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VII

Roier estaba en el suelo, acariciando la espalda de Spreen mientras esté vomitaba en la taza del baño.

— Ya Spreen, ya pasará— Roier dijo.

Spreen terminó de vomitar y escupió dentro de la taza del baño.

— Que asco doy— Spreen dijo en voz baja.

— No es cierto...— Roier parpadeó un poco— Bueno, el vómito da un chingo de asco, pero esto es normal—

— Ayúdame a levantarme— Dijo Spreen.

Roier lo ayudó, levantándolo lentamente, luego Spreen caminó hasta el lavabo para lavarse los dientes mientras Roier bajaba la palanca del la taza.

— Cuando me dijeron de las náuseas no creía que fueran así de fuertes— Spreen se quejó y escupió en el lavabo.

— ¿Ya te sientes mejor, mi vida?— Roier preguntó.

— Quiero acostarme todo el día...—

Roier ayudó a Spreen a caminar hasta volver a la cama que ambos compartían.

Después de la boda, Roier se había mudado a la casa de la familia Dobluque, esto porque su casa era más grande que la de Luzu y Quackity, eso permitiría mayor espacio para cuando el bebé finalmente llegará.

— Ugh— Spreen se quejó cuando se acostó en la cama.

Poco después, Roier también subió a la cama y abrazó de cucharita a Spreen.

— Ro, me siento terrible— Spreen confesó mientras dejaba que el aroma de Roier lo relajara.

— Lo sé, lo sé— Roier dijo, besando la nuca de Spreen.

— No pensamos esto...— Spreen dijo.

— Todas las consecuencias que hay...— Roier habló.

— Somos unos pelotudos— El omega híbrido negó con la cabeza— Tengo miedo de lo que va a pasar—

— Yo también tengo miedo— Roier confesó— Pero estamos juntos, mientras estemos juntos, estaremos bien—

Spreen sonrió un poco, queriendo llorar, malditas hormonas del embarazo que lo volvieron así de sensible en esos tres meses de embarazo.

— Estoy de acuerdo con lo que dijo mi pá...— Spreen habló— Es nuestro bebé, pero si yo estoy en riesgo...—

— Yo elegiría salvarte a ti mil veces— Roier dijo, abrazando más fuerte a Spreen.

— Te amo— Spreen dijo.

— Y yo a ti— El alfa dijo también, mirando el reloj en la mesita de noche— Todavía es temprano, duérmete otro ratito—

Spreen hizo caso, cerrando los ojos y dejándose dormir, siendo abrazado por su alfa.

Aunque...

Unas dos horas después, Spreen abrió los ojos de golpe. Roier ya no estaba en la cama. Miró su reloj, ya eran las 11 de la mañana, debía levantarse a desayunar.

— Mierda...— Spreen se quejó, aún había algo de náuseas y acidez, sentía presión en la zona de su vientre y algo más— Boludo, me oriné en la cama—

Se quejó en voz alta, ya le habían advertido de eso, pero no podía creer que él lo hiciera.

Apartó las cobijas de encima de él, lo que ahí había no era orina.

Las sábanas blancas estaban manchadas de sangre.

Mientras que abajo, Roier estaba terminando de ayudar a su suegro Rubius a poner la mesa para el desayuno del sábado por la mañana.

— Oiga señor Rubius— Roier habló.

— ¿Qué pasa Roier?— Preguntó el mayor.

— ¿Por qué si usted y el señor Vegetta son españoles, Spreen tiene acento argentino?— Roier cuestionó.

— Bueno, eso es muy sencillo— Rubius asintió— Lo que pasa es...—

— ¡Roier! ¡Roier! ¡Roier!—

Los gritos alarmados de Spreen llegaron al comedor y los sentidos de alfa de Roier se activaron.

Dejo todo en la mesa y rápidamente empezó a correr, saltando casi todos los escalones, siendo rápidamente seguido por Rubius.

Roier abrió la puerta con fuerza, casi tirándola y entró al cuarto, viendo a Spreen sentado en la cama, con toda la sangre en la zona de su entrepierna y en la cama.

— ¡Spreen!— Roier se puso a su lado— ¿¡Qué pasó!? ¿¡Estás bien!?—

— N-No sé...— Spreen respondió entre llantos.

— ¡Spreen!— Rubius entró, alarmado, pero debía mantenerse más sereno ante los menores— ¿Te duele algo?—

— No...— Spreen negó con la cabeza— Mi vientre, se siente raro—

— Está bien— Rubius suspiró— Roier, ayuda a Spreen a bajar, debemos ir al hospital, vamos—

Roier asintió, ayudando al omega a levantarse y ofreciéndose cómo apoyo para caminar.

— Todo va a estar bien, ¿Sí? Estás bien, el bebé también estará bien—

Roier decía en intentos de calmar a Spreen, sin embargo él solo estaba preocupado.

Continuará...

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