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Capítulo III

Después de varias horas de estar en medio de la celebración, los Cutemon y Babydmon se quedaron dormidos, y, con la ayuda de los Elegidos, Lillymon, Ginkakumon y sus amigos lograron dejarlos a todos en sus camas.

También se habían quedado dormidos Valeria, Heishi, Mizuki, Misti, Nikoru, Sol, Takeshi, Maya... en fin, casi todos los Elegidos, a excepción de Tsuyo, Merrick, Yami y Taiki. Y los que quedaron despiertos se quedaron junto a la fogata mientras hablaban con Ginkakumon y los demás que vivían en la aldea.

- Bueno... Me gustaría mucho expresarles la gratitud que siento en este momento... - empezó a hablar Ginkakumon, mientras en su lado izquierdo se hallaba Lillymon dormida sobre él - ¡Realmente me siento agradecido!

- ¡Todos sentimos lo mismo! - continuó Leomon - ¡Lillymon, Paledramon, Panjyamon, Meramon, Ginakumon y yo sentimos eso!

- Durante mucho tiempo, Gabumon estuvo prometiéndonos que, un día, llegarían los Elegidos de JunoKazemon, la benévola Diosa del Viento; nos prometió que llegarían, para librar al Digital World de la guerra que estaba empezando a surgir, por la oscuridad que el Inframundo Digital comenzaba a liberar... ¡Que un día vendrían ustedes a salvarnos!

- Pues... - Taiki sonrió con una mueca sincera - Me alegra saber que haya quienes estaban esperándonos con tantas ansias...

- ¡Claro que si! ¡Salvarán a nuestro mundo del caos y la ruina!

- Okey, pero... - comenzó Yami, mientras pensaba: « Si no mal recuerdo, Gabumon nos había dicho que esto de los Elegidos, la búsqueda de JunoKazemon, y esto... Todo esto se había quedado en el lugar donde ellos estaban, ¿No?... la predicción, el entrenamiento, la elección, y todo lo demás... No recuerdo que haya mencionado que alguien más conoce sobre esto... » - ¿Cómo es que saben sobre todo esto?...

- Gabumon nos lo ha dicho...

- No; o sea, si, pero... - « ¿Cómo es que saben ustedes de esto, si se supone que... en ningún momento, Gabumon nos mencionó que los demonios habían atacado el Digital World? Solo nos dijeron que los Dioses se vieron amenazados... Es más; ni siquiera recuerdo el momento en que mencionó cómo pasaron de ser llamados "Dioses del Digital World" a estas pequeñas figuras digitales... » - ¿Acaso... hubo algún ataque de los demonios, cerca de aquí, o escucharon noticias de una guerra protagonizada por los demonios, o algo así?

- Pues… - comenzó Panjyamon, pero se vio interrumpido por Meramon.

- Una jauría de Jawmons, muy cercana a aquí, confirma eso...

- ¿? ¿"Yaumons"? ¿Qué es eso? - los chicos estaban confundidos.

- Los Jawmons son... demonios de guerra - comenzó a explicar Leomon - Últimamente hemos visto que han estado merodeando por todas partes...

- Una plaga de pequeños demonios que destruyen todo a su paso... Y que pronto estarán aquí...

- ¿Qué?

- Si - explicó Ginkakumon - nosotros 6 estábamos afuera investigando sobre un pequeño Babydmon que se perdió... Y, encontramos su cadáver, y, a un par de metros, hallamos una jauría completa de Jawmons...

- Basándonos en lo que hemos visto desde hace meses - continuó Panjyamon - Es muy probable que lleguen al campamento en un par de días...

- … - los Elegidos tan solo se quedaron en silencio, mientras Ginkakumon y los demás Digimons seguían explicándoles la situación. Tsuyo, mientras oía todo, mantenía una postura pensativa.

- Esta noche... quería hablar con Lillymon sobre el asunto... - comentó Ginkakimon, mientras acariciaba la cabeza de la Digimon con suavidad - De que, es muy probable que, mañana temprano, tengamos que mudarnos a otro sitio...

- ¿En serio? - hablaron los chicos por primera vez.

- Si, así es.

- Junto con todos los pequeños que viven aquí... Y, aún así, no es confiable la idea de que podamos salir vivos: si nos llegan a encontrar en el camino, sería nuestro fin…

- ¡No lo permitiré!

Tsuyo habló fuerte y claro entre la reunión que se estaba dando, llamando la atención de todos.

- ¡No permitiré que un ejército de demonios llegue hasta este lugar a matar a estos... pequeños e indefensos Digimons! ¡No lo permitiré: nosotros protegeremos la aldea!

Todos estaban viendo con asombro al chico; todos a excepción de Coronamon, quien rodó los ojos y miró hacia otro lado, mientras pensaba: « ¡No lo puedo creer! ¡Realmente no lo puedo creer! Ya estamos en el Digital World; ya sabemos nuestra misión; ya lo sabemos todo... ¡Y, aún así, a Tsuyo solo le importa salvar a estos... simples Mortales! ¡En este momento deberíamos estar marchando hacia Puerta del Infierno, para derrotar a todos los demonios, a los Royal Lords, y a todo aquel que se enfrente a nosotros en nuestro camino! »

Taiki, al ver el acto que acababa de hacer Tsuyo, tan solo sonrió de lado.

- ¡! ¡Muchas gracias, joven Elegido! - dijo con alegría Meramon.

- No tiene que agradecerme, ¡Nuestra misión es ayudarlos y salvarlos del Inframundo Digital! ¡Y es lo que haremos!

Yami seguía mirando todo con cierto toque de desconfianza.

« Todo esto me parece... raro. Gabumon tan solo nos ha dicho todo sobre cómo los demonios y el Inframundo atacaron a su Reino para destruirlos... pero, no nos dijo nada sobre un posible ataque en el Digital World. Hay algo aquí que... no está del todo bien... Y, ellos no respondieron del todo la pregunta que les hice… »

Pero, mientras los chicos hablaban y Yami dudaba, Taiki también tenía sus propios pensamientos en la cabeza.

« Todo esto. El Digital World, las leyes que hay aquí, su comportamiento los unos con los otros... es completamente distinto a lo que vi cuando vine aquí por primera vez... me gustaría conocer más cosas sobre el Digital World, pero... tenemos una misión, que debemos cumplir, para que todo este en paz y equilibrio... »

...

A mitad de la noche, los Jawmons se despertaron del sueño que habían contemplado los Digimons de la aldea anteriormente. Y, listos para ir a cazar y a buscar a los Elegidos de JunoKazemon, según las órdenes de LockDownmon. Entonces, se levantaron y de inmediato comenzaron a olfatear y buscar en el bosque.

La enorme jauría decidió realizar una rutina de inicio: un grupo, no mayor a 25 Jawmons, salieron del espacio en dónde dormían todos, para comenzar a buscar en la zona; los demás apenas comenzaban a despertarse y a calentar sus cuerpos, y en cuanto uno ya estaba lo suficientemente activo como para empezar a trabajar, entonces salía del nido y comenzaba a correr detrás de los primeros.

Así, poco a poco, la jauría de cientos de perros empezó a salir en la oscuridad, olfateando todo a su alrededor y activando luces en sus ojos para mirar con mayor claridad. De vez en cuando, uno que otro se trepaba a un árbol, hurgaba en las ramas que parecían solidas y saltaban desde arriba al confirmar que no había nada ni nadie. Otra veces, los que trepaban árboles se paraban sobre ramas que no eran tan firmes; por lo que la mismas se rompían y los perros caían con sonoros golpes secos sobre el suelo. Una vez caídos, solo se levantaban, se sacudían de su caída, y continuaban con su misión.

En varias ocasiones, cuando varios perros estaban olfateando un cierto lugar (ya sea arbustos, malezas, hoyos en árboles o en el suelo, o sobre los árboles) el silencio de la noche, tal que se podía escuchar los olfatidos de los perros con bastante claridad, se veía interrumpido por un largo y sonoro aullido. Entonces, los Jawmons dejaban lo que estaban haciendo, levantaban las cabezas y oían con mas claridad, esperando un segundo aullido, el cual era una forma de decir "Hallé algo"; en cambio, si el aullido era uno solo y después no había nada más de ruido, indicaría un "Falsa alarma".

Por último, si en vez de escuchar un aullido, se escuchaban varios ladridos sonoros y violentos, habían 2 significados: "Vengan, lo(s) he/hemos encontrado", y este solo lo usaban cuando estaban en alguna misión. Pero, si no estaban en una, o si los ladridos comenzaban a subir de nivel, el significado era otro: "Vengan, tenemos comida fresca". Aquella era la instrucción que los Jawmons conocían muy bien para ir a atacar, para reunirse en multitudes de cientos, miles y millones, e ir a devoran un lugar hasta que no queden huesos que roer ni cuerpos que morder.

Entonces, los Jawmons, en cuanto escucharon el aullido, se quedaron en silencio, sin hacer absolutamente nada, y prestaron oído ante la posibilidad de un segundo aullido, el cual llegó un par de segundos después del primero. Con ello, todos los perros comenzaron a correr hacia el lugar de dónde había salido los aullidos. Ellos, aparte fe usar uno, 2 aullidos o ladridos violentos, también tenían una forma de localización: si llegaban a usar los 2 aullidos para confirmar algo, entonces usaban un tercero para saber exactamente de donde habían salido los 2 primeros; así que, mientras las jaurías pequeñas comenzaban a juntarse, para confirmar los 2 aullidos y continuar la marcha, el tercer aullido, el de la localización, sonó en el aire nocturno; con esto, todos prestaron atención para conocer de donde estaba saliendo.

Todos se dieron cuenta de que, el tercer aullido estaba saliendo de, aproximadamente, medio kilómetro lejos de donde estaba su nido, y comenzaron a cortar hacia el lugar.

En cuanto llegaron, uno tras otro debido a la lejanía con que se encontraban todos, vieron la escena para la que habían sido llamados: un grupo de 5 Jawmons había "capturado" a un par de Digimons con apariencia de dinosaurios azules con plumas blancas en las cabezas. Los 2 estaban muy asustados, mientras veían a los Jawmons caminar alrededor de ellos, lentamente, y con miradas asesinas.

- ¡T-Te lo dije! - dijo desesperadamente uno de los dinosaurios - ¡No debíamos viajar hacia el castillo a estas horas!

- ¡¿Y qué?! ¡¿Crees que íbamos a quedarnos en ese desierto, estando completamente expuestos?! ¡No! Bien podíamos viajar de noche, encontrar una aldea pérdida, y después seguir hasta el refugio de JunoKazemon…

- ¿Y que te hace pensar que hay alguna "aldea pérdida" cerca de aquí?

Los Jawmons se agruparon, hasta formar un círculo en el cual el par de dinosaurios se hallaban en el centro.

- ¡Oh no! Estamos muertos… ¡Estamos muertos!

- ¡Hey! - el segundo calló al primero - Si no hablamos tanto, ni hacemos nada malo… tal vez nos perdonen y dejen ir…

- ¿? ¿Estás seguro?

- Si; a un amigo mío le pasó lo mismo. Unos Jawmons lo acorralaron, y después de revisarlo, se fueron corriendo…

- ¡! Tal vez tengas razón…

Un Jawmon, el primero que descubrió a la pareja de dinosaurios, se adentro en el círculo y se sentó frente a los Digimons. Su apariencia era distinta a la de los otros: todos eran de color plateado oscuro, mientras que éste era de color vino con brillo metálico, y también tenía una pequeña melena de color blanco sobre su cabeza y cuello.

- ¿? ¿Qué va a hacer?

Aquel levantó su cabeza, y debajo de esta salió una luz que formó un pequeño holograma en el suelo: un hombre que parecía estar hecho de metal completamente rojo; en su brazo izquierdo tenía una esfera verde, mientras que en su mano izquierda había un báculo de metal azul oscuro. Tenia un único ojo, de color azul, y en su pecho había una armadura muy peculiar: un rostro humano, completamente blanco, a excepción de su par de ojos azules, con alas saliendo de los lados de la cara y sirviendo de armadura decorativa en los hombros. El hombre no parecía estar contento.

- ¿? ¿Qué son estas horas de hacer una llamada, Alpha-Jawmon?

- Señor AeroDaemon - el perro soltó una grabación, la cual parecía ser su voz - Encontramos a este par de Allomons andando en el bosque. Al parecer se dirigían al Castillo de JunoKazemon; por ello, tenemos la sospecha de que forman parte de los Elegidos que nos encargaron encontrar…

- ¿¡ ?! - « Ese Jawmon… ¡habló! » El primero estaba asustado, pero el otro tenía duda en su rostro.

- … - « Están buscando… ¿Elegidos?… ¿Elegidos de qué o qué? »

El holograma volteó la mirada para inspeccionar a los Allomon. Estuvo largo rato mirándolos, lo cual preocupó a la pareja, y al cabo de que terminó de examinarlos, se dirigió hacia el Alpha-Jawmon.

- Falsa alarma, Alpha-Jawmon. Estos no son los que buscamos.

- ¡! « ¡Ufff! De la que nos salvamos… »

- Pero, lamentablemente ahora conocen parte de nuestros planes. - los Allomon se asustaron al oír esas palabras. Y más aún con las últimas que dijo, antes de que desapareciera su holograma - Elimínenlos…

- ¿¡Ehhh!?

- Entendido... - en cuanto el holograma se fue, el perro tomó posición de pelea, mientras que los demás a su alrededor entendieron el concepto y también tomaron posiciones de querer pelear. Pero, más que de pelear, esas posiciones representaban otro elemento: deseo de matar. Los Allomon vieron con miedo a los perro salvajes al darse cuenta de que estaban a punto de morir, y lo único que pudieron hacer en ese momento fue tratar de clamar y suplicar por sus vidas.

- ¡No! ¡Por favor déjenos vivir! ¡Simplemente llegamos hasta acá por pura caualidas! ¡Por favor, apiédense de nosotros, y dejen nos vivir!

- No… ¡Por favor! ¡Nosotros no sabemos nada de los "Elegidos" de lo que sea! ¡Somos inocentes!

- ¡T-Tampoco le diremos nada a nadie! ¡Lo juramos! ¡Les juramos que no le|

El dinosaurio ya no pudo terminar su frase: en el mismo segundo en que estaba terminando de hablar, el Alpha-Jawmon se abalanzó sobre su cara, y sin piedad alguna comenzó a morder su cabeza, triturándola mediante sus afilados y numerosos dientes de metal. El primer Allomon solo pudo ver, con un completo horror inundando su mirada, como su compañero era horriblemente masacrado en frente de sus ojos. Y con mayor miedo levanto la vista, para toparse con hordas de cientos y miles de Jawmons se abalanzaban sobre él.

Y un desgarrador festín de sangre dio lugar en esos segundos: los Jawmons comenzaron con la cabeza del Allomon, los que estaban enfrente; los que estaban detrás del par fueron por la cola y la piernas, sobre ambos dinosaurios. Todos estaban desgarrando a los Allomon, sin importar si ya estaban muertos, inconscientes por el dolor de las mordidas o aun vivos y conscientes de ello; cada uno arrancaba un pedazo del dinosaurio que le había tocado, y se alejaba un poco para comerse tal pedazo. Unas pocas veces se peleaban los perros entre si al ver que no había suficiente para todos, pero no pasaba de un par de ladridos y mordidas agresivas. Al cabo de unos minutos, los Allomon solo eran pedazos de datos manifestados como carne fresca para los perros. Y, aun cuando ya no había que atacar, los Jawmons seguían reunidos ahí solo para comer las sobras, roer algunos huesos o robarle a un compañero.

Encima del pequeño "hoyo" de tierra en donde estaban reunidos los Jawmons, apareció una sombra: pequeña, con la misma forma de dinosaurio de los Allomon pero más pequeña: su cara era grande, demasiado para su cuerpo; se podían ver que una largas y gordas garras decoraban tanto sus manos como sus pies. De tal criatura, lo único que se podía ver y confirmar con total seguridad era su par de ojos verde esmeralda, con una mirada seria y, hasta cierto punto, agresiva.

En cuanto el primer Jawmon se dio cuenta de su presencia, comenzó a ladrarle a sus compañeros para que también lo vieran. Y en pocos segundos, todos habían cambiado su punto de atención hacia la nueva figura que estaba mirando a los perros en su festín.

- Hmph… - la sombra resopló con decepción - solos son… un montón de perros asquerosos…

Alpha-Jawmon, después de un largo rato de observar a la sombra, comenzó a lanzar un gruñido, aterrador y violento que incitaba al ataque. Los demás Jawmons lo acompañaron en su gruñido, mientras que muchos otros empezaban el llamado especial: lanzar ladridos sonoros, para que los Jawmons que estuvieran en la zona los escucharan y atendieran a su llamado. Entonces, la sombra suspiró, nuevamente con el tono con el que había resoplado.

- Increíble… apenas me ven, y ya me desean… - con un ladrido de Alpha-Jawmon, todos los demás corrieron a abalanzarse sobre la sombra - Es inevitable… soy el Gran ApolloGreymon; el Digimon Bestia del poderoso Dios del Fuego - se envolvió en una esfera digital y de ella apareció un guerrero color rojo con armadura de dragón - Y ahora, los destruiré, ¡A todos y cada uno de ustedes! - en su mano se materializó una espada plateada, la cual con tan solo blandirla elimino a gran parte de los Jawmons que se abalanzaban sobre el, partiéndolos por la mitad y regando los pedazos metálicos en medio del bosque - ¡A ver si así se me quita este maldito aburrimiento!

El chico abrió los ojos con pesadez, y vio que era Coronamon quien tanto estaba moviéndolo. Tsuyo se sorprendio.

- ¿? ¿Coronamon? ¿Qué pasa?

- Gabumon quiere hablar contigo. - la respuesta cortante del Digimon arruinó todas las expectativas positivas que el chico se había podido formular en tan solo unos cuantos segundos.

El chico se levantó de su sitio, y halló a Merrick y Akari con su mochilas montadas en sus espaldas, y Gabumon estaba parado en el suelo. En cuanto vio a Tsuyo, se dirigió hacia el chico.

- ¡Tsuyo! ¡Debo hablar sobre algo con usted!

- ¿Y… de qué se trata eso? - la mirada del Elegido y un bostezo que salió lenta y silenciosamente revelaban que el chico aun seguía dormido, pero la siguientes palabras del Digimon sabio hicieron que despertara completamente.

- Prepara tus cosas. Debemos ir al Castillo de JunoKazemon…

- ¡! ¡¿Qué?! ¿Para qué o qué?

- Ya llegamos al Digital World, y tenemos en claro nuestro objetivo, pero aun no sabemos por donde empezar, y es JunoKazemon quien organizó todo el plan para llamarlos a ustedes a nuestro mundo, así que hay que buscarla para conocer más detalles.

- ¿? ¿No se supone que tu sabes todo, que nos explicaste sobre nuestro propósito?

- Si; sin embargo, hay cosas que JunoKazemon sabe y yo no, como por ejemplo: ella ha estado más tiempo con su forma divina en el Digital World, ha estado en mayor contacto con este mundo durante toda la invasión, y también sabe que tan agresiva ha sido la invasion de los demonios…

- ¿? ¿O sea…?

- O sea: si la invasión ha sido a gran escala… o apenas está empezando…

- ¿No habías dicho que la invasión, el ataque de los demonios o esas cosas fue hace años?

- Aquello fue desde nuestra perspectiva en el Reino Celestial, y lo que vimos fue la Traición de nuestro emperador: al parecer, la oscuridad del Inframundo influyó en el, y por ello nos atacó y vetó del Cielo; después de ello, los demonios comenzaron a perseguirnos y a cazarnos. Eso… fue lo último que supe, antes de ocultarme en esta aldea. Pero, como ya le dije, JunoKazemon es quien más tiempo ha pasado en el Digital World; ella sabe más a fondo sobre lo que ha pasado en todo este tiempo…

- Entonces…|

- ¡No! - Coronamon con cara de molestia interrumpió las palabras de Tsuyo - ¡Nada de dudas extras de último momento! ¡Iremos al Castillo de JunoKazemon, nos reuniremos con ella, y así seguiremos con la misión para la que tienes ese Digivice en tus manos: destruir el Inframundo Digital!

- ¡! ¡No! - Tsuyo le recriminó, con el mismo tono de violencia con que el Digimon se había dirigido - ¡Ayer mismo les dije a Ginkakumon y los demás que los protegeríamos del ataque de los Jawmons, que será el día de mañana! ¡Se los prometí, y no pienso romper esa promesa!

- ¡Argh! ¡No! - Coronamon le respondió del mismo modo - ¡No me vengas con una frase tan estúpida como "hice una promesa y la cumpliré"! ¡Estas estupideces no nos servirán para derrotar al Inframundo Digital! ¡Así que nada de promesas extras! Y, si vas a andar prometiendo cosas… ¡Entonces promete que destruirás al Inframundo Digital!

- ¡! ¡¿Y por qué tienes tienes que mostrar ese rencor hacia las promesas?! ¡Dime!… y, además, ¿¡Por qué solo te preocupas por lo que te pasó a ti?! ¡¿Por qué has actuado así desde que nos conocimos?

- ¡! ¡Y tu dime! ¿Por qué te fascina hacer promesas? ¡¿Por qué primero hiciste esa promesa antes de pensar en lo que debes de cumplir?!

- ¡Cálmense los 2! - Merrick se interpuso entre los 2 chicos - Ya cálmense, o despertarán a todos…

Ambos se dieron cuenta de ello: estaban gritando, en medio del campamento que se supone que estaba dormido. Así que se callaron los 2 y se tranquilizaron.

- Iremos a ver a JunoKaxemon…

- Pero… - Tsuyo siguió replicando con respecto al pueblo - Lillymon y los demás…

- No te angusties Tsuyo - se le acercó Akari a hablar - Sé como te sientes. Conozco a alguien que hace las mismas cosas que tú, ¡E incluso hace más!… - Akari dedicó una mirada tierna al chico, antes de continuar - Pero tiene razón Coronamon. Tal vez no esté usando las palabras ni el tono adecuado, pero tiene razón en algo: ustedes… nosotros tenemos una misión. Y debemos cumplirla… o, algo malo podría llegar a pasar…

- … ¿E-Estás segura?…

- Claro que si.

- Pero… los demás…

- No te preocupes por ellos, ¡Aquí hay como 20 Elegidos más! Si alguien ataca este lugar… estarán bien protegidos…

- … Si, es cierto… - « ¡Claro que si! Cómo… ¿Cómo pude olvidarme de ellos :v? Saben defenderse y atacar, así que no habrá problemas si me voy… Pero… » - Bueno, exactamente, ¿Por qué debo ir yo?

- ¿?

- ¡No es por nada egoísta ni nada de eso! Pero… ¿Por qué debo ser yo quien vaya con ustedes?… Bueno; Gabumon porque estuvo viendo todo esto con JunoKazemon, y|

- ¡Por mi, Tsuyo Kasai! ¡Por mi! - Le gritó por última vez Coronamon, antes de encaminarse hacia el portón de madera que cubría la entrada de la aldea y darle la espalda a todos.

- ¿? ¿Por él?

- Si - respondió Gabumon - Él fue nombrado "líder de los Dioses" cuando todos nosotros nacimos. Así que; en primer lugar, él fue quien debió liderar y empezar esta campaña de Elegidos. Aun así, él es nuestro líder…

- Pero, ¿Por qué lo aceptan como líder, si tiene esa actitud tan pesada?

- Por 2 razones - continuó Gabumon - La primera, porque nuestro ex-emperador, Hyperionmon, así lo ordenó antes de vetarnos…

- Okey… - « Entonces así se llama el dichoso emperador… el que tanto mencionaba Lopmon en nuestro mundo, y del que tanto dicen de "La Traición", nos vetó, y esas cosas… » - ¿Y la otra?…

- La otra razón es que… no siempre fue así. Se volvió así gracias a… Agumon…

- ¿Agumon? ¿Quién es él?

- Lo conocerás; tal vez lo veamos o nos topemos con él en nuestro camino. Pero, en fin: es el compañero bestia de ApolloGreymon…

ASFD

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