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Capítulo XI

- … Cuando llegaron, definitivamente no esperaba que ocurriera esto…

- Concuerdo contigo…

Lúmina y Blanc estaban atónitas. El grupo BAN-TYO había llegado hace un par de horas a donde se estaban alojando ellas y los demás siervos del Castillo de JunoKazemon. Y creían que eran una especie de espías del Inframundo… O tal vez algunos malvados que querían solo hacer desastre, recordando al par de Elegidos que hace ya bastante habían invadido el Castillo, y quienes eran la principal razón de que ahora todos estuvieran migrando, en busca de la Ciudad Sagrada. Pero… todas esas especulaciones que crearon en sus cabezas eran… simplemente farsas…

Desde que llegaron, simplemente han hecho una cosa; bueno, mejor dicho, un par de cosas: dormir, y comer. La buena parte era que no se estaban comiendo la comida de la caravana, sino comida que ellos traían entre su ropa. Todos estaban, como se podría decir coloquialmente, holgazaneando:

BanchouStingmon estaba recostado en el suelo, sumido completamente en el sueño; BanchouGolemon y BanchouMamemon estaban jugando cartas mientras estaban sentados en el suelo, BanchouLillymon tambien estaba dormida, y BanchouLeomon… estaba colgado de un árbol. Inexplicablemente, estaba colgado de los pies en un árbol muy cercano a la caravana.

Yuine, quien se había llamado a si misma como la líder de ese grupo, estaba sentada en el suelo, viendo jugar a BanchouGolemon y a BanchouMamemon, mientras que comía una fruta roja con unos cuantos picos por fuera, y también le compartía de su fruta al Digimon que venía con ella, el cual se llamaba Kudamon y que estaba reposando en el cuello de la chica.

- Se suponía… que estos eran tipos "malos"… - murmuró Lúmina.

- Si, pero… - le respondió Blanc - Son… se podría decir que son inofensivos…

- ¡Luminamon! ¡No se vale hacer trampa! - le advirtió BanchouGolemon a la Digimon, quien también estaba jugando cartas.

- ¿Eh? ¿Trampa? ¡Ni siquiera sé que estoy haciendo! ¡Nunca he jugado esto antes! - le respondió Luminamon con un tono nervioso.

- Incluso… Luminamon está jugando con ellos… - le dijo Blanc a su compañera.

- … Si… - entonces, Lúmina habló con voz fuerte - Oigan… Ustedes, los que tienen nombres… que empiezan con "Banchou"… ¿Qué están haciendo?

- Jugando cartas… - respondió de manera obvio BanchouMamemon - Por cierto, aún sobran muchas cartas, ¿Están seguras de que no quieren jugar?

- Muy seguras… - respondió Blanc.

- Bueno, pero… ¿Exactamente qué estaban buscando?

- ¿?

- Osea, cuando llegaron, dijeron algo de que habían encontrado lo que estaban buscando, o algo así…

- ¡Ah! Si, tú lo dijiste Yuine…

- ¡Si! ¡Es cierto! - respondió la chica - Bueno, pues… me refería a un lugar en donde descansar. Hemos estado por varias semanas "naufragando" de aquí para allá sin cesar. Queríamos llegar hasta un sitio donde pudiéramos descansar.

- Ya veo…

- Después de nuestra derrota en la Ciudad del Nacimiento, queríamos llegar a un sitio donde recuperar nuestras fuerzas y planear una venganza de manera cómoda - habló tranquilamente BanchouGolemon; sin embargo, tanto la mirada de Luminamon como de Blanc fueron de sorpresa y miedo.

- ¿Eh¿ ¿Qué dices?

- ¿Derrota en la Ciudad del Nacimiento? ¿A qué te refieres?

- Parece que no están enteradas… - suspiró Kudamon desde su posición. - Se me hace raro que no lo sepan, pero...

- Les diré de manera directa - continuó Yuine - La Ciudad del Nacimiento fue invadida por demonios, y nosotros la protegíamos. Y perdimos contra ellos.

- ¿¡Qué!? ¿¡La Ciudad del Nacimiento está conquistada por los demonios!? - Las Digimon no lo podían creer. Y Lúmina no entendía nada del asunto.

- ¿La Ciudad del Nacimiento? ¿Qué es eso?

- ¿? ¡Oh cierto! No te lo había dicho… - Blanc tomó a Lúmina del brazo, las apartó de la conversación, y comenzó a explicarle de manera breve que era la Ciudad del Nacimiento.

- ¿En serio la Ciudad del Nacimiento está conquistada por los demonios? - preguntó Luminamon con inocencia y tristeza en sus palabras.

- Así es pequeña - le respondió BanchouMamemon - Los demonios llegaron con todo un ejército, y rápidamente pudieron penetrar las defensas de la Ciudad. En cuestión de minutos, la guardia civil estaba muerta. Solo nosotros nos podíamos interponer entre la caída de la Ciudad del Nacimiento y su defensa… Y perdimos…

- Pero no porque no pudiéramos… - confirmó BanchouGolemon - Sino… por ella…

- ¿Ella?

- Nunca olvidaré su nombre… - comentó con cierta molestia Yuine - La… Elegida que nos hizo perder ante el ejército demoníaco: Orlyn Rose, junto con su compañera Digimon Lilithmon…

- ¿¡Ehhhh!? ¿¡D-Dijiste Elegida!?

- Si; una chica Elegida, al igual que Yuine - afirmó BanchouGolemon - Pero… ella ayudaba a los demonios para conquistar la Ciudad del Nacimiento…

- No puede ser… - murmuró Luminamon - Entonces… ¿Los demonios también tienen Elegidos, al igual que la señora JunoKazemon?

- … Eso parece… - comentó fríamente Yuine.

- Creo… que está es la peor idea que hemos hecho desde que nos conocimos… - comentó Elecmon con seriedad.

- … No lo creo… - le respondió Sakeno con tranquilidad.

Los 2 estaban caminando en el bosque, mientras buscaban a Misti. Pero eso no era lo "peor": lo peor era que habían estado haciéndolo todo el día. De hecho, ya era de noche según el cielo negro y las estrellas que se iluminaban en el cielo.

Ante el comentario de Sakeno, Elecmon lo volteó a ver.

- … ¿No lo crees?

- Así es - confirmó el chico - Supongo que en el futuro haremos cosas mucho peores… Mejor dicho, te lo aseguro.

- … Sabes que si dices eso, no debes hacerlo con una sonrisa, ¿Verdad?

- ¿Por qué no? ¡Eso simplemente definirá que somos buenos amigos, en las buenas decisiones y en las malas decisiones!

- … Correción: eso simplemente definirá que serías el peor humano tomando decisiones.

- :'v

Ambos siguieron caminando, mientras el lento y cruel frío de la noche entraba gradualmente en sus cuerpos y comenzaba a enfriar sus cuerpos. Elecmon tembló un poco, y entonces le habló a Sakeno.

- Hey, ¿Qué rayos te dijo Lopmon?

- ¿? ¿De qué hablas? - Sakeno parecía querer darle vuelta al tema.

- ¿Cómo que "de que habló"? ¡Ella te dijo algo, y te convenció para que los 2 nos aventuráramos en esta búsqueda! Entonces, volveré a preguntar… ¿Qué rayos fue lo que te dijo?

- … Oh, eso… - el chico pensó largamente, mientras seguían en su caminata.

- ¿Y bien?

- Bueno, es que|

- ¡Vamos chicos! ¡No pueden perder!

De repente, comenzó a temblar de manera muy fuerte; tal que el suelo se partió a la mitad, y todo lo que estaba cerca de las orillas (rocas y plantas, y uno que otro Digimon que paseaba por ahí o dormía cerca) caía inevitablemente en el enorme cráter que se formaba segundo a segundo.

Sakeno alcanzó a darse cuenta del hoyo, y rápidamente tomó a Elecmon entre sus brazos y se lanzó a un costado, lejos del cráter.

Elecmon apenas alcanzó a captar las cosas. Cuando ambos estaban fuera del peligro del hoyo, trataron de levantarse, pero el temblor era tan fuerte que simplemente no podían mantenerse de pie.

- ¿¡Qué está pasando!? - le preguntó Elecmon a Sakeno; sin embargo, él estaba como en una especie de shock, mirando a su alrededor con bastante miedo. Así que Elecmon, como pudo, corrió hasta él y comenzó a golpearle en la cara - ¡Sakeno! ¡Reacciona!

- ¡Dukemon! ¡Alphamon! ¡No dejen que los toque!

- Greatest Black Storm!

Al mismo tiempo que el temblor disminuía de poco a poco, el cielo se puso completamente de color negro, lo cual asustó a Elecmon.

- … ¿¡Qué diablos es eso!?

Y, sin previo aviso, unos potentes truenos de color negro comenzaron a caer al suelo; en cuanto vio Elecmon que caían de manera aleatoria, golpeó aún más fuerte a Sakeno.

- ¡Reacciona, carajo!

- … ¿¡ !? - Sakeno salió de su shock, y entonces un rayo golpeó a un par de metros junto a ellos, lo que hizo que salieron volando por la fuerza del impacto. Y ambos llegaron al suelo, completamente heridos.

- ¡Takato! ¡Mira!

- Si… son ellos… ¡Jian! ¡Prepara el|!

- ¡No! ¡No se los llevarán!

Sakeno se incorporó con bastante dificultad, y entonces pudo ver la escena frente suya: un par de enormes Digimons, con apariencia de caballero, uno de color negro y el otro blanco con rojo, estaban en medio de una pelea contra un Digimon de color dorado… Era muy grande y tenía una apariencia muy similar a la de un dragón. Sakeno no podía ver bien los detalles de quienes estaban peleando.

- ¿? ¿Quiénes son ellos?

- Lo siento, mis señores… Marine Dragon Roar!

- ¡No!

Una onda de energía azul celeste golpeó muy cerca de Sakeno y Elecmon, lo que los arrojó aún más lejos de la escena, y justamente a un lado de un desfiladero, por lo cual comenzaron a caer por la larga cuesta, mientras se golpeaban en el suelo fuertemente por la velocidad que aumentaba.

Al cabo de un largo rato, llegaron hasta el final, rodaron algunos metros aún por el impulso, y terminaron quedándose quietos en el suelo. Entonces, comenzó a pasar el tiempo, y ninguno de los 2 se movía de su sitio.

Un par de hiras después, una joven pasó por ahí, mientras cargaba una gran canasta en sus brazos.

- ¿Ppr qué siempre tengo que ser yo? - se quejaba continuamente, mientras avanzaba en el bosque y se dirigía a los árboles - ¿Por qué siempre tengo que ser yo ka que recoge la fruta en la noche? ¿Por qué carajos a Minutarumon se le ocurrió hacer "inventario" y comprar las cosas para el bar hasta ya entrada la noche? Si abriera el bar más tarde, el tiempo nos rendiría mejor… - llegó hasta las orillas del desfiladero, y pudo ver un montón de frutas tiradas en el suelo, cubiertas bajo la sombra de los árboles de donde provenían. La mujer suspiró. - Bueno… al menos, gracias a ese temblor de hace poco, las frutas ya están en el suelo; ya no tengo que andarme subiendo a los árboles para bajarlas. Solo las recojo y listo… Creo que por eso me mandó… - la joven se agachó y comenzó a recoger las frutas. Al cabo de un par de minutos, habia llenado completamente la canasta - ¡Bien! Si que hoy es mi día de| ¿?… - la chica volteó hacia un lado vio un bulto en el suelo. - ¿Qué es eso?

Dejó la canasta en el suelo, y con mucha cautela se dirigió hacia aquel par de bultos en el suelo (en cuanto comenzó a acercarse, pudo distinguir un segundo bulto). Caminó lentamente, hasta llegar con el primer bulto que vio. En total silencio, se agachó para estar a la misma altura; estando en esa posición, pudo distinguir que el bulto era un cuerpo.

- ¿? ¿Un Digimon… muerto? ¿En este sitio? - usando su mano, lo tocó un par de veces, para confirmar si estaba o no muerto. Un movimiento involuntario de lo que parecía ser su brazo, que también hizo que diera un leve brinco del susto, confirmó que aún estaba vivo.

- … ¿Por qué hay un Digimon… moribundo en este lugar?…

Usando sus 2 brazos, tomó el costado expuesto del bulto y lo volteó para averiguar de qué se trataba exactamente. La chica se llevó tanto una sorpresa como un susto al ver qué se trataba de una figura humana, llena de heridas, tierra, lodo y unas cuantas plantas embarradas sobre si mismo. O sea… Sakeno después de la caída…

- … ¿? ¿Qué hace… este Digimon moribundo y guapo aquí?… - la chica volteó y pudo distinguir entonces al segundo bulto: un pequeño Elecmon, en la misma condición que Sakeno. - ¿Por qué ambos están en estás condiciones?… Tal vez… ¿Ellos estuvieron involucrados en el temblor de hace rato?… - las dudas comenzaron a asaltar su cabeza. Pero, antes de permitir que cualquier otro pensamiento penetrara en su cabeza, decidió escuchar a su conciencia; por así decirlo, a su intinto. Y entonces, con base a ello, la chica tomó una decisión y habló con ese mismo carácter - No puedo dejarlos aquí en el bosque; podrían morirse… Voy a llevarlos al bar, y espero que Minotaurmon, o alguno de los clientes, los pueda atender…

Primero, se dirigió al cuerpo de Elecmon y lo cargó, dejándolo en su hombro, y prosiguió a, con mucho cuidado, cargar el cuerpo de Sakeno, y lo acomodarlo en sus brazos del mismo modo que lo hace una madre con su bebé. Entonces, dejó caer a Elecmon sobre el cuerpo del chico, de modo que así cargaba a los 2 al mismo tiempo.

- Bien. Vayamos al bar… Y ya después regresaré por la canasta…

- Rayos… ¡Rayos! ¡Debo llegar con Kiriha! - Dracomon, acompañado de los Gaossmon, estaban corriendo en el bosque, en busca de su compañero rubio.

Al par de minutos después, el tan mencionado Kiriha apareció de detrás de su árbol: su aparición fue tan repentina que Dracomon se asustó y cayó en el suelo.

- ¡Hey! ¡Dracomon, soy yo!

- ¡! ¡Kiriha! ¿Cómo fue que| ? - el dragón estaba a punto de replicar, pero inmediatamente dejó el tema - ¡O-Olvídalo! A veces se me olvida que puedes… hacer eso…

- … Okey, ¿Qué necesitas decirme?

- ¡! ¡Cierto! Debo decirte… que ya me reuní con… la parte bestia de JunoKazemon…

- ¡! Okey, ¿Y que sucedió?

- … ¡De verdad lo siento! - el Digimon se abrazó a Kiriha, quien tan solo le devolvió el gesto - ¡De verdad la regué! ¡Lo siento tanto; ya no podremos cumplir nuestra misión!

- ¿Por qué lo dices? ¿Qué pasa?

- Se los dije… - murmuró - les dije los nombres de todos: Takato, Takuya, Masaru, y los nombres de Tai y Yamato… ¡No debí haberlo hecho!

Kiriha estaba pensativo mientras escuchaba las palabras de su compañero, y entonces sus ojos se iluminaron.

- No… lo hiciste bien…

- ¿? ¡Pero Kiriha! ¡Ya saben nuestros nombres, y nuestros planes! ¡La misión se arruinó!

- No se ha arruinado. No del todo… - sacó su Xros Loader de su cintura - Reload: ZeekGreymon… Burst Mode…

- ¿¡ !? ¿¡Burst Mode!?

- Lo conseguí en mi viaje… - Kiriha se levantó, teniendo a sus espaldas de manera imponente al enorme dragón de fuego - Vamos… Hay que encontrar a la parte bestia de JunoKazemon… Y matarla…

ASFD

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