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Te Desmayas

Scott McCall: Andas entrenando un poco por el bosque y sigues la pista de tu chico. Le viste hace unos minutos y quieres sorprenderle, por tanto, aceleras el ritmo y te empiezas a sentir débil. Caes y no sientes nada. Menos mal que Scott estaba pendiente de ti y se ha dado cuenta. Se acerca y te coge en brazos para llevarte a casa. Por el camino te vas desperezando.

-Buenos días dormilona. Empezaba a echarte en falta preciosa-. Sonríe, agacha el cuello y te da un beso.

-Casi te tenía...-. Dices medio enfurruñada-. Ya puedo andar cari.

-Pero quiero tenerte en brazos amor.

Stiles Stilinski: Estáis en tu casa, "estudiando", llevas enferma unos cuantos días y ha venido a hacerte compañía y para explicarte lo que se te resiste más. En concreto mates.

-¡Esto es una mierda! Necesito ir a clase a que me expliquen esto...-. Has perdido el conocimiento y caes en el suelo de la habitación.

-Ohh joder. ¿Qué hago?-. Te levanta del suelo y te coloca sobre la cama. Se agobia un poco y empieza a pensar, al final te pone un trapo con agua fría en la frente y te da aire con un cojín. Pasan unos minutos y vuleves a ver todo claro.

-¿Qué ha pasado?-. Preguntas desorientada.

-¿Que qué ha pasado? -suelta una risa- Te has caído y casi entro en un ataque de pánico-. Le das un beso y terminas diciendo:

-Te quiero, enfermero personal.

Derek Hale: Corres tras Derek por el bosque, si ganas tendrás por un día todo lo que tú quieras. Lo que sea. Y no piensas malgastar la oportunidad. Vas corriendo todo lo que puedes y al mirar hacia atrás, te despistas y te chocas con un tronco. Caes redonda. Derek que no te quitaba ojo se acerca rápidamente a ti, se agacha y te comprueba el pulso. Él es así. Te coge y te lleva a su casa. No despiertas hasta unas cuantas horas después, cuando él está dormido a tu lado. Sin camiseta. Te pones recta y toqueteas su tatoo.

-Gracias Lobezno-. Das un beso en su espalda.

-Si no es por mí, ¿quién te cuida?-. Perezoso, se da la vuelta y te enganchas a él.

-Te quiero mi amor.

Jackson Whittermore: Te está enseñando a jugar al lacrosse, estás un poco cohibida porque hay muchos chicos en la pista.

-¡Vamos, tú puedes guapa!-. Te dice Jackson y te lanza la bola, corres tras ella y un chico que te miraba de hacía un rato aprovecha la oportunidad y se estrella a posta contra ti. Caes inconsciente.

-¡¿Qué cojones te pasa Díaz?! Ve a por algo-. Te recoge del suelo y te quita las protecciones. Te tumba en el banquillo y te da aire... al fin recuperas el color.

-Gracias mi amor. Eres un ángel-. Sonríe y te besa la frente.

Theo Raeken: Estás con unas fiebres muy altas, aunque crees que ya vas mejor, pero te equivocas. En un intento de correr a tu novio, las piernas te fallan y caes. Menos mal que Theo estaba allí para cogerte.

-Me da a mí que aún no estás en condiciones de salir.

-Estoy perfecta-. Dices.

-No, no lo estás. Pero, si no vamos hoy a ver el partido, me quedo contigo y vamos otro día-. Te abraza y dejas que te lleve hasta la cama.

Liam Dunbar: Otra vez no. Se está peleando con un chico. Los ataques de ira le hacen ser otro.

-¡Liam! Para-. Gritas con fuerza. No te oye y optas por detenerle metiendote por medio, sabes que no te hará nada. Y estabas en lo cierto, pero el chico te da sin querer en la mejilla y caes de espaldas. Liam te coge y no le da tiempo a tumbar al oponente. Dos minutos después estás viva otra vez, ha sido el susto.

-Estás bien, eso quiere decir que no le has partido la cara del todo-. Sonríes.

-A eso voy ahora-. Como si de una broma se tratase, te acerca a él y te besa.

Jordan Parrish: Vas a comisaría, el despistado se ha dejado en casa la comida y se la llevas. Todo está alterado, Parrish tiene a un hombre agarrado por las muñecas y de la nada, un disparo. Te da en el brazo y del dolor te desmayas.

-¡Llamad al hospital!-. Grita Jordan. Te despiertas en una camilla del hospital, Parrish sujeta tu mano y duerme a tu lado. Le soplas en la cara.

-Te quiero. No lo olvides.

Isaac Lahey:

-Isaac, me encuentro mal. ¿Me llevas al médico? No debí comerme esa palmerita de chocolate...

-Ven preciosa. No es nada-. En el trayecto, tu cara se vuelve blanca y tus labios pierden el color-. ¿Qué coño?-. Intenta hacer que vuelvas a ti mientras conduce, al final para en un descampado y te saca del coche y nada más volver a ti vomitas.

-Lo siento. De verdad.

-No te preocupes. Ahora, no vuelvas a comer palmeras de chocolate-. Sonríe y te abraza.

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