Capítulo 36
Dolor, eso era lo que sentía. Su abdomen, lado derecho, era un dolor insoportable que en cada instancia se volvía peor que el anterior. Era como una contracción, o como los cólicos. Era interminable y molesto.
Se removía en su cama, intentando conciliar el sueño para dejar de sentir aquella molestia, pero le fue inútil. Lloró a más no poder, no podía ir y despertar a sus padres por aquello. Intentó llamar a su hermano, pero si Chan iba, tendría problemas con sus padres.
Decidió esperar si el dolor se iba. Se obligó a dormir, generando algunos dolores de cabeza.
Esa noche fue cortada, al dormir sentía que debía ir al baño. Y así constantemente, dormía, se levantaba, iba al baño, luego a su cuarto e intentaba dormir. Era una cadena.
Se recostó por última vez, eran las 4:44 am. Intentó volver a dormir, pero no le funcionó.
A las seis de la mañana, horario donde el señor Bang se levanta para trabajar, Jeongin bajaba como podía por la escalera. Se agarraba el costado derecho de su abdomen.
Su padre al verlo se acercó preocupado al ver a su hijo tan temprano un domingo a la mañana y con ese estado.
-Jeongin, ¿Qué tienes?- inspeccionó un poco su rostro.
-Me...duele...- volvió a llorar.
Su papá lo hizo recostarse en el sillón para poder analizar mejor al menor. Tocó con sus dedos la zona, haciendo que el menor soltara leves quejidos.
-¿Aquí?- preguntó. El chico asintió.- Innie, no tienes nada raro.- dijo confundido. Dejó sus cosas a un lado y se sentó con él.- ¿Te ha dolido otra cosa? ¿Has ido al baño?
Jeongin asintió.
- Ayer, cuando volví a casa, me dolía aquí.- señaló su costado izquierdo.- Y luego aquí.- llevó su dedo al centro de su abdomen.
El padre de Bang asintió lentamente. Dejó sus cosas de lado y fue a hablar con su esposa, quien estaba vistiéndose en su cuarto. En segundos, ambos padres estaban frente al adolescente viendo como se desvanecía del dolor.
-Jeongin...- llamó su madre.- Vamos a llevarte a un hospital.
Dicho y hecho, Jeongin fue puesto en una camilla apenas llegaron. Él solo lloraba, no solo del dolor, también lloraba por odio. Esa situación lo hacía sentirse irritado. Escuchaba a todos los enfermeros gritar y veía como varias personas posaban sus ojos en él. Se sentía avergonzado de que lo vieran así.
Fue llevado a una sala de revisiones. El doctor comenzó a hacerle preguntas y a inspeccionarlo.
-Bien, ¿Hace cuanto llevas así?- preguntó el doctor colocándose sus guantes.
-Solo desde ayer... a la tarde... casi noche- le dificultaba mucho hablar debido a las lágrimas. El doctor asintió y comenzó a hacer presión con sus dedos sobre la zona. A diferencia del señor Bang, el doctor lo hizo doler aún más.
Su rostro denotaba confusión, eso le preocupó mucho a la madre de Jeongin. El menor miraba asustado al señor, no sabía que significaba su expresión. El mayor se acercó y le dio una pastilla al chico para comprobar si se debía a una apendicitis.
-Te dejaremos aquí internado y veremos en un par de horas si la pastilla resulta.- explicó el doctor, haciendo palidecer a Bang.
-¿Y que pasará si no le resulta la pastilla?- preguntó con miedo la madre del adolescente.
-Lo debemos someter a una cirugía.- hizo una mueca de lástima.
Jeongin soltó más lágrimas, no le gustaba aquella palabra. Tenía miedo de operarse, de que todo resultara mal y que algo malo pasara. Él sabía que estaba bien, no físicamente, sabía que no tenía nada malo, no era posible que de la nada se enfermara de una apendicitis.
Una enfermera se acercó a él una vez fue recostado en la camilla con un suero. Bang comenzó a chillar, tenía pánico a las agujas. La enfermera le hablaba con voz dulce, intentando hacer que el chico se quedara quieto para poder colocarle el suero. Pasó un algodón con alcohol para desinfectar y luego pinchó la vena del menor. Chillaba y quería llorar como un bebé en su primera vacuna. Odiaba esa sensación y molestia.
Diez minutos luego, los padres del chico vieron a Jeongin internado. La madre del pelinegro se acercó a él y besó su frente diciéndole que todo estaría bien. El padre de él solo tomó rumbo a su auto sin preocuparse del estado del menor. Esto alarmó a la señora, sabía que su esposo iría a la casa de su hijo mayor a regañarlo.
-Espérame aquí amor...- acarició su cabello. Jeongin asintió viendo como su madre salía hacia donde su esposo se fue.
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Yeji volvía a su casa luego de una pijamada con Ryujin. Ella había tomado un taxi aunque Jackson le preguntara cuando quería que pasara por ella. Hwang solo lo ignoró y siguió con sus cosas.
Unos diez minutos luego, apenas llegó a su casa, Jackson ingresaba por la puerta de la cocina encontrándose con la chica tomando un vaso de agua.
-Dime por que no respondes mis llamados.- dijo con voz dura.
-Ja, ¿Debo darte explicaciones a ti?- dijo desafiante dejando el vaso en la mesada cruzándose de brazos.
-Yeji no empieces. Pudo pasarte algo, eso puede ser un riesgo para ti como para mi.- lo único que recibió fue una risa sarcástica de la adolescente, quien solo rodaba sus ojos.
-Claro, solo te preocupas por mi para no perder tu empleo.- corrió su cabello y comenzó a caminar a su cuarto. Wang se quedó unos segundos quieto, no podía pasarse de la línea, si lo hacía podía perderlo todo.
-Yeji...- llamó pero la chica hizo caso omiso al mayor.- ¡Hwang Yeji, te estoy hablando!
Por una razón, Yeji se quedó en su lugar. El grito de Jackson fue bastante fuerte e hizo temblar a la joven.
Por otro lado, los cuatro adolescentes que se encontraban durmiendo arriba, fueron despertados por aquella escena.
-Yeji, solo te pedí que me llamaras para que te busque.- exclamó molesto- ¡Era solo un mensaje! ¡¿Por qué tanto te costaba aquello?!- su paciencia llegó al límite.
-¡Primero, tu no puedes gritarme!- respondió del mismo modo.- ¡No se por que vienes con tu papel de niñera cuando eres un simple empleado!- al gritar aquello, solo fue a paso veloz a encerrarse a su cuarto.
Ella pasó por el cuarto donde se encontraban Hyunjin, Felix, Minho y Changbin. Soltó un bufido y se encerró en su cuarto. Hyunjin pasó sus manos por su rostro, se avergonzó de aquella situación.
-Disculpen eso, es nuestro modo de despertar.- intentó subir el ánimo pero solo consiguió tres rostros preocupados.
Los cuatro ya decidieron que era momento de desayunar. Se turnaron para ir al baño, aunque había dos. Luego de lavar su rostro y sus dientes, los chicos en pijama iban yendo a la cocina, encontrando a Jackson hablando con Nayoung.
-¡Ya estoy cansado de la actitud de esa mocosa!- exclamó exasperado.- Y lo peor es que no puedo decirle a sus padres porque de cierta forma nos meteremos en problemas.
Nayoung suspiró. Ella no conocía mucho de la familia Hwang, no hacía mucho que comenzó su trabajo allí. Divisó a los chicos en la puerta pero se preocupó por la expresión triste de Hyunjin.
-Chicos...- murmuró Wang.
Ellos ingresaron y se sentaron a desayunar. El ambiente era un poco incómodo, era silencioso todo. Minho ya se encontraba sumergido con su teléfono, Felix estaba comiendo cereal y Changbin solo refunfuñaba por los sonidos que el menor hacía.
-Hyunjin...- susurró Jackson pidiendo que el chico se acercara. Hwang se levantó y fue con él.
Caminaron hasta el hall, donde iban a tener aunque sea un poco de privacidad.
-Hyunjin, yo... lo siento.- suspiró- Siento mucho la escena y hablarle así a tu hermana.
-Hiciste bien Jackson, ella no merece que le hablen con cariño.- dijo firme y tranquilo.
-No se como decirle a tus padres, no puedo mentirles y... tampoco puedo decir que tu hermana se escapó.- suspiró frustrado.
-Tranquilo, les diré a mamá y a papá que ella se escapó y no te obedeció. Yo se que ellos confían en ti.- sonrió.
Jackson chocó puños con el menor y lo abrazó, agradeciéndole. En lo que ellos se fundían en ese abrazo, Yeji miraba desde la planta alta como su hermano iba a armar complot contra ella.
En la cocina, Minho terminó su desayuno y fue rápidamente al cuarto a cambiarse de ropa. Eran las diez de la mañana y en un par de horas Lee debía ir a trabajar. No le había dicho nada de aquello a sus amigos. en cinco minutos, bajó con sus pertenencias y se despidió de los chicos, así llamando a un taxi para ir a su casa con la excusa de tener que estar junto a Ryujin por riesgos.
Los chicos se vieron un poco confundidos, era extraño que Minho se fuera tan temprano. Si entendía que Shin necesitaba ayuda, pero conociendo al chico, la dejaba sola la mayoría de las veces, y rara vez con alguna amiga.
Al cabo de veinte minutos, el auto estaba afuera, llevándose al chico hasta su casa.
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Jeongin no había calmado sus dolores, no empeoraban pero tampoco mejoraban. Sus dolores eran iguales que los anteriores. La pastilla no le había hecho efecto y seguía internado allí. El doctor se vio confundido, Bang no había tenido ningún síntoma de apendicitis como para operarlo, era lo que se sospechaba que tenía, pero fue descartado.
-Bien, le hemos hecho una radiografía y análisis de sangre, pero el menor no presenta ninguna enfermedad. Lo que es bueno.- explicó, entregando el informe médico de Jeongin.
-¿Y a que se deben todos estos dolores que presenta?- dijo su madre preocupada de que su hijo tuviera algo más grave. El doctor suspiró y comenzó a hablar.
-Señora, a esta edad es muy común que los chicos y chicas tengan estos dolores debido a los nervios internos.
-¿Nervios internos?- Jeongin estaba preocupado.
-Así es. Hemos tenido muchos casos similares. Eso se debe cuando una persona está completamente estresada o preocupada hasta un nivel extremo. El cuerpo da una respuesta a estas señales y puede provocar dolores, erupciones en la piel, urticaria y cosas así.- concluyó con su explicación- Al parecer, él ha estado sometido a mucho estrés lo que provocó que su cuerpo reaccionara con esos dolores. ¿Has tenido molestias en tus huesos?
-Si. Aquí y aquí.- señaló su tórax y su hombro derecho.
-Dime Jeongin, ¿Hay algo que te estrese?- preguntó el doctor para ayudar a calmar al menor.- No lo se, la escuela, alguna novia- bromeó. Bang sonrió un poco incómodo por la palabra novia. No por el hecho de ser homosexual, sino que le daba pánico por la situación de Chan y su novia.
Jeongin no se atrevió a responder. ¿Cómo le diría al doctor en frente de su madre que estaba preocupado por Chan y Yeji?
-He tenido unos cuantos exámenes... y una amiga... ella sufre bullying y me preocupa su situación.- mintió. Estaba tartamudeando nervioso por lo dicho. No era un chico de mentir, pero no se atrevía siquiera nombrar a su hermano.
-Está bien...- el doctor se levantó y fue a su escritorio a escribir en un papel el diagnóstico del menor junto a una receta de pastillas para calmar el estrés y una orden de reposo por dos semanas del colegio. - Te quitaremos el suero ahora y podrás ir a tu casa tranquilo. Ten en cuenta que si no te relajas la situación puede empeorar.
Jeongin agradeció al doctor de ayudarlo y se fue junto a su madre. No sabía a donde había ido el padre de él, solo se esfumó y no volvió a aparecer, aunque se sentía confundido puesto que el señor se iba a su trabajo. Bang tembló, temía que haya ido a la casa de su hermano y terminara prohibiéndole que lo vuelva a ver. Se obligó a pensar que era por el trabajo, habían estado horas allí. Su madre llamó a un taxi y se quedaron esperando a que el auto llegue.
-Mamá- murmuró. La señora rápidamente miró a su hijo, examinando su rostro.
-¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?- preguntó preocupada.
-¿Papá fue a la casa de Chan antes de ir a su trabajo?- tardó en preguntar por el miedo que sentía en esos momentos.
-No hijo... No ha ido allá.- también tardó un poco en responder. Eso puso a su hijo un poco histérico, sentía que su madre estaba mintiendo.
La mamá de Jeongin evitó seguir hablando para no armar una discusión allí. Cuando llegó el auto solo lo hizo subirse. Bang no hablaba con su madre, parecía molesto.
Jeongin ya no quería hablar con alguien, sus padres estaban en desacuerdo con que el menor pasara la mayor parte del tiempo con su hermano para evitar que se transformara en alguien como él.
Su proceso de recuperación iba a tardar más y le iba a costar mucho volver a estar bien, teniendo un enorme peso en sus hombros como ese secreto que llevaba acerca de Yeji.
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