Hacía varios minutos que había dejado de poner atención a lo que estaba leyendo y todo gracias a mi hermano pequeño, quien acababa de entrar de forma ruidosa en mi habitación, aunque no había dicho ni mu. Alcé la vista, cansada de sentir su mirada sobre mí.

—¿Qué te pasa, niño?—pregunté, demostrando que me había cansado

—No soy un niño—replicó mientras hacía un puchero, provocando que quisiera rodar los ojos—Deja de llamarme así

—Lo haré cuando dejes de comportarte como uno.

Liam hizo una mueca extraña, aunque ya no me extrañaba, ya que en esencia él era raro.

—Tus amigos me dan mal rollo—dijo sin venir a cuento

Alcé una ceja

—Vaya, me sorprende sabiendo que Scott es tu alfa, niño

Hizo una mueca cuando le volví a llamar niño, aunque con la mención de mi amigo moreno su cuerpo tembló un poco.

—Te recuerdo que me amordazó y me metió en su bañera—dijo, haciendo un berrinche

Puse lo ojos en blanco, pensando en la suerte que había tenido al no estar en la manada cuando apenas habíamos descubierto quien era el alfa asesino. Seguramente le habría dado un infarto en la escuela.

—No seas niñato, Liam—bufé

A veces me parecía que mi hermano era demasiado infantil.

Mi móvil sonó, haciendo que dejara de prestar atención al berrinche de mi hermano. Era un mensaje de Kira, que hizo que frunciera el ceño.

Foxie🦊❤️:

Necesito que vengas a mi casa. Ya

YO:

¿Tantas ganas tienes de verme, bebé?

Foxie🦊❤️:

Por dios, Lana, ven de una vez

Me quise reír ante su insistencia, pero acabé mandándole que en cinco minutos estaría en su casa. Alcé la vista de mi móvil, encontrándome con la mirada molesta de mi hermano. Alcé una ceja.

—Me llevas ignorando un buen rato—expresó

Encogí los hombros. —Si tienes problemas, llama a papá. No soy tu niñera, Lili

Mi hermano infló las mejillas indignado cuando lo llamé por el apodo que le había puesto cuando éramos pequeños, ya que hubo un tiempo en que todo el mundo pensaba que era una niña.

Salí de mi habitación, con el enano detrás de mi, casi pisando mis talones, era como tener un perrito. Me observó mientras cogía mis llaves y mi chaqueta. Hizo una mueca al ver que agarraba las llaves de mi moto. Abrí la puerta, lista para irme.

—¿A donde vas?

Reprimí las ganas de poner los ojos en blanco.

—Voy a ver a Kira—dije, sonriendo de lado, haciendo que él abriera los ojos como platos—No creo que quieras saber más información, ¿eh, hermanito?

Liam sacudió varias veces la cabeza, negando.

—Bien—dije divertida—Tienes la cena en la nevera—fruncí los labios—Ni se te ocurra liar nada mientras yo no estoy, ¿estamos?

Esperé que asintiera, para luego revolverle el pelo y salir de casa, mientras lo oí protestar que no era un perro. Y en eso se equivocaba, ya que tenía parte de lobo, lo cual lo emparentaba directamente con ellos.

Me monté en mi moto, la cual había sido regalo de mi padre, y conduje en dirección a casa de la kitsune. Una parte de mi estaba preocupada, por si había pasado algo y la otra estaba ansiosa por abrazarla. Estacioné a un lado de la casa y bajé ágilmente. La puerta de la casa se abrió en ese momento, dejándome ver a mi asiática favorita. Sonreí involuntariamente.

—Hey—la saludé nada más llegar a ella

No dijo nada. Me cogió del brazo, me acercó a ella y estampó sus labios contra los míos. Me pilló desprevenida, pero tras unos segundos reaccioné, devolviéndole el gesto. Noté como sonreía al notar que había comenzado a mover mis labios, haciendo que de mi saliera una carcajada, amortiguada por sus labios.

Nos separamos y la miré con una ceja alzada, ya que la impulsiva era yo. Noté como sus mejillas se teñían de rosa.

—Vaya, alguien estaba ansiosa por verme—canturree divertida, burlándome de ella.

Se puso aún más roja, haciendo que me riera

—Tenemos un problema—murmuró, avergonzada

Alcé la otra ceja

—Somos seres sobrenaturales, Ki—hablé mientras entrábamos—No creo que haya algo que no podamos resolv.....

Las palabras dejaron de salir de mi boca al ver quien estaba en la sala. Los padres de Kira alzaron la vista al oírnos entrar, haciendo que abriera los ojos como platos, sorprendida. No era que no los conociera, ya que su padre era nuestro profesor de Historia, sino porque no solían estar en casa cuando nosotras estábamos. Siempre teníamos la casa sola.

—Hola, Lana—me saludó el señor Yukimura—Me alegro de que hayas venido tan rápido

Miré mal a Kira, quien me dirigió una mirada avergonzada.

—Si, bueno, cuando mi novia me pide algo yo lo hago—dije, recargando lo que éramos

Pude ver como un destello cruzaba los ojos de la madre, Noshiko, haciendo que me quedara mirándola, esperando a que soltara uno de sus inapropiados comentarios.

—No creemos que esto sea bueno para Kira—dijo ella, soltando cada palabra con desprecio

—Mamá....

Noshiko ignoró a su hija, a la vez que recibía una mirada extraña de su marido, como si no estuviera de acuerdo con su esposa.

—¿Esto?—repetí con sarcasmo—¿Podría ser más específica?

Me miró como si me quisiera matar en ese momento

—Soy rubia—añadí, encogiendo los hombros

Noté como me fulminaban con la mirada y no me hizo falta girarme para saber que era Kira. Ella odiaba que me hiciera la tonta.

—No creemos....—Noshiko se interrumpió al ver la mirada de su marido—No creo que seas buena para Kira

La mencionada abrió la boca, dispuesta a discutir con su madre, pero la paré, tocando brevemente su brazo. Notaba la angustia en su mirada, pero le sonreí intentando tranquilizarla. Volví a mirar a la mujer que parecía que me odiaba.

—¿Por qué? ¿Por qué no soy Scott?—no la dejé contestarme—¿O porque soy mujer?

Supe que di en el clavo cuando su mirada se oscureció. Su marido la miró incrédulo, mientras yo notaba como el ser sobrenatural a mi lado gruñía levemente. Tomé su mano, entrelazando nuestros dedos, sin mirarla, pero sabiendo que eso la calmaba.

—No quería decirlo—murmuró Noshiko—Pero ya lo has dicho tú

Puse los ojos en blanco

—No sé en que siglo nació usted—murmuré seria—Pero las cosas han cambiado. Cada uno ama a quien quiere, se viste como quiere y opina sobre lo que le da la real gana—hice una pequeña pausa, calmando a mi ser interior—Si usted no lo puede aceptar, lo siento mucho, pero no dejaré a su hija bajo ningún concepto

Vi de reojo la sonrisa de Kira, lo cual era suficiente para enfrentarme a cualquier cosa. La misma sonrisa la tenía mi suegro, quien parecía orgulloso de cada palabra que había soltado. No podía decir lo mismo de mi querida suegra, la cual parecía a punto de estallar.

—¿Tienes idea de con quien estás hablando?—casi gruñó—¿Quién te crees para hablarme así, niñata?

Sonreí de lado, viendo como su zorro interior trataba de salir, en vano.

—Basta, mamá—intervino Kira, seria—Me estás avergonzando

Noshiko miró a su hija con sus ojos sobrenaturales, haciendo que esta le respondiera de igual modo.

Apreté los labios, ya que no quería que Kira se peleara con su familia.

—Di lo que quieras decir ahora—me sorprendió el tono de la joven

—Ya sabes lo que voy a decir—gruñó su madre

Apreté mi agarre en la mano de la joven kitsune, quien pareció relajarse, pero no abandonó su postura.

—No, mamá—murmuró seria—No pienso dejar a Lana porque tengas esos pensamientos de hace siglos.

—Noshiko, basta

Ella ignoró a su marido

—¿No ves lo que te ha echo?—gruñó—Tú nunca me hablas así

Era consciente de que la paciencia de ambas disminuía, lo cual me ponía nerviosa.

—Lana me ha dado la confianza que tu siempre me has quitado—admitió Kira—Jamás había controlado tanto a mi zorro interior—me miró sonriendo—No hasta que la conocí a ella—volvió a mirar a su madre—Me hace más fuerte

Me mordí el labio, intentando no llorar de lo bonito que había sido eso.

Noshiko soltó un bufido

—Cuidado con lo que juegas, jovencita

—No creo que quieras despertar a un dragón, mamá—dijo Kira divertida, mirándome de reojo

Por primera vez, vi vacilar a Noshiko, por lo que hice brillar mi mano libre. Ella miró angustiada el fuego salir de ella, mientras yo sonría de lado.

—¿Tiene idea de lo que pasa cuando un kitsune y un dragón unen sus poderes?—pregunté, sonriendo de lado

Noshiko tragó saliva, haciendo que mi sonrisa se hiciera mayor.

—No juegues con fuego, porque te puedes quemar

PRÓXIMO SHOT: STILES STILINSKI