Capítulo 29
El ambiente se hizo tenso con la llegada de Hwang a la cocina donde estaban Kim y Hyunjin desayunando.
Yugyeom podía sentir su cuerpo temblar mientras que el menor solo miraba neutro a su hermana esperando a que se fuera.
-Qué agradable verte por aquí Kim.- dijo ocultando los sentimientos que tenía hacia el chico.
-Buen día para ti también.- le fue imposible ocultar su tono de odio al saludar a la chica. No podía creer lo falsa que podía llegar a ser.
-Yeji, vete- dijo Hyunjin dando un sorbo a su taza.
-¿Ahora no puedo venir a la cocina? Hermano, compartimos casa si no lo olvidas- dijo sarcástica.
-Me tengo que ir.- dijo el mayor levantándose de su asiento.- Te agradezco todo esto Hyunjin y lamento haberte molestado.- dio un gran bostezo mientras se estiraba.
-No hay problema hyung, ante cualquier inconveniente llámanos.- sonrió y se paró para acompañarlo hasta la salida.
Yeji miraba como el mayor se iba acompañado de su hermano. Estaba claro que no lo dejaría irse solo, no sabiendo que ella estaba ahí y luego de escuchar la conversación.
Caminó por la sala hasta llegar a la ventana, viendo como Kim subía a su auto, dispuesto a irse lo más rápido que pudo.
Hyunjin se adentró a la casa y caminó directo a la cocina para juntar las cosas que dejó en la mesa. Un carraspeo lo asustó.
-Agh, era obvio que ibas a venir.- denotó molestia.
-¿Puedes dejar de entrometerte al menos en una cosa? ¿Quieres dejar de estar metido en todos lados?- gritó furiosa, yendo hacia su cuarto.
Hyunjin soltó un largo suspiro. Lidiar con su hermana loca iba a ser más difícil de lo que pensaba.
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9:30 am
-Binnie ¿A dónde vas?- preguntó su abuela.
-Iré a casa de Chan, lo ayudaré a ordenar.- contestó, tomando su mochila.
Su abuela se acercó un poco más a él para escucharlo mejor.
-¿A dónde ibas?- repitió.
-A la casa de Chan- gritó apenas, modulando las palabras.
-Ve con cuidado amor.- pasó su mano por el rostro de su nieto y le sonrió.
-Tu también abue.- besó su mejilla- Vuelvo antes de las doce, en todo caso, te llamaré.- gritó, tomando el pomo de la puerta.
Una vez a punto de salir, se encontró con Felix en su puerta.
-¡Hyung!- sonrió.
Changbin no sabía que hacía el menor ahí parado, su corazón se agitó tanto que no pudo decir una sola palabra.
-¡Changbin hyung buen día!- gritó efusivo.- Oh, buen día señora.- hizo una reverencia al ver a la abuela de Seo detrás de su nieto.
-Buen día querido- sonrió la señora ante el lindo chico.
-¿Qué haces aquí Lix?- dijo un poco nervioso y confundido el mayor.
-Pensaba que podíamos salir un momento. Mi mamá quiso echarme para no jugar más videojuegos.- rió inocente.- Lo que es curioso porque son casi las diez de la mañana.
Seo estaba estático, el chico que le estaba atrayendo lo había invitado a salir.
Ahora, ¿Qué le respondería?
-¿Quieres ir a la casa de Chan?- se golpeó internamente por lo dicho- Me pidió que lo ayudara a ordenar luego de la fiesta de anoche.- rodó sus ojos.
-¿Hizo una fiesta?- hizo un puchero.
-Al parecer si, no he ido. Y no quiero imaginar que pasó allí...- pensó en lo peor.- Conociendo las fiestas de Chan, todo es probable.
Felix solo hizo una mueca y un sonido con su boca demostrando desconcierto. Terminó aceptando la salida de su amigo y ambos chicos ya estaban caminando hacia la parada de bus para ir hacia la casa del australiano.
En el transporte, ambos chicos estaban hablando cómodamente como amigos. Changbin pudo ocultar su nerviosismo cuando comenzó el diálogo con el pecoso.
-¿Eso es enserio?- abrió la boca, completamente sorprendido.
-¿Por qué crees que Ryujin está embarazada?- soltó una sonrisa, denotando obviedad.- Chan ha recibido tres denuncias de los padres de tres chicas que se embarazaron en sus fiestas. Y siendo sincero, Bang no tiene la culpa.- defendió a su amigo.
-Claro que no, él hace las mejores fiestas pero nadie sabe cuidarse.- ambos rieron, para Seo, Lee era demasiado adorable.- Ahí mismo me encontré con Chaeryeong. Que linda chica, pero no hicimos nada.- pensaba en ella mientras miraba hacia el techo riendo por esa noche donde la conoció.
Seo solo bufó, rodando sus ojos por aquel comentario.
-Hyung...- tocó su hombro. Changbin lo vio fijamente- ¿Por qué eres tan oculto?
Al mayor se le erizó la piel con aquella pregunta.
-¿A que te refieres?- dijo enarcando una ceja.
-Cuando te veo en el colegio, eres muy cerrado contigo, pero cuando estamos juntos, tu y yo, eres completamente diferente.- dijo delicadamente.
Changbin se quedó pensando en las palabras del menor. Eran exactamente las mismas cosas que Lia le decía, pero por alguna razón, pudo tomarlas.
-No lo se, desde siempre fui así- se encogió de hombros- Y creo que no cambiaré jamás.
-¡Claro que si!- sonrió.
-Lix... no es sencillo.
-Pero tampoco imposible.
Seo le regaló una sonrisa. Felix podía parecer intimidante con su voz, pero realmente era una persona demasiado dulce.
Pasaron veinte minutos y ambos estaban ya en la casa de Bang. No habían pisado la entrada que ya habían vasos de papel y mucho desorden en el frente de la casa.
-Creo que tendremos un largo día...- suspiró Seo.
Los chicos se adentraron a la casa y vieron el completo desorden. Los vasos, las botellas, las latas, cajas de pizza. Felix pisaba con cuidado el piso, encontrándose con restos de comida, goma de mascar, charcos de refrescos y hasta preservativos usados.
-Iugh- dijo asqueado al ver aquello.
-No te preocupes, Bang nos ayudará.- dijo tirando su mochila en un sillón.
-Auch- se quejó alguien. Seo fue corriendo a ver quien era el que se encontraba ahí mismo y que fue golpeado por la mochila.
-¿Seungmin?- dijo confundido.-¿Qué haces aquí?
-¿Am?- dijo restregando sus ojitos mientras salía de una sábana.- ¿Y Yuna?- dijo, viendo por todos lados en busca de la chica.
-¿Yuna estuvo aquí?- preguntó extrañado.
-Rayos, cuando al fin comparto un lugar con mi amada, se escapa.- se quejó, levantándose del sillón para ir al baño.
Los otros dos presentes se vieron confundidos por la presencia del menor.
Unos minutos luego, arrancaron con la limpieza. Changbin se encargó de limpiar fuera de la casa, mientras que Felix y Seungmin en la sala. Al rato, Lia se sumó junto a Chaeryeong a la casa de Bang.
-¿Chicos?- dijo confundida Choi.
-Lia...- secundó Felix, un poco nervioso, dando tiernas sonrisas.
-¡¿Seungmin?!- gritó molesta Lee.
-¡¿Chaer?!- respondió sorprendido su hermano.
Seo no había dicho una sola palabra. No se atrevía a hablarle a Lia desde el día de la reunión. Ella pudo notarlo y se sintió algo ofendida, esperaba que fuera él quien diera la iniciativa por primera vez, pero eso no ocurrió.
Bang salió de su estado de ebriedad y se sumó a los chicos a limpiar, yendo él hacia el patio trasero.
Las chicas se encargaron de limpiar en la cocina, Changbin en el patio delantero, y Felix con Seungmin la sala y los cuartos.
Mientras tanto, Jeongin dormía plácido en su cama sin darse por enterado que la fiesta había acabado y que eran las 10:15 de la mañana.
Pasada la limpieza, los seis chicos se sentaron en la cocina a comer algo. Lanzaban cualquier tema de conversación que incluyera un debate.
-¡Pero las golden son horribles!- gritó el pecoso.
-Las originales dan dolor de panza.- intentó excusar Chan. Se había quedado sin palabras luego de perder aquella batalla.
-Toda la vida eligiré las originales.- dijo el menor de los chicos,comiendo una oreo.
-No comas mucho enano.- burló su hermana.
-Soy más alto que tu.- secundó, comiendo la crema de la galleta, presumiéndole a su hermana.
Chaeryeong se quedó pensativa y recordó lo que quería decir.
-Seungmin...- el menor se tensó. Levantó su cabeza mostrando su boca llena de migajas- ¿Qué hacías tu en la fiesta?
Aunque dijera la verdad, no iban a creerle.
-Jeongin y yo íbamos a hacer una pijamada aquí y Chan hizo una fiesta.- concluyó su explicación.- ¿Tu que hacías aquí? ¿No ibas a estudiar con Dahyun?
La chica se quedó callada, dirigiendo una mirada amenazadora hacia el menor, quien sonrió victorioso.
Mientras la mañana terminaba, los chicos seguían con sus charlas triviales, juegos de mesa y cualquier cosa que se les ocurriera.
-Lix, ¿Tu tienes pareja?-preguntó curioso el mayor de la casa.
-Am... no hyung, no tengo.- afirmó tímido.
-¿Alguna vez te has interesado en alguien?- siguió Seungmin, recibiendo un golpe en el hombro por parte de su hermana.
-¡Minnie!- regañó.
-Lo siento- dijo cabizbajo.
-No te preocupes- rió- Lucy es igual que tu.
Los presentes callaron ante aquella mención.
-¿Quién es Lucy?- dijo un poco confundido Bang.
-Mi hermana.- sonrió.- Tiene nueve años, y es curiosa como tu.- burló
-Respondiendo a tu pregunta, no... Jamás me he interesado en alguien.- mintió.
Por un lado, Seo se sintió tranquilo, no había nadie quien le interesara al pecoso. Pero por el otro lado le dolía un poco.
Todo estaba tranquilo y los adolescentes estaban disfrutando aquel día. Pero Changbin no se percató de que pasó el margen de horario que había acordado con su abuela.
-Tenemos que irnos.- dijo rápido, tomando del brazo a Felix.
-¿Ya se van? Quédense a comer.- insistió Bang.
-Le dije a mi abuela que iría antes de las doce.- dijo preocupado, temiendo la reacción de su abuela.
Chan pudo entenderlo. Había pasado varias veces esa situación con sus padres y sabía que era riesgoso.
Se ofreció a llevar a los chicos a su casa para que no tardaran más de lo que habían tardado. Bang iba a dejar primero a Changbin, pero Felix le aclaró que vivía cerca de su casa, por lo que hizo una sola parada.
-¡Te lo agradezco muchísi...!- el pecoso fue interrumpido por Seo, quien lo tomó nuevamente del brazo para apurarlo.
-Gracias Bang.- agradeció, cerrando la puerta para correr a su casa.
-¡Adiós chicos!- se despidió un poco desconcertado el mayor. Felix agitaba su mano mientras que el más bajo corría.
Llegó a su casa y ahí lo esperaba su abuela cruzada de brazos. Changbin sintió que iba a morir ahí mismo.
-Métete a la casa, ahora.- regañó con un tono fuerte.
-Hasta pronto.- se despidió el menor, yendo dirección a su casa un tanto incómodo.
Changbin y su abuela se adentraron a la casa. El chico ya veía que se le venía un gran sermón.
-¿No acordamos algo?- su voz denotaba furia.
-Lo siento abuela, se me pasó...
-¡Claro, se te pasó!- gritó muy molesta- ¡Casi me da un paro cuando no me respondiste! ¡Pensé que algo te había pasado!
Changbin solo bufó. Levantó su mochila del suelo y se fue lentamente a su cuarto.
La abuela miraba decepcionada al menor. Suspiró una vez que se fue y se dispuso a hacer el almuerzo.
Seo, ya en su cuarto, se recostó sobre su cama mirando el techo. No tenía expresión alguna en su rostro, es más, se lo veía neutral, aunque por dentro hervía de enojo.
Changbin no menospreciaba que su abuela lo cuidara, solo se sentía molesto cuando ella no le creía.
Cuando una persona dice algo que es cierto, es muy difícil que le crean. Changbin no mentía nunca, él siempre decía la verdad. Si él dijo que se le pasó la hora de llegar, ¿Por qué su abuela no le creía? Eso era lo que le molestaba.
Los adultos siempre creen tener la razón solo por ser adultos, nosotros los adolescentes vivimos encerrados en una burbuja donde nos llaman mentirosos. Las sabias palabras que una vez Chan le había dicho.
Coincidía por un lado, pero por el otro no. Él no consideraría llamarse "mentirosos" por ser adolescentes, más bien diría "difíciles de tratar", porque así era.
Los adolescentes son muy difíciles de tratar. Sus conductas, poca paciencia, sus enojos repentinos, todo. A la primera que no le creen ya quieren darle hasta una paliza en el rostro. En otras ocasiones le gritan por impulso a un adulto y esto le marca el día como un mal día.
Gracias a estos (y más) factores, es donde empiezan las discusiones familiares.
Seo jamás había peleado con su abuela, trataría de no hacerlo, pero sentía que en poco una se vendría.
-Changbin, a comer.- llamó con cierto tono.
Ese llamado irrumpió en los pensamientos de Seo. Con desgano, se levantó y se fue al comedor a almorzar.
Ya en la mesa, hubo un silencio muy profundo e incómodo. Solo se escuchaban los cubiertos y los vasos chocar contra la mesa.
Changbin no se atrevía a decir nada. De todas maneras no le afectaba, el silencio le gustaba mucho aunque este silencio lo estuviera enloqueciendo.
-El martes es el cumpleaños de tu primo. Tendremos que ir.- rompió el hielo, la señora.
-¿Tengo que ir si o si?- por accidente lo preguntó en mal tono.
-¿De verdad me estás preguntando eso?- se quedó viéndolo fijo. Seo se encogió de hombros sin mirarla.- Tienes que ir. Es tu primo, Changbin.
-Tristemente lo es. El sobrino favorito de mamá.- rodó sus ojos con furia.
-¿Desde cuándo me hablas así? ¿Es por lo de hoy?- preguntó en mal tono.- Binnie, me asustaste, pensé que algo te había pasado.
-¡Pues, ya estoy aquí! Y si me disculpas, ¡No iré!
Changbin se levantó de su asiento y se fue a su cuarto. Su abuela se quedó viendo aquel comportamiento que ella consideraba extraño y muy desubicado.
En lo que restaba del día no volvieron a hablarse. Changbin no se disculparía con ella, al menos no ahora cuando estaba muy sensible.
Decidió por darse un baño e irse a dormir, esperando que solo haya sido un mal día para los dos.
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