Eramos almas gemelas. Hablábamos todos los días como de costumbre, y era increíble como podíamos tener tantas cosas en común y hablar de lo que sea. Habíamos planeado volver a vernos en persona y este sería un sábado. Fui a casa de mi amiga ese mismo sábado y la verdad que sentía un montón de nervios aunque lo hubiera visto en persona , era como conocer alguien que conoces por internet en persona. El mismo sentimiento.

Ese día, fue el mejor de todos. Me sentía en una película de adolescentes que hacen lo que quieren, salen a la calle, montan bicicleta o patines... me sentía libre y rebelde por una vez en mi vida. Sentía que todo era un sueño. Eramos unos niños que solo querían pasarla bien, pero todo se empezó a dificultar, desde que les conté a mi madre que me gustaba alguien. Le dije como era y por así decirlo me prohibió el derecho a salir con el. Que me buscara algo real pero aquella había sido lo más real que he sentido. Hace tiempo que no sentía aquello y ya me lo destrozan.

Eran discusiones constantemente, muchas tormentas pero siempre volvía hablarle, siempre volvíamos hablar. Nunca fuimos algo pero yo lo admito. Todo lo que me hizo el otro chico , este lo terminó pagando. Lo ilusione, lo confundí, lo puse a prueba y entre otras cosas. Tenía mucha culpa y su cambio fue lentamente, cada vez se volvía menos dulce y menos afectivo. Poco demostraba y poco se abría las personas. Siempre trataba de arreglarlo pero siempre era lo mismo hasta que nos cansamos.

Como de costumbre, ¿adivinen que pasó? lo que parecía ser un final, se convertía en un nuevo comienzo. Tal vez una amistad podría nacer de eso, o tal vez eso no es lo que esté pasando. Esta vez, por primera vez, me buscó. Al final fue igual... alejarnos lentamente.

Mi amiga y yo fuimos al cine y ella había invitados dos amigos de ellas. Al final de tantas vueltas me senté al lado de su amigo y empezamos a hablar lentamente.  Hasta caernos bien. Lo que luego me di cuenta es que ese amigo era amigo de el. Yo me estaba enamorando de su mejor amigo y no podía. Así que me alejé, pero siempre volvía al mismo lugar. Y cada vez recordaba mas momentos con su mejor amigo hasta que caí bajo. No le correspondía , si no que le gustaba mi amiga y por dentro no supe aceptarlo. Al igual que aceptar el hecho de que el si seguía sintiendo algo por mí y no puedo hacer nada contra eso. No puedo exponer a tal riesgo. Mi familia no lo aceptaría, lo criticaría aparte de que una relación no funciona si no tienes el apoyo de tu familia. Tal vez mi forma de querer sea tan extraña porque siempre me alejo, siempre tengo que ser distante... para que las cosas no terminen igual. Por mas que escape, siempre vuelve. 

Podrá ser el destino, o podrá ser una lección que no quiero aprender.

Fin