Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Charla con Neville

Ya era casi la época de exámenes de Navidad otra vez. Teddy realmente odiaba que el tiempo fluya rápido, no por los controles sino porque debe explicarle a Finn unas trescientas veces el mismo conjuro. Ted tenía todas sus asignaturas controladas y cada vez se le daba mejor Defensa contra las Artes Oscuras. También tenía entrenamiento de Quidditch con sus compañeros pero eso no le agobiaba, era más bien nerviosismo. Y para alegría de Finn, Wolfang contactó con el para que sea un jugador de banquillo. Pronto tendría su primer partido oficial.

El miércoles antes de su supuestamente fabuloso debut, estuvo repasando Herbología en la biblioteca. Por fin oía algo de silencio. Pero para su desgracia no duró demasiado. Estaba de pie frente a una hilera de estanterías y cuando se dispuso y cogió un libro, alguien cogió el libro que había en el estante contrario, dejando un hueco perfecto. Extrañado, Teddy miró por el agujero que se había formado y vió al rostro sonriente del profesor Longbottom. Neville le hizo una seña para que se quedara quieto y él corrió hasta su lado.
– ¿Qué tal llevas mi asignatura?– dijo alegre el profesor.
– ¡Ssshh!– siseó la bibliotecaria.
– Si te digo que regular me arrastrarás contigo y me darás clases particulares– analizó el alumno susurrando–, y no quiero, gracias. Así que... me va bien.
El profesor se rió.
– Ya que me lo has dicho, te contaré yo lo que pienso...
– ¡Profesor Longbottom, silencio!
– Lo siento– se disculpó de pasada–. Lo que decía, ahora te arrastraré conmigo, pero no para estudiar sino para hablar sin que me interrumpa la vieja bruja de la biblioteca.

Los dos recorriendo algunos pasillos hasta el despacho improvisto al que fue el curso pasado. El profesor cerró la puerta tras de sí e invito a Ted a sentar, mientras él preparaba el té. Después se sentó en frente suya y habló:
– Teddy, ¿conseguiste hacerte con el giratiempos?
– No– respondió él avergonzado–. No llegué a un acuerdo con ella.
– ¡Claro que no!– chilló Neville rompiendo en carcajadas–. Ya se lo quité yo a Hermione– se tapó la cara como si la situación fuera graciosa–, nunca creí que fuera tan fácil colarse en la casa de la ministra.
– Profesor, ¿qué ha hecho?– le acusó el alumno.
– Un poco de Lumos Solem, una pizca de Lazo del Diablo, tres cerezas, escamas de dragón... – enumeró el profesor–. Et voilá, poción de invisibilidad.
– ¿Enserio?
– Y tanto.

Longbottom sacó de su bolsillo el artefacto. Teddy lo contempló sin despegarse de la silla, eso lo llevaría hasta sus padres... sus padres, los que según todos eran héroes y se sacrificaron por el bien común. Ted no soportaba pensar en ellos, eran... cómo decirlo, el único vacío de su vida, lo último que le faltaba. Una vez, Harry le contó al Teddy de siete años que se topó una vez un espejo en que se vio con sus padres. Era el espejo Oesed, que reflejaba a la persona con lo que más ansía en la vida. Teddy sabía, sin verse ahí, que él estaría junto a sus padres si se ponía delante del espejo. Pero nunca llegó a imaginarse verlos de verdad.

Ahora estaba delante de sus narices. Una vocecita le repetía canturreando que le quitara al profesor el cachivache y lo usara. Qué gran tentación. Teddy tragó saliva, debía hacer cosas de manera sabia y racional, maduramente.
– Profesor Neville– dijo al fin–, el sábado a medianoche, en la puerta de las cocinas. Levantaré a Alph y nos reuniremos ahí.

Después, al volver, se encontró con su amigo en el salón circular. Estaba sentado tranquilo en un sofá amarillo. Le hizo al chico una seña y él le siguió. Cuando se aseguró Teddy de que estaban solos, le contó a Alph lo que habló con Neville. Ambos estaban nerviosos por el sábado.

Los días volaron y ya era la noche del viaje, Ted se aseguró de no pasar hambre por si acaso. Alph no pegó ni ojo hasta la hora prevista y casi se tropezaba en el cuarto. Los dos consiguieron escabullirse relativamente rápido, no los vieron ni Filch ni la señora Norris.

En la puerta de las cocinas, el joven profesor estaba sentado husmeando el ambiente. Neville les dio una clasecilla para ponerlos en situación. Nymphadora Tonks solo estuvo en Hogwarts durante el colegio y Remus no coincidió con ella, pero él volvió para ser profesor durante el curso 1993 a 1994. Decidieron de forma unánime que irían antes a 1990 cuando Tonks era sólo una estudiante de sexto curso y luego al 93 para ver a su padre.
– Profesor, ¿por qué hace esto por mí?– preguntó Ted antes de saltar en el tiempo.
– Me recuerdas a mí– explicó–, mis padres estaban en el hospital desde que tengo memoria, era doloroso que no me reconocieran como su hijo y viví siempre con mi abuela. En algún sentido, me parezco a ti. Harry también ha visto su niñez reflejada en ti, un pobre huérfano que perdió a sus padres, por eso– el profesor se agachó y apoyó la mano sobre su hombro–, quiere darte los lujos que él quiso tener.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro