Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 02. Supergirl Go!, Parte 2

TEEN TITANS

THE

SINNERS


Por

Wingzemon X


CAPITULO 02

"Supergirl Go!, Parte 2"


La Torre Titán no acostumbraba recibir muchas visitas. Muchos pensarían que era por seguridad, pero de hecho se debía a que rara vez alguien iba a visitarlos. El único familiar de Starfire que se paraba de vez en cuando en el Tierra, era su hermana Blackfire, y sus visitas nunca eran del todo amistosas. De Raven, sus amigos no estaban muy seguros si tenía familia o conocidos anteriores a unirse al equipo. Durante la invasión de Trigon, se enteraron de era hija de éste y de una mujer humana, pero no sabían más. Los padres de Chico Bestia habían muerto, y de la Patrulla Condenada hacia mucho que no sabían algo. Cyborg de seguro tenía familia en la ciudad, sus padres, tal vez hermanos, pero tampoco iban a verlo a la Torre; más bien era él quien iba a verlos a ellos. Por último, Robin, pese a que era bien sabido por algunos de sus compañeros lo que fue su vida antes de llegar a Jump City, desde la muerte de sus padres hasta con quien trabajó todos los años siguientes a eso, tampoco había recibido alguna visita en todo el tiempo que habían estado juntos, al menos no hasta ese día.

Así que, excepto por alguno de los Titanes Honorarios, o algún villano ocasional que los quisiera molestar en su propia casa, las visitas externas a la Torre Titán eran pocas. Por lo mismo, el tener sentada en su sala a alguien, que encima de todo era la famosa Súper heroína Súper Chica, causaba un gran revuelo en algunos de los chicos. Luego de verla en acción derrotando con gran facilidad a Adonis y su armadura mejorada, Starfire, Cyborg y Chico Bestia se encontraban realmente emocionados con su presencia, y sin dudarlo la invitaron a pasar la tarde en su hogar. En verdad era como tener a una celebridad en casa.

- ¡No puedo creer que realmente conozca a Súper Chica en persona! – Exclamó con fuerza Chico Bestia, continuando con su sonrisa embobada. Rápidamente sacó de entre sus cosas varios artículos que tenía de Súper Chica, enseñándoselos mientras los enumeraba. – Soy tu fan, ¡enserio! Tengo tus posters autografiados, tu autobiografía, y estas tazas chistosas con tu cara.

La joven de cabellos rubios y ojos azules rió divertida al ver lo que el Titán hacía y decía; le parecía realmente una persona divertida. Ella estaba sentada en el sillón rojo circular de la sala, con Starfire a su derecha y Cyborg a su  Izquierda. Raven también estaba sentada, pero en uno de los extremos del sillón, algo alejada del grupo. Pero el más alejado era Robin, que miraba todo desde la puerta de la sala, con sus brazos cruzados y su mirada seria; seguía sin verse muy contento por la visita como los demás.

- Gracias, eres muy amable. – Agradeció sonriéndole ampliamente. – Pero yo nunca he escrito una autobiografía.

- Fue tan impresionaste lo que hiciste allá. – Agregó Starfire inmediatamente después; su expresión no era mucho mejor que la de Chico Bestia. –  Es tan inspirador ver a una heroína de tu altura en acción.

- ¿Eso? No fue nada. – Comentó divertida, y entonces se paró del sofá de un salto, elevándose en el aire frente a ellos. – Una vez tenía a todo un ejército de bárbaros con garrotes y espadas, todos contra mí. Todo fue golpes, patadas, gritos y llantos. – Mientras contaba esto, comenzó a tirar golpes y patadas al aire, mientras era seguida por los ojos de su impactado público. – Pero no quiero aburrirlos con viejas historias como esa.

- Por favor, ¡abúrrenos! – Exclamó Cyborg rápidamente, aunque luego se sonrojó apenado al darse cuenta de lo que dijo. – No, quiero decir...

Súper Chica volvió a reír, y ante las peticiones de sus nuevos amigos, accedió a comenzar a contarles algunas historias, flotando frente a ellos de un lado otro, apoyada de algunas mímicas y movimientos mientras narraba; los tres Titanes la miraban fijamente con expectación.

Raven parecía un poco indiferente al asunto. Toda la emoción desbordante de sus compañeros era un poco exagerada para ella, pero lo que más le interesaba era la actitud de Robin. Mientras Starfire y los otros seguían en lo suyo, ella optó por ponerse de pie y caminar hacia su líder, que no se había movido de enfrente de la puerta desde que llegaron. Tal vez esperaba la primera excusa para salir de ahí, o simplemente quería mantenerse alejado.

- ¿Estás bien? – Le preguntó con seriedad, parándose a su lado.

- Sí, claro.

La voz de Robin no apoyaba para nada su respuesta. Se le veía una notoria molestia y seriedad, incluso más de la que normalmente lo caracterizaba. Al voltear a ver de nuevo a los demás, Súper Chica estaba imitando que giraba con rapidez a un enemigo en el aire, y los otros giraban sus cabezas en la misma dirección y ritmo.

- Los chicos parecen muy impresionados con Súper Chica.

- ¿Tú no? – Preguntó Robin de la misma forma que antes.

- Supongo que una vez que ves a un superhéroe, los has visto a todos, no importa que tan más fuerte o veloz sea... o famoso.

- Y terminó en el hospital un mes. – Culminó la chica rubia su historia de esa forma, y se dejó caer de sentón al sillón entre Starfire y Cyborg, rebotando un poco en él. – Nunca supo qué lo golpeó.

Los tres Titanes le aplaudieron al mismo tiempo al terminar.

- ¡Eres impresionante! – Exclamó con fuerza la pelirroja, mirándola fijamente. – ¡Has participado en peleas de proporciones épicas para salvar al mundo!

- Nosotros también. – Comentó Raven en voz baja desde atrás, pero nadie pareció escucharla. Starfire continuó con lo que decía.

- ¿Robin y tú se conocían de antes?

- Oh, sí. – Respondió Súper Chica, volteando a ver sobre su hombro al chico de antifaz. –  Fuimos compañeros de aventuras en un par de ocasiones, ¿cierto, Dickie?

La rubia le guiño el ojo de forma coqueta al llamarlo de esa forma, y ambos actos parecieron cambiar el estado de ánimo del joven de serio a extremadamente furioso.

- ¡No me llames Dickie! – Exclamó con fuerza, con algunas venas marcándose en su cabeza. Súper Chica, sin embargo, no le puso mucha atención, y continuó charlando.

- Lo conocí cuando era un niño debilucho, pero lindo. No sé qué le pasó al crecer. Creo que pasó demasiado tiempo en esa cueva. Eso lo amargo un poco de seguro.

Cyborg y Chico Bestia asintieron con su cabeza, afirmando positivamente a lo que Súper Chica decía, más que nada para mostrarle que estaban de acuerdo con ella. Esto evidentemente hizo enojar más a Robin.

- ¡Deja de decir esas cosas! – Volvió a gritar, dando un paso al frente. – Mejor dinos, ¿qué te trajo realmente a Jump City?

- Creo que lo mismo que a ti, Dickie.

- ¡No me llames Dickie!

- De acuerdo, de acuerdo, Robin.

Una pequeña carcajada se escapó de los labios de Súper Chica, aunque intentó disimularlo. Lentamente se fue alzando del sillón de nuevo, elevándose y luego parándose de nuevo, justo frente a Robin, mirándolo fijamente con una sonrisa despreocupada.

- Igual que tú, me canse de ser sombra, quiero para variar obtener la gloria, la emoción. En otras palabras, también estoy lista para independizarme.

- ¿De qué estás hablando? – Preguntó confundido el petirrojo.

- Estoy hablando, de que... - Rápidamente se dio media vuelta, alzando sus brazos al aire. –  ¡He venido a unirme a los Jóvenes Titanes!

Todos se quedaron estupefactos al escuchar eso por casi un minuto, mirándola fijamente con sus ojos totalmente abiertos, aunque sus pensamientos eran diferentes entre sí.

- ¡¿Qué?! – Exclamó Robin luego de un rato, rompiendo el silencio. – Pero, espera, ¿a qué te refieres con...?

- ¡¿Es enserio?! – Interrumpió Cyborg, poniéndose de pie de un salto; una amplia sonrisa de oreja a oreja adornaba su rostro.

- ¡¿Súper Chica como una Joven Titán?! – Pronunció con fuerza Chico Bestia, parándose también y acercándosele de golpe a la heroína, mirándola con corazones a su alrededor. –  ¡Eso sería grandioso!

Robin intentaba decir algo, pero cada vez que abría la boca, alguno de los chicos pronunciaba un cumplido o alusión positiva hacia la idea.

- ¡¿De verdad te unirás?! – Exclamó con fuerza Starfire, tomándola de las manos y mirándola fijamente a los ojos con ilusión. – ¿Podremos ser compañeras de combate y de casa? ¿Luchar contra el mal en el día y pintarnos las uñas de noche? ¡Hay tanto que puedo aprender de ti!

- ¡Esperen!, ¡alto! – Gritó Robin a todo pulmón de golpe, haciendo que todos guardaran silencio y lo voltearan a ver al mismo tiempo. – No es tan sencillo como sólo decir "vengo a unirme".

Todos los Titanes lo voltearon a ver confundidos ante sus palabras sin entender que era lo que acababa de decir. Algunos llegaron a verse entre ellos como preguntándose con sus miradas algún tipo de explicación; el ambiente se tensó de golpe.

- ¿Cuál es el problema? – Preguntó divertida la rubia, colocando sus manos atrás de su cabeza. – ¿Tengo que pasar algún tipo de novatada, prueba de valor o algo así?

- No, es sólo que... - Robin buscaba la manera de explicar lo que quería decir, pero... ¿qué quería decir exactamente? – Bueno... No estamos aceptando nuevos miembros actualmente.

Esas palabras confundieron todavía más a los Titanes. ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Por qué decía esas cosas? Incluso Raven, que ya había detectado que a Robin le molestaba la presencia de Súper Chica, no entendía su actitud.

- ¡¿Cuál es tu problema, Robin?! – Exclamó con fuerza Chico Bestia, acercándosele de golpe, tomándolo de los hombros y sacudiéndolo. – Súper Chica viene ofreciendo a unirse a nosotros, ¡Súper Chica!, ¿y tú le contestas "No estamos aceptando nuevos miembros actualmente"? ¡¿Acaso comiste queso expirado?!

- ¡Suéltame! – Dijo rápidamente el líder del equipo, liberándose de su agarre; estaba algo mareado luego de todas esas sacudidas.

- Sí, ¿y qué es eso de que no estamos aceptando nuevos miembros? – Preguntó Cyborg igual de confundido. – Aceptamos a más de treinta para pelear contra la Hermandad del Mal.

- Eso fue diferente.

Robin guardó silencio unos segundos. Él mismo sabía que lo que decía o había dicho no tenía mucho sentido, pero no podía echarse para atrás ahora.

- Con gusto puedes ser una Titán honoraria, o hay otro grupo, los Jóvenes Titanes Este...

- ¡Hey!, nada de honorarios. – Interrumpió rápidamente Súper Chica, alzando un dedo hacia él. – Y no quiero otro grupo, elegí especialmente éste porque tú fuiste mi inspiración para tomar esta decisión.

- Pues te equivocaste. Yo no vine a Jump City por lo que tú dices.

- Eso dices tú. Pero bueno, además de todo, he escuchado que esta ciudad es realmente divertida, y está llena de locos como el tipo de la armadura roja. – Rápidamente se giró hacia los demás, intentando tener su apoyo. – No creo que les venga mal otra mano, ¿o sí?

- ¡Claro que no! – Contestó Starfire con alegría. – Yo estaría encantada de tenerte aquí.

- Yo también. – Agregó Cyborg.

- ¡Y yo!, no se olviden de mí. – Dijo a su vez Chico Bestia, dando varios saltos con energía.

El apoyo de los tres era más que evidente desde el principio, pero para Robin sólo era muestra de que se estaban dejando llevar por la emoción y no estaban pensando bien las cosas. Pero, ¿él sí lo estaba haciendo? ¿Él sí estaba pensando bien las cosas? ¿O también se estaba dejando llevar por algún tipo de emoción?

Una vez que Starfire, Cyborg y Chico Bestia expresaron su opinión, y obviamente Robin también indirectamente, los ojos de todos se giraron hacia Raven; fue evidentemente para ella que esperaban que también dijera su punto de vista. La hechicera miró unos segundos a los chicos, y luego a Robin. Él no la veía como los demás, tal vez porque no quería presionarla a que estuviera de acuerdo con él.

- Creo que me abstengo de votar. – Fue su respuesta rápidamente y directa.

Evidentemente no quería ponerse en medio. No era que eso fuera una pelea, en realidad todos eran amigos, compañeros de equipo. Pero igualmente era un conflicto en el que prefería no intervenir.

- Bueno, son tres contra uno de todas formas. – Señaló Súper Chica, y entonces se le acercó al chico de antifaz, inclinando su cuerpo hacia él. – ¿Qué dices?

Robin se cruzó de brazos y se volteó a otro lado en silencio; no parecía querer responder esa pregunta. Ella volvió a reír por dentro por sus reacciones; ¿le divertía acaso la situación?

- ¿Qué pasa, Robin? ¿Te intimido? – Rió divertida, y entonces sin previo aviso, se puso en guardia de combate, alzando sus puños, y comenzó a lanzarle varios golpes, no con la intención de golpearlo, de hecho eran lentos, y más que nada lo empujaba hacia atrás un poco; evidentemente era casi como estarlo picando. – No tienes por qué tenerme miedo, anda, arriba esa guardia, muéstrame lo que tienes.

El chico no pareció reaccionar bien al principio, pero luego comenzó a intentar quitarse los puños de encima, pero ella continuaba y continuaba con lo mismo sin detenerse, mientras reía entre golpe y golpe.

- ¡No!, ¡Para! – Le decía él con insistencia. – ¡Basta!

En ese momento todos se dieron cuenta que Robin se estaba enojando de más, y eso los ponía un poco nerviosos.

- Ah, creo que es mejor que no hagas eso... - Murmuró Starfire, acercándosele con cuidado. – ¿Qué tal si...?

- Pareces niña, anda. – Continuó Súper Chica sin prestarle atención a la advertencia de Starfire. – ¿Por qué no me quieres en tu súper equipo especial? ¿Eh? ¿Por qué no? Dime, dime, dime...

- ¡Por qué tú no sabes lo que es trabajar en equipo! – Gritó con todas sus fuerzas, quitándose las manos de ella de encima.

Súper Chica se sorprendió al escuchar esas palabras, mirándolo fijamente confundida, y al igual que todos los demás se quedó completamente callada. Robin desvió su mirada, y entonces se dio rápidamente la media vuelta, se dirigió directo a la puerta de la sala, la cual se abrió a su paso.

- Robin... Espera... - Pronunció Starfire, intentando detenerlo, pero la puerta se cerró detrás de él, dejando la sala sumida en un profundo silencio incomodo.

¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué a Robin le molestaba tanto Súper Chica? ¿A qué se refería con que ella no sabía trabajar en equipo? La invitada en la Torre Titán parecía igual de desconcertada que ellos. Luego de un rato, se aclaró un poco la garganta, y se giró hacia los demás con una amplia sonrisa despreocupada, poniendo sus manos atrás de su espalda casi con inocencia, como si nada hubiera pasado.

- Bueno, creo que me pase un poco, ¿verdad? – Comentó con una risa nerviosa. – Oigan chicos, ¿qué tal si mientras Dickie piensa y toma una decisión, me enseñan un poco de su ciudad?

- Ah, ¿Algo así cómo un tour turístico? – Preguntó Chico Bestia con duda.

- Algo así. Podemos surcar los cielos de un lado a otro toda la tarde. ¿Qué dicen?

- Oh, pero yo no puedo volar. – Contestó Cyborg, rascándose la cabeza.

Súper Chica volvió a reír y se le acercó rápidamente, dándole un golpecito en su brazo.

- Hey, no te preocupes grandote, yo puedo cargarte sin problemas. – Le dijo antes de guiñarle el ojo.

- ¡¿Enserio?! – Contestó éste a su vez, feliz y sonrojándose por completo.

De inmediato Cyborg y Chico Bestia se apuntaron a la propuesta. Raven y Starfire, por otro lado, se veían un poco más renuente; ambas miraban hacia la puerta por la que se había ido Robin, preguntándose qué era exactamente lo que le pasaba. Sin embargo, de ambas, sólo la hechicera de capucha azul de inmediato decidió pasar.

- Creo que yo me quedaré. – Comentó mientras también caminaba a la puerta y salía de la sala. – Diviértanse.

Starfire dudó un poco entre qué hacer. Por un lado, sentía que debía ir con Robin, pero por otro, quería ir con Súper Chica. Además, tenía algunas dudas, sobre lo que Robin había dicho, y también sobre lo que Súper Chica había dicho. ¿Qué pasaba entre ellos realmente?

- ¿Qué dices Starfire? – Escuchó como Chico Bestia le preguntaba. Al voltearse, Súper Chica, Cyborg y él la miraban con ansia.

- ¿Vienes o qué? – Agregó Cyborg de la misma forma.

Starfire volteó un momento de nuevo a la puerta, y luego una vez más a ellos, sonriéndoles con delicadeza.

- Sí, andando...


Robin se había ido directo al gimnasio, dónde había estado justo esa misma mañana. En esta ocasión sin embargo, no se había molestado en cambiarse a su traje de entrenamiento, en su lugar se fue directo con su uniforme de siempre, aunque se retiró sus guantes y botas. ¿Qué quería exactamente? ¿Buscaba una forma de distraerse de todo lo que había pasado? ¿De aclarar su mente? Quién sabe. Primero comenzó con una rutina de abdominales. Iba por la repetición número treinta aproximadamente, cuando Raven apareció en la puerta, igualmente justo como esa mañana. Él notó cuando ella llegó, pero no le dirigió la palabra hasta que terminó con el primer ejercicio, aproximadamente medio minuto después.

Luego de eso, se puso de pie con cuidado, y respiró profundamente un par de veces para recuperarse y poder seguir. Colocó sus manos detrás de su cabeza y comenzó ahora con una sesión de sentadillas; Raven seguía de pie en la puerta sin decir nada, sólo mirándolo en silencio.

- No tenías que negarte a votar sólo para que no me molestara. – Comentó el chico maravilla mientras realizaba sus sentadillas.

- No voté simplemente porque no quise hacerlo. – Fue la respuesta sencilla de la hechicera.

Robin no contestó de nuevo, por lo que ella decidió abordarlo. Levitó un poco para adentrarse al interior del gimnasio, y luego pararse a lado del futon.

- Sé que no soy la primera en tu lista para hablar cuando tienes problemas, y la verdad no sé quien lo sea. Pero fue evidente para todos que la presencia de Súper Chica te molesta demasiado. ¿Qué ocurre?

- Nada. – Respondió cortante entre respiros sin detenerse. – No es nada que deba de preocuparte.

Era fácil decirlo, pero difícil que quien lo escuchara lo creyera. Robin no era la persona más extrovertida y amable del mundo, pero no acostumbraba actuar así con las personas. Claro, había algo diferente en esta persona, y Raven pensaba que eso que la hacía diferente tenía algo que ver con su actitud: ella lo conocía de antes, de antes de ser un Joven Titán. Era la primera persona de alguna forma relacionada con el pasado de Robin que ponía un pie en esa torre, ¿sería eso lo que lo molestaba?

- ¿Por qué dijiste que no sabía lo que era trabajar en equipo? – Le preguntó directamente.

Robin no contestó de inmediato, sino que continuó con sus sentadillas por un rato más hasta que terminó. Se quedó de pie unos momentos, estiró las piernas, y luego se apoyó en sus rodillas, respirando agitadamente, intentando recuperar el aliento.

- No quise decirlo de esa forma. – Comenzó a explicarle; parecía más abierto a hablar de un tema que tenía más que ver con otra persona que con él, y eso Raven lo sabía muy bien. – Lo que ocurre es que Súper Chica es uno de los Superhéroes más poderosos que conozco. Gran fuerza, velocidad, rayos cálidos, inmune a todo. Ella nunca necesita que alguien le ayude, tú misma lo viste hace un momento. Está acostumbrada a lograr todo por su cuenta, y viene aquí para querer obtener la gloria que no consigue en Metrópolis. Una persona así no funciona en un equipo.

En efecto era evidente que alguien con los poderes de Súper Chica, rara vez necesitaba que alguien le diera una mano para resolver un problema, y normalmente ese tipo de personas no funcionaban bien en un equipo, en donde unos complementaban a otros. Sin embargo, si fuera ese el único motivo por el no quería a Súper Chica en el equipo, ¿Por qué ofrecerle ser una Titán honoraria o unirse a los Titanes Este? ¿Por ser amable? Tal vez, aunque también podría significar que no la quería específicamente en ese sitio, específicamente en ese lugar. Raven tenía una teoría.

- Entiendo. – Murmuró en voz baja. – ¿No será que te sientes amenazado por ella?

- ¿Qué? – Robin se sobresaltó confundido por su comentario.

- ¿Crees que Cyborg, Chico Bestia y Starfire se impresionarán tanto por Súper Chica y sus habilidades, que si se uniera al equipo comenzarían a verla con más derecho a ser la líder que tú?

- ¡Claro que no! Tú sabes bien que... - Robin guardó silencio un segundo, como dudando, pero luego reafirmó lo que estaba por decir. – Tú sabes bien que esas cosas no me preocupan.

- ¿Por qué no? Después de todo, Súper Chica tiene la fuerza y velocidad que tú nunca, jamás tendrás, sin importar que tanto entrenes, hagas lagartijas, sentadillas, abdominales, o golpees el saco. Puede volar, arrojar rayos por los ojos, crear huracanes con su sola respiración; todo el mundo se sentiría intimidado por ella.

- ¡Yo no! – Exclamó con fuerza, aparentemente molesto, dando un paso hacia ella.

Ambos se vieron fijamente a los ojos el uno al otro en silencio por casi un minuto. Ninguno apartó la mirada del otro en todo ese tiempo; parecían estarse analizando mutuamente. Nadie más podía soportarle la mirada a Robin por mucho tiempo, y mucho menos a Raven, pero eso era diferente entre ellos.

Luego de un rato de no decir nada, ni siquiera moverse, Raven sonrió ligeramente, como rara vez lo hacía, y esto sorprendió un poco al muchacho. La hechicera dio unos pasos con cuidado al frente hasta poder colocar su mano derecha sobre su hombro de manera amistosa; Robin solamente parpadeó confundido ante esto.

- Tú eres el líder de los Jóvenes Titanes, Robin, y eso no va a cambiar nunca. – Comenzó a decir sin apartar su mano ni su sonrisa. – Fuiste quién nos convenció de unirnos a todos, el primero en confiar en Starfire y en mí aunque no tenías motivos para hacerlo. Incluso en un grupo de más de treinta personas, casi todos con poderes, tú sigues siendo el más indicado para dirigirnos. Eso no tiene que ver con la fuerza o la velocidad, sino con algo más importante. Has cambiado, ya no eres el mismo que eras cuando llegaste a esta ciudad. Debes de ser más seguro contigo mismo.

El chico de antifaz parecía sorprendido por sus palabras, y no esperaba que le fuera a decir eso. Eso que había hecho, de poner su mano en su hombro y hablarle viéndolo fijamente y de manera calmada, eso era lo que él hacía normalmente al hablar con ella para poder inspirarle confianza. No era que supiera de antemano que haciendo eso lo lograría, simplemente era algo que le había nacido por sí solo desde la primera vez que la conoció. ¿A eso se refería cuando decía que no era el líder por sus poderes sino por algo más importante? ¿Era su forma de demostrárselo? No entendía del todo, pero sus palabras le habían hecho sentir un ligero calor en el pecho.

Robin le sonrió de manera amistosa, y entonces la imitó del mismo modo, colocando su mano derecha sobre su hombro, mientras la miraba fijamente.

- Gracias, Raven. Significa mucho para mí escucharlo.

Ambos intercambiaron algunas sonrisas y miradas por un par de segundos, y entonces Robin caminó de regreso a dónde había dejado sus guantes y botas; parecía que ya no iba a continuar con lo que estaba haciendo, lo que demostraba dos cosas: que se había puesto a ejercitar para distraerse, y que Raven lo había hecho sentir mejor con sus palabras, lo que la hacía sentir relativamente bien.

- ¿Te molestó también lo que ella dijo? – Le preguntó la Hechicera mientras lo seguía con la vista. – Sobre tus motivos para venir a Jump City.

El muchacho guardó silencio mientras se sentaba en una de las bancas para colocarse de nuevo sus botas; Raven llegó a pensar que tal vez había hecho una pregunta indebida.

- ¿Tú también piensas que dejé Ciudad Gótica porque ya no quería ser la sombra de alguien más? – Comentó con seriedad mientras ahora seguía con sus guantes.

- No en realidad. Pero ya que nunca nos lo has dicho abiertamente, es obvio para algunos llegar a suponer algo como eso. Pero no tienes que decirlo si no quieres

- No es eso. – Murmuró en voz baja y entonces volteó a verla. – Hace tiempo te pedí que fueras honesta conmigo con el asunto de Trigon. Es justo que yo lo sea ahora. Te contaré la verdad de por qué dejé Ciudad Gótica...

Raven se sorprendió mucho al escuchar esas palabras. Robin no estaba bromeando, realmente tenía pensado contarle su verdad, y así lo hizo...


Luego de recorrer la ciudad por cielo y tierra, ver el Gran Puente de la Bahía, el Centro Comercial Jump y demás sitios de interés, un tour turístico por Jump City no podía terminar sin una visita al Rincón de la Pizza, la pizzería más grande de la ciudad y de la cual los Titanes eran clientes recurrentes. El grupo, acompañado de su hermosa visitante, se sentaron en una de las mesas de la terraza en forma de Pizza, su lugar favorito. Jump City no era tan ostentosa y grande como Metrópolis, pero hasta ahora a Súper Chica parecía gustarle; mínimo se veía contenta.

- Y ésta es la mejor Pizzería de la ciudad. – Comenzó a explicar Chico Bestia, parado en su silla con los brazos extendidos. – Debes de probar la pizza vegetariana.

- Nada de vegetariana. – Interrumpió Cyborg rápidamente, alzando un dedo. – Pediremos una de pepperoni, con salchicha, jamón y anchoas.

- ¡¿Estás loco?! – Exclamó rápidamente el chico verde. – ¡No vamos a comer eso!

- ¡Pues tampoco vamos a comer una Pizza para conejos!

- ¡Ni siquiera le das una oportunidad!

Súper Chica reía divertida al ver como ambos se peleaban; en verdad eran personas muy divertidas, y vivían en una ciudad muy pintoresca.

Starfire se había mantenido algo seria durante todo su tour, algo un poco raro en ella. Le era difícil no pensar en Robin, preguntándose qué era lo que le molestaba tanto. Notó en ese momento que varias personas volteaban constantemente hacia su mesa y murmuraban entre ellos. Era obvio que no miraban directamente a su mesa, sino más bien a su invitada.

- Parece que muchas personas te reconocen, Súper Chica. – Comentó la Tamaraniana, sonriendo levemente.

Al escuchar el comentario, Súper Chica volteó a ver a su alrededor, sólo para darse cuenta que todo el mundo se viraba hacia otro lado, como disimulando que no la habían visto.

- Debe ser por el traje. – Comentó despreocupada. – O esto realmente.

La rubia señaló a la "S" roja y amarilla en su pecho, su escudo distintivo, aunque no sólo de ella.

- Debe de ser increíble ser tan... Famosa.

- ¿Crees que soy famosa? – Preguntó soltando una risa ligera. – Bien, definitivamente dicen que tengo apariencia de cantante pop, pero no tengo la voz.

Starfire parpadeó confundida sin entender del todo su comentario.

- Oigan chicos. – Dijo con fuerza la chica de capa roja, llamándola atención de Cyborg y Chico Bestia. – Pidamos una mitad y mitad, ¿qué les parece? Y comeré un pedazo de ambas si eso los hace feliz.

- ¡Es una grandiosa idea! – Exclamó embobado el Chico Verde.

- No sé porque no lo pensé antes. – Agregó Cyborg de la misma forma, ambos volteando a verla con una amplia sonrisa.

- Yo la pido.

- ¡No!, ¡Yo!

De un momento a otro, ambos Titanes se sumergieron en una fuerte carrera hacia la caja para ordenar la Pizza, empujándose y jalándose entre ellos para ganar. Súper Chica los miraba divertida mientras se alejaban, aunque Starfire no entendía qué era lo que le provocaba tanta gracia exactamente.

- Chicos, ¿quién los entiende?, ¿cierto? – Comentó animada la rubia, volteándose hacia la pelirroja.

- Sí, chicos. – Contestó ésta a su vez, riendo de manera nerviosa. – Oye, Súper Chica...

- Tú puedes llamarme Kara, pero sólo cuando estemos a solas.

- Bien... Kara...

Starfire guardó silencio, un poco dudosa de cómo expresar la pregunta que quería hacer.

- ¿Es cierto lo que le dijiste de Robin?

- ¿Qué de todo? ¿Qué era un chico lindo de pequeño? Bueno, todos los son cuando son niños, pero cuando crecen...

- No, no. – Interrumpió rápidamente, agitando sus brazos. – Me refiero a.... Me refiero a si es cierto que Robin vino a esta ciudad porque se cansó de ser la sombra de alguien más en su casa. No entiendo el significado de la palabra "sombra" en esa oración. Robin no me parece una sombra, y tú tampoco.

En la mente de Starfire obviamente aparecía la imagen de una sombra, una silueta oscura, que a su vez la hacía pensar que Raven cuando se ponía totalmente oscura al usar su magia, y llegó a pensar que el comentario tenía que ver algo como eso. Era obvio que alguien externo, aún no familiarizado con todas las metáforas o dichos de la Tierra, se confundiera al escuchar frases como esa.

- No lo tomes literal. – Intentó explicarse. – Lo creas o no, yo también soy extraterrestre, por así decirlo, pero ya con los años aprendí la forma en la que hablan aquí. Al decir lo que dije, quise decir que Robin y yo somos, o más bien fuimos, entrenados y acogidos por un Súpero Héroe más grande, más famoso y más poderoso, de cierto modo. Y para la gente, somos los "ayudantes", no los héroes. Eso significa ser la sombra de alguien más. ¿Entiendes?

- Eso creo.

Le parecía haber entendido la idea general. En algunas ocasiones había oído mencionar a Chico Bestia y a Cyborg que Robin antes trabaja con un famoso Héroe, tal vez uno de los más grandes del mundo, aunque nunca le habían contado la historia completa, y ella tampoco la había preguntado.

- Sobre si es el motivo por el cual Dickie dejó Gótica... - Súper Chica se detuvo en ese momento, alzando su mirada hacia el cielo; una parvada de aves pasaba volando sobre ellas en ese momento. – No lo sé en realidad. Él nunca lo ha dicho abiertamente hasta donde sé, y por lo que veo tampoco a ustedes se los ha dicho. No lo tomes a mal, él es así. Eso lo aprendió de su mentor.

- ¿Entonces porque dijiste eso? Creo que a Robin no le agradó.

- Oye, sólo estaba jugando. – Rió nerviosa. – Molestándolo por así decirlo.

- ¿Entonces era mentira que te sientes también una sombra?

Guardó silencio sin poder contestarle su pregunta. ¿Era mentira? Tal vez sí, tal vez no; era difícil de contestar. Puede que hubiera algo de verdad en sus palabras, pero no estaba muy segura de hasta qué punto. Las situaciones que unían a Súper Chica y Robin con sus respectivos mentores, eran totalmente diferentes. ¿Podía afirmar que se sentía de esa forma? ¿Fue por eso que lo dijo?

- Supongo que en parte era mentira, pero también logro entender un poco cómo se siente eso. – Susurró en voz baja, mirando hacia otro lado. – Pero oye, ¿Por qué te preocupas tanto por él? ¿Hay algo entre Dickie y tú?

- ¡¿Eh?! – Exclamó sorprendida la Tamaraniana, sonrojándose de golpe. – No, no, no. Yo, él, bueno...

Sentía como la lengua se le trababa y era incapaz de pronunciar alguna palabra cuerda. Viró su mirada hacia la mesa, avergonzada, jugando con sus dedos mientras buscaba las palabras adecuadas para expresarse.

- Bueno, Robin... Él es una persona muy importante para mí, ¡para todos quiero decir! Lo es para...

Las palabras de Starfire fueron interrumpidas en ese instante al sentir como algo escondía el sol sobre ella, cubriendo su mesa en la sombra. Rápidamente ambas Súper Heroínas alzaron su mirada, sólo para ver como un enorme objeto caía en picada hacia dónde ellas estaban.

- ¡Cuidado! – Exclamó con fuerza Súper Chica, y entonces ambas reaccionaron lanzándose cada una hacia un lado para esquivar fuera lo que fuera.

El objeto cayó de golpe sobre su mesa, destruyéndola por completo. Pero no sólo eso, golpeó con fuerza el suelo de la terraza, y éste se desquebrajó. Parecía que las columnas que soportaban el peso también se habían desquebrajado y no soportarían mucho. Las personas rápidamente se lanzaron hacia el interior del restaurante, antes de toda la terraza en forma de pizza se desplomara a tierra. Para cuando eso paso, Súper Chica y Starfire ya se encontraban suspendidas en el aire sobre tal destrucción.

- ¡¿Qué rayos fue eso?! – Dijo con fuerza Cyborg, corriendo desde adentro del edificio hacia la terraza, aunque ésta ya no existía, por lo que estuvo a punto de caerse, si no fuera porque Chico Bestia lo detuvo como pudo.

Una vez que todo el polvo levantado por la destrucción se disipó, los Titanes fueron capaces de ver con claridad lo qué había provocado el desastre. El objeto no era un objeto realmente, era una persona, enorme, vestida con una gran armadura roja, la cual todos reconocieron de inmediato.

- ¡¿Listos para el segundo round, Titanes?! – Exclamó con fuerza, alzando sus brazos al aire, y varias partes de su traje brillaron de nuevo.

- ¡Adonis! – Exclamó sorprendido Cyborg al verlo, era el mismo Adonis que acababan de combatir esa mañana, incluso con su mismo traje mejorado.

- ¡¿Cómo reparó su armadura tan rápido?! – Preguntó sorprendido el chico verde.

- Olvida eso. ¿No debería de estar en prisión o algo así?

- Ah... - Chico Bestia alzó un dedo, pensando. – Creo que lo dejamos implícito...

En efecto, Súper Chica había hecho trisas su Traje de Batalla, ¿cómo lo había reparado tan rápido? ¿O acaso tenía un repuesto? Bien, fuera lo que fuera tenían que detenerlo antes de que causara más destrozos.

- Creo que la Pizza tendrá que esperar. – Comentó Cyborg con seriedad al tiempo que de un salto caía entre los escombros de la terraza, convertía su brazo derecho en su arma láser, y luego lo apuntaba con ella directamente.

Chico Bestia se convirtió en un pequeño colibrí para poder bajar y luego volver a la normalidad justo al lado de su compañero.

- Veo que te gusta recibir golpes, amigo. – Comentó confiado. –  ¿Acaso ya olvidaste a nuestra arma secreta?

Al decir eso, Starfire y Súper Chica descendieron un poco, quedando sobre Cyborg y Chico Bestia; éste último señalaba a Súper Chica con su dedo índice.

- Sí, ni siquiera tú eres tan tonto para retar de nuevo a Súper Chica, ¿o sí? – Agregó Cyborg sin bajar su arma. – Te pateara el trasero hasta China de nuevo.

- Basta, chicos. – Comentó ella a su vez un poco apenada.

- No lo creo. – Rió divertido Adonis; parecía demasiado confiado pese a ver sido derrotado contundentemente hace sólo unas horas atrás. – Porqué éste nuevo traje es mucho mejor que el anterior, especialmente para vengarme de la chiquilla imprudente.

- Oye, yo no quiero problemas. – Comentó Súper Chica, colocando sus manos atrás de su cabeza. – ¿Por qué no dejamos esto para otro día? Estoy paseando con mis amigos.

- ¿Qué ocurre Súper Boba? ¿Tienes miedo de enfrentarme de nuevo?

- ¡¿Miedo?! Súper Chica no le tiene miedo a nada. – Contestó rápidamente Chico Bestia. – ¿Cierto?

- Bueno...

- Sí, muéstrale quien manda aquí, Súper Chica. – Agregó Cyborg de la misma forma, sin dejarla decir nada.

Kara dudó un poco y entonces volteó a ver a Starfire a su lado, la cual simplemente se encogió de hombros. Bien, era bueno que Robin no estuviera ahí, así que no tendría más motivos para afirmar que no sabía trabajar en equipo. Suspiró resignada, se estiró un poco y se colocó en posición.

- Muy bien amigo, terminemos con esto rápido. – Dijo con forzado entusiasmo y entonces se le lanzó encima a toda velocidad.

- Eso mismo digo. – Contestó el villano sonriendo ligeramente, aunque su máscara lo cubría.

La escena pareció una repetición de lo ocurrido esa mañana. Adonis lanzaba golpe tras golpe, y Súper Chica los esquivaba, moviéndose con gran agilidad en el aire; aunque en esta ocasión la súper heroína de cabellos rubios no se veía tan animada como antes, y a la vez Adonis no se vía tan desesperado. Algo no estaba bien, y Starfire pareció ser la única en detectarlo a simple vista.

- ¡Eso es! – Gritó con fuerza Chico Bestia. – Adonis no puede verle ni el polvo.

- Acabará con este tipo en un parpadeo, ya lo verán. – Agregó Cyborg igual de entusiasta.

Starfire seguía sin estar convencida de lo que pasaba, y por lo tanto en esa ocasión no compartía las energías de sus amigos.

Luego de un rato de golpear y esquivar, Súper Chica cambió el papel, deteniendo un puño de Adonis como si nada y luego empujándolo con fuerza hacia atrás, hasta casi hacerlo caer entre los escombros.

- ¿Ya te cansaste? – Murmuró un poco seria, mirándolo fijamente. – No le veo nada mejorado a tu trajecito, para mí es exactamente el mismo de antes.

- ¿Eso crees? – Preguntó divertido el villano. – ¿Porqué no intentas atacarme ahora y te demuestro las mejoras?

- Cómo quieras.

Súper Chica apretó sus puños con fuerza y entonces se preparó para dar el contraataque. Se abalanzó rápidamente contra su enemigo, lista para golpearlo con todas sus fuerzas, pero Adonis sólo se quedó de pie en el mismo lugar, prácticamente esperándola.

- Eso es, ¡ya eres mía! – Exclamó con fuerza justo cuando ella ya estaba cerca, y en ese momento una compuerta en el pecho de Adonis se abrió, revelando una pequeña cavidad por la que se asomaba un objeto de color verde, que parecía brillar con fuerza, como una piedra fosforescente.

- ¡¿Qué?! – Exclamó sorprendida la rubia al ver esto. Intentó detenerse, pero el propio impulso que llevaba su vuelo la hizo prácticamente estamparse contra Adonis.

Éste, a su vez, la tomó con fuerza, apretándola contra él con sus brazos, haciendo que su rostro quedara contra esa piedra brillante. Súper Chica comenzó a soltar pequeños gemidos, al parecer de dolor, y sus brazos y piernas colgaban, como si no tuviera energías. Si no fuera por el agarre de Adonis, de seguro se desplomaría en el suelo.

- ¡¿Qué está pasando?! – Preguntó Starfire atónita al ver esto.

Chico Bestia y Cyborg también se sorprendieron; Adonis la tenía en su poder, ¿pero cómo? Fue entonces cuando Chico Bestia logró divisar qué era lo que Adonis tenía en su pecho, y su descripción encajaba perfectamente con lo que había oído en alguna ocasión que era la debilidad de los Kryptonianos como ella.

- ¡Es Kryptonita! – Dijo rápidamente en voz alta. – Eso anula sus poderes, ¡debemos salvarla!

Sin esperar mayor explicación, los tres se prepararon para lanzarse al ataque, pero ni siquiera pudieron dar un paso al frente.

- ¡Yo no lo haría si fuera ustedes! – Les advirtió Adonis. – Con la Kryptonita, Súper Boba es tan vulnerable como cualquier chiquilla normal. Sólo tengo que apretar un poco más fuerte, y todos sus huesos se harán polvo.

Dicha esa amenaza, apretó un poco su agarré, lo que provocó que la Súper Chica soltara un chillido de dolor. Encima de todo, la estaba sujetando casi como escudo humano, por lo que era imposible hacer algo contra él. Los tres Titanes no tuvieron más remedio que resignarse y bajar sus brazos. Adonis sonrió triunfante por su aparente victoria.


FIN DEL CAPITULO 02

 

NOTAS DEL AUTOR:

- En esta historia se toma como trasfondo que por la relación que existe entre Superman y Batman, Súper Chica y Robin se conocieron en el pasado e incluso participaron juntos en algunas misiones  como Súper Chica lo menciona. Este dato no se encuentro basado en alguna versión en particular de los personajes, simplemente es un agregado propio mío para la historia.

 

- Súper Chica llama a Robin en este capítulo como "Dickie", esto es por el nombre verdadero de Robin, Richard Graysone, alias Dick Graysone. Igual que en el punto anterior, en esta historia también se toma en cuenta que el Robin que aparece en la serie animada de Teen Titans, es el primer Robin, Dick Graysone. Hay mucho debate entre si es él o el tercer Robin, Tim Drake. En lo personal creo que hay suficientes pistas a lo largo de la serie para poder afirmar que es de hecho, Dick Graysone, y así se tomara en cuenta en el resto de la historia. Si alguien tiene dudas sobre este punto, puede preguntarme y con gusto lo explico con más detalle.

 

- Súper Chica le dice a Starfire en este capítulo que puede llamarla "Kara", esto es por su nombre verdadero, Kara Zor-El, y como se dijo anteriormente es prima de Superman. Hay alrededor de tres personajes en el DC cómic que han tenido el nombre de Súper Chica, pero decidí optar por usar a Kara, que es la más, por decirlo de una forma, popular y conocida, en especial por sus versiones animadas. Aunque repito, sólo tiene el trasfondo propio del personaje, ya que la Súper Chica que aparece en esta historia es más una versión mía, aunque se encuentra basada en parte en las diferentes versiones que conozco de ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro