Epílogo
Lúmina POV
La Ciudad Desértica es un lugar bastante cómodo y agradable, a pesar de estar todo el tiempo bajo el sol del desierto. Es curioso saber que esta inmensa ciudad tiene un gran domo protector, como un cristal bastante limpio, que protege a los habitantes del calor excesivo del sol, de la radiación que pueda surgir, y de la mayoría de los ataques por parte de cualquier agente externo.
Me encuentro caminando en sus calles de piedra. Hace mucho tiempo que no veía una ciudad con mis propios ojos, y después de haber tomado mi ducha diaria, decidí dar una vuelta para conocer más a la Ciudad.
Realmente agradezco el esfuerzo que hizo Luminamon para hablar con él Rey de este Reino, el amable señor NoblePumpkinmon, para que toda la caravana pudiéramos descansar aquí sin problemas. A pesar de que no tengo mucha confianza porque... tiene una cabeza de calabaza, que aún no explota por el calor del desierto... Pero, bueno; no me afecta eso.
A pesar desierto que la ciudad este llena y llena de casas de 3 o 4 pisos, y que a veces sea poco distinguible la luz del sol, las calles son lo suficientemente anchas para poder caminar en grupos grandes a la vez.
Pasando entre ellas, y cambiando de rumbo cada vez que se presenta una bifurcación, encuentro la vida social que llevan estos Digimon, que... no es tan diferente a la nuestra. Todos tienen sus hogares, cuidan bebés, venden distintos tipos de mercancía; los pequeños juegan, aunque usan sus poderes, lo cual realmente parece un poco peligroso; los adultos se reúnen y comen, hay fiestas en ciertas zonas, todos caminando de aquí a allá, sin presencia alguna de vehículos, ya sea terrestres o voladores, pero si con tecnología como para tener máquinas para vender, cajeros, una que otra radio o televisión. Si lo vemos detalladamente, estaríamos frente allá la una sociedad muy parecida a la que sea vivía durante la edad media, aunque cuentan con más tecnología que en esa época.
A veces llegó al gran patio que se encuentra frente al portón que lleva al castillo. Una gran puerta, muchísimo más alta que el Castillo de JunoKazemon, hecha de un metal cobrizo; me imagino que la luz gastó de algún modo el color del metal, ya que parece que antes tuvo un color más dorado. En el portón, distribuidos en 2 largas filas que cubren cada costado de la misma, se encuentran los guardias de la realeza. Aunque, se podría decir que su función es más parecida a la de los policías en el Mundo Humano, ya que los guardias de más categoría se encuentra dentro del castillo, que está detrás del portón y del muro de piedra y metal que rodea el castillo.
Cada vez que terminó de caminar entre las calles y barrios y llegó hasta el patio, y dirigió mis ojos al portón y a la punta del palacio que está detrás del muro, inevitablemente puedo recordar como fue que ocurrió ese día que nos presentamos ante NoblePumpkinmon y le pedimos refugio.
[ - ¡Luminamon! - se quejó Blanc ante la Digimon, mientras los guardias reales nos dirigían por los pasillos del palacio - ¡Nos hubieras dicho que nos ibas a presentar ante un Rey, y entonces nos habríamos puesto más formales!
- ¡L-Lo siento! - se disculpó ella, añadiendo el toque nervioso que la caracteriza - Pero fue muy rápido todo. Yo les pedí entrar a la ciudad, luego me presentaron ante el Rey, y el me pidió personalmente que las trajera a ustedes aquí.
- Pero, pudimos habernos arreglado - Se volvió a quejar Blanc - ¡Estamos sucias y al menos a Lúmina y a Yuine-san la ropa se les está deshaciendo!
- Pudimos al menos habernos sacudido el polvo del desierto... - comentó Yuine-san, quien estaba caminando junto a los BAN-TYO - Pero, no habríamos podido hacer mucho. No traemos ropa ni nada para vernos... en un mejor estado...
- Tal vez nos hubiéramos quitado el polvo, pero... Al menos, a nosotros no nos molesta - habló BanchouLillymon - Somos guerreros, y esta forma lo demuestra.
- Si, sé que a ustedes no les importa mucho su apariencia física - habló Yuine-san hacia los Digimons - Pero a nosotras nos preocupa mucho la apariencia.
- Nunca seremos capaces de entender a las mujeres - se quejó Kudamon desde el cuello de Yuine-san.
- ¡Oigan! ¡Ya llegamos a su palco! - nos dijo Luminamon, cuando los guardias se detuvieron frente a una puerta blanca con detalles de oro - Actuemos|
- Educadamente - dijimos todos al mismo tiempo.
Uno de los guardias abrió las puertas, y entró al palco, dando una reverencia.
- Majestad. La señorita Luminamon ha traído a los mencionados Elegidos de JunoKazemon. Se encuentran aquí, junto a otros Digimons que los acompañaron en su viaje.
- Muchas gracias, Tactimon. Puedes dejarlos pasar...
El Digimon guerrero se hizo a un lado, y entonces nosotros pasamos dentro. El palco era algo grande, con una alfombra muy bien decorada en el suelo, ventanales en ambos costados cubiertos por largas y delgadas cortinas, y alguna que otra decoración de los lados, como alguna estatua de oro o plata. Para mi, el palco de la realeza estaba más vacío de lo que esperaba de uno.
Entonces, mi atención se dirigió hacia el supuesto llamado Rey: era una persona, que tal vez de pie seria de un par de metros mínimo; vestía un traje bastante elegante, de color blanco por cierto, y con un graduable peluche de color gris que descansaba en el cuello del Digimon. Se veía que dicho traje le quedaba justo, o que la medida del mismo era exacta, porque se podía observar a detalle las partes de su cuerpo. En sus manos llevaba unos vistosos guantes negros, y con uno de ellos sostenía un báculo delgado de oro.
El problema principal no era ahí. Ni tampoco en la gran corona de oro, con decoraciones plateadas, de cristal, y la tela rojiza que decoraba su cabeza. El problema, y la razón por la que volteé a mirarlo, era su cabeza: era literalmente una calabaza. Una calabaza de Halloween, con una amplia sonrisa en ella, unos ojos amarillos penetrantes, y además un par de cuernos a los lados de la cabeza.
- ¡Bienvenidos, y bienvenidas! - nos habló de manera muy educada. De hecho, no esperaba mucha educación de su parte - Parece que Luminamon ya les dio a conocer mi identidad, pero me gustaría presentarme formalmente. - Se levantó e hizo una pequeña reverencia - Mi nombre es NoblePumpkinmon, Rey de la Ciudad Desértica.
- Un gusto, su Majestad... - alcance a decir, al tiempo que todas y yo dábamos una reverencia a forma de saludo. Pude escuchar como Yuine-san golpeaba levemente a BanchouLeomon para que ellos también se inclinaran. NoblePumpkinmon se levantó, y nosotros también lo hicimos.
- Escuche mucho de ustedes, por parte de su adorable mensajera Luminamon - habló amablemente - Pero, tenía muchas ganas de conocerlos en persona.
- Más que mensajera, ella es nuestra compañera - habló firmemente Yuine-san, a tal modo que definitivamente los pelos se me pusieron de punta, como miedo de que nos dijera algo NoblePumpkinmon. Y más miedo me dio cuando siguió hablando - Ella nos ha ayudado en muchas ocasiones, y esta ocasión es solo una demostración de que es más que una "mensajera".
- En tal caso, les pido sinceras disculpas - respondió rápido y educado. Mucho más de lo que me imaginaba - No tenía idea de que sus hazañas fueran más de las que me hizo imaginar...
El silencio comenzó a formarse, pero el siguió hablando rápidamente.
- Su amiga y compañera Luminamon me hablo de su situación, Elegidos de JunoKazemon...
- De hecho, somos chicas - hablé esta vez yo, indicando a Yuine-san y a mi - Somos 3, pero una de nosotras se quedó en nuestro refugio debido a que durante bastante tiempo se ha encontrado herida.
- Ya veo... - comentó con fascinación, mientras fijaba las miradas tanto en nosotras 2 como en los Digimons - Me sorprende que la diosa JunoKazemon haya tomado una decisión de esa forma.
- Pero... suponemos que está al tanto de la invasión demoníaca.
- Lamentablemente si - respondió él, con seriedad - Mis mensajeros han sido bastante rápidos con la situación, y me han informado en tiempo y forma de todo lo que ha ocurrido en el Digital World...
- Entonces, podrá imaginarse las medidas que tomó JunoKazemon.
- Ya me lo imagino... - comentó el Digimon, caminando hacia el ventanal de la derecha - Tuvo que... llamarlas a ustedes, seguramente desde un sitio muy lejano, hasta aquí para luchar por una guerra que no es suya.
- Es nuestra guerra en el momento en que aceptamos - aclaró Yuine-san.
- Por supuesto que si. De lo contrario, ninguna de las 2 estaría aquí... - comentó alegremente. Y siguió hablando - su compañera Luminamon me hablo muy bien de ustedes... Que han estado ayudando a la servidumbre de la Diosa... Y que han luchado contra Demonios Mayores para protegerlos y traerlos hasta el desierto...
- ... - Yuine-san y yo cruzamos miradas - Si... hemos luchado contra algunos Demonios Mayores para cuidarlos a todos...
- ¡Eso es fabuloso! -exclamó con alegría - Ver la determinación en sus miradas, y escucharla desde sus labios... ¡Ustedes seguramente serán útiles!
Ahí fue cuando me asuste, junto con Yuine-san. Ella dirigió inconscientemente su mano a su Digivice, mientras que yo hablé, con un poco de timidez ya que su curiosa cabeza también me generaba una mala vibra.
- Disculpe, Majestad... ¿Dijo "útiles"?
- ¡Oh, lo siento! Se lo que estarán pensando, pero mi intención no fue expresar eso... - Caminó hacia nosotros, y aparte de confirmar que era alguien muy, pero muy alto, también observe que tenía un par de alas de ave, de color azul oscuro, en su espalda - Luminamon me expresó sus temores acerca de su situación actual. Dijo que sus guerreros y ustedes mismas han estado viviendo en un gran agotamiento y cansancio en estos días, debido a su recorrido en el desierto...
- Es cierto. Tiene razón... - habló Sistermon Blanc.
- Y, una vez que me dijo eso, me hizo una petición muy arriesgada... - comentó seriamente, mientras daba una vuelta y se dirigía de nuevo a su trono - Me pidió asilo para ustedes, hasta que puedan recuperar fuerzas para continuar su viaje...
- ... - En silencio escuchábamos todas y todos.
- Ustedes han de saber que fácilmente no puedo acceder a esa petición...
- ¿? ¿Por qué? - preguntó muy seria Yuine-san, casi expresando molestia.
- Pues... - comenzó a explicarnos, algo que habíamos considerado hace unos pocos días - Si fueron atacados por Demonios Mayores, y sobrevivieron, existe la posibilidad de que los hayan rastreado...
- Imposible - interrumpió BanchouLeomon, hablando por primera vez - Hemos estado en vigilia continua, y no hemos detectado|
- Una cosa que he aprendido, BAN-TYO, es que la vista y el oído pueden ser engañados fácilmente - habló NoblePumpkinmon con más seriedad - Puede que no hayan visto ni oído nada, y aún así los demonios estarían detrás de ustedes... - se sentó en su trono suavemente - Dadas esas condiciones, es imposible que les de asilo alguno... a menos que...
- ¿? - esas palabras nunca son señal de algo bueno.
- A menos que... durante el tiempo que se queden, me sirvan...
- ¿Qué? - preguntaron los BAN-TYO y Yuine-san con sorpresa e incredulidad.
- Si me sirven y llegan a... ofrecerme "utilidad", por así decirlo, entonces me encargaría de que toda la guardia real, mi ejército, y hasta mis generales, comandados por Tactimon, se encarguen de su absoluta seguridad. Tanto de ustedes aquí presentes, como también de los demás Digimons de servidumbre que traen en sus filas. Pero, como les digo en un inicio, tendrían que hacer ciertas labores para que les conceda tal privilegio...
- ... - todos nos quedamos en total silencio.
- Deben entenderlo... no puedo simplemente aceptar un montón de Digimons a la ligera, dado que estamos en estos tiempos de tanta tensión y estrés. No puedo cuidar de nadie más, cuando deberíamos estar preparados frente al ejército demoníaco, que constantemente ha movido sus filas militares. Ustedes lo saben.
- Si, lo sabemos - habló Yuine-san con amargura - Yo... vivía en la Ciudad del Nacimiento antes de que los demonios llegarán a ella.
- Mi más sentido pésame - desde su trono, hizo una reverencia de lastima -Por lo tanto, lo único que hacen es darme la razón: no puedo tenerlos aquí dentro, con semejante peligro de fuera, sin tener que... conseguir algo... - finalizó con una sonrisa... que nunca me ha gustado observar. Una de aquellas sonrisas que te dicen que hiciste una mala decisión.
Pero, no tenemos otra opción. Seguir avanzando en el desierto ha sido bastante agotador en estos días, y tiene razón en algo: no tenemos la menor idea de si realmente los demonios han dejado de seguirnos, después de la derrota de Beelzebumon; y más aún, tenemos pendiente el tema con ZekeGreymon Burst Mode... no tenemos ni la menor idea de su paradero actual, y mucho menos de sus planes. Pudo habernos seguido hasta aquí, y el simple hecho de estar con el Rey tal vez se vuelva una amenaza para toda la Ciudad. Nuestra mejor opción es aceptar su ayuda, aunque sea condicionada...
- ¡Aceptamos! - dije antes de que Yuine-san se quejara, o de que alguien más dijera algo. Entonces, al ver la expresión de sorpresa de todos, me di cuenta de que había gritado demasiado alto - Discúlpeme por ese tono de voz. Pero, nosotras, las Elegidas de JunoKazemon, y los Digimons pertenecientes al grupo BAN-TYO, aceptamos sus condiciones, para poder cuidarnos y proteger a los nuestros...
- ... Me alegro de que... hayan tomado una decisión muy sabia - expresó con tranquilidad.
- De acuerdo... ¿Entonces que será lo que haremos? - preguntó BanchouLeomon seriamente.
- ¿? ¿Ahora mismo? ¡Nada! - exclamó NoblePumpkinmon con una sorpresa muy... genuina, ante el interés de BanchouLeomon - Puede que hayamos llegado a un acuerdo, pero eso no les quita el título que tienen ustedes: invitados. Y cómo a todo invitado, la Ciudad Desértica debe encargarse de que se recuperen después de su viaje hasta llegar aquí. - habló con una calma y alegría que me tomó bastante por sorpresa - Tenemos una región poco habitada en la Ciudad. La llamamos Dust Zone, pero solamente porque pocos han habitado en ella. Esta un poco alejada de las demás zonas, pero creo que será suficiente para que puedan quedarse a descansar sin interrupciones. Tactimon se encargará de ñlevarlos hasta allí, además de que también se encargará de que el día de mañana, una vez que estén recuperados, les dará a conocer sus tareas durante... ¿Cuánto tiempo desean quedarse?
- Un mes - esta vez habló Sistermon Blanc, con determinación - Solamente necesitamos un mes para continuar nuestro camino...
- De acuerdo... mañana, Tactimon les indicará las actividades que llevarán a cabo durante este mes... - Mediante un movimiento, las puertas de atrás se abrieron y el mencionado entró al palco. - Ya pueden retirarse...
- Gracias Majestad...- Esta vez quien hablo fue Luminamon. La primera vez en toda la conversación que le dirigía palabra, a pesar de que ella fue quien había hablado con el hace poco para llegar hasta este punto.
...
- ¿¡Por qué aceptaste tan fácil!? - se quejó Yuine-san hacia mi.
Una vez que habíamos llegado a la dichosa Dust Zone, el cual en efecto era una zona prácticamente inhabitada, Tactimon nos dejó instalarnos a nuestro gusto, además de que nos ofreció los servicios médicos de la ciudad para los que estaban heridos, y proveyeron a todos los de la caravana de alimentos y ropas cómodas para instalarse.
La zona en cuestión era una especie de zona de condominios, o mejor dicho un conjunto de pequeños departamentos, compuestos de largas y numerosas filas de dichos edificios no mayores de 5 pisos. Y lo suficientemente grande para albergar a todos los presentes en la caravana.
Nosotros, junto a los BAN-TYO, nos instalamos al frente de todos los condominios; después de una larga e inexplicable discusión con muchos de ellos, finalmente logramos quedarnos en aquella zona.
Entonces... estando en aquella pequeña casa, fue cuando pude recordar lo que era ser un chica normal. Haber sentido la cama en donde dormiré después de haber estado muchos días en el frío del pasto o lo seco de la arena; haber cepillado mi cabello, el cual había logrado mantener a raya usando una que otra rama de árbol, que a pesar de darle a mi cabello la comodidad que necesitaba solo terminaba más sucio; haber entrado en el baño, y abierto la llave para comenzar a bañarse, después de estar mucho tiempo sin sentir el agua correr en mi cuerpo, a excepción de las escasas veces que llovió en el bosque...
Recordé entonces mis días en el Mundo Humano; recordé los días en que me levantaba tarde de la cama, me daba una rápida ducha y me vestía, a veces desayunaba algo, y entonces corría de inmediato hacia la escuela. Recordé los días en que tomaba clases, me aburría a veces en el aula de estudios, y los amigos que había logrado hacer... Recordé también a Nikoru, la chica con quien choqué y con quien tuve un poco de amistad, días antes de terminar en el Digital World. A veces me preguntaba... qué será de su vida...
Pensar en todo esto es demasiado nostalgico. Solo me hace recordar que he estado en el Digital World alrededor de 3 semanas y un mes, o algo así... No he estado aquí demasiado tiempo, pero mi vida ha cambiado total y radicalmente... Porque cada vez que recuerdo aquellos días de nostalgia, difícilmente puedo imaginarme en esas situaciones. Recuerdo que viví esos momentos, pero ya no soy capaz de visualizarme en esas situaciones de nuevo...
La voz de Yuine-san me sacó de mis pensamientos y me regresó a la realidad.
- ¿? ¿Disculpa?
- Debes ponerme atención, Lu -se quejó Yuine-san, en la comodidad de su cama, que estaba alado de la mía - Pero, ¿¡Por qué aceptaste tan fácil!? ¿¡No ces que ese tal NoblePumpkinmon nos va a terminar usando!?
- ... - Me quedé en silencio unos instantes - Tal vez tengas razón|
- ¡No! Claro que la tengo - se quejó Yuine-san - Se supone que iríamos hasta la Ciudad Sagrada, y ahora estamos aquí, como si estuviéramos de vacaciones o algo parecido... Y eso no es todo. Mañana nos pondrán a trabajar como esclavos...
- No lo creo así - le dije para tratar de tranquilizarla - Si fuéramos esclavos, nunca nos hubiéramos visto con NoblePumpkinmon. Luminamon no nos hubiera hablado de él, y nos hubiera dicho que quería vernos...
- Hablando de Luminamon - Yuine-san se dirigió a la Digimon - Luminamon, ¿Por qué diablos no nos dijiste que NoblePumpkinmon tenía condiciones?
- ¡! - La Digimon, que flotaba en la habitación, habló con timidez - N-No lo sabía. Cuando hablé con él, solamente me dijo que quería hablar con ustedes...
- Ese no es el punto, Yuine-san. El punto es que tiene razón NoblePumpkinmon.
- ¿? ¿Razón en qué?
- Razón en desconfiar de nosotros - aclaré. Y rápidamente le comencé a explicar - Peleamos contra Daemon, y Beelzebumon escapó. No sabemos siquiera si los demonios entonces comenzaron a seguirnos, pro hay mucha posibilidad de que haya pasado. Y, por si fuera poco, aun tenemos pendiente el tema de ZekeGreymon Burst Mode. No tenemos ni la menor idea de su paradero, ni si aun siga de cacería tras May y Noir. No tenemos ni idea de si haya alguien detrás de nosotros, así que somos un peligro potencial...
- Hemos estado de guardia constantemente - aclaró Yuine-san - Es imposible que nos hayan seguido.
- Pero, eso... nos nos asegura que ellos no hayan conseguido una forma de seguirnos, sin tener que estar tras nosotros... - comentó Blanc, que estaba sentada en una tercera cama, usando una batalla de baño y dejando de lado su traje de conejo... ahora que la veo bien, es muy extraña verla así. Ya no parece una Digimon: luce como una chica cualquiera - Ninguno de nosotros tenemos idea de la capacidad militar o tecnológica del Inframundo Digital... - siguió explicando - De hecho, escuche una vez que entre los Royal Lords, existe uno que es como el genio del grupo, y que es capaz de hacer inventos sobresalientes y extraordinarios.
- Los Royal Lords... - Blanc nos había hablado de ellos en nos de una ocasión, durante nuestro viaje en medio del bosque.
Los 8 miembros de la orden de mayor jerarquía en el Inframundo Digital. Los jefes finales a los que hay que enfrentar para cumplir la misión de JunoKazemon: destruir los planes del Inframundo Digital antes de que se apoderen del Digital World. Sin embargo, hasta ese momento, lo único que hemos conseguido ha sido la evolución, y según lo que Blanc nos ha contado, los Royal Lords, cada uno por separado, son capaces de pelear mano a mano contra los Dioses mismos. Nos falta mucho por recorrer si queremos cumplir con esta misión.
Y, ahora que nos dice sus temores, podemos más o menos imaginarnos al grupo: entre ellos un genio que hace inventos extraordinarios. Así que no sería descabellado pensar que, después de haber dejado vivo a Beelzebumon, ya haya pensado en alguna forma de seguirnos sin que nos demos cuenta. Todo es probable en este escenario.
Todas nos quedamos en silencio después de aquellas palabras, pero se notaba que Yuine-san aun estaba molesta. No le parecía en lo más mínimo el que hayamos aceptado estar aquí como trabajadores, a pesar de que nos dieran asilo.
Yuine se metió en las cobijas de su cama, con intenciones de quedarse dormida. A pesar de que era pasado de la media tarde, como las 4, aun teníamos sueño y cansancio por haber estado moviéndonos de noche y descansando durante el día. Lo mejor es que tenemos lo que queda del día, y toda la noche, para poder descansar de estos días agotadores y cansados.
Blanc también se fue a dormir, y Luminamon se acurrucó a un lado de mi. Y, antes de dormirme, pude prestar un poco más de atención a aquello que ha seguido en mi cabeza por dias: la campana que se mueve y suena segundo a segundo. No molesta del todo, no es un sonido que genere mucho escándalo, ni interrumpe mis actividades, se pero... sigue estando presente. Ni siquiera soy capaz de dejar de oírla incluso después de cerrar los ojos, y aquella ocasión en que me metí a dormir para descansar y procesar todo lo que había ocurrido... esa ocasión no fue la excepción. ]
Todo esto ocurrió hace ya una semana. Una larga semana en la que hemos estado adaptándonos a nuestra nueva vida en la Ciudad Desértica.
Yuine-san se estuvo negando todo lo que quedo del día, cada vez que despertaba de sus sueños, y aún quiso seguirse negando cuando había llegado nuestro primer día de trabajo. Pero, después de que Tactimon les permitieran, a los BAN-TYO, a Kudamon y a ella, trabajar en el entrenamiento del ejército y de los nuevos soldados, que justamente se habían inscrito unos días antes, entonces dejó sus quejas de lado.
Por cierto, hablando de los trabajos nuevos que adquirimos; honestamente creí que el Rey NoblePumpkinmon mandaría a alguien que nos diría nuestras nuevas labores; sin embargo, Tactimon y un pequeño puñado militar fueron a nuestras casas (cosa que me asustó al principio), y nos dio libertad de escoger las labores que haríamos. Fue muy sorprendente, pero después de explicarnos que los habitantes son pocos para las actividades que se realizan, entonces sería algo lógico de pensar.
Sistermon Blanc decidió ir a trabajar en la enfermería; específicamente, en un hospital, por así llamarlo, que se encuentra al centro de la ciudad. Esto porque en ese hospital se encuentran internadas May, Lunamon, Gryzmon, y Sistermon Noir. Además de que quiere cuidar a su hermana de cerca, también sirve para que a los enfermeros de ahí les explique más o menos del funcionamiento de un cuerpo humano, y así evitar que le hagan experimentos extraños a May o le den cosas que puedan hacerle daño.
Luminamon se fue a trabajar a... ¿Eran minas? No, no eran minas. Se fue a algo de maquinaria. Al parecer, la razón por la que la Ciudad Desértica apareció de la noche a la mañana (en realidad, de la madrugada al mediodía) es porque la ciudad misma cuenta con un mecanismo de movilización. En otras palabras, la ciudad se puede mover y caminar por el desierto. Una completa locura, pero con todo lo que he visto en el Digital World, espero que no sea lo más loco posible aquí. Entonces, Luminamon se fue a trabajar en esos lugares. Honestamente, y no porque no le tenga confianza, no tengo ni la menor idea de cómo es que ha mantenido su empleo en ese lugar durante esta semana. Además de que después de trabajar regresa con una sonrisa, como si se tratara de un niña de 7 años que regresa de la primaria. Y solamente porque me ha dado un miedo inexplicable es que no le he preguntado que diablos hace allá.
Como dije, a Yuine-san y los BAN-TYO se les ofreció trabajar en entrenamiento militar para nuevos soldados. Esto porque Tactimon sabía, por contactos que tenía con la Ciudad del Nacimiento, que Yuine-san estuvo defendiendo a la Ciudad antes de que ocurriera la invasión, por lo que pensó que sería buena idea dejarla en ese campo. Y también a todos en la caravana les dejaron empleos. A pesar de que hemos estado lidiando con las continuas quejas por parte de todos, de que no querían trabajar y cosas así, hemos lidiado con el asunto.
En mi caso... mi trabajo es un poco... mas extraño de lo que creía. Me terminó tocando trabajar como... cuidadora de niños en un kinder. Por así decirlo, ya que es la referencia más cercana que se me ocurre para este trabajo. Y, con respecto a lo que había dicho antes... Es cierto que tomé mi ducha diaria, y es cierto que después decidí pasear un poco por la ciudad. Pero, en realidad, este paseo que doy no es por simple coincidencia o aburrimiento mío; bueno, esto último si. Ya que tengo tiempo suficiente antes de ir a cuidar niños... ¿O son Digimons bebés? No tengo idea; los conceptos a veces me confunden mucho.
Después de estar mirando estaré portón por largo rato, decidí continuar con mi camino para llegar al trabajo. Ahora que lo pienso un poco, esas palabras sonaron demasiado maduras para alguien que tiene 15 años. O bueno, mejor dicho tiene 16 años, según el Digivice este...
Las calles pedregosas son realmente una de las cosas que me gustan de las ciudades. Estas calles normalmente ocultan mucha historia, ya que relatan de edades muy antiguas y esconden en ellas muchas y largas historias, de las cuales seguramente son historias bastante interesantes... Y, otra de las cosas que me gustan de la Ciudad Desértica, es que todas estas calles están cubiertas de dichas características que me hacen preguntarme... ¿En que edad vive esta ciudad? ¿Habrá en otro lugar algún Reino con tecnología más avanzada? ¿En la Ciudad del Nacimiento había más tecnología? ¿La Ciudad Sagrada, nuestro destino, tendrá más tecnología?
Antes de que me diera cuenta, ya había llegado a la "guardería" por así decirlo. Aquí, muchos Digimons dejan así sus pequeños mientras que ellos asisten a las labores que tienen, de los cuales la mayoría se encarga, según escuche, de trabajar en la maquinaria de la Ciudad, para asegurarse de todo siga funcionando de manera perfecta. Otro se encargan de agricultura, aunque por lo que he visto en estos días las extensiones de tierra dentro de las murallas no recuerdo mucha, pero si existe una gran variedad de plantas que se pueden cultivar a pesar de las condiciones desérticas. Y otros, algo que me sorprendió bastante, es que otros se encargan de ganadería. No tenía ni la menor idea de que algunos Digimons podían ser "menos inteligentes" y terminar en la ganadería. Pero, no me quejo: ni siquiera sé cómo funciona ese sector.
Llegue hasta las instalaciones, entre en ellas, y me moví en los pasillos, de lo que tiene una apariencia muy similar a la escuela en la que asistía, y llegue hasta el salón en donde estaría encargada de trabajar. Y no estaría sola, gracias a Dios. Me acompañaba una Digimon: Bastemon.
- ¡! ¡Nya! - exclamó ella encargada cuanto me vio entrar - Hoy llegaste más temprano de lo normal.
- Tuve tiempo libre... - le respondió, mientras me sentaba en el suelo con ella - Así que decidí dar una buena, y también aproveché para llegar un poco más temprano.
- Bueno, esto podrá justificar ella que ayer hayas llegado 15 minutos tarde...
- Oh, cierto... Jeje... - ayer me había despertado tarde, y tuve que hacer todo a último momento, por lo que si bastante tarde de mi casa y termine llegando tarde al trabajo. - Pero, ya te había pedido muchas disculpas por eso.
- Ya lo sé. Pero, ese de ahí no lo dejara pasar.
Algo que me ha molestado un tanto en el trabajo: la vigilancia. Ya sea que NoblePumpkinmon tenga mucha desconfianza de que te mente estemos trabajando, o no tiene confianza de que seamos honestos y buena gente, o lo que sea; el punto es que no nos ha dejado dejado "acosar" con soldados, que nos vigilan dejados de que comenzamos el turno laboral hasta que lo concluimos, y están al tanto dejados de todos nuestros movimientos (a excepción de cundo vamos al baño); por lo que he oído de las demás, es algo que decidió hacer como táctica definitiva. Puede que fes pues ya nos sean necesarios, o.... Bueno, no lo sé...
- Lo se. Ya le reporté el por qué ayer me atrasé - explique, con un suspiro pesado. Tener alguien tan a tus espaldas ya se volvió una molestia durante esta larga semana que ha transcurrido. - Pero, no dejo de pegarme el ojo desde ayer.
- Pero, no te preocupes, nya. Sigamos haciendo nuestro trabajo, y todo quedará resuelto...
Ojala así de simple fuera...
...
- ¡Hasta pronto!
El Golemon recogió a su... ¿camada de hijos? Y con ellos, que Ryan unos 6 en total, terminábamos nuestra jornada. En cuanto desaparecieron del umbral, Bastemon y yo nos recostamos en el suelo.
- ¡Eso fue muy cansado!
- ¡Tienes razón! ¡No creí que cuidar a tantos Sunarizamon sería demasiado pesado!
- ¡Nya! - exclamó Bastemon con mucho cansancio.
Resoplamos ambas, y miramos a la ventana. Ahí seguía parado aquel guardia militar. Por un momento me pregunté si sintió algo de remordimiento al ver como los Sunarizamon se abalanzaron sobre nosotras en más de 2 ocasiones. Pero, ya no importa: la jornada de hoy había acabado, y eso significaba...
- Bien, puedes ir a casa Lúmina - me dijo Bastemon - Yo me encargaré de limpiar todo este desorden.
- No, Bastemon. Yo te puedo|
- Hoy llegaste más temprano de lo usual, y trabajaste más que en toda la semana. Así que insisto...
- ... - No quería dejarla aquí sola trabajando. Si, sé que había hecho hoy más esfuerzo de lo que estuve haciendo durante estos días, pero, aún así... dejarla aquí me recuerda un poco... a lo que ocurrió en el Castillo.
Me recordó al momento en que permití darme la vuelta, y gracias a eso JunoKazemon está muerta... Aunque, Sistermon Blanc ya me explicó que ella y Noir comparten la conciencia de JunoKazemon, de una manera demasiado extraña, y que en realidad no está muerta, sino "dividida". Y también ha insistido en que ellas me pidieron que me fuera para no estar en peligro por su pelea contra Murmukusmon. Pero, a pesar de eso... no puedo dejar de sentir que le di la espalda, y que por ese acto JunoKazemon no está aquí.
- Vamos, te lo mereces... - siguió insistiendo Bastemon, sentándose en el suelo - Durante esta semana has estado trabajando duramente, y en especial hoy demostraste que eres muy capaz.
- ¿? ¿Capaz?
- Si... ¿Acaso creíste que no me daría cuenta de la forma en que cuidaste de ChibiKamemon, antes de que llegarán los Sunarizamon?
- ... - También recordé lo que había pasado hace unas cuantas horas, después de comenzar la jornada hoy.
Un pequeño ChibiKamemon estaba triste y asustado, debido asusta que era su primera vez lejos de los brazos de su madre. Desde que entro asusta la habitación, había llorado con amargura, pero en silencio para que ni Bastemon ni yo lo notáramos, y después de un rato entonces me di cuenta de su situación. Así que rápidamente lo tome en mis brazos, y le conté un cuento. El... mismo cuenten to que les conté a ellas... Y, y al como lo supuse, eso tranquilizó al pequeño ChibiKamemon y permitió que volviera a sonreír después de aquello. Una escena muy memorable a decir verdad...
- Dime, Lúmina - continuó hablando Bastemon - ¿Ya tenías experiencia cuidando niños?
- ... - Quise decir que si, porque era la verdad. Pero, esa misma verdad, y el trasfondo de ella, fue lo que hizo callar rápidamente, como si un nudo cerrara mi garganta para no tener que pronunciar aquellas palabras, y rápidamente especial ese tan lindo par de nombres...
Sentí que me quebraba, pero por suerte aun no había comenzado a llorar, por lo que pude mantener la cordura para responder.
- No... pero, tengo algo de suerte con ellos...
- Entiendo... - comentó a modo de respuesta ante mis palabras - Y aquel cuento, ¿De dónde lo sabes?
- Mi madre me lo contaba innumerables veces cuando era pequeña. De milagro, aun me por sé.
- Jeje... - Bastemon se estiró y se levantó del suelo para poder extenderme una mano - Vamos, ya terminaste tu turno.
- Pero, Bastemon|
- Consíderalo unas vacaciones - dijo amablemente ella - Mañana tendrás que venir, y también los siguientes días, las semanas, y así hasta que hayan cumplido su mes aquí.
- ... ¡Lo siento mucho! - expresé con pena.
- No tienes que pedir disculpas por sentirte cansada... ¡Verdades a disfrutar de las pocas horas que quedan! ¡Te las haz ganado!
Apoyándome de las manos de Bastemon, me levanté del sitio, y aprovechando quedan no había llevado nada, a excepción de mi teléfono que siempre he mantenido en mi bolsillo y mi Digivice que lo tengo un mi otro bolsillo del pantalón, salí de la habitación, soltando un gran suero de cansancio.
- Hoy fue... jodidamente cansado...
Comencé a hacer la larga caminata hacia la casa, con mucho cansancio en los pies, y un dolor que era parecido a pisar una cama de agujas y descalza: no te hace daño, pero si te duele. Pasando entre las calles, las casas, y también por el patio frente al portón del palacio, vi como lentamente mientras el Sol se iba ocultando, todos los Digimons guardaban sus cosas en sus casas, cerraban tiendas, y como se vaciaban rápidamente. O, mejor dicho, todo de este lado.
Bastemon me contó que detrás del palacio, lo que sería al otro lado de la ciudad, viven los a Digimons que son activos durante la noche, y que ha ido muchas veces a ese lugar y el espectáculo puede llegar a ser espectacular: tiendas de todo tipo, uno que otro festival, y todo admirando la belleza de la noche en el desierto. Un lugar digno de tomar fotografías, aunque me sorprende que con tantos espectáculos no hayan llegado a escucharse hasta este lado de la ciudad.
Después de una caminata infernal, finalmente pude llegar a casa. Al ver que todas las luces estaban apagadas, me di cuenta de que ninguna de las demás chicas había llegado todavía.
- ¡A dormir! - estuve apa punto de acostarme en la cama, pero entonces recordé algo más que me dino mi cuerpo: no había comido en un buen rato.
Cuando me acosté de boca abajo en la cama, mi estomago de inmediato lanzó un gran rugido, lo cual me tomó muy por sorpresa y casi que me asustó. Lance una queja, ya que mi propio cuerpo no me estaba dejando descansar, y tuve que levantarme de aquella cama.
- Bien... haré algo de cenar rápidamente y me iré a dormir...
Fui hasta la alacena, que es poco distinta a la de un mundo humano, y saque unas cuantas cosas. Una bolsa de lo que... me gustaría creer que es avena, aunque no entiendo lo que dice la bolsa, y un cartón que parece... ser leche. Aunque me intriga mucho el hecho de que haya leche en el Digital World, teniendoen cuenta que no existen las vacas ni el concepto de vaca de este lado, por lo que... es bastante extraño...
Calenté un poco de la leche, y me apoye en la barra de la cocina para comer mi plato de avena con leche, caliente para poder relajarme mejor y entrar en sueño más rápidamente, y además le suelta mejor el sabor. Noté que la avena contaba con algo como... ¿Cerezas? ¿Frambuesas? De hecho, ¿Existen esas cosas de este lado? Acabo de entrar en duda... y más por saber que hace fruta dentro de una bolsa de avena.
Seguí comiendo, pensando a en únicamente una sola cosa. La campanada.
Esta campanada que aún era persistente dentro de mi cabeza, y que simplemente nunca me dejarías en paz. A pesar de que he aprendido a vivir durante estas 2 semanas que hemos estado presentes el uno para el otro, no he podido dejar de pensar en su origen. Además de que es un tema bastante enigmático, puede llegar a hacerme creer que podría estar loca. Pero, más aun, tengo ganas de saber quien fue aquel que conjuro aquel especie de hechizo y que permitió que esta campana comenzará a atormentarme.
Antes de darme cuenta, me había terminado el plato de avena. También caí en la cuenta de que nadie había entrado por la puerta aun, por lo que todas debían de estar bastante ocupadas para no haber llegado aún, pero... tengo confianza en que llegarán.
Deje mi plato en el lavamanos par a los trastes, y simplemente me fui a dormir. Estaba tan agotada que prefería dejar el plato ahí dentro y recibir una gran regalada por parte de Yuine-san antes que dejar esa cama.
Caminé hasta ella, y después de quitarme las calcetas que ya se estaban volviendo una pesadilla, me deje caer en la cama. La suavidad de la misma, junto a sus cobijas perfectamente ordenadas por Yuine-san ya Sistermon Blanc, hicieron que rápidamente me quedara dormida, teniendo como ultimo pensamiento esperando a que las demás llegarán no tan tarde a casa...
...
- ...
- ...
Sobre un pequeña colina, un par de Digimons observaban en la lejanía a la Ciudad Desértica, que lentamente se movía en medio del desierto. Uno era muy alto y metálico, que usaba unos binoculares muy potentes, mientras que su compañero solamente usaba sus ojos, los cuales eran tan agudos como para incluso distinguir los movimientos dentro de la Ciudad.
- ¿Los preparativos están listos, LockDownmon?
- Por supuesto... - le respondió el segundo - La noche es perfectamente fría, y mis espías me informaron que dentro de poco van a desactivar la maquinaria pesada de la Ciudad, para dejarlos a la deriva toda la noche...
- ¿Nuestros ejércitos?
- En cuanto suelten mis espías la señal, entonces abriremos los portales de este lado - dijo, mientras señalaba su costado izquierdo, que mostraba una gran extensión de desierto - Un largo de 15.43 km de longitud, de lo cual nuestros ejércitos cubrirán un 87% de la extensión para moverse libremente; un total de 630 mil soldados, con maquinaria y demás, se moverán en esta sección... Del lado del bosque, aparecerán los ejércitos de asalto más especializados... unos 300 mil soldados de infantería básica acompañados con 15 mil miembros de los Crimson Kniffers, en caso de que haya Elegidos de JunoKazemon en la Ciudad; los encargados del bosque se encargarán de acabar con la guardia real, el ejército, y de ser posible, con el Rey NoblePumpkinmon... y de nuestro lado - dijo volteando hacia la zona montañosa en la que estaban - Nuestros portales mecánicos, creados por Galvatronmon, para que, en caso de que la guardia real y el Rey logren escapar en esta zona, nuestro 300 mil refuerzos los estarán esperando... Solo les quedará huir por el norte, donde, si es que logran salir vivos, morirán de hambre y fatiga seguramente...
- ... - Shenmon estaba en silencio - Nuestros movimientos son demasiados...
- ¿Belicosos? ¿Ya vas a comenzar con tus discursos filosóficos?
- Solamente digo... que los tenemos rodeados, con más de un millón de soldados, cuando hemos confirmado por nuestros espías que la armada militar de la Ciudad apenas supera los 100 mil hombres... estamos atacando con más de 10 veces lo que ellos pueden soportar; esto simplemente no es la manera en que un verdadero guerrero lo haría...
- Si, ya sé eso. Lo haz dicho desde que invadimos la Ciudad del Nacimiento, pero te recuerdo que existe la posibilidad de que haya Elegidos de JunoKazemon en esa Ciudad; y después de haber recibido tantas quejas de derrotas por parte de los Demonios Mayores y de los Elegidos de la Oscuridad, es muy probable que con todos esos soldados seamos capaces de retenerlos... En caso de que no haya, ordenaré a nuestros soldados a solamente acabar con las fuerzas militares y la guardia real, así que no te preocupes...
- ... - Shenmon permaneció en silencio - Pero, recuerda bien cual es mi otra condición para que usemos tantas fuerzas armadas...
- Si, también la recuerdo, aun cuando no quisiera... - habló pesadamente - Que tu mismo quieres cortarle la cabeza a NoblePumpkinmon.
- Espero que al menos eso me dé la satisfacción de una buena batalla...
De repente, la Ciudad Desértica se quedó completamente inmóvil y unos segundos después las luces externas, luces dentro de la luces, en las torres de vigilancia y en todos lados se apagaron, mostrando una ciudad en completas tinieblas.
- Bien, ya lo hicieron... - comentó alegremente LockDownmon, mientras se quitaba los binoculares y tomaba una bolsa del suelo - Es hora de comenzar el espectáculo...
LockDownmon caminó hacia la dirección del largo valle que había comentado primeramente, y lanzó el contenido de la bolsa hacia la misma. Lo que había dentro de la bolsa era una enorme cantidad de cristales, iguales a los que habían usado los Hermanos Mayores cuando lucharon contra los Elegidos de JunoKazemon.
Pero, esos cristales en vez de caer en el suelo, flotaron levemente hasta que todos, que eran un total aproximado de 50 cristales, formaron una larga línea, que cubría casi todo el largo del desierto.
Los cristales se rompieron, y entonces los portales aparecieron rápidamente, y los soldados de adoras de ellos se apresuraron para salir de los mismos. Entonces, de manera muy silenciosa y lentamente mientras los siguientes batallones que salen de los portales preparan armas y armamento, los primeros caminaron, de manera un tanto ordenada y sin hacer más ruido que el movimiento de los pies tocando la arena, lentamente, avanzando hacia su siguiente objetivo de conquista: la Ciudad Desértica.
ASFD
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