Nido de aves/II part
En algún lugar del mundo
[...]
-Estas seguro?-
-Asi como lo escuchas, tu y yo volvimos del infierno, no es así?-
-Pues... si, en verdad, las cosas son realmente lo que imaginé que sería, y más-
-Tu obsesión por ese lugar es perturbadora... Cómo sea, volvimos pero tenemos el tiempo limitado y no estamos del todo... "Vivos"-
-Como sabes todo eso?-
-Adivine- dijo con sarcasmo -Por favor!, mírate!… Te tengo enfrente, puedo ver cómo la piel se te cae, y si estás aquí, tienes algo que ver con el plan de Trigon, no estoy en tan distintas condiciones, por tanto, es obvio lo que es lo que esta pasando-
-Hice un trato con Lucifer, no con Trigon, y no me refiero a el porque estoy asi- se señaló así mismo -Si no... A el porque sabes que no tenemos tiempo?-
-Trigon es hijo de Lucifer, idiota, el trato es prácticamente igual, con distintas metas, y si queremos cumplirlas, necesitamos ayuda entre nosotros-
-No me molestaría trabajar contigo, si mantienes la boca... Cerrada-
-Se que te encanta mandonear a todos para sentirte interesante, pero está vez, tu seguirás mis órdenes-
-Solo diré, que estoy comprometido a ayudar, obedecer aún queda a discusión-
Ante esto, rodó los ojos haciendo una mueca -Bien, tú consigues lo tuyo, y yo haré mi trabajo-
-Nunca creí que volveríamos a ver a los Titanes, y menos que los necesitaría para vivir-
-No a todos... Solo a los herederos, y un cabo suelto que deje hace tiempo- su mirada fue directamente a la torre de los Titanes, dónde cada una de las habitaciones era iluminada por luces de fiesta, y la música fuerte llegaba muy escasamente a sus oídos.
-Y toda pieza estará de nuevo... En su respectivo lugar-
[...]
- Te vas?!- Pregunto/grito Chico Bestia al borde de un infarto.
-Bueno... ¿Que puedo decir hermano?, siempre quise conocer Atlantis- respondió Jaime con una sonrisa caída.
No había pasado mucho desde que elogiaron a Jaime por su variación de platillos cuando varios héroes ya estaban llenando sus formularios para formar aplicar en distintos equipos, o intercambiar de puesto.
- Tendrías que usar traje de buzos!-
-Está la torre de la superficie, y el escarabajo es capaz de protegerme en cualquier ambiente, bajo el agua no será distinto-
-Pero... El agua y el frío y... No conoces eso!-
-Es por eso que quiero ir, quiero conocer más, Chico Bestia, no es para siempre-
-Seran seis meses muy largos sin ti Beetle- comento Raven a su lado, dandole una sonrisa.
-Si, te extrañaremos mucho- Comento Star Fire poniendo su mano en el hombro de Jaime, dándole un libero apreton sobre la armadura del escarabajo.
Damián por su lado, cruzó sus brazos y chasqueo la lengua al mismo tiempo que rodaba sus ojos y fruncía el seño, Nightwing y Raven, al notar estás acciones, sonrieron (uno más que la otra) , pues sabían que muy muy muy en el fondo, también extrañaria que Jaime estuviera en la torre.
Nigthtwing golpeó ligeramente con el codo a un costado de Damián, logrando un mala mirada de él. -El pequeño demonio también te extrañará, aunque no lo admita-
-Callate- riño Damián.
-Admito que extrañaré tu mal humor, Robin, pero también es bueno un cambio-
Antes de poder si quiera sonreír, una ráfaga de viento los distrajo, mostrando a un alegre Kid Flash sosteniendo un papel en sus manos.
-Alguien aquí puede recibir esto?-
-Depende, con que equipo quieres aplicar?- Respondió Nigthtwing con una sonrisa.
-Me extrañas, detective, cuando creí que fuiste criado por el mejor... -
-El quiere formar parte de tu equipo, Kory- interrumpió Raven, ganando la atención de Wallace, quien inmediatamente se hacerco a ella con rapidez.
-Supongo que tengo la respuesta que buscaba, gracias bonita- Tan rápido como se le hacerco, se alejo para estar en milisegundos al lado de Kory y extenderle el papel que tenía en las manos.
-Héroe independiente, solicito una oportunidad para unirme por seis meses… Si no te molesta Star Fire-
Kory sonrió complacida, aunque Jaime se iba a la torre de Atlantis, Wallace era el primero en solicitar unirse a la torre, aunque nadie ocupará el lugar de sus aprendices o compañeros, era bueno saber que algunos de los viejos miembros querían volver, y entre más era mejor, sin mencionar que...
Eran de fiar.
[...]
El aire era limpio, puro.
No habían máquinas que contaminarán la pureza, no había dinero que pidiera las mentes con avaricia y codicia.
La paz que sentía al tener tan cerca el cálido y fuerte abrazo en su pequeño cuerpo la hacía sentir segura.
Sintió un suave beso en la coronilla de su frente, fue tan repentino que sus ojos buscaron curiosos a la persona causante de esa sensación tan familiar.
Al enfocar su vista hacia arriba, la luz de el sol iluminoba el rostro de quien la sostenía en brazos, logrando que en ella un doloroso nudo en la garganta le impidiera el preciado don del habla.
-Mamá- susurró sintiendo las lágrimas bajando por sus mejillas.
Trato de detener el llanto con sus pequeñas manos, fue cuando lo noto, su vestimenta, era la misma que uso en el templo de Azar cuando estuvo refugiada en su reino.
Su piel no había sido corrompida, era pálida, pero la veía más normal.
-No estás aquí.... Verdad?- pregunto al notar su alrededor.
Arella sonrió, volviendo a besar su cabeza.
-Shs, estás a salvo, por ahora estás conmigo, tratemos de disfrutar el momento Raven, mi linda Raven- la abrazo con un poco más de presión, su empatía funcionaba aún con las almas que dejaron el plano terrenal, y dolía mucho más el sentir el miedo que su madre, o el alma de ella, desprendía por el hecho de saber... Que nuevamente, en algún momento estarían separadas nuevamente.
La escucho tararear una melodía, sin saber exactamente cuál era, pero siempre impaciente por escucharla, sus ojos una vez malditos, estaban totalmente limpios de pecado, por lo que no, ya no eran los orbes morados que ella heredó, ahora tenian un precioso azul como remplazo.
Al poco tiempo, su llanto había parado con la relajante melodía de su madre, ahora, de vuelta en el tranquilo pueblo de Azarat, sus pequeños pies corrían de un lado a otro, buscando nuevamente entre todos los templos algo que le trajera buenas memorias, algún buen recuerdo que fuera mínimamente grato, sin encontrar más que desdicha.
Salió de los templos, encaminando se a los vastos valles de aquel lugar al que una vez tuvo la dicha de llamar hogar, su madre la seguía de cerca, aún tarareando aquella misteriosa melodía.
Ella corrió hasta la cima de una colina, dónde en el pasado, dos lunas se reunían en la cima para dar paso a la noche iluminada por estrellas fugaces en cada eclipse de "rinpuela", una tradición de aquellas tierras, que era basado en lo que se conocía en la tierra como "la leyenda de el hilo rojo", uniendo estás lunas al más fuerte ritual de amor que podria haber existido en ese tiempo, el eclipse "rinpuela" jamás se equivocó cuando unió los hilos a sus almas gemelas.
El suyo, parecía estar escondido, tampoco era que estuviera esperando encontrar a su alma gemela o su verdadero amor, su destino era oscuro, sin mucha felicidad o dichas como lo era el sentimiento de el amor.
Es por eso, que supuso que el "rinpuela" era para los mortales no malditos, no lo busco jamás, y sin ser conciente...
Lo había encontrado, y su madre lo sabía, la única que debía darse cuenta, era ella misma.
[...]
-Damian?- se detuvo abruptamente al ver a su compañero en el traje de Robin, estaba sentado dandole la espalda, sin embargo, el la atrajó así mismo con sus pasificas emociones.
Muy escasamente el joven petit rojo mostraba emociones tan calmadas, pero cuando lo hacía, sus barreras mentales bajaban, y sus emociones estaban soltandose con facilidad, haciéndola sentir... Cómo si la necesitara a su lado.
Al voltear hacia atrás, su madre ya no estaba, su vestimenta era la misma que usaba como Titan y su piel había vuelto a ser tan pálida como antes de ver a su madre.
Supuso que había soñado despierta nuevamente, por lo que, simplemente, se acercó a él, tocándole el hombro con cuidado de no asustarlo, aunque sabía que eso no era posible, sus sentidos siempre estaban en alerta.
-Por qué estás aquí Raven?-
-Yo debería preguntar lo mismo-
Se sentó a su lado, contemplando la misma vista que él.
-Como te sientes?-
-De qué hablas?-
-Cuando Ciborg volvió, sabía que de alguna manera te afectaría, solamente quería que supieras... Tienes mi apoyo-
Raven sonrió desganada, soltando un suspiro antes de volver a hablar.
-Gracias-
Él la observo por el rabillo del ojo, si sonrisa apareció de repente.
-De qué?, aún no emos pasado lo peor-
Ella lo miró por unos segundos sin entender, y aunque fue poco el tiempo que tuvo para procesar, apenas y se pudo voltear al sentir la presencia de su atacante,fue entonces cuando sintió una mano jalar con fuerza su capa, tirándola al suelo con rudeza.
Cerro fuerte sus ojos por el impactó al suelo, al abrirlos su respiración se cortó, sus nervios se pusieron de punta y casi soltó un grito ahogado.
-No, no!, tu no!, estás muerta!-
Repitió una y otra vez, vio como Damián se levantaba y caminaba con lentitud a ella, le dedicó una mirada asesina a aquella mujer que le apuntaba a ella con un arma, y bajo la atenta mirada de ella, Damian se agachó tomando las manos de Raven, logrando que desviará su mirada de aquella mujer en dirección a él, mirandolos a ambos sin saver donde parar.
-Raven... Raven mírame!- la sostuvo con ambas manos logrando que lo mirara directamente, su máscara no estaba, sus esmeraldas la veían con calma, como si todo a su alrededor no estuviera pasando.
-No va a ganar…
¿Me oyes?, No... Van... A ganar, lo vamos a solucionar- se acercó, besando su cabello al acariciar su mejilla con sus pulgares sonriéndole de lado susurrándole con suavidad -Te lo prometo -
-Damián...- susurró con lentitud, la sangre se derramó de la boca de él, sus ojos se apagaron con lentitud pues el arma de Terra había soltado la primera bala, atravesando el corazón de Damián, callendo sobre las piernas de Raven, quien solto el grito mas desgarrador que pudo desde su garganta hasta sentir el dolor en su estómago.
Terra apunto su arma en su dirección, jalando el gatillo, pero la bala nunca llegó, está se había derretido como si hubiera caído en lava ardiente, la siguiente fue el arma en las manos de la rubia, que dió dos pasos atrás al ver a la semi demonio cambiar su color pálido por el rojo más fuerte y sangriento que jamás pudo contemplar con ella, siendo sus ojos llenos de furia en llamas los que anunciaron el final de la rubia.
La risa histérica de Terra la desconcertó,¿Porque carajos se estaba riendo?.
Escucho un llamado a sus espaldas, la misma prima de Superman estaba atravesandole el pecho con sus rayos de calor, agonizando, callo de rodillas como lo hizo Damián hace unos segundos, la sangre broto de sus afilados dientes y era ella quien tenía el arma que mató a Damián.
La estaban inculpando de la muerte del petit rojo, su nombre está manchado en sangre, la confianza en sus amigos estaría perdida y lo peor de todo...
Jamás podría decir la verdad
[...]
Tomo una gran bocanada de aire y se levantó de golpe, estaba sola en su habitación, la fiesta había terminado según el reloj hace más de cuatro horas.
Sintió su cuerpo frío, estaba sudando y su corazón latía a mil por hora.
Se había sentido... Demasiado real para haber sido una pesadilla, quizás... Una premonición.
Se levantó de su cama dirigiéndose a su cuarto de baño, se lavo el rostro, trato de calmar su respiración y sus latidos recitando su tan conocido mantra, y finalmente, cuando lo logro, en su reflejo la gema brillo con fuerza causándole dolor de cabeza, su padre le estaba gritando más de lo usual.
Y como en muchas otras noches, el insomnio la acompañaría nuevamente...
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