Capítulo VIII
- Este… ha sido… un día… ¡Muy difícil! - exclamó a manera de queja Mizuki, mientras se tiraba al suelo.
De hecho, todos se tiraron al suelo, mientras sus compañeros Digimon también lo hacían. Todos se encontraban cansados, sudorosos y más hambrientos que en la mañana. Ya era de noche en el pueblo donde los Elegidos se estaban hospedando, y ya habían terminado la rutina de entrenamiento.
- Muy bien… - los felicitó Ginkakumon - Lograron terminar la sesión. No del modo correcto… pero lo consiguieron… - el Digimon estaba sonriente.
- Huh... - se quejó Lopmon desde el suelo - No entiendo por qué te dicen "Ginka-kun"... ¡No tienes nada de "Kun"!
- ¡Lopmon! - le regañó Misti - No digas esas cosas...
- Bueno… - interfirió Lillymon a la conversación entre Lopmon y Ginkakumon - Si tú conocieras realmente como es mi Ginka-kun... El término "Kun" le quedaría muy chico...
- ¡! - Lopmon se asustó - ¿Qué?
- … Y ya que terminaron con el entrenamiento… - siguió hablando Lillymon; ahora con tono maternal - Creo que ya es hora de la cena...
- Espera… ¿Hora de la cena? ¿Ya es de noche?
- ¡! ¡Comida! - los Digimons se levantaron y fueron a Lillymon, mientras decían al mismo tiempo - ¿Cómo te podemos ayudar?
- Jeje... Síganme - les dijo ella, y los demás ciegamente la siguieron.
- … - Taiki estaba pensativo - ¿Por qué ellos le ayudan ahora en la noche, y no le ayudaron en la mañana?… - preguntó hacia Izumi, quien sólo levantó los hombros en señal de que desconocía la respuesta.
- Bien… - dijo alegremente Shoutmon - ¡Vayamos!
- Si… - habló Terriermon está vez - Definitivamente necesitamos la ignorancia, irracionalidad y estupidez de nuestro Shoutmon…
- ¡Oye!
Los Digimons se acercaron a Lillymon, quien tan solo les dio una sencilla tarea: repartir la fruta que ella les fuera dando en los canastos que tenía.
- ¿Qué? ¿Eso es todo? - preguntaron Bearmon, Palmon y Pichimon al mismo tiempo.
- Sip. Es todo lo que hay que hacer para alimentar a todo nuestro pueblo… aparte de salir a recolectar comida…
- … Okey… - entonces, en silencio los Digimons comenzaron a separar las frutas. Pero, Lillymon fue quien comenzó a hacer plática.
- Y bien… ¿Ustedes… como conocieron a sus… amigos "humanos"?… - preguntó la Digimon con un tono leve de curiosidad.
- … Pues… - « Yo conocí a Kino por medio de una caja… » pensó Palmon.
« Niko me la encontré… cuando Abigarmon y Bahatminmon me arrojaron a ella, cuando estaba en la escuela… »
« Yo encontré a Sol en la librería… o ella me encontró a mí… »
« Yo estaba debajo de la cama de Yami… »
« Pues... Estaba caminando en el parque, y entonces fue cuando vi a Hikari llorando en un banco… »
« ... Recuerdo que Abigarmon y Bahatminmon me arrojaron a Misti... Se encontró con Sakeno-kun, y nuestra bonita historia de amor, amistad, sacrificio y pasión dio comienzo »
« Yo ayudé a Heishi a echarse, al menos, unos tacos de ojo :3 »
« Sakeno me salvó cuando Abigarmon y Bahatminmon me hicieron en combate… »
« Yo… Taiki me salvó cuando iba a morir ante el Bagra Army »
« Takeshi y yo… ¿Cómo nos conocimos? »
« Y… yo salí de Valeria :v »
- ¿Y bien? - preguntó Lillymon con curiosidad.
- Pues… todos tenemos versiones muy distintas - admitieron todos, y al final todos se rieron.
- Okey, okey… - Lillymon rió con ellos, y siguieron separando frutas.
Mientras ellos hacían eso, los chicos descansaban en el suelo mientras conversaban entre ellos. Los únicos que seguían de pie, aún después de toda la rutina de entrenamiento, eran Misti y Taiki.
- Y, ustedes 2... - inquirió Yami - ¿Por qué siguen de pie?
- Para que tenga efecto el entrenamiento - dijeron los 2 al mismo tiempo.
- ¿?
- Mejor... ¡Yo quiero conocer sobre Takeshi y Kino! - Valeria se sentó frente a los 2. Kino miró a la chica con molestia, pero a ella no le importó - Quiero saber... - se dirigió hacia Takeshi - ¿Cómo rayos le hiciste para quererla y aguantarla?...
- ¡Vale! - Sol le regañó - Esas cosas no se dicen...
- Jajajajaja... - Takeshi rió - Es una muy larga historia, desde mi punto de vista... Así que, trataré de contarte todo esto desde un punto más objetivo...
- ¡!
Mientras Vale escuchaba la historia de Takeshi, a un lado Heishi estaba sentado en el suelo con Maya, quien tenía la mirada pérdida.
- Hey… - le habló el chico - ¿Estás bien?
- ¡! - la chica se asustó, lo que tomó por sorpresa a Heishi - ¡Heishi-kun!
- ¡Si, soy yo! Xd
- Jeje… ¿Qué ocurre Heishi-kun? - preguntó la chica pelinegra con tono de inocencia.
- Oh. Es que... Vi que tenías como tú mirada pérdida y|
- ¡! Oh sí. Sobre eso... Es porque... Estaba pensando...
- …
- ¡En todo esto! Ya estamos en el Digital World, tal como lo dijo Gabumon... Y, ahora, estamos entrenando para enfrentar a... Unos perros, o lo que sean, para proteger a este pueblo...
- ¡! ¿Te molesta?
- ¡Oh no! ¡En lo absoluto! Ehhh... Este... Lo que quiero decir es... - rápidamente Maya entró en pánico, y comenzó a mirar a un lado a otro. Heishi solo le miraba tranquilamente, mientras pensaba:
« ¿Qué se hace en estos casos? ¿Trato de ayudarle, o suelto una risa nerviosa para que salga de sus pensamientos?… »
- Lo que quiero decir es... - la chica respiro profundamente, y volvió a hablar - Lo que quiero decir... Es que aún sigo sin creer del todo que estemos aquí...
- … okey...
- Bueno, es que... ¡Mira este sitio! ¡Es muy bello! - Maya soltó una sonrisa sincera mientras empezaba a describir el Digital World - Este lugar... Tiene aire limpio, árboles por todos lados... ¡Y de todas las formas y colores! Yo... Nunca había visto algo así en nuestro mundo... ¡Este lugar, simplemente es asombroso!
- Lo sé - concordó Heishi con ella - Este sitio es realmente muy bello. Y eso que he viajado muchas veces a varios lugares que se parecían a este sitio, pero... Simplemente este bosque, todo este lugar, y el Digital World... No hay comparación alguna entre ambos...
- Tienes toda la razón... - la chica aspiro un poco de aire y sonrió con mucha felicidad.
A un lado de ellos, a un metro de distancia, estaba Niko sentada junto a Terriermon, descansando del duro entrenamiento. Pero, mientras hacía esto, también miraba fijamente a Heishi y a Maya, como buscando o esperando a que algo pasara. Rápidamente Terriermon notó eso, y le interrumpió.
- ¿Qué tienes Niko?
- ¿? ¿Cómo que "qué tengo"?
- Has estado mirando fijamente a Heishi y a Maya desde que empezaron a hablar... ¿Por qué lo haces?
- … Estoy cuidando de Maya… - dijo la chica, de forma terminante - Heishi es una amenaza para nosotras: es un pervertido. Y no quiero que la inocente de Maya caiga en sus engaños verbales para que le dé lo que quiere...
- ¿Qué? - Terriermon no entendió nada de lo que dijo.
- Estoy protegiendo a Maya de Heishi...
- … No entiendo tus motivos, pero si eso es lo que quiere… ¿Y por qué no te les unes en la plática, y ya así logras tu objetivo?…
- Debe haber… discreción… - fue lo único que dijo la chica.
- … - Terriermon le miró fijamente por bastantes segundos, con una cara dubitativa. Niko lo notó, y se incomodó por ello.
- ¿? ¿Por qué me miras así?
- Mientes - dijo firmemente Terriermon - Para mi que estás celosa...
- ¡! ¿¡Qué!? ¿¡Yo, celosa de ver cómo Heishi manipula a Maya!? ¡Ni loca!
- … Y acabo de comprobarlo… - concluyó el Digimon - Con tal solo decir las palabras mágicas, la verdad salió a la luz...
- ¡¿De qué estás hablando!? - inquirió Niko - ¡¿Por qué dices esas cosas?!
- Recuerda que soy parte mujer. El instinto femenino está en mi sangre UwU.
- Okey… ¡Pero que quede claro que yo no|!
- Yo que tú - le interrumpió el conejo - Dejaba de hablar. Cualquier cosa que digas podría ser usada en tu contra...
La chica estaba a punto de volver a hablar, pero entonces pensó mejor las cosas, y decidió quedarse en silencio. Pero, obviamente siguió vigilando a Heishi y a Maya.
Al cabo de un rato de estar todos hablando los unos con los otros, Lillymon y los demás Digimons hablaron a voz de coro.
- ¡La comida ya está lista!
…
- Bien, buenas noches chicos…
Después de comer, otra rutina de entrenamiento, y de cenar, los chicos estaban listos para irse a dormir: todos estaban totalmente exhaustos, pues la segunda rutina entrenamiento se había puesto más violenta que la anterior.
- Me va a dólar todo mañana… - se quejó Takeshi, mientras movía los brazos.
- Pero... - le replicó Kino - ¿No me habías dicho que practicabas boxeo?
- Osea si… pero solo fui a un par de clases :3
- … Entonces, realmente no practicabas - le respondió con molestia la chica.
- Bueno, chicos - anunció Taiki con mucho entusiasmo - Yo creo entonces que estamos listos para mañana enfrentar a aquella manada de Jawmons que vendra al pueblo, así que hay que descansar bien, para|
- Si, ya te oímos - dijeron todos los chicos al mismo tiempo, interrumpiendo su monólogo de improviso.
- Bien - acompañada de Lunamon, Hikari fue a dormir - Le mandaré a Tsuyo y Coronamon su mensaje de buenas noches.
- ¡Sí que sí!
- Bien, Sakeno-kun… - Misti se le acercó al chico - Buenas noches…
- Tu también Misti. Buenas noches… - le respondió el chico con una sonrisa sincera. Entonces, Misti se pudo de puntitas, y trataba de llevar a la cara del chico, lo que hizo que la mirara confundida. - ¿Qué pasa?
- Nada, eso solo que… - « ¡Un beso en la mejilla! » pensó desesperadamente Misti « ¡¿Por qué tenía que estar chaparra!? ¡Solo un poquito más, y alcanzaré su mejilla! »
- … ¡Ya entendí! :v - dijo el chico finalmente, y entonces se agachó, y el fue quien le dio un beso en la mejilla a Misti, haciendo que la chica se sonrojara bastante - Entonces… ¡Hasta mañana!
- ¡! … - Misti estaba en shock total: no podía reaccionar, ni pudo despedirse de Sakeno, quien tan solo dio la vuelta y se fue a dormir a su cama.
Lopmon, al ver el estado de su compañera, caminó hasta ella, con su oreja le tomó de la mano, y comenzó a arrastrarla hasta su cama.
- ¡Ya, por Dios! - se quejó la Digimon - ¡Solo fue un beso! ¡Hasta yo podría dártelo!
- ¡P-Pero me lo dio Sakeno-kun! - la chica por fin reaccionó y le respondió a su Digimon.
- Nunca te entenderé, Misti… - concluyó Lopmon. Entonces, al mismo tiempo de que Misti se preparaba para dormir, la Digimon se metió a su cama de hojas - Mejor durmamos. Que… mañana será un día pesado…
- Si… si que lo será… - admitió la chica, y entonces ambas se metieron a sus camas.
Y la noche comenzó a transcurrir. Minuto tras minuto, y hora tras hora. Todos los chicos, uno por uno, se iban quedando dormidos, a excepción de alguien. Y creo que ya saben de quién estoy hablando:
- … - Misti se removía una y otra vez en su cama. No lograba conciliar el sueño…
¿La comodidad en su cama? No; al contrario, para que solo estuviera hecha de hojas y estuviera sobre tierra seca, el lugar donde dormía podía llegar a resultar cómodo, ¿La incomodidad de no poder dormir a gusto en tu casa? Tampoco: Misti podía dormir perfectamente bien en cualquier otra casa; ya había dormido muchas veces en casa de Valeria, así que no era un problema para ella... ¿Entonces... tal vez la preocupación del combate del día de mañana? Si y no :v
Si tenía algo que le preocupaba... Pero no era ese asunto. Lo que le mantenía preocupada eran las palabras que escucho durante el desayuno ese día:
[ Misti… Ven. Ven a buscarme… te necesito, al igual que todos… ]
« ¿Qué habrán sido esas palabras? » se preguntaba una y otra vez la chica, sin poder hallar una explicación lógica o funcional. Simplemente llegaba a un "no sé"… « Esas palabras… tenían un tono de terror… de miedo y desesperación, como nunca antes había oído… »
« ¡Misti! »
Una nueva voz en su cabeza hizo que la chica soltara un grito y abriera sus ojos. No podía enfocar bien su vista, debido a la densa oscuridad de la noche, y a las sombras proyectadas por los árboles que rodeaban en pueblo.
La chica se sentó en su sitio, y comenzó a mirar para los lados. Todo estaba en completa oscuridad, lo que hasta cierto punto le relajaba. Después de quedarse sentada ahí, en la completa oscuridad, un bostezo llegó a su boca.
-¡Por fin! - murmuró la chica, mientras bostezaba - Ahora sí… podré dormir…
« ¡Hey! ¡Misti! »
- ¡Ahh! - la voz en su cabeza volvió a tomarle por sorpresa, y esta vez dio un pequeño grito - ¿? ¿Hola?… - habló la chica con mucha desconfianza: sabía que alguien estaba ahí, tal vez observándola y vigilándola, lo que hacía que se asustara más de lo que ya estaba.
Con mucho cuidado y silencio, para evitar que Lopmon o algún otro Elegido se despertara, se levantó de su cama, y comenzó a caminar afuera del círculo de camas que estaba hecho en el centro del pequeño pueblo.
Después de pisar uno que otro brazo o pierna, hacer que alguien se molestara pero, milagrosamente, no se despertara, y de esquivar muchas cabezas y cuerpos tendidos en el suelo, la chica logró salir hacia el demás pueblo.
- De… ¿De donde saldrá esa voz? - preguntó de manera curiosa la chica. - Tal vez… si camino, pueda encontrar su origen… - concluyó la chica, de manera muy vacía.
Comenzó a caminar largamente, como buscando el origen de aquella voz. Además, eso le ayudó a relajarse: tenía la preocupación de saber de donde provenía aquella voz, pero caminar le ayudaba a tranquilizarse y no pensar en alguna conclusión fea.
Después de media hora de estar fuera de su cama, la chica miró a todos lados rendida.
- Bien… parece que no está en ningún lado… - después dio la vuelta para regresar, pero, al momento de hacerlo, se dio cuenta de algo: - Un momento… ¿En dónde estoy?
Entonces fijo su mirada hacia todo su alrededor, para lograr ubicarse: lo único que vio eran árboles, arbustos… y aquella oscuridad densa que no le dejaba ver absolutamente nada. Misti se confundió totalmente.
- ¡Oh rayos! ¿En dónde estoy? - la preocupación comenzó a llenar su pequeño cuerpo: había prestado tanta atención en tratar de encontrar el origen de aquella voz, que no se había fijado en donde había estado dirigiendo sus pasos - ¿En dónde estoy? ¡Me salí del pueblo! ¡Y ni siquiera me di cuenta!
Antes de que pudiera seguir hablando, y antes de que la preocupación pudiera con ella, sintió algo raro en su espalda, como si fuera una presencia.
Por un momento, tenía miedo de voltear, ya que… vería que podría ser algo malo. Pero la curiosidad pudo con ella: rápidamente se volteó para ver lo que había detrás de ellas, pero fue mayor la sorpresa que obtuvo: sus ojos, deestar llenos de miedo, pasaron a estar… más iluminados que antes. La chica vio algo que la dejo totalmente embobada, y tan solo se quedó mirando aquello largamente.
- Que… hermoso…
…
La caravana de Lúmina seguía avanzando; a pesar de las adversidades climáticas y del terreno en donde se movían, el bosque, todos los Digimons que vivieron en el castillo de JunoKazemon seguían moviéndose, con la esperanza de llegar a la dichosa Ciudad Sagrada.
Ya llevaban, en total, una semana de viaje. Una larga semana, caminando durante todo el día y durmiendo en la noche, alojándose un par de horas en algún lugar cómodo en el bosque en donde estaban, durmiendo bajo grandes acumulaciones de árboles para evitar ataques de algún demonio, u cualquier otro enemigo que anduviera por ahí…
En esa semana Lúmina había logrado recuperarse de sus heridas del primer combate que tuvo en el Digital World, contra Murmukusmon. Ya había logrado pararse de esa camilla, y poder acostumbrarse nuevamente a caminar. Sin embargo, seguía notando algunos cambios en ella: el dolor, que anteriormente había disminuido, nuevamente había bajado su intensidad, pero aún permanecía.
También notó una gran diferencia en su estatura: a pesar de que solo había crecido un centímetro más, su cuerpo notaba ese cambio al no poder mantener de buena manera el equilibrio. Y, todo su cuerpo lo sentía pesado, no de fatiga sino de peso, o mejor dicho de masa corporal: se sentía más pesada de cuando había llegado al Digital World hace… como mes y medio…
También, a pesar de llevar tan poco tiempo en el Digital World, alcanzo a notar otro cambio más: su cabello había crecido, por lo menos, 2 centímetros más; se había dado cuenta de eso un par de días después de salir del castillo de JunoKazemon.
En esencia, esos han sido los mayores cambios que la chica notó en sí misma. Y aún seguía sin encontrar una explicación lógica a todo eso, así que en vez de pensar en aquellas cuestiones prefería centrarse en el viaje que tenían por delante: llegar a la Ciudad Sagrada, para protegerse de algún nuevo ataque, por parte de los demonios, que podrían sufrir… o, también tenían que protegerse de quién sea que quisiera cazarlos, hablando con respecto a la razón por la que dejaron el castillo tan prematuramente: los "Elegidos" que fueron a atacar el Castillo…
…
- ¡Bien! - anunció Lúmina, con voz enérgica, mientras todos llegaban hasta la mitad del bosque - Creo que podemos descansar por hoy…
- ¡Muchas gracias! - lanzando un largo y agotador suspiro, todos los Digimons de la caravana se acostaron en el suelo para descansar. Del mismo modo, Lúmina se dejó caer en el suelo, asustando a Sistermon Blanc y a Luminamon.
- ¡Lúmina!
- ¡S-Señorita Lúmina!
- No se preocupen… - les dijo Lúmina - Tan solo… estoy muy cansada… y quiero dormir…
- ¡Entiendo! - dijo con entusiasmo Luminamon - ¡Y-Yo me encargaré de buscarle comida para que pueda reposar!
- Mejor… - le dijo Lúmina - ¿Crees que puedas buscar comida para todos?
- ¡! ¡Entendido, señorita! - la pequeña Digimon levantó vuelo, y rápidamente se internó en el bosque.
- Entonces… yo me quedaré a hacer guardia… - Sistermon Blanc tranquilamente tomó asiento a un lado de Lúmina. Entonces, la chica repusó, con voz melancólica.
- Lo siento… Yo debía de hacer la guardia esta noche…
- No te preocupes, Lúmina - le respondió la Digimon de manera amable - Tu cuerpo aún no se acostumbra a toda la cantidad de datos que fluyen aquí. En cuanto te sientas mejor, podrás hacer la guardia…
- Pero|
- Nada de peros - insistió Blanc - Hasta que te sientas mejor.
- … Okey… - sin más remedio, la chica tuvo que aceptar las condiciones de Blanc. Después, sacó otro tema de conversación - Oye, ¿En cuanto tiempo llegaremos a la Ciudad Sagrada?
- No lo sé… - respondió Sistermon Blanc - ¿Tu Digivice ya te ha mostrado el mapa?
- No… todavía no… - la chica sacó su Digivice de su bolsillo, el cual tenía su pantalla apagada, para mirarlo detenidamente.
- … Entonces… creo que sería mejor quedarnos aquí por un tiempo…
- ¿Tú crees? - le preguntó Lúmina - Pero tu hermana y May… nos dijeron que fuéramos a la Ciudad Sagrada…
- Si. Podemos quedarnos a descansar, en lo que te aparece el mapa a la Ciudad… también, yo creo que debemos esperar a mi hermana y a May… se quedaron peleando contra esos Elegidos oscuros.
- ¿Y crees que ahora nos estén buscando? - « De hecho… » pensó la Elegida « ¿Es probable que… sigan vivas?… »
- Si… ¡Es muy probable que estén perdidas, y tal vez asustados y solas…!
- Según lo recuerdo… May tiene un ejército de Digimons…
- … Cierto… ¡Pero, es muy probable que estén perdidas en el bosque!… ¡Debemos esperarlas!
- O… tal vez podríamos ir a buscarlas…
Las palabras de Lúmina animaron a Blanc.
- Si… podríamos ir a buscarlas… - después de pensarlo un largo rato, su cara se redujo a una expresión de tristeza - Pero… ellos. Todos quienes vienen con nosotros… se quedarían solos y sin protección…
- Oye… - comenzó la chica, hablando a modo de susurro para que los demás no le oigan - No es por mostrar egoísmo, pero, ¿No pueden defenderse por sí mismos?
- … Tal vez podrían. Pero… ¿Y si les pasa los mismo que a las Kazemon que trataron de protegerte?…
- … - Lúmina entonces guardó silencio. No había sido una experiencia bonita recordar lo que le había pasado a las Kazemon cuando trataron de protegerla de Murmukusmon el día que llegó al castillo. Y tenía razón Blanc: aún cuando pudieran defenderse, tal vez les pasaría lo mismo que a ellas, y todo lo que estaban haciendo, su viaje a la Ciudad Sagrada, sería entonces un desperdicio de tiempo. - Supongo… que tienes razón…
- Y-Ya regresé… - del mismo lado por el que se había ido, la pequeña Digimon regresó con el grupo.
- ¡! Hola Luminamon… - le saludo de forma natural Lúmina. Entonces, la chica, junto con su compañera Digimon, se dieron cuenta de algo - Espera… ¿No se supone que traerias comida para todos? - Luminamon había regresado con las manos vacías, y aparte traía una cara pálida, lo cual preocupó a Blanc.
- Luminamon… ¿Qué tienes? Te ves… muy pálida…
- ¡! O-Oh, si… eso es… p-porque…
- Porque nosotros aparecimos…
Detrás de Luminamon, surgió un pequeño grupo de 5 Digimons, que eran muy diferentes entre sí: uno tenía apariencia de León, otro de una chica vestida de flores, otro muy chaparro y de forma esférica, otro como un hombre mitad insecto, y el último tenía forma humanoide, pero era muy alto y tenía un cuerpo "grotesco". Lúmina y Sistermon Blanc se asustaron mucho al ver al grupo.
- ¡! ¿Ustedes… quiénes son?…
- Somos el grupo BAN-TYO. - habló el Digimon con firma de león - Conformado por nosotros 6: BanchouLillymon, BanchouMamemon, BanchouGolemon, BanchouStingmon, y su servidor, BanchouLeomon…
- ¿6? Yo solo veo 5… - dijo inocentemente Sistermon Blanc.
- Y, por nuestra líder… - complementó de manera alegre la chica referida como BanchouLillymon.
Detrás del grupo BAN-TYO, apareció una chica con una vestimenta del mismo color, pero diferentes prendas de vestir: una camisa de manga larga, una faldade tamaño mediano, con calcetines que llegaban a la mitad de su pantorrilla. La única cosa que difería en el color con todo su atuendo era un moño que cargaba en el cuello que era de azul turquesa. La chica miró con mucha seriedad a las Digimons y a Lúmina, antes de decir sus siguientes palabras.
- Hola… me llamo Yuine, y, tal como lo dijo BanchouLillymon, yo soy la líder del grupo BAN-TYO…
« Oh no… » pensaron Lúmina y Blanc al mismo tiempo.
- Y, por lo que veo… Justamente encontramos lo que estábamos buscando…
…
Dedicado a CuteMeliJones
ASFD
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