II
En la casa De Luque había un gran escándalo de gritos, golpes y demás.
Dentro, Spreen y Roier estaban sentados en el comedor, bebiendo té helado mientras observaban el show que los padres del omega estaban haciendo.
— ¡Chiqui, tranquilo!— Vegetta gritó y se escondió cuando Rubius le lanzó un libro.
— ¡No me digas que me tranquilice, De Luque!— Gritó Rubius con enojo— ¡Dijiste que habías hablado con él!—
— ¡Y lo hice!— El alfa se asomó por la esquina— ¡Le di la charla y lo aconsejé!—
— ¿¡Le aconsejaste que se embarazara a los 16!?— Rubius gritó aún más fuerte y lo siguiente en ser lanzado fue un cenicero que tiró la pintura de la pared.
— ¿No deberíamos detenerlo?— Preguntó Roier.
— Nah— Spreen negó con la cabeza— En cuánto menos atención ponga en nosotros, mejor—
Roier se encogió en hombros, dándole la razón a su pareja y decidió que beber de su té helado era mejor actividad.
— ¡Le dije que debía esperar a encontrar a la persona indicada para formar una familia!— Vegetta se defendió, pero fue golpeado en la cabeza por el vape del oso— Madre mía, tiraste tu vape, sí que estás enojado—
— ¿¡Tú qué crees!?— Rubius preguntó, lleno de ira.
— ¡Chiqui ya! ¡Solo le di la misma charla que a Brayan!—
— ¿¡Qué!? ¿¡A mi Brayan también le dijiste lo mismo!?— Rubius gritó y ahora fue la lámpara la que casi se estrella en la cabeza de Vegetta— ¡Ven aquí!—
5 minutos después.
— Tú, ahí— Rubius dijo con enojo, haciendo que Vegetta, quien cabe aclarar sostenía una bolsa con hielo en su rostro, se sentará en una de las sillas— Y ustedes dos, van a explicarse, ¿Cómo coño es que pensaron que esto era una buena idea? Tienen 16 años, son unos niños—
— Ya somos adolescentes— Dijo Spreen.
— ¡Silencio!— Rubius gritó— ¿En qué mierda estaban pensando? Si es que estaban pensando, claro, par de tontitos—
— Yo amo a Roier y Roier me ama a mí— Spreen habló nuevamente— Papá me dijo que si yo encontraba a la persona perfecta para mí, no debía soltarle y aferrarme para estar juntos—
— Sí, pero no me refería a que fueras con tu primer novio y te embarazaras a los 16— Vegetta respondió— Esto fue una irresponsabilidad—
— Claro que fue una irresponsabilidad— Rubius asintió varias veces— Sé que son tontos, pero no imbéciles—
— Chiqui...—
— ¡De Luque vuelve a decirme "chiqui" una vez más y voy a enterrar mis garras en tus arrugadas bolas!— Rubius amenazó, mostrando sus garras.
— Bien...—
— Yo sé que somos jóvenes, pero yo de verdad amo a Spreen y al bebé que aún no nace— Roier dijo, tomando la mano de Spreen— Me haré cargo con todo lo necesario, créanme cuando les digo que seré el alfa más responsable, cariñoso y trabajador que existe para poder mantener a mi omega y a mi futuro hijo—
Rubius y Vegetta quedaron en silencio, luego se miraron el uno al otro y suspiraron.
— ¿Tus padres ya lo saben, Roier?— Preguntó Rubius.
— Aún no— El castaño negó con la cabeza.
— Bien...— Rubius dijo, moviéndose por la casa hasta la puerta de entrada y tomó sus llaves.
— ¿A dónde vas?— Preguntó Spreen.
— A casa de Roier, los cuatro iremos, hay que decirle a sus padres— Rubius respondió y sonrió un poco— Con una pequeña condición—
— ¿Cuál?—
— Déjenme a mí decirle a Luzu— Rubius dijo con su tono de falsa inocencia.
Continuará...
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