XIX
— Vegetta, llevas diez minutos dando vueltas de un lado a otro, me estás mareando— Luzu dijo.
— Estoy muy nervioso, estamos a punto de conocer a nuestros nietos— Vegetta respondió.
— Vegettita— Rubius lo calmó— Moviéndote como león enjaulado no haré que el tiempo pase más rápido—
— Así que ya siéntate a la verga o te meto un putazo— Quackity amenazó y Vegetta finalmente se sentó.
Tras otros cinco minutos de espera, una enfermera salió de la habitación donde Spreen y Roier estaban.
— Ya pueden pasar— La enfermera dijo.
Los cuatro adultos se levantaron y empezaron a caminar hacia la puerta, cuando la abrieron, se toparon con una cortina que les impedía ver la cama.
— ¿Era necesario poner esta cortina?— Preguntó Luzu.
— Sí— Spreen respondió.
— Os juro que es un dramático— Rubius dijo al mismo tiempo que abría las cortinas.
Frente a ellos cuatro, está a la cama donde Spreen estaba sentado, con Roier sentado en la orilla, cada uno sostenía a un bebé envuelto en una manta de color azul claro.
A los adultos se les iluminaron los ojos y se acercaron rápidamente.
— Miren esas pequeñas bolitas de grasa— Quackity dijo mientras se acercaba a ver a uno de sus nietos.
— Se ven tan lindos— Vegetta sonrió.
El bebé que Spreen sostenía estaba dormido, pero el bebé sostenido por Roier tenía sus ojos violeta abiertos, mirando de un lado a otro, acostumbrándose a su nuevo mundo.
— ¿Ya eligieron sus nombres?— Preguntó Luzu.
— Sí— Roier asintió y miró al bebé que cargaba— Esté pequeñín de aquí, se llama Bobby—
— Y este de aquí, es Ramón— Spreen. Dijo, arrullando al bebé dormido.
Rubius por su parte ya estaba fotografiando a los bebés con su celular.
— Le enviaré estás fotos a Brayan, él vendrá para el verano para conocerlos— Rubius dijo.
— Hombre, ver estos bebés me hacen querer otro hijo— Vegetta dijo, pero en tono de broma.
— Podríamos volver a tener hijos al mismo tiempo como la última vez— Luzu le siguió con el chiste.
— Pues si ustedes insisten— Rubius habló.
— Pues adivinen qué— Quackity dijo.
— ¿De qué están hablando?— Preguntó Luzu, mientras él y Vegetta miraban a los omegas, quienes sonreían hacia ellos.
— Estamos embarazados— Dijeron Rubius y Quackity al mismo tiempo.
— Verga wey— Dijo Roier.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro