XV
— ¡Me estás lastimando la mano, idiota!— Gritó Wilbur.
— ¡Cerra el orto!— Spreen gritó también.
En ese momento, la puerta se abrió con una fuerte patada y Roier finalmente pudo entrar al salón.
— ¡Spreen!— Roier gritó.
— ¡Roier!— Gritó Spreen.
— ¡Spreen!— Robleis gritó.
— ¡Weyes!— Aldo gritó entrando al salón.
— ¡Aldo!— Roier gritó mirando a su amigo.
— ¡Mi mano!— Gritó Wilbur.
— ¡Cállate Wilbur!— Gritó Carre.
— ¡Spreen!— Gritó Karl cuando miro todo el desastre.
— ¡Ya cállense a la verga!— Gritó Mariana.
— ¡Burro!— Gritó Foolish.
— ¡ROIER!— Spreen gritó de nuevo.
— ¡Spreen!— Roier gritó corriendo hacia él.
— ¡Hagan que me suelte!— Gritó Wilbur.
— ¡Hagan algo ya pelotudos, no quiero dar a luz en la escuela!—
Todo era caos... Y se preguntarán, ¿Cómo empezó todo? Bueno, es algo gracioso.
Aquel día había empezado bien, Spreen estaba atravesando su séptimo mes de embarazo y eso solo significa una cosa.
Incapacidad obligatoria.
Spreen podría pasar el resto del embarazo en casa, haciendo tareas escolares y en su caso específico de él, podría tomar sus exámenes más tarde cuando esté mejor después de parir.
Y ahí estaba Spreen, tomando cosas de su casillero.
— ¿Tenías que venir voy?— Preguntó Robleis al ver a su amigo.
— ¿Qué decís?—
— Hoy es viernes, luego es la última semana de clases y después tenemos vacaciones de primavera, dos semanas libres— Comentó el joven alfa.
— Ni muerto faltaría a clases, no quiero romper mi asistencia perfecta sin tener justificante médico— Spreen dijo, dándole sus libros a Robleis— Un embarazo no me bajará del puesto #1 en la escuela—
Ambos empezaron a caminar por el pasillo en dirección a su clase, pero alguien se paró frente a Spreen, haciendo que ambos se detuvieran.
— Pero si es mi embarazado favorito— Wilbur sonrió.
— ¿Qué querés ahora, chupa pijas?— Preguntó Spreen, frunciendo el ceño.
— Que grosero, solo quería saludar— Wilbur dijo con fingida inocencia.
— Wilbur...— Robleis intentó hablar, pero Spreen lo mando callar.
— Yo me encargo— Comentó Spreen, sonriendo un poco— Roier me contó de lo patético que te viste tratando de hacer que te cogiera—
— Que Roier me haya rechazado una vez no significa que lo hará en un futuro— Wilbur comentó, alzando ambas cejas.
— ¿Qué te hace creer que Roier estará contigo?— Preguntó Spreen, cruzado de brazos.
— ¿Sabías que la taza de omegas abandonados durante y después del embarazo crece anualmente?— Wilbur dijo con un gran toque de malicia en la voz.
— ¿Qué insinuás?— Preguntó Spreen.
—Nada, solo estoy diciendo que estás en un punto muy avanzado de tu embarazo, ¿No estás ya en el punto dónde el embarazo es incapacitante?— Wilbur se apoyó en los casilleros— Te estás volviendo una carga, ni siquiera eres capaz de cargar tus propios libros—
— Porque Robleis se ofreció a hacerlo—
— Y ahora te irás de la escuela, ¿No es así?— Wilbur habló— Estarás acostado todo el día, sin querer moverte, sin querer ver películas, sin querer salir por un helado—
— ¿Cuál es tu punto?— Spreen interrumpió.
— Mírate, tu cuerpo ya no es el más atractivo— Wilbur dijo— Y no lo digo yo, ¿Ya viste la lista de atractivos en la escuela?—
Esa puta lista.
Un día, un grupo de alfas imbéciles creyó que era buena idea hacer una lista de los omegas más atractivos de la escuela, no solo eso, ponían nombres, nivel de belleza, si eran solteros y que tan fácil era acostarse con ellos, esa lista causó un gran escándalo a nivel estatal, los estudiantes se quejaron, los padres se quejaron y la directora de la escuela mando a quemar todas las copias físicas de la lista y expulsó a los cuatro alfas que empezaron a hacer eso. Aunque ellos terminaron expulsados, la lista siguió viva en redes, además de ser constantemente actualizada.
Spreen siempre ocupó el segundo lugar en esa lista, solo por debajo de Wilbur. Aunque la mayor diferencia es que Spreen tenía un "extremadamente difícil" en la sección de facilidad para acostarse con él, mientras que Wilbur tenía un "Sumamente accesible".
A Spreen esa lista siempre le pareció una mierda omegafobica, solo creó caos, desconfianza e inseguridades en los omegas de la escuela.
— Eso a mí me importa una mierda— Dijo Spreen.
— Lo digo porque bajaste del segundo lugar al décimo octavo puesto— Wilbur se encogió en hombros— Ahora, tú no ves la lista como algo importante, ¿Pero qué hay de Roier?—
Spreen por primera vez flaqueó.
— ¿Que?—
— ¿Cómo sabes que Roier te sigue viendo atractivo?— Wilbur ladeó la cabeza— Ya no tienes tu linda figura, ya no tienes tu misma energía, solo es cuestión de tiempo, tarde o temprano Roier entrara en celo y tú no podrás ayudarlo—
— Suficiente— Robleis estuvo a punto de intervenir, pero Spreen lo detuvo con su brazo.
— Roier sería incapaz de dejarme por vos—
— ¿Cómo estás tan seguro?— Wilbur dijo— Los instintos de alfa son impredecibles y cuando Roier se canse de ti y tu embarazo, ahí estaré yo, dispuesto a brindar una mano amiga... Incluso más que una mano, si sabes a lo que me refiero... Y limpiate esas lágrimas—
Wilbur le dijo, dándose media vuelta para alejarse de ahí.
Spreen se pasó las manos por los ojos, ¿En qué momento había empezado a llorar? ¿Las palabras de Wilbur realmente lo dañaron así?... ¿Roier le había contado toda la verdad de lo que pasó en casa de Wilbur? No... Él no iba a dudar de Roier.
Ahora estaba empezando a sentir la rabia subir por su cuerpo. Se enojó y tomó uno de los libros que sostenía Robleis y después lo lanzó, golpeando la nuca de Wilbur.
— ¡Oye!— Gritó Wilbur volteando para mirarle— ¿Qué mierda te pasa?—
— Sos una zorra, un hijo de puta, un chupa pijas sin dignidad— Spreen se le empezaba a acercar— ¿Quién mierda te hizo tanto daño para que vos quieras dañar a otros?—
— Cierra la boca imbécil— Wilbur dijo— Tú no sabes nada de mi vida—
— Solo sé lo necesario para saber que sos un idiota hambriento de atención— Spreen negó con la cabeza.
Wilbur frunció el ceño y se acercó lentamente al rostro de Spreen.
— Los labios de Roier saben tan bien— Wilbur dijo y Spreen perdió el control.
— ¡Te voy a matar!— Spreen gritó avanzando hacia Wilbur.
Rápidamente un grupo de alumnos rodeó a ambos, empezando a gritar varias veces.
— ¿Qué está pasando aquí?— Preguntó una maestra, mirando el desastre.
— ¡Hijo de puta!— Gritó Spreen.
De un segundo a otro, Spreen cerró su puño y golpeó a Wilbur en la nariz con fuerza, haciéndolo retroceder y sostenerse el rostro.
— ¡Suficiente!— Gritó la maestra empezando a pasar entre los adolescentes.
— Ya basta Spreen— Robleis dijo acercándose— Vámonos antes de que el idiota decida atacar—
— Wilbur no es tan imbécil como para golpear a un embarazado— Spreen dijo.
Entonces Wilbur lo golpeó en el mentón, haciéndolo retroceder, pero Robleis fue capaz de detenerlo.
— ¡Ustedes vienen conmigo!— La maestra dijo, tomando a Spreen y a Wilbur de un brazo.
— ¡Él empezó!— Gritaron ambos.
— No me importa quien empezó, ustedes dos irán a la oficina de la directora ahora mismo— La maestra sentenció.
Continuará...
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