Especial de Halloween: Los Mutantes, Parte #02.
El mecánico ya había llegado al Taller, siendo recibido por 2 robots.
—¿Qué sucede? La-La-La-Larry. —Cuestionó Jerry junto a su querida novia Merry, quienes habían sido los encargados de cuidar el lugar, mientras los demás salían de Dulce o Truco.
—Solo síganme. —Anunció agitado el peli blanco, trotando hasta el ascensor que llevaba al Patio de Juego de Los Sueños.
Ya abajo, la pequeña robot insistió en saber qué estaba pasando.
—Larry, ¿Y los chicos? —Dudó la de moño, observando como el de braga azul corría de un lado a otro del laboratorio.
—Pues. —El mecánico hizo una pausa. —Los chicos se han convertido en monstruos, yo, no puedo dejar que se queden así para siempre, por eso estoy intentando crear un antídoto para curarlos.
Pasados unos diez minutos, el de lentes logró inventar la solución a su problema, pero, sabía que él solo no iba a poder contra los 4.
—Bien, robots, ustedes me ayudarán. —Expuso tomando de uno de sus estantes varias pistolas de dardos, para luego darle una a Jerry, otra a Merry, una para él y las otras las guardó. —Es hora de cazar monstruos. —Concluyó Larry saliendo del establecimiento.
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Fuera del Taller, el mecánico, su asistente robot fallas locas y la novia de éste se dirigieron a la Casa Embrujada, para atrapar al Monster Team Hot Wheels. Aunque, ya era muy tarde, los chicos habían desaparecido del lugar, sin dejar rastro.
—Lle-lle-lle-llegamos tarde. —Dijo Jerry sin esperanzas.
—Esto no puede ser. —Declaró Larry comenzando a asustarse, sin embargo, se calmó cuando vio en la otra esquina de la calle al Alcalde de la Ciudad. —Oh Señor Alcalde, gracias al cielo está b...
El hombre de traje se giró repentinamente y empezó a correr hasta el peli blanco, cabía destacar que su vestimenta estaba rota y tenía la cara verde.
—Cuidado. —Advirtió Merry disparando uno de los dardos al mandatario, quien después de que la fina pulla lo tocara, volvió a la normalidad.
—Uh... —El hombre regordete miró a todos lados. —¿Qué pasó? —Interrogó sobándose la cabeza.
—Larga historia que no hay tiempo que contar. —Habló rápidamente Larry. —Señor Alcalde, vaya y refugiese, por favor. —Añadió con tono preocupado, a los segundos, el de traje ya se había ido.
Después de una larga búsqueda por las calles y avenidas, encontraron al primero de los cuatro.
—A-a-a-ahí está. —Señaló Jerry a la punta de una colina, lugar donde se hallaba Lobo Brandon.
—Jajaja. —El peli marrón pudo divisarlos desde su puesto, y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba al frente de ellos, intentando hacerles daño.
—Oye, ay. —El azul pasó una de sus garras por el brazo del mecánico, provocándole una pequeña cortada. Larry comenzó a huir del Lobo Brandon, pero éste era más rápido.
El híbrido acorraló al mecánico en un callejón y estuvo a punto de hacerle más daño, no obstante los robots llamaron su atención lanzándole cualquier cosa que se encontraban.
—No te le acerques. —Exigió Merry molesta.
—Deja a La-La-La-Larry en paz. —Agregó Jerry.
En una de esas, el mayor aprovechó y logró dispararle con uno de los dardos que contenía el antídoto al peli marrón.
—¿L-Larry? —Brandon recuperó la consciencia, sacudió la cabeza y volvió a fijarse en su entorno. —¿Y el lobo?
—Tú lo eras. —Contestó el de lentes sacando de su bolso otra de las armas, para entregársela al inteligente. —Ahora vamos a salvar a los chicos, que también son monstruos.
Siguieron caminando mientras el mayor le explicaba al de azul la situación, así, hasta hallar al próximo.
—Miren. —Indicó Brandon a uno de los restaurantes del pueblo, donde la gente huía despavorida y cierta persona lanzaba cosas para desquitarse.
—¡Tu no gustar! —Chilló FrankenRhett tomando con toda su fuerza posible una de las mesas del local y la tiró cerca de un hombre junto a su hija. Seguidamente, se encaminó al mostrador, para agarrar de la camisa al joven que atendía el puesto. —¡Querer comida! —Exigió.
—Rhett. —Escuchó el monstruo verde que lo llamaban. —Déjalos en paz. —Ordenó Brandon.
—Tú. —El peli naranja lo señaló acusatorio, con una mirada malvada. —No gustarle a FrankenRhett. —Prontamente, soltó al chico y empezó a correr hacía el inteligente.
—Ya. —Sentenció el de azul quitándose del camino, dejando ver al dúo robot, quienes sin esperar apuntaron con el revólver y dispararon el dardo-antídoto, el cual, logró darle al de rojo.
—Tú no gustarle a Franke... ¿Chicos? —El regordete había vuelto a la normalidad. —Oigan, ¿Y mi pizza? —Preguntó recordando lo último que hizo antes de convertirse en un villano.
—Te daré las pizzas que gustes cuando terminemos con esto. —Ofreció Larry entregándole otra pistola a Rhett. —Sólo faltan 2.
—Qué decirte viejo, creo que matamos 2 pájaros de un tiro. —Opinó el de cabellos naranja, pues al frente del establecimiento de comida había un cementerio, lugar donde se hallaba el Príncipe Momia Wyatt.
—Eh. —El de vendaje se dio cuenta que sus ex-compañeros estaban en el oto lado de la avenida, y en un rápido movimiento, salió corriendo, tomó varias de sus cintas y las estiró hasta que agarraran a los mencionados.
De ésta manera, los adentró al tenebroso cementerio.
—Fuego. —Mandó Larry a dispararle a Wyatt, sin embargo éste se agachó, provocando que el dardo no le diera.
—Veamos si así se divierten. —Manifestó el camionero con una sonrisa burlona, luego; metió sus manos a la tierra, a los segundos, la misma inició a temblar.
—No, puede, ser... —A Brandon le estaba a punto de dar un paro cardíaco.
—¿¡Zombies!? —Cuestionó alterado Rhett, al mismo tiempo que los indicados emergían de la tierra.
—Uuuurg. —Gruñó uno de los seres sobrenaturales, tratando de alcanzar al mayor de todos.
—Muchachos, no se dejen tocar. —Decretó Larry empezando a luchar con los zombies, al igual que el de rojo, el de azul, Jerry y Merry.
—Respeta a una mujer. —Le dijo molesta la robot a uno de los zombies, para después darle un manotazo con su pinza.
—Brandon. —Enunció el regordete por otro lado, llamando al inteligente.
—Adiós Einstein. —Finiquitó la momia Wyatt, quien se abalanzó al peli marrón, pero éste fue más avispado y jaló el gatillo del revólver, disparando por el aire el antídoto-dardo y volviendo a la normalidad al camionero segundos antes de que cayera encima de él.
—Espera. —El pelinegro no pudo frenar a tiempo, ocasionando estampar su cuerpo contra el de su primo.
—Wyatt. Bájate, tú pesas. —Espetó Brandon tratando de respirar.
—Lo siento. —Respondió el de gorra riéndose.
—Muy bien, queda uno. —Avisó Larry.
—Y-y-y-y casualmente ahí está. —Habló Jerry, mostrando como Gage Vampiro destruía con las habilidades que poseía toda la ciudad, la Pista Naranja, y aterrorizaba a los habitantes.
—A él. —Los robots, el mecánico y los 3 chicos corrieron hacía el pelinegro, cargando en sus manos la pistola y el antídoto.
—Vaya vaya, aparecieron. —Comentó burlón Gage, dejando de destrozar el pueblo.
—Disparen. —Sentenció Brandon.
Todos hicieron lo ordenado, sin embargo, con sus poderes el Líder se transportó a otro lugar, provocando que los dardos le dieran a un bombillo de la luz, quebrándolo.
—¿Qué tal? —Interrogó el de verde parándose detrás del de azul, Brandon se volteó y quedó hipnotizado con los ojos rojos del Líder, utilizando eso, el de verde aprovechó para propinarle un golpe.
—Quédate quieto viejo. —Susurró Rhett en una concentración total. Después, apuntó y disparó, lastimosamente, el dardo pasó a un centímetro de Gage.
—No lo lograrás. —Admitió el Líder con una sonrisa malvada, y usando sus poderes, hizo levitar al de cabellos naranja, y luego, lo lanzó lejos de donde se hallaban.
—Detente o lo haremos nosotros. —Sentenció Merry junto a su novio Jerry, ambos estaban tomados de la mano y apuntando con el revólver.
—Ni siquiera ustedes y su ridículo amor podrán. —Replicó Gage Vampiro, al igual que con Rhett, tomó un auto, lo levitó y en un abrir y cerrar de ojos, lo tiró hacía los aparatos, aplastándolos y acabando con sus robóticas vidas.
—¡Jerry, Merry! —Gritó Larry preocupado.
—Dentro de ese siniestro vampiro, sé que queda una pizca de Gage. —Aseguró Wyatt. —Oye debilucho, ¿Te crees muy rápido? Pues atrápame. —Seguidamente, el camionero comenzó a correr, ya que su plan consistía en provocar al de verde.
—Muy gracioso. —Expresó el pelinegro indiferente, empezando a volar. En el camino de la persecución, Wyatt intentaba darle al Líder con el dardo-antídoto, pero fallaba. En una de esas, Gage se le abalanzó, quedando arriba de éste y dejando caer a un lado la pistola.
El camionero estaba a punto de morir en manos del vampiro, pero en un movimiento, logró cambiar de posición con el Líder y atrapar el revólver. —Hasta nunca, vampiro loco. —Finiquitó disparando el dardo al de verde.
—Ah... —A Gage le dolía mucho la cabeza. —¿Wyatt? ¿Qué pasó aquí? —Cuestionó confundido.
—Viejo. —Llamó Rhett, quien se había logrado parar después de tremendo golpe, al igual que Brandon.
—Casi nos matas. —Admitió el de azul recordando lo ocurrido.
El mecánico y los chicos estaban ahora bien, pero, a Larry se le olvidó un gran detalle.
—Ahora falta la ciudad. —Recordó el peli blanco estupefacto, acordándose de que el pueblo también estaban todos vueltos monstruos.
—Ya no hay tiempo. —Dijo el Alcalde, el cual volvió a ser convertido en uno de ellos.
—¡Maniobra Evasiva! —Bramó Gage exasperado.
Los 5 salieron disparados como corre caminos, mientras eran perseguidos por media ciudad convertida en monstruo. Duraron un rato así hasta que llegaron al Taller; aunque eso no fue barrera para las alimañas que habían afuera, pues iniciaron a tumbar la pared.
—Bueno chicos, ya que vamos a morir, déjenme decirles que los quiero. —Articuló Larry casi que llorando.
—Nosotros también Larry. —Contestaron al unisonido los Team Hot Wheels, llenos de miedo.
—DIOS SANTO. —Gritó el peli naranja al ver que uno de los monstruos logró traspasar la pared.
Luego, lo que se oyó fue un grito, y después, todo se volvió negro...
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—Eh... —El primero en despertar fue Wyatt.
—¿Ya nos comieron? —Preguntó temeroso Rhett.
—No... ¿No hay monstruos? —Respondió con otra pregunta Gage.
—Chicos aléjense. —Recordó Larry despertando repentinamente.
—Ya no hay más monstruos. —Informó Brandon sacudiendo sus manos. —Todo sucedió por una sobredosis... De dulces.
—Entonces... —Comenzó a decir el de verde.
—¿Esto no fue real? —Terminó de hablar el camionero.
—No, y nunca lo será. —Afirmó el inteligente.
—Qué bien, ya no hay nada de qué preocuparse. —Opinó el pelinaranja feliz, recostando su cabeza en el suelo.
—Eso crees tú.
Extrañamente, un vampiro con una sonrisa siniestra apareció adelante de nuestros queridos chicos.
—Oh... Boi. —Susurró Brandon, antes de que los presentes pegaran un grito que se escuchó hasta en China.
Fin.
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Dibujos to feos de los chicos transformados en monstruos, hechos por mí:
Espero que lo hayan disfrutado, nos leemos ;w;.
Norisu9
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