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Capítulo 26

Chan estaba organizando unas pocas cosas para la fiesta en su casa.
Como estaban en receso quería aprovechar al máximo disfrutar y despejarse un poco del estudio.

Guardó todo lo que fuera peligroso o que fuera a romperse, compró alrededor de veinte (o más) paquetes con doce cervezas cada uno y otros paquetes de otras bebidas, también latas de refrescos y algunos aperitivos para acompañar.

Un día antes del receso, se dedicó a ir al colegio donde se encontraban sus amigos a divulgar sobre la fiesta que haría el sábado a la noche como inicio del receso.
Los alumnos del último año sin dudas aceptaron, algún que otro alumno también se decidió por ir y algunos simplemente se colaron, aunque Chan no se hacía problema puesto que era un chico demasiado sociable y no le molestaba la gente del colegio.

Mientras ordenaba, un auto se estacionó frente a su casa. Maldijo por lo bajo al ver aquella figura acercándose a tocar la puerta. Segundos luego, fue a abrir con desgano.

-¿Qué haces aquí?- dijo serio, con un tono seco.

-Traje a tu hermano.- respondió de mala forma. Se adentró a la casa con Jeongin y miró los detalles de la casa.- Veo que interrumpo.

-Claro, como siempre lo has hecho- rodó sus ojos- Gracias por traerlo, ahora vete.- Bang comenzó a empujarlo levemente.hacia afuera pero el mayor puso resistencia, no se iría sin hablar con él.

-Espero que esta sea la última vez que dejas que tu hermano se quede en esa maldita casa. Si no lo has notado, eres una desgracia y una muy mala influencia para él.- escupió con enojo.

Jeongin miraba con el ceño fruncido.

-¿Y acaso tu no lo eres?- dijo de la misma forma que su padre.- Mírate, estás evitando que vea a alguien de su familia.

-No discutiré contigo Chan. Si me entero que algo le pasa a tu hermano, juro que no lo verás más.- salió de la casa dando un portazo.

Ambos hermanos cerraron sus ojos ante el estruendo que hizo su padre con la puerta. Jeongin se quedó parado viéndolo por un momento. Se acercó a él y palmeó su hombro.

-Tranquilo, no eres una mala influencia, eres el mejor.- sonrió el menor.

-Lo se...- rió.- Yo se que tu aprendes solo, mocoso.- despeinó su cabeza.

Jeongin fue al cuarto sobrante a dejar sus cosas para quedarse todo el fin de semana con su hermano. Ese mismo sábado planeó la pijamada con Seungmin, pero lo que no sabía el pequeño Bang era que su hermano mayor se había olvidado por completo de la pijamada.

Aproximadamente a las 19:50, mientras el pelinegro se daba un baño, la puerta fue tocada. El rubio fue a abrir confundido, pensando que alguno de sus amigos llegaba temprano a la fiesta.

Tuvo una gran sorpresa al ver al pequeño Seungmin parado en la puerta de su casa con una mochila colgada en sus hombros y un pequeño saco de dormir en sus manos, junto a un bolso con algunas pertenencias y su almohada.

-Buenas tardes Chan hyung.- hizo una reverencia.

Bang solo quedó confundido ante la presencia del menor.

-Buenas tardes Seungmin...¿Qué haces aquí?- dijo confundido.

Por casualidad, su hermano ya había salido de la ducha y se acercaba al castaño, con una enorme sonrisa en su rostro y gotas cayéndole por su cabello mojado.

-¡Hyung! ¡Llegaste!- sonrió. Ambos chicos se abrazaron, pero Bang seguía sin saber nada.

-Innie, ¿Por qué vino Seungmin? ¿Y por qué trae todo eso?- dijo, señalando los bolsos.

-Hyung lo acordamos.- frunció levemente el ceño, ayudando a Lee con sus bolsos.- Este sábado haríamos la pijamada.

Chan solo quería estrellar su cabeza contra la pared. Había pensado que el próximo sábado sería la pijamada con su amigo.

-Lo siento chicos, de veras Seungmin, lo siento.- tomó su cabeza con desespero.- Pasa, pasa Minnie y pónganse cómodos.

Ambos menores miraban incrédulos al mayor, parecía nervioso. Jeongin pensaba que estaba así por las discusiones con sus padres y lo ocurrido con su novia, pero en realidad estaba inmerso en sus pensamientos, culpándose por hacer la fiesta mientras su hermano tendría su velada.

Lo había olvidado por completo.

Mientras los menores se encerraron en el cuarto, algunos de los chicos aparecían por la puerta.
El primero en llegar fue Hyunjin, quien tuvo que ir a escondidas de su hermana que estaba castigada. Chan lo saludó amablemente, sabía que Hwang era todo lo contrario a Yeji.

Ambos hablaban sobre el trabajo de Hyunjin para mantener la empresa de su familia y como éste quería dejar esa tradición de largo y dedicarse a algo nuevo que le gustara. Chan le aconsejó que si realmente quería dejar todo, que lo hiciera, que no se guíe por las palabras ajenas, sino que siga a su corazón.

Mientras la charla se profundizaba y los invitados iban llegando. 

Jeongin y Seungmin al escuchar mucho ruido, salieron del cuarto y se encontraron con su peor pesadilla: una estampida de alumnos mayores de la escuela secundaria.

Los invitados llegaban uno por uno, incluso en grupos. Chan saludaba a la gente amablemente, como solía hacerlo siempre. Esta vez, Yugyeom iba entrando por la puerta junto a Yuna. Bang se sorprendió de verla, le daba impresión ver a la pequeña de catorce muy delgada, al punto de tener sus huesos muy marcados en su piel.

-¡Yuna! ¿Cómo estás linda?- gritó lo más alto que pudo por la música.

-¡Muy bien! ¡Gracias!- sonrió- ¿Dónde están los chicos?

-¡En el cuarto de la izquierda!- gritaba aún más fuerte, dándole otro trago a su cerveza.

La niña agradeció y como pudo, fue hasta el cuarto. Tenía mucho cuidado de que nadie la chocara, estaba demasiado débil y delgada. Era capaz de romperse con un pequeño toque.

Llegó al cuarto y se encontró con sus amigos, quienes al verla se quedaron sorprendidos. A Jeongin se le erizó la piel mientras que Seungmin se quedó con la boca abierta.


Chan y Yugyeom se quedaron en el patio, puesto que era el lugar más tranquilo para hablar.
Ambos estaban contra un barandal mirando hacia la nada mientras tomaban unas cervezas.

-¿Qué le pasó a Yuna?- dijo asustado y preocupado por el estado de la menor.

Yugyeom soltó un largo suspiro y hundió su rostro en sus manos. Refregó su cara con las manos y volvió a ver al rubio.

-Recayó...- dijo sin ánimos.

Bang se quedó paralizado al escuchar que la pequeña Kim había recaído con su anorexia. No quería seguir preguntando por detalles puesto que le hacía sentir muy mal y no quería entrometerse en el tema.
Sentía tanta lástima por ella, por haber caído en un trastorno alimenticio muy grave y no recibir el apoyo que necesitaba.

-¿Y Yeji? Es raro que no esté aquí.

Kim sabía lo ocurrido con ella, en la semana Hwang le envió miles de mensajes diciéndole que le responda, lo llamó e incluso lo amenazó con lastimarse si no le prestaba atención. Kim tenía mucho miedo que ella enloqueciera y termine cometiendo una locura si el mayor no le hablaba, pero ¿Qué le diría a Chan?

-Es una larga historia, pero te la resumiré en tres palabras: volvió a escaparse- enumeró.

Ambos siguieron hablando por un largo rato, hace meses que no compartían una noche de charlas sobre sus vidas debido al estudio. Era lo que a ellos le faltaba.


Hyunjin estaba bailando solo en la pista, en alguna que otra canción alguna chica lo acompañaba, pero terminaban dejándolo solo como en todas las fiestas que Bang hacía, o a las que asistía.

-Chaer, te digo por última vez, Felix no vendrá.- decía Dahyun arrastrando a su amiga a la pista.

-Lo se Dahy, pero tal vez esté por aquí escondido, no lo se.- insistía Chaeryeong.

Dahyun sostenía el brazo de la castaña mientras iban a bailar. En su intento de hacer que se olvidara del australianoz por accidente se chocó con Hyunjin, haciéndola caer.

-Lo siento mucho.- se disculpó la chica. Hwang le sonrió, le parecía muy tierna y atractiva. La ayudó a levantarse.

-No hay problema- hizo una pequeña reverencia- Oye, ¿Te gustaría bailar conmigo?- la invitó.

Dahyun solo se sonrojó y se tiró a los brazos del chico lindo. Chaeryeong miraba ofendida como era que su mejor amiga la haya traicionado con el chico que una vez le hizo daño. Ella solo caminó y se sentó en una de las sillas que estaba en la barra sin saber que hacer además de tomar un refresco.

Miraba a los adolescentes bailando, otros grupos charlando y algunos haciendo bromas. Una chica se sentó a su lado, mirando hacia la misma dirección que ella.

-Que gran fiesta ¿No?- dijo dando un sorbo a su lata de jugo.

-Podríamos decir que si, sería fantástica si mi mejor amiga no me hubiera traicionado.- dijo ofendida.

-Tranquila Chaer, estamos juntas.- dijo Lia, sonriéndole.- Mi mejor amigo no vino, por lo que ambas fuimos abandonadas.

Lee quedó desconcertada, nunca se imaginó ver a la consejera escolar en una fiesta de adolescentes borrachos. Pero le agradeció al cielo por haber dejado a alguien, más siendo conocida, que se le acercara.

-No sabía que venías a estas fiestas.- dijo riendo.

-Siempre vengo, es más, vi tu competencia de baile con Felix, pero no tuve oportunidad de hablarte ese día.- dijo divertida.

Las chicas seguían inmersas en su conversación amistosa. Estaban compartiendo la misma lata de refresco.
Se levantaron y fueron a bailar juntas, dejando toda la incomodidad atrás.




-Tiene que haber algo más que cerveza aquí- dijo el pelinegro, con la mitad de su cuerpo dentro del congelador.

-Innie, mejor vámonos, no quiero que nadie vea que estoy aquí- dijo nervioso Lee.

-¿Por qué tienes miedo?- dijo Kim con sus brazos cruzados.

-Yunita, si mi mamá se entera que vine a una fiesta para mayores de dieciocho, me castigará y me sacará de mis clases de canto.- decía exasperado. Kim solo rodó sus ojos.

-¿Y que me dices de tu hermana?- dijo señalando a la castaña que bailaba con Lia.

-¡¿Chaeryeong está aquí?- gritó viendo a su hermana bailando desde una ventanilla.

-Y Chaeyeon- dijo Jeongin sacando su cabeza del congelador.

Seungmin entró en pánico, si sus hermanas lo veían lo más probable es que le den un regaño, porque había una gran diferencia entre ellos, mientras que sus hermanas eran grandes y conscientes, él era un pequeño bebé que no debería estar ahí. Debía esconderse de ellas para evitar un desastre en su familia.

-Minnie, ¿Qué haces...?- dijo Kim, viendo a su amigo escondido bajo un mantel.

-Sh, no me has visto- dijo el castaño, escondiéndose.

Ella vio hacia el frente y veía a las chicas yendo dirección a la cocina en busca de algo de tomar.

-¡Lo encontré!- decía Jeongin- ¡Chicos, encontré la más preciada lata de coca cola!- exclamó mientras agitaba la bebida.

-¡No la agites tonto!- gritó Yuna.

Lia y Chaeryeong se quedaron viendo como los menores se trataban. Choi veía con ternura a los niños, mientras que Lee los veía un poco mal, puesto que sabía que su hermano estaba enamorado de la niña y al ver que la rubia estaba con Bang, le preocupaba que su hermano volviera con el corazón roto.

-Noonas- sonrió Bang.

-Hola Innie, es raro verte aquí- dijo Lia con voz dulce.

-Estoy de pijamada con Seungmin- dijo inocentemente. Yuna lo pateó y él se quejó.

-¿Seungmin? ¿Pero que la pijamada no iba a ser en...?- se quedó callada, viendo dirección al cuarto abierto con las pertenencias de su hermano.

Los menores estaban viendo con pánico a la chica. Lia veía con total confusión.

-Noona... ¿Todo bien?- dijo nervioso Bang.

-Todo bien innie... todo bien- mantenía su mandíbula apretada- ¿Puedes decirme donde está Seungmin?- dijo, ocultando su temperamento.

-Estaba aquí hace un segundo- dijo pensativo. Yuna se quedó haciéndole señas por detrás de las otras chicas.- Creo...- ella señaló hacia el patio- Que está en el patio.

Chaeryeong fue junto a Lia hacia el patio. Estaba segura de que la pijamada de su hermano sería en la casa de los padres de Bang, pero su madre no sabía lo de la fiesta. Así que los hermanos Lee estaban en aprietos.
Mientras que Seungmin mintió con la ubicación y la fiesta, las gemelas mintieron sobre el ir a estudiar. Chaeryeong fue a la casa de Dahyun y ambas se escaparon, Chaeyeon le dijo a su madre que iría a pasar la noche en la casa de su amiga también y se escaparon. 

Lo que Minyoung no sabía era que sus tres hijos se encontrarían esa misma noche en la misma fiesta.





Los besos se profundizaban y las caricias iban cada vez con más fuerza. Los ruidos que provocaban cada vez que se besaban eran muy notorios, las traviesas manos de Hwang pasaban por la delicada espalda de Dahyun, haciendo que la chica se estremeciera por el buen tacto.

-Espera...- pausó el chico, siendo besado por Kim.

-¿Qué pasa?- susurró agitada tratando de besarlo.

Hyunjin se sentía a gusto, Dahyun era una chica linda y la conocía un poco, fue la más popular de su curso, tenía una personalidad brillante. Pero por una extraña razón quiso dejar de besarla y tocarla.

-Dahyun, esto es muy extraño... detente...- dijo mientras la chica intentaba sentarse en sus piernas.

-Se que al inicio puede serlo, pero si lo intentamos tal vez hasta nos acostumbremos- suplicaba e insistía.

Intentaba besarlo, sus labios rozaban con los de Hwang, pero él no sentía lo mismo que hace cinco minutos.

-Espera, Dahyun espera- demandó.

Ella solo frunció el ceño.

-¿Por qué interrumpes esto? Lo estamos disfrutando.- tomó el cuello de la camisa de Hwang para volver a besarlo.

-Dahyunnie, espera. No quiero seguir con esto.- intentaba safarse, pero Kim era muy insistente- ¡Detente! ¡Dahyun!

Ese grito espantó un poco a la chica. Se sentó frente a él viéndolo fijamente.

-¿Por qué Hyunjin? ¿Por qué juegas así conmigo?- sus ojos se cristalizaron. Ella se sentía devastada, sentía vergüenza por haberse entregado rápidamente a un chico, que solo terminó jugando con su corazón.

-Dahyun, fue hermoso, no te mentiré, me gustó pasar tiempo contigo...- suspiró.- Pero no creo que puedas... podamos estar juntos- dijo cabizbajo.

-¿Q-que quieres decir?- dijo entrecortado.

Hyunjin no era como Minho, él se pasaba siempre de la raya, siempre hacía que las chicas terminaran sintiéndose más miserables.
Hyunjin llegaba hasta su límite, él quería cortar con ellas y no dejarlas abandonadas como su amigo hacía.
Los recuerdos de cuando su primera víctima sufrió por él lo hicieron sentirse como una mierda. Si dañó de esa forma a Chaeryeong, no quería lastimar a su mejor amiga.

-Escucha, se que soy un total imbécil, no quiero hacerte daño. No quiero jugar con tus sentimientos, perdóname si lo he hecho... ¿Chaer jamás te ha hablado de esto?- dijo apenado.

Ella negó con su cabeza.

-¿Qué le hiciste?- dijo enojada.

Hyunjin suspiró.

-Hace unos años antes que tu y ella fueran muy unidas, le hice una de estas bromas, jugué de una forma muy horrible con sus sentimientos. No quiero llegar a este punto contigo... Eres muy hermosa y demasiado buena para que te lastime así...- dijo, cubriendo con una mano su cara.

Dahyun se quedó un poco mal por lo dicho, este chico había roto el corazón de su mejor amiga, la ilusionó y jugó con ella.

-Oye...- Hyunjin se sorprendió por la reacción de la chica- Acepto que eres un idiota, jugaste con el corazón de mi amiga, pero... creo que tu en realidad lo hiciste porque estás confundido- dijo haciendo una mueca al final.

-¿Qué quieres decir?- dijo con una ceja levantada.

-Hyunjin, agh, ¿No te das cuenta?- dijo frustrada- Es que, debí pensarlo antes. Tu cabello, tu ropa y tu actitud...  Tu no querías estar con ninguna chica, jugaste así con nosotras porque tu eres...- se cortó.

Hyunjin quedó viéndola un poco confundido. Ella solo hizo muecas y señas, a lo que Hwang pudo entender las indirectas.

-¡Oye, no soy gay!- gritó asqueado.- ¿Qué te hace pensar eso?

-Es que se ve en ti, Hyunjin- bufó- Tu solo juegas con las chicas hasta encontrar a la perfecta, pero tal vez quieres convencerte a ti mismo de que las mujeres son tu tipo.

Él no entendía nada, no sabía tampoco como sacó esa conspiración. Estaba seguro de que no lo era y que Dahyun solo estaba un poco borracha.

Abotonó su chaqueta y salió del cuarto, viendo como Kim gritaba pidiéndole que no lo deje.

-Genial Hyunjin, rompiste el corazón de otra loca.- se regañó a si mismo.

A lo lejos, vio al hermano de Bang junto a Yuna y Seungmin yendo al cuarto y como éstos cerraban la puerta.
Le llamó la atención Jeongin, ese pequeño le daba una sensación extraña. Por un segundo se imaginó estar con él y sonrió apenas.

No podía ser cierto. No quería aceptar esa loca idea.

Se sentó en la barra tomando una bebida alcóholica, queriendo olvidar esos pensamientos que empezaban a atormentarlo.

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