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Capítulo 19

Los adolescentes, las personas que son conformes y disconformes a la vez. Luchan por lo que quieren y lo que les gusta, pero la mayoría de las veces se sienten tan confundidos y se complican hasta con lo más mínimo.
Otros casos siguen un mismo camino recto sin dudar, ni cambiar y tranquilamente vivir conforme a lo que su camino les da.

¿Por qué algunos son más sencillos? ¿Por qué unos pueden ingeniar un modo más fácil de poder vivir? Ellos mismos viven por si solos la vida difícil, tienen idas y vueltas para decidir una sola cosa. Complican sus propios pensamientos y sus ideas van cambiando o se van retorciendo como una doble hélice.
Ellos mismos son los creadores de sus ideas pero también de sus complicaciones.
A veces, el mismo adolescente no está seguro de lo que él quiere, no sabe el por qué elige algo que en el fondo de su ser no quiere, por que no puede decidirse o por que no hace lo que le gusta.
El mismo adolescente es quien se decide por cosas erróneas y no lo sabe hasta que cae de pie en el mundo en que vive.

En el caso de Yeji, ella no era conforme con nada.
Podía tenerlo todo, todo lo que ella quería y pedía, pero se sentía disconforme igual.
Más bien, en su propia casa donde siempre el primero en la vida de sus padres, de sus parientes y toda la familia Hwang sería Hyunjin. 

Hyunjin fue a la empresa e hizo las pasantías muy bien; Hoy en la reunión, Hyunjin tuvo ideas fabulosas para ayudar a mejorar la empresa; Hyunjin es el orgullo de esta familia; Hyunjin va a salvar nuestra empresa.

Hyunjin esto, Hyunjin lo otro.

 Hyunjin, Hyunjin, Hyunjin. Todo el tiempo era su mellizo, él parecía ser el más amado de los dos. Siempre le daban todo lo que necesita, lo que quiere y era siempre el más privilegiado de la familia, además de ser el más notado. ¿Por qué era tan difícil tratar con igualdad a los dos siendo hermanos mellizos?

Minhyun entraba a la cocina, feliz de volver con su familia y darles una propuesta.

Sonrió al ver a la familia preparando la mesa. Sejeong estaba cocinando algo especial, sabía que su esposo vendría con buenas noticias sobre su hijo y el trabajo. Por otro lado, Yeji estaba sentada en una esquina, mensajeando con Ryujin luego de haber colocado los platos y cubiertos en la mesa.

-Buenas noches mi linda niña-  se acercó y besó la frente de su hija. Yeji sonrió apenas.

-Hola papá-  dijo con un tono frío y volvió su vista al teléfono.

Hyunjin estaba entrando a la cocina. Se sacó el chaleco y se estiró, dando un fuerte bostezo y saludó al aire a su familia. Ahí mismo, su madre dejó todo lo que estaba haciendo y fue corriendo hacia su hijo. Ella le sonrió y miró entusiasta esperando a que Hyunjin dijera algo.

-Dime, ¿Cómo estuvo?- esperaba una respuesta, estaba tan emocionada de que su hijo con solo diecisiete años ya fuera casi miembro de la empresa. Era un gran chico y muy fuerte. Era tan increíble que a tan temprana edad él se haya decidido por ayudar a su familia y tener fe en que iba a poder hacerlo. Todo el peso que se cargaba a su corta edad y el esfuerzo que le ponía al trabajo era digno de admirar.

-Amm...- mordió su labio- Papá...- pidió ayuda. Un poco de misterio era algo notorio en su voz.

Minhyun caminó hacia su esposa, que estaba con una expresión que mostraba preocupación. El ambiente se tensó por un segundo, sentía que venían malas noticias o que su hijo había hecho algo mal. Se lo notaba nervioso, daba unas pequeñas risitas, se rascaba la nuca y no se movía de su lugar.

-Sejeong...- la tensión aumentó- Nuestro hijo...- dijo con un tono serio, hasta que rió- ...Cada día va mejorando y ya es como si fuera miembro de la empresa, o mejor, como si fuera el dueño general- exclamó- Querida, nuestro hijo nació con potencial para ser un empresario- dijo orgulloso.

-Ay mi niño- gritó emocionada y abrazó fuerte a su hijo- Eres nuestro mayor orgullo.- besó su mejilla.

Si, una familia feliz de que su hijo sea como ellos, siguiendo la tradición de esa familia. Felices de que su hijo tenga  la misma sangre y potencial que sus familiares, pero... ¿Qué le quedaba a Yeji? Ella estaba hasta la cabeza.

Todos los días era igual y más fuerte, es más, cada día era peor. Hyunjin llegaba y Sejeong se emocionaba por su hijo que solo ayudaba a su padre en una empresa solo para salvar a la familia.

Ella pensaba que su hermano no era un superhéroe que salvaba al mundo de todos sus desastres, era un simple chico que solo estaba siguiendo con ese maldito linaje, ¿Por qué tanto alboroto? Estaba celosa, lo admitía, celosa de que siempre su hermano sea el especial y ella solo sea recordaba como su melliza, siempre era como su sombra y la tercera rueda.

Odiaba esa enorme diferencia solo porque él es varón. Todos los chicos eran los más privilegiados, las pocas chicas de la familia eran como floreros, solo debían verse bien para lucir a sus hermanos, no era justo.

Rodó los ojos y decidió llamar a Ryujin, hace días ella no iba al colegio y necesitaban hablar.

Mientras Sejeong cocinaba, Hyunjin se fue a bañar, estaba muy cansado y un baño de agua caliente le haría bien. Cruzó por el balcón donde se encontraba su hermana y ella al verlo solo cerró la puerta para que no escuche la conversación, mirándolo con cara de odio. Se estiró de nuevo y suspiró, siguió caminando por el pasillo y se adentró al baño.

Yeji por otro lado estaba en el teléfono, sentada en uno de los sillones que estaban ahí.
Estaba hablando por videollamada con su mejor amiga. Le estaba hablando acerca del odio que tenía al ser siempre inferior y ser la última en la familia, lo que era ser invisible.

-Lo se Ryu, pero ya estoy harta de que siempre sea el orgullo de la familia y yo sea su sombra- dijo suspirando- Él siempre está ayudando a mi papá en todo. Primero si somos sinceros, él no trabaja. No puede hasta los veinte años por una tonta regla.- suspiró- Está siendo solo un maldito aprendiz para hacerlo bien cuando asuma el cargo. Ya no se que hacer- dijo un poco histérica, recostándose en la mesita.

-Yej, tranquila.- la calmó.- Mira, puede que él tenga ya en sus hombros la empresa de tu familia, pero ¿Algo que él no tenga? No tiene novia, piensa en esto tu tienes un genial novio, tienes libertad, pronto trabajarás con tu mamá en su empresa de moda. Yeji, no debes preocuparte por eso amiga. Hyunjin puede ser un orgullo ahora, pero él mismo se va a cansar de todo.- sonrió. Hwang hizo una mueca mostrando disconformidad.- Aparte, él no puede elegir, tu si. Está siendo obligado a ser empresario mientras que tu puedes decidir que ser en el futuro y a la edad que quieras. ¿Tu también quieres eso? ¿Realmente quieres estar involucrada ahí solo por dinero? – su amiga tiene toda la razón. Por esto mismo ella adoraba hablar con Ryujin, siempre tenía buenos consejos y siempre le calmaban sus palabras.

Yeji de todas formas es alguien terca, ella siempre quiere más que los demás y si no puede conseguirlo, ella se transforma en otra persona.

Suspiró. -Tienes razón- dijo más tranquila- Oye por cierto, cuéntame de tu ecografía ¿Cómo está mi ahijado?- preguntó con una sonrisa formada en su rostro. Desde que se enteraron de la llegada del bebé, ya dijeron que Yeji sería la madrina pedido por Ryujin, y Hyunjin el padrino pedido por Minho.

-Fue lindo ver a mi pequeño saco de células por primera vez. Yo me siento demasiado feliz, es como... No lo sé, es una sensación muy linda. Quiero tenerlo ya en mis brazos- dijo chillando orgullosa mientras tocaba su vientre- Pero mi problema ahora es Minho- dijo un poco preocupada.

-¿Minho? ¿Qué tiene él?- dijo confundida.

-No lo se, cuando estábamos allá viendo la ecografía, su cara mostraba como... ¿Desilusión? O tristeza, no lo se, pero no se lo veía feliz- hizo un puchero- Y luego solo se fue de la sala.

-Es raro que Minho se ponga así- dijo pensativa- Pensé que al inicio estaba feliz de formar una familia contigo.

-¿Sabes que es lo que odio más? Que toda la escuela se enteró- dijo molesta- Solo lo sabían tu y Minho. Ahora los otros alumnos saben y los maestros, sin hablar del director.

Las chicas siguieron hablando hasta que Hyunjin llegó para decirle que vayan a cenar.

-Lo siento Ryu, mañana te llevaré al centro comercial y comeremos algo- guiñó un ojo- Suerte.

-Adiós, yo mientras tanto buscaré que hay de comer. Cuídate- cortó la llamada.

Una vez sola, ella suspiró, no sabía porque se quejaba tanto, su amiga estaba peor. Un novio que la estaba ignorando, un bebé en camino, sus padres la echaron de su casa, no terminó la escuela y no tienen dinero. Aun así se la veía bien y sin quejarse.

-Pobre Ryu- dijo con un gesto de lástima.

Se estiró y levantó del asiento. Caminó, abrió la puerta y se fue a la cocina. 

Pasó por los largos  pasillos donde se encontraban las habitaciones y la sala de estar. Cuando llegó, se sentó donde siempre y esperó a que le sirvieran. No se veía con ánimos ni con ganas de hablar, lo que era raro, ella era muy charlatana y molestaba a su hermano en la comida. Sus padres pensaban que estaba en sus días y no iban a molestarla, aunque eso pasó hace dos semanas.

Luego de un largo silencio, el padre de los chicos rompió el hielo.

-Bueno, les tengo una propuesta- dijo el señor Hwang- A partir de la semana que viene entro en vacaciones. Estaba pensando ¿Qué les parece un viaje familiar? Los cuatro solos, hacer una escapada.

Hyunjin y Sejeong dijeron que si, estaban esperando por una salida familiar por mucho tiempo. Yeji por otro lado no dijo ni una sola palabra, acto que los padres no podían entender.

-Hija... ¿Te sientes bien?- ella asintió mirando su plato.

-¿Por qué esa cara?- dijo su padre acariciando su mejilla- Un viaje en familia, nosotros cuatro hija. Sería fantástico- dijo alegre.

-¿Demasiado fantástico como para seguir presumiendo a tu hijo?- dijo enojada, alejando su plato bruscamente. Se levantó de su silla y se fue a su cuarto marcando el paso.

Su madre la llamó pero ella hizo caso omiso. Minhyun fue tras ella, iba a regañarla. Podía ser pacífico pero cuando se enojaba era como ver al demonio mismo.

Yeji se encerró en su cuarto. ¿Acaso su padre recién se daba cuenta de que tenía una hija? ¿Un viaje familiar? Claro, como si realmente quisiera eso.

Hace años ella pedía por uno, ya sea por su cumpleaños como por vacaciones, pero jamás lo hicieron ni la escucharon.
Y que casualidad que ahora que Hyunjin está con él en esa empresa siendo un maldito aprendiz quiera viajar.

-Hwang Yeji, ábreme- dijo un poco irritado por el comportamiento de la chica. Su hija había trabado la puerta.

Él siguió tocando, se rindió unos minutos luego al no recibir señales de su hija y fue por Jackson, quien traía su caja de herramientas tan amada.

Intentó destrabar la puerta, pero ésta fue abierta por la chica quien llevaba un bolso y salía dando empujones.

-Hwang Yeji, ¿A dónde crees que vas? Ven aquí- ella seguía caminando sin darle importancia a las palabras de su padre.
Él comenzó a seguirla.

Llegó a la puerta principal, pero su padre la detuvo.

-¿A dónde crees que vas?- Yeji solo lo miró de arriba abajo. Intentó abrir de nuevo, pero la mano de su padre empujó la puerta de nuevo.- Te hice una pregunta, jovencita.

-¿Te acuerdas que tienes una hija ahora?- dijo alzando la voz con un tono odioso.

Minhyun no entendía, se quedó viéndola confundido por lo que le dijo. Pasó por desapercibido y la puerta fue abierta. Ella salió al patio delantero a esperar el auto de su novio. 

En su cuarto, le pidió si podía ir a su casa, según ella quería pasar tiempo con él porque lo amaba y lo extrañaba, aunque en su mente estaba el plan de escaparse.

-Yeji ¿Qué crees que haces?- dijo esta vez Sejeong con mal tono.

-No se preocupen, todavía les queda él para que sigan poniéndose orgullosos de su gran trabajo como estúpido.- dijo señalando a su hermano que estaba sacando una babosa de la puerta sin prestar atención a lo que su familia decía.- Así dejan de presumirlo en mi cara.

-¡Hwang Yeji!- la demandante voz de su padre la hizo temblar.

Chan llegó y se había estacionado en la entrada de la casa.
Al ver la escena, bajó el vidrio y preguntó que era lo que estaba pasando. Yeji sostenía su bolso mirando con odio a sus padres.

A medida que se acercaban, ella estaba intentando abrir la puerta del copiloto.

-Yeji, no- dijo un poco tímido Chan.

-Amor, déjame- dijo queriendo abrir la puerta- ¡Oye!- en un segundo, Chan trabó las puertas del auto.

Había entendido que ella quiso escaparse, por eso cerró bien su auto y se disculpó con la familia por haber intervenido, no sabía que estaban peleando.
Arrancó su auto y se fue de nuevo. Aunque sea su novio evitaría ser cómplice de aquel error.

Yeji no podía creer que el idiota de su novio no la haya ayudado. Estaba tan molesta con él ahora.

Sus padres la miraban fijo. Hyunjin tuvo una llamada por parte de Minho y se fue a responder, además que no soportaba la tensión en su familia.

-Ve a la casa- dijo lentamente su padre. Ella solo se quedó viendo parada en el mismo lugar- ¡Ahora!- gritó. La furia era notoria.

Ella caminó hasta el interior de a casa marcando el paso, estaba enojada tanto con su hermano, sus padres y agregaba a la lista a su supuesto novio.
Ella solo entró y tiró su bolso al suelo de la sala de estar. Azotó la puerta de la cocina y pasó por el pasillo de la otra sala de estar para subir las escaleras a su cuarto. 

Mientras subía, divisó a Hyunjin con el teléfono en su oreja mirando atónito la escena.

-¿Tu que me ves?- Le gritó y lo apartó de su camino. Su hermano solo quedó petrificado al verla así.

Ella entró a su cuarto y cerró con fuerza la puerta. Se tiró a su cama llorando, estaba odiando todo.

Odiaba que su hermano sea el primero, no tener todo lo que quería y sentirse tan miserable en su familia.

Se sentía enojada por la situación. Su familia era tan ligada a la tradición y no la estaban cumpliendo, ¿Por qué querían presumir a Hyunjin? ¿Por qué siempre Hyunjin era el más amado y el que daba orgullo al linaje Hwang? Son hermanos, mellizos, eran dos cuerpos distintos y dos almas que conformaban uno, pero Yeji era su sombra. Siempre detrás de él. Primero era Hyunjin, le daban más amor, reconocimiento e importancia. Y luego se acordaban que existía Hwang Yeji, quien solo era la hermana de Hyunjin.

-¡Yeji! ¡Si no quieres quedarte sin puerta, abre!- decía furiosa su madre.

Estaban intentado abrir esa puerta para hablar con su hija, pero ella ya no iba a seguir como sombra.

Era la nueva Hwang Yeji quien se iba a revelar con todos.

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