Coraje de Scorpio Parte dos
~_["Capitulo dos"]_~
"Coraje de Scorpio PT2"
El monstruo comenzó a regenerar su piel como un reptil mutante, llevando a Brandon a preguntarse hasta dónde podían llegar los dioses con sus cuerpos.
- Soy un dios - sentenció el hombre de ojos morados.
- lo sé, sucio asesino - respondió Brandon.
Los hombres se observan entre sí con una atención inusual, señal de que su duelo apenas está en sus inicios.
Brandon Salomon
Edad: 522
Estatura: 1.81
La criatura celeste, Scorpio, yacía inerte en el suelo, sometiéndose a un proceso regenerativo que abarcaba incluso las partes destruidas y cortadas violentamente por Brandon. Óscar, aprovechando esta fugaz oportunidad, escapó junto a sus amigos.
- Óscar, te dije que era una mala idea - se queje Betty por las acciones de su hermano adoptivo.
- Muy acertado, Betty, muy acertado - respondí con indiferencia moviendo mi cabello de lado a lado.
A pesar de que mis amigos y yo estábamos huyendo a toda prisa, un giro de parte de Ruffi captó la gran velocidad con la que el dios se acercaba hacia ellos y exclamó al verlo "¡Rápido, huid".
Claro está que el profesor Brandon se encontraba en su propio momento de enojo. Ya que el mismo no entendía nada, ya que de repente el cuerpo de la criatura se sumergió en un líquido negruzco que estaba en el suelo. Sin comprender lo que sucedía, vio cómo la criatura emergió del líquido negro y pegajoso, tomando a Ruffi mientras intentaba proteger a los chicos que huían y tras salir reclamo:
- Pensé que odiabas a Óscar, ¿verdad Ruffi? O mejor dicho, "cáncer" - sonrió el dios Scorpio.
- ¿Cómo sabes eso?, eso no te concierne - respondió Ruffi, intentando acertar feroces golpes para huir con facilidad
- se mucho más de lo que piensas - respondió el dios Scorpio.
A pesar de todo, el dios lo observó y, relamiéndose los labios, golpeó a Ruffi en sus brazos una y otra vez claramente tras la paliza quedo el chico en el suelo muy mal herido. Con un rápido movimiento, el dios Scorpio pateó la muñeca de Ruffi, rompiendo sus huesos fácilmente mientras el joven gritaba de dolor.
"Esa fuerza ni era digna de un simple mortal"
Reclamo Ruffi entre desespero en el suelo.
Óscar se encontraba en su huida, gracias a la ayuda del valiente Ruffi, más ese tiempo no sería eterno.
- Todo parece un desastre total ¿Cómo llegamos a esto tan rápidamente? Si era un hermoso día - hable con preocupación con un paso acelerado.
Todo es por culpa de tu orgullo Óscar
Todo es tu maldita culpa
Me queje dentro de susurros.
Óscar parecía estar quieto mientras sus ojos se encontraban perdidos a lo largo de un árbol de hojas rojizas y este con sus ojos casi extintos camina suavemente mientras voces a su alrededor lo llamaban.
Susurro tras susurro llamarían al chico mientras su mente llena de ideas apagadas pensaría
"Sumérgete, grita "libertad" libera "TEARRLAD".
Reclamaron las voces desconocidas.
"Mis ojos se sumergieron en una oscuridad absurda, sintiendo cómo mi visión se desvanecía gradualmente. Atraído por la proximidad de un árbol, me acerqué con cautela, temiendo dañar mi percepción visual defectuosa. Curiosamente, en medio de este encuentro, múltiples susurros me envolvían, entrometiéndose en mi mente de manera sorprendente".
- Excava profundamente - murmuraban las voces desconocidas.
- Sin duda - respondí a las enigmáticas voces mientras avanzaba hacia el árbol de sombría memoria, aquel mismo árbol donde la joven pereció hace quinientos años, donde el dios Scorpio había retado a Óscar, el mismo lugar donde esa chica perdió su vida por la libertad de los demonios.
Mientras avanzaba hacia mi destino, Scorpio embistió con furia en un intento de agredirme. Sin embargo, Ruffi a pesar de su cuerpo en pésimas condiciones se abalanzó sobre la criatura celestial tras levantarse y la derribó con determinación. Una vez en el suelo, el valiente chico comenzó a golpear sin descanso su rostro, deformándolo de manera impactante, mientras sus mano se impregnaban de la esencia escarlata que emanaba del adversario.
- ¡Maldito seas! - exclamó Ruffi con determinación, manifestando su anhelo de calma y su inmensa fuerza en su único brazo en funcionamiento. La potencia hizo que sus venas se hincharan y, a medida que el sudor caía en cascada, su mirada fue oscilando de la locura a la preocupación. La cabeza de la criatura quedó deformada mientras Ruffi respiraba con intensidad y hablaba con temor y fatiga: ¡Dios mío, ¿qué he hecho?
La falta de movimiento de la criatura llevó al estudiante a creer que había fallecido, sin embargo, al observar la rápida regeneración de su piel, Ruffi no pudo evitar sentir desprecio y temor. Tras finalizar su inspección, el rostro de la criatura de ojos morados pronunció: "Parece que eso es todo, ¿no es así, signo zodiacal de cáncer?"
El dios, lleno de ira, aprisionó una de las extremidades de Ruffi con su vasta y tenebrosa mano engendrada desde el suelo mismo. Este maligno torció y desarticuló el brazo del joven hasta dejarlo inmovilizado en un estado crítico rápidamente.
- ¡Insolente cáncer! - exclamó Scorpio.
Desesperado por provocarlo, Ruffi escupió en el zapato del dios Scorpio, quien rió con desagrado antes de patear al indefenso Ruffi
- Por lo menos estás ileso, estúpida flor roja - murmuró el desvanecido Ruffi mientras se desvanecía en un estado de inconsciencia.
...
Regresemos con esos pensamientos apagados de Óscar.
Mientras excave con mis dedos habilidosamente en el árbol, mis uñas se tiñeron de carmín y sufrimiento implacable por los movimientos tan bruscos que hacia. Un reencuentro marcó un vínculo en lo más profundo de mi ser, despertando en mí una sensación extraordinaria.
Empuñé una daga que reposaba al lado de una calavera que se encontraba donde yo estaba escarbando. La maneje con destreza excepcional mientras mi mirada se perdía en un mundo teñido de un rojo misterioso, como de sangre.
La oscuridad eterna volvió a anidar en lo más íntimo de mi ser, como una sombra persistente. Mis ojos, acostumbrados a ver la claridad, ahora se veían impregnados de un matiz más oscuro, un carmesí intenso que emanaba una aura constante de siniestra oscuridad. La capucha que cubría mi rostro, como una máscara grotesca y encarnada del mal, completaba mi transformación.
Mientras tanto, en el firmamento resonaba el anunció de la gloriosa vuelta del Salvador, una vez más. Una trompeta retumbó con fuerza, llamando de manera solemne y majestuosa para que todos supieran que el Salvador había regresado, mostrando todo su esplendor y poder.
Desde lejos las voces opinaron siendo las otras dos protagonistas.
- Betty, ¿por qué crees que resuena esa trompeta en los cielos? - pregunto Rita, llena de temor por este extraño suceso.
- no lo sé, pero ese sonido lleno del mundo de devastación hace quinientos años, pero pensé que simplemente era un simple mito - respondió Betty con más preguntas que respuestas.
Cuando Brandon saldría detrás de las chicas comentando lo que en realidad ocurriría tras el sonar de una de ellas.
- Según la antigua leyenda, cuando suene la sexta trompeta, la guerra volverá a desencadenarse - respondió Brandon, con un tono sereno y melancólico.
"Y cuando la primera rompa los cielos..."
La pregunta se quedó en el aire, sin respuesta, mientras el Señor se arrodillaba ante el desamparado adolescente.
La primera trompeta anunciaba el retorno de Jessie Ugedark, considerada la hija de Dios y la redentora, dejando a todos sorprendidos y confundidos.
- ¿Qué está pasando? - se preocupo Rita sin entender la razón detrás de lo que sucedía.
- ¿Estás sugiriendo que Jessie Ugedark está entre nosotros? Es increíble, ella falleció - dijo extrañada Betty por los comentarios del profesor Brandon - Rita hace tiempo leyo un libro que dictaba "la chica de ojos rojos regresará cuando los cielos retumben" ¿Será este el retumbar?.
- En medio de la destrucción, renacerá y crecerá a través del sufrimiento - manifestó Brandon con alegría.
La vista parecía todo menos normal mientras Óscar jugueteaba con una daga de color rojiza que había encontrado debajo de ese árbol de hojas carmesis.
Mi dolor, mi tortura, mi muerte.
Mi salvación
Su liberación.
Sentía la vida fluir en mi cuerpo, la chispa en mis ojos y el latir acelerado de mi corazón, sumergiéndome en una emoción maravillosa. ¡Qué maravilla es esto! - exclamé, extendiendo mis brazos al ritmo de los truenos que resonaban a mi alrededor, envolviéndome en un aura de poder.
De repente, los cielos se abrieron con una lluvia de intensos rayos rojizos, convirtiendo las gotas de agua en un líquido siniestro. La sangre de los caídos en la eterna batalla entre ángeles y demonios descendió del cielo, tiñendo el escenario con un matiz aún más perturbador.
- Jessie Ugedark - observo desde lejos el dios Scorpio recordando la silueta de aquella chica.
- Mis manos temblaban, mi respiración era agitada, mis latidos resonaban con fuerza y mis ojos habían recuperado el brillo rojo sangre - respondí con los brazos extendidos, rodeado de truenos que parecían rendir homenaje a mi pequeño cuerpo.
Cuando exclame entre risas "¡Qué divertido!" para luego dirigir una mirada de felicidad al dios Scorpio. El dios se acercó a mi dejando al destruido Ruffi a otro lado, mientras esté reía con sus brazos extendidos.
- que fantástica forma, hermana de lucifer - hablo el dios Scorpio inclinándose entre risas, tomándose todo como si hubiese sido una simple broma.
- Pongamos esto a prueba - comento Scorpio acercándose poco a poco al ya despertado Óscar.
- Hace quinientos años, una guerra estalló entre los demonios y los ángeles. A pesar de que los Ángeles triplicaban en número a los demonios, surgió una llama de pasión y amor en una chica que se negó a rendirse ante la crítica y el sufrimiento causado por el simple rumor de ser "débil y frágil". Desafortunadamente, ella murió y su sueño de poner fin a la guerra eterna no se cumplió, pero yo cumpliré ese sueño - me encontraba saltando de lado a lado con una clara inmadurez en mis acciones.
- ¡Hahahahahaha! - reía el dios Scorpio - odio esa inmadurez tuya "Jessie Ugedark".
Entre nubes grises gotas de agua cayeron ensuciando el cuerpo de estos dos, pero no eran gotas normales sino sangre de los antiguos caídos en la eterna guerra de angeles y demonios.
- ¡Jessie Ugedark prevalece en mí! - comenté con mi orgullo al máximo.
Rien, lloran, pierden, ganan, viven, mueren
La atmósfera entre los compañeros de clase se impregnaba de asombro y desconcierto, inmersos en un abismo de perplejidad, observaban al protagonista de la escena con miradas confundidas.
Cuando las respuestas llegaron finalmente.
- Regreso - diría Betty no sabiendo cómo reaccionar a lo que se encontraba ocurriendo - esto no tiene sentido ¿No Rita?
- Re-gre-so... - revelo su sorpresa en una explosión de incredulidad - no, tiene sentido Betty.
- Una vez más... te veo luchar, ¿verdad Jessie Ugedark? ¿Cómo los viejos tiempos de la maestra? - resopló Brandon en un murmullo de felicidad - ¿Cómo hace quinientos años atrás? - hablo el profesor al extender sus manos entre risas de felicidad - jajaja, ¡regreso!
Óscar se encontraba en su momento y sus ojos de un intenso color rojo cedieron a una tonalidad más oscura, similar al vino. Observaba el caos que lo rodeaba: personas gritando, algunas huyendo y la sangre fluyendo por las calles tras la caída de las enormes nubes. En un momento, se vio reflejado en un charco de sangre bajo la intensa lluvia rojiza que caía del cielo, su reflejo transformado en el de una dama de ojos rojizos y cabello sedoso. Al percatarse de que su cuerpo estaba cubierto de sangre, se preparó para el enfrentamiento que se avecinaba. A medida que los truenos anunciaban el inicio de la batalla, Scorpio se abalanzó hacia él como un toro furioso. Con valentía, Óscar resistió el poderoso golpe de su adversario y tras eso exclamó su regreso.
¡"Regrese"!
¡"Jessie Ugedark prevalece en mi"!
Última edición
29/11/2024
Gracias por leer
❤️❤️❤️
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