Cassy siente el agudo piquete de mil y un agujas dentro de su piel. Un caliente ardor, como fuego líquido se abre paso por sus venas. Aire frió pasa por su nariz, una ventisca helada que choca contra su cuerpo. Puede escucharlo, puede sentir como las ramas de los arboles se sacuden a su alrededor, como el aire aviva las llamas.

Su espalda se arquea y un grito agudo, tan horrible que espantaría vampiros, se deja oír en cuanto separa sus labios.

—CASSY —Lily grita su nombre. Se escucha aterrada, como nunca antes la había oído.

Un cuerpo choca contra el suyo. Unos brazos delgados rodean su cuello, un olor rancio llena sus pulmones. Gotas saladas chocan contra su piel. Un llanto lastimero seguido de susurros desesperados apaga el incendio.

—Duele —Lloriquea desesperada— Duele mucho.

—No llores, Cassy. Las flores no lloran.

—Duele... Duele...

—Te prometo que va a pasar —Lily acaricia su cabello— Yo también lo sentí, no dura mucho...

Cassy se acurruca en los brazos de Lily. Ella acaricia el cabello de su amiga y murmura palabras en su oído mientras observa los arboles arder en llamas a su alrededor.

Su magia inicio el fuego. Se encuentran de pie las llamas. Tres cuerpos arden a pocos pasos, uno ya no es más que huesos negros.

Escucha a alguien gritar su nombre a lo lejos, y entre el naranja y el humo ve la mirada de su padre. Los ojos azules de la niña se llenan de lágrimas mientras se aferra a Cassy como si fuera un salvavidas en medio del agua.  

¿o no?