutos cuando Chaeryeong entró junto con Dahyun a la casa. Parecía que la rubia estaba molesta por su forma de actuar. El menor no podía ver bien su reacción ya que ambas subieron las escaleras lo más rápido que pudieron, desapareciendo de su vista.

Miró una vez más hacia la escalera con un rostro denotando sospecha. No podía hacer mucho, tenía que tener cuidado con su rodilla y desde la planta baja no se escuchaba la conversación de las chicas, así que tuvo que convivir con la duda de lo que ocurrió aunque se muriera de curiosidad.

Ya en el cuarto de Chaeryeong, ambas se dispusieron a hablar.

-Espera, repíteme de nuevo. Has llorado como loca durante todo el camino y no se que es lo que ocurrió.- intentó estar calma.

-¡Hyunjin no me respondía mis llamadas y me ignora! ¡¿Cómo puedo estar bien así?!- gritó histérica, lanzándose hacia la cama.

-¿No crees que estás exagerando?- enarcó una ceja.

-Chaer... no me habla hace dias y me ha evitado en el colegio.- dijo con un tono triste.- No se que es lo que pasó y el porque me ignora como si no me conociera.- dio un suspiro, secando sus lágrimas.- Ojalá pudiera tener una relación como tu y Lia.

-Mi relación con Lia ni siquiera es oficial, no se si somos novias, solo nos hemos besado.- aclaró.- Además, Dahyun, no te olvides, él es Hwang Hyunjin, el que jugó con el corazón de muchas chicas junto con Minho, recuerda que él me hizo lo mismo.

-Pero... en la fiesta... él me besó primero y luego me tomó de la mano y tuvimos nuestra primera vez.- dijo con un puchero en sus labios.

-¿Y no crees que eso fue demasiado para conseguir algo por parte de él?- dijo, tratando que su amiga se de cuenta de que no todo era color rosa como ella lo pensaba.

-No puedo creer que sigas pensando así de él.- frunció el ceño.

-No seas tonta, Hyunjin ya consiguió lo que quería.- ella también frunció el ceño.- No puedes evitarlo Dahy, sabiendo que es el mejor amigo de Minho, solo te quería como pasatiempo y tu te le aventaste.

Kim no dijo más nada y solo se fue de allí. Chaeryeong la siguió por las escaleras pero la rubia solo caminaba más rápido y salió de la casa, molesta por lo que su "amiga" le había dicho.

Seungmin veía atento la escena, su hermana azotó la puerta y salió disparada a su cuarto, manteniendo una mirada furiosa. Unos minutos luego, volvió a bajar y buscó algo en la cocina, yendo nuevamente hacia la planta alta no sin antes decirle algo a su hermano.

-¡Ojalá tus amigos jamás tengan pareja!- gritó furiosa, yendo hacia el baño.

Seungmin quedó un poco desconcertado ante aquello, sin entender lo que ocurría. Su hermana se veía furiosa por algo que no supo que era, solo vio que Dahyun salió enojada de la casa, lo que pudo determinar que pelearon.

Lo que Lee menor no sabía era que Chaeryeong le estaba advirtiendo a su amiga algo de lo que podía tener razón.

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

-Entonces... ¿estás seguro que quieres volver?- preguntó insatisfecho, viendo al menor guardar su ropa de colegio.

-Si hyung, si quieres que vuelva a ser el de antes y tratar de despejarme, iré a la escuela.- dijo sin dejar de doblar su ropa.

Seungwoo no se veía muy bien ante aquello. No es porque Jisung iría a la escuela, era esa maldita sensación de que recaería. Nunca tuvo suerte las veces que volvía a la escuela, siempre volvía llorando o lastimado. Poco a poco el menor iba sonriendo, su depresión era muy fuerte y era difícil de tratar, pero como por arte de magia, estaba renovándose.

-Mírame sunggie.- pidió su hermano.- Si quieres volver, ve. Pero por favor, no te quedes callado si alguien te hace daño. Dímelo y hablaré con tu director.- suplicó.

-No te preocupes, no estoy solo ni lo estaré. Se como cuidarme.- dijo sin dejar de borrar aquella sonrisa.

Seungwoo vio de manera extraña a su hermano. Algo raro había en él, hasta hace una semana solo lloraba y se realizaba pequeños cortes en sus manos y brazos, ¿Por qué ahora estaba como si nada pasó? Era extraño, y no quería sonar paranoico pero sospechaba que estaba haciendo algo que le ayudara a olvidarse de su depresión.

Unas horas luego, Jisung se sentó en el patio de la casa. A estas horas Seungwoo dormía, tenía que trabajar temprano y luego iría a la universidad.

El menor estaba fumando un cigarrillo tranquilamente. Había descubierto que fumar lo ayudaba a quitar sus pensamientos suicidas y lo relajaba de cierta manera. Cuando su hermano no lo veía o no estaba, prendía alrededor de dos cajetillas por día. No se preocupó en lo absoluto por sus pulmones, solo había algo en mente ahora y era relajarse antes de dormir.

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Ryujin estaba comiendo un pedazo de pastel que Minho le había comprado antes de volverse a ir. Mientras comía, una serie de emociones positivas recorrió su cuerpo. Sonrió a más no poder al imaginarse que pronto tendría a su bebé. En parte,.estaba mirando un video de bebés moviéndose dentro del vientre.

Llamó a Minho para hablarle pero no le respondió, como siempre. No sabía que hacía, todos los días hasta la noche que solo se desaparecía por horas y no le decía absolutamente nada. Ya hubo muchas peleas entre ellos por aquello pero Minho no hablaría para no arruinar la sorpresa que le tenía preparada.

Como si fuera magia, al segundo, Lee ingresaba a la casa, parecía agotado. Ryujin lo estaba mirando fijamente con el ceño fruncido y se quedó comiendo esperando a que su novio se acercara. El chico fue hacia ella y la besó en sus labios.

-¿Cómo te sientes?- preguntó, tomando un vaso para servirse agua.

-Sola...- dijo sin dudar. El chico se quedó viéndola un poco confundido- No me mires así, sabes a que me refiero.- dijo un poco molesta.

-Ryu... basta con este tema. No es fácil.- dijo suspirando, tratando de mantener la calma.

-Yo se que no estás viendo a tu papá, los horarios de visita no son tan largos, y lo se porque me has llevado varias veces.- se cruzó de brazos.- Te levantas para ir a la escuela y cuando vuelves te vas de nuevo hasta la noche. Dime Minho, ¿A dónde vas?- preguntó al borde de las lágrimas.

Lee no respondió, solo dio un suspiro y se fue a su cuarto a buscar ropa para bañarse. Ryujin lo detuvo, tomó su brazo y le volvió a preguntar.

-Lee Minho...

-Ryu, ¿Me puedes soltar? Quiero darme un baño. Luego hablaremos.- dijo molesto.

Ella soltó una risa sarcástica.
-Luego hablaremos, ¿Enserio? ¿Me responderás la pregunta que te hice?

-¿Estás celosa? ¿Piensas que estoy viendo a alguien?- preguntó llegando al borde del enojo, dejando su ropa en la mesa.

-¡No! ¡No estoy celosa! ¡Estoy molesta!- gritó.- Todos los días te vas, no estamos juntos como antes. No me respondes las llamadas ni me dices donde estás. ¿Por qué te desapareces así?

Minho no supo responder. Ryujin no sabía que el estaba trabajando duro para poder mantener a su pequeña familia en formación, además de estar preparando algo para la llegada de su pequeña hija. No quería comentarle que tenía un trabajo por vergüenza y miedo a lo que podría decir. Aún no se sentía seguro de decírselo, quería esperar un poco más y decirle, pero la chica se estaba poniendo muy insistente.

-A veces siento que somos un estorbo para ti.- tiró al aire.

-¿Qué dijiste?

-Lo que escuchaste.- lo miró fijo.- Desde que te dije del embarazo estás muy cambiado y distante.- se quedó unos segundos callada y luego dio un suspiro.- Lamento esto, el haber arruinado todo y joderte la vida con una carga.- concluyó para irse a la cama.

Minho la miró, intentó detenerla pero ella solo cerró la puerta para estar sola como antes. El chico dio un suspiro, pasando sus manos por su cara. Se apoyó contra el respaldo de una silla y se quedó mirando hacia la puerta cerrada. Entendía a Ryujin, claro que si, él solo se iba y dejaba su teléfono aparte para no distraerse del trabajo, pero se había ido muy lejos.

Entró al cuarto sin importarle las quejas de su novia. La abrazó por detrás y jugó con su cabello.

-¿Quién te dijo que son un estorbo?- intentó que ella lo viera a los ojos. Acto que no funcionó.

-No hace falta que alguien me lo diga.- dijo con un tono enojado.

Lee se quedó unos minutos en silencio, jugando con sus manos, tratando de encontrar las palabras correctas para hablar con Shin.

-Yo las amo a las dos.- comenzó.- Es cierto que me he distanciado mucho y creo que tienes el derecho a saber lo que estoy haciendo...

-¿Crees? Soy tu novia por una razón, deberías confiar en mi.-lo estaba mirando fijo a sus ojos.

Lee rio para luego hablar.
- Ryu... estuve mucho tiempo fuera de casa porque...- suspiró, sus manos temblaban y sudaban, estaba nervioso. Ella colocó una mano sobre su pierna y habló.

-Tranquilo, no te mataré porque tengo una bebé que me cansa.- rió, seguido de su novio.- Dime, ¿Qué ocurre? ¿Es algo de tu papá?

-No...- soltó un bufido.- No es sobre mi papá. Quería... quería decírtelo más tarde, pero esto nos afecta a los dos... Ryu... agh... conseguí trabajo.

Cerró los ojos con fuerza tratando de evitar la mirada de su novia. Lo único que recibió fue un abrazo y un beso en sus labios.

-¿Es enserio Min?- preguntó emocionada, con una gran sonrisa en su rostro.

-Si...- comenzó a sonreír aún más grande.- Si Ryu, lo es.

-¡Min!- rió emocionada.

-No es un gran trabajo, pero me pagan bien, y hago doble turno en una tienda.- dijo avergonzado, con sus orejas rojas.

-Un trabajo es un trabajo, ya es un gran avance para ti esto.- rió burlona. Minho solo golpeó levemente su hombro mientras ella reía.- Lee Minho, un pésimo estudiante de dieciocho años a punto de convertirse en padre y ahora es un vendedor.

-¡Oye por algo no te lo contaba!- rió cubriendo su cara entre sus manos.- Ryu... no le cuentes a nadie por favor. No quiero que nadie lo sepa.

-Claro...- dijo entre risas.- Como quieras "vendedor"- volvió a reír.

Minho se golpeó la frente y comenzó a reír. Rodeó a la chica en sus brazos y comenzó a besarla suavemente. Al final del día, las cosas comenzaron a resolverse y la tensión entre ambos había desaparecido.

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Felix estaba acurrucado en su cama abrazando su almohada y su manta a la vez. Le caía saliva de la boca y esta humedecía la almohada. Soltaba algunos quejidos y risas, quien sabía que podía estar soñando.
A lo lejos escuchó una molesta alarma que cada vez se hacía más cercana. Frunció el ceño y abrió sus ojos para atacar el aparato que emitía aquel molesto sonido.

Se llevó una gran sorpresa al apagar aquel aparato. 5 alarmas perdidas. Eran casi las siete de la mañana, Changbin en unos minutos lo pasaba a buscar para ir al colegio y el menor ni siquiera había desayunado.

Se levantó de golpe y fue al baño a darse una leve ducha. Seguido de esto, se colocó rápidamente el uniforme, no se abotonó bien la camisa, su corbata estaba sin atar, sus pantalones con el cierre abierto y su chaqueta arrugada. Lavó sus dientes rápidamente y tomó el cepillo. En su camino, al querer salir del baño, pisó un pequeño charco mojando sus medias blancas. Maldijo por lo bajo y se quitó sus medias para ir rápidamente a su cuarto a colocarse otras. Luego, se puso sus zapatos, se colocó perfume y el timbre sonó.

-¡Mamá dile que me aguante un minuto!- dijo, metiendo cualquier libro a su mochila.

Dos minutos luego, un Lee Felix bajaba casi corriendo las escaleras. Changbin lo miró expectante, aun tenía su cabello mojado y su ropa estaba algo húmeda. Rio por lo bajó al ver como el menor se alteraba por llegar tarde.

-Lixie, mi vida, mírate estás todo mojado.- dijo la señora, mirando de pies a cabeza a su hijo. El menor se puso rojo de la vergüenza mientras que Seo miraba hacia otro lado conteniendo la risa.

-Ya me voy mamá. Adiós.- besó su mejilla.

-¡Pero ni has desayunado! ¡Felix!- llamó, pero fue en vano, su hijo ya arrastraba a su amigo a la parada de bus.

Corrieron hasta llegar a la parada y sus respiraciones quedaron agitadas. Felix seguía un poco rojo por la escena frente a su mamá y Seo solo trataba de no reírse.

-Tienes suerte de que alguien se preocupa por ti.- burló.

El menor rió.- Se preocupa demasiado.

Hubo un momento en silencio hasta que ambos subieron al móvil. Se sentaron donde siempre, Felix del lado de la ventana mientras que Changbin a su lado. Su mente divagó un poco, el recuerdo de Lee esta mañana con todo su uniforme desordenado y su cabello húmedo comenzó a atacarlo. Vio a su lado al menor arreglando su ropa y peleando con la corbata. Pensó en ayudarlo pero se regañó a si mismo no es una escena gay, torpe.
Optó por hacer como si no lo había visto y no se dio cuenta que arreglaba su ropa.

Unos cuantos minutos luego, llegaron al colegio. Seo bajó primero, seguido del pecoso. Ambos caminaron juntos charlando de alguna que otra cosa sin importancia.

El mayor escuchó el estómago del menor.
- Si que tienes hambre.

-Me levanté rápido y no desayuné.- hizo un puchero.

Seo suspiró, negando con la cabeza mientras reía y le entregó a su amigo un paquete de galletas. El pecoso lo miró con ojitos brillantes y le agradeció. Comenzó a comer algunas galletas antes de ingresar al instituto.

Miró hacia un costado, Chaeryeong, Chaeyeon y Seungmin bajaban del auto. La mayor de las hermanas llevaba la mochila de su hermano mientras caminaban hacia el interior. El menor cuando los vio saludó alegre, a lo que sus mayores le correspondieron el gesto.

Ingresaron y se encontraron con los demás, estaban en ronda hablando frente al casillero del chico Hwang.

-Hola chicos.- saludó alegre el australiano.

-¡Hola! A que no sabían, ¡Minho tiene trabajo!- gritó el chico Hwang. Lee le dio un zape en la cabeza por decir el secreto que iba a decirle pronto a los demás.- Idiota, eso dolió.

-¿Qué parte de no le cuentes a nadie no entendiste?

-Lo siento, me emocioné.

Mientras los chicos seguían hablando, una figura en especial apareció por el pasillo de la escuela.

Felix se quedó con la boca abierta al verlo nuevamente allí. El resto de sus amigos no podían creerlo, mientras que el pecoso salió corriendo a abrazarlo, Minho se quedó congelado con sus amigos detrás, viendo la escena.

-¡Jisung!- exclamó.- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo...? Esto es increíble.- dijo sorprendido sin poder creer lo que estaba ocurriendo.

-Volví.- guiñó un ojo, abrazando nuevamente al menor.

Ambos chicos comenzaron a caminar hasta su salón cuando escucharon el timbre sonar. Mientras ambos hablaban demostrando alegría, Minho por detrás estaba congelado, sintiendo su cuerpo temblar al ver al menor allí.

-¿Qué hace aquí?- dijo sin cambiar su expresión de shock.

-No lo se... pensé que dejaría el colegio.- murmuró Hwang.

Changbin se acercó a Minho y le habló por detrás.

-No se que hace aquí, pero sea como sea, háblale, no lo dejes irse de nuevo. Nunca sabrás cuando querrá volver.- dijo firme.

Minho asintió. Trataría de esta vez no ser terco y lo escucharía, aunque esto le costara demasiado.








Oficialmente termine de editarlo asi que ya voy a seguir con el resto de la historia

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