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— Sabes, a veces pienso que no sabemos que estamos buscando.

— Una salida, es obvio.

— Eso ya lo se, me refiero a que no sabemos dónde buscar esa salida, siempre vamos por los mismos pasillos esperando que algo sea diferente.

— No comprendo porque estas tan negativo el día de hoy.

— Simplemente estoy perdiendo la esperanza, quiero salir de aqui y poder ver el sol por las mañanas mientras tomo un café. Extraño como solia ser nuestras vidas ¿tú no, Timba?

Y con esas palabras rondando su cabeza dia y noche, Timba desperto. El aire fresco por fin entraba por sus pulmones a la vez que los arboles cubrian los primeros rayos del sol, la mañana era calmada, pacífica y eso le traian recuerdos de su vida antes de la llegada de los extraterrestres, de eoss "seres".

Desearia poder ser feliz de poder mirar el cielo nuevamente pero la libertad aun no se sentia del todo completa, no cuando recordaba a su amigo de toda la vida, Trolli. Podia revivir varias veces el día en que ambos encontraron la libertad pero fueron separados antes de poder saborearla. Podia recordar todo a la perfección y eso le hacia sentirse demasiado vacio.

— No puedo creerlo.— Murmuró en completo shock, su mano busco la del pelinegro para saber que esto no se trataba de un sueño. Frente a ellos finalmente habia una salida, podian observar los arboles a la lejania mientras la brisa del aire fresco chocaba con sus rostros.

Trolli apreto su mano tratando de hacerle entender que esto era verdad, que despues de tantos años de cautiverio ellos finalmente habian encontrado una salida. Se miraron sin saber que hacer ¿podrían simplemente salir sin llamar la atención de los seres? No, eso era demasiado sencillo... algo debia andar mal.

— Timba.— Murmuró su nombre.— Salgamos, vamonos.— El pelinegro empezó a avanzar pero el simplemente no pudo hacerlo, intentó detenerlo sujetándolo.

— No, Trolli espera.— Murmuró pero habia sido tarde. De pronto en el lugar empezó a sonar una alarma que lastimo sus tímpanos, ante la impresión y el dolor habia soltado a Trolli y se habia tapado los oidos.

Sus ojos se miraron, Trolli reflejaba lo completamente aterrorizado que se encontraba ante esa situación, sus labios se entreabrieron una y otra vez tratando de decirle algo pero simplemente no escuchaba lo que decia. De pronto lo pudo sentir, de su espalda recorrio hasta sus talones una extraña sensación, sintio como su cuerpo empezo a temblar tras la extraña presencia que se acercaba, los ojos azules de Trolli le hicieron darse cuenta de lo que estaba por pasar si no corrían.

Lo volvio a tomar aún si el ruido le lastimaba para poder escapar de aquel lugar pero ahora era su amigo quien no se movia, el de cabellera negra parecia derrotado, su rostro aterrorizado paso a demostrar una sonrisa poco sincera. Javier ya estaba empezando a afrontar su destino, un destino alejado de su amigo. El por que de sus acciones solo se podian resumir a una sencilla explicación: deseaba que Timba sobreviviera, incluso si el no lo hacia. Se acerco a él hasta la altura de su oido y lo ultimo que pudo escuchar de él fue "corre".

No sabía en realidad porque acató la orden, no sabia porque sus pies se movieron con tanta rapidez mientras dejaba atras a su amigo, queria creer que él le seguiria por detras pero en realidad solo se engañaba a él mismo para encontrar un consuelo... una respuesta para él mismo para sentir que no habia traicionado al que era su mejor amigo y a todas esas promesas que se hicieron sobre escapar juntos.

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El sol se encontraba iluminando el cielo azul, la culpa nuevamente se apodero de sus debiles sentimientos mientras se levantaba para seguir caminando hacia un lugar incierto ¿Qué estaba buscando? No lo sabia, jamas habia pensando en que haria despues de haber escapado. Tal vez la esperanza de poder escapar era algo tan surrealista que solo habia sido cuestión de suerte haberlo logrado. Por ello no tenia un plan, no tenia nada ni a nadie. Timba estaba solo.

Caminaba y caminaba, de a momentos debia de beber agua para cubrir su evidente sed y cazaba ardillas que encontraba para alimentarse, por la noches con el fuego que creaba se recostaba deseando que nada saliera mal mientras intentaba dormir aunque en realidad no dormia mucho. Entonces volvia a hacer lo mismo, volvia a caminar esperando cruzarse con alguien, pero ni siquiera eso parecía ser la mejor opción ¿qué tal si se encontraba con gente mala? ¿Cuál era entonces el propósito de ser libre?

Pudo recordarlo, esto podia ser mejor a la sangre que caia de sus manos cada día, el desgradable olor a sangre que desprendian los cuerpos... No, no queria volver a eso nunca más, preferia estar en esta situación a volver a aquel lugar. Aquellos pensamientos, se vieron interrumpidos cuando escucho a la lejania demasiado ruido, trago saliva nervioso y su corazón empezó a latir a mil.

Empezo a acercarse sigilosamente para tratar de no llamar la atención de lo que fuera que se encontraba haciendo tanto ruido hasta que finalmente pudo verlo. Ante él ocurria una matanza, humanos peleando hasta matarse de forma rápida, parecia ser una pelea de pandilleros pero llevada a otro nivel. Entonces centro su vista a aquel chico castaño que parecia estar indeciso de entrar a ese campo de batalla, podia sentir el miedo que sentia, la desesperación por que sus piernas no se movieran en absoluto.

De pronto alguien mucho mas alto se abalanzó sobre el joven quien en un movimiento rápido se libro del cuerpo contrario y encestó un hachazo en su cabeza. Por instinto dirigio su mirada hacia otro lado, la escena habia sido grotesca de ver e inclusive podia jurar que escucho el craneo de aquel hombre romperse como si de una cascara de huevo se tratase. Pasado un minuto y cuando se sintio más tranquilo volvio a mirar tratando de buscar al castaño pero cuando finalmente lo encontró noto que se encontraba herido y trataba de esconderse en unos arbustos.

Eso le llamó la atención, pues todos los demás continuaban en la pelea aún con sus heridas abiertas. Timba se escabulló hasta el arbusto que escondía al castaño desarmado, pudiendo visualizarlo con un gesto adolorido, temblando y muy pálido. Debajo de él, un charco de sangre espesa se extendía con velocidad. Timba sabía que la herida que tenía sería fatal, y él se rehusaba a ver morir a alguien fuera de las granjas. Tenía el presentimiento de que ese chico castaño no sería malo. Además, quizá así aceptaría explicarle quiénes eran y porqué luchaban en medio del bosque.

—Quiero ayudarte —masculló en su oído cuando saltó al arbusto, aprisionándolo con sus brazos—. No vengo con ellos, no te haré daño. Pero no alertes a nadie, o tendré que dejar que te desangres.

El castaño asintió levemente y Timba aflojó su agarre cuando supo que no gritaría. Se agazapó sobre la pierna para inspeccionarla, descubriendo que le habían apuñalado desde el inicio del chamorro hasta el tobillo. La sangre seguía causando una reacción desagradable en Timba, pero por primera vez en mucho tiempo ayudaría a alguien a sanar y no a ser herido, lo que le motivó a enfocarse a armar un torniquete adecuado. Se arrancó una manga de su camisa blanca y buscó en el suelo una rama lo suficiente ancha.

—¿Cuál es tu nombre? —la voz del muchacho le sorprendió.

—Soy Timba —respondió consciso, concentrado en el procedimiento—. ¿Y el tuyo es?

—Víctor. Dijiste que no vienes con ellos, ¿con quién vienes entonces?

—Con nadie.

—Es imposible. ¿Para qué querrías salir solo?

—¿Salir de dónde?

—¡Del refugio!

La mención de un refugio lo diatrajo tanto que provocó que la rama que maniobraba se encajara en la zanja ensangrentada de la piel contraria. Lo siguiente que escuchó fue un grito de dolor.

Timba se disculpó horrorizado por haberlo lastimado, tratando de sujetarlo para terminar de armar el torniquete interrumpido, mas Víctor empezó a huir del arbusto que los mantenía ocultos. En ese momento, sus compañeros vocearon su nombre y Víctor reveló su ubicación.

—¡Ayúdenme! ¡Me están atacando!

—¡Estoy tratando de ayudarte!

El grupo de jóvenes ensangrentados destapó el montón de hojas y una mitad auxilió a Víctor a sostenerse en pie, la otra mitad sujetó al desconocido azul antes de que huyera.

—¿Quién eres tú y dónde está tu grupo? —preguntó uno de los muchachos que le sujetaban el brazo—. ¡Identifícate!

—¡No soy de ningún grupo y no vengo de ningún refugio! Soy... Soy de las granjas. Escapé.

Una ola de conmoción se escuchó de inmediato. Desde la llegada de "los seres", nunca se había escuchado de alguien que hubiera logrado escapar, se dio por hecho que cualquiera que entrara a ese lugar no volvería a ver la luz del sol.

—¿Cómo sabemos que lo que dices es cierto? —inquirió otro de los muchachos.

—Viste de blanco —señaló Víctor—. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que es el color más llamativo para salir al bosque.

—¡Llevémoslo al refugio! Ahí podrán interrogarlo.

—Sí, de todas formas ya se llevaron la comida que recolectamos. Volvamos.

El peliazul sintió como el agarre se intensificó mientras sus ojos miraban fijamente al castaño que se encontraba herido. Victor no podia soportar la mirada tan fuerte y pesada del más alto, era como si pudiera notar la angustia y la decepción en sus oscuros ojos, no podia lidiar con eso, la culpa le corcomia. Asi que solo balbuceo "perdón" mientras baja la mirada. Timba no contesto ni expreso ninguna emoción, algo como esto no podria derrumbarlo o no cuando habia visto cosas peores.

Y tambien estaba ese hecho... el sin duda habia cometido cosas aun más horribles. Entonces se lo llevaron a un lugar desconocido, aún pedazo de lo que alguna ves fue el infierno en la tierra, puede que ese haya sido el inicio de su final.

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_mazapan
@globit0o

Notas de las autoras.

A Mazapan y a mi nos da miedo que no les guste los capitulos asi de largos. Enrealidad nuestro capitulos siempre quedan mas largos pero los recortamos para que no les aburran.
¿Ustedes que opinan, les gustan los capítulos asi de largo o los prefieren más cortos? Necesitamos su opinión.

Sin más, espero les haya encantado el capítulo. 💗

Extra:

Me dan risa mis conversaciones con Mazapan 🤠