31
Wonwoo sonrió maliciosamente cuando encontró a Vernon caminando por los desolados pasillos de la escuela. Sabía que el chico se quedaría hasta tarde aquel día con el único motivo de esperar a Seungkwan, y claro que no iba a perder la oportunidad de confrontarlo de una buena vez.
Dio un paso hacia el frente, dispuesto a salir de su escondite detrás de unos basureros, pero regresó sobre su pisada más rápido de lo que esperó cuando sintió un jalón en su camisa.
—No creo que deberíamos hacer esto —murmuró Mingyu a su lado.
—Si deberíamos. Ahora, sígueme.
—Wonwoo —reprochó el menor con un puchero —, no puedes decirme qué hacer. Deja de tratarme como un cachorro.
El mayor no pudo evitar suspirar. Encaró a su novio y mordió su lengua al mirar sus labios abultados. —Toma mi billetera y ve por un helado.
Mingyu sonrió, fascinado con la idea, y salió de la escuela en una hábil carrera.
Wonwoo salió de su escondite entonces. El chico mixto acababa de entrar a los baños y no dudaba en que saldría pronto. El mayor tronó sus dedos en cuanto Vernon apareció en su radar una vez más.
—¿Wonwoo? —dudó. —¿Qué estás haciendo aquí tan tarde?
Wonwoo lo empujó contra la pared y sus lentes cayeron al piso por el brusco movimiento.
—¿Qué es lo que planeas con el profesor Jihoon? —atacó.
Vernon lo empujó lo suficientemente fuerte como para que lo dejara libre.
—No puedo decirte.
—¡No lo estás negando! ¡Entonces tenía razón! —se jactó, aún impresionado de que el menor no contradijera nada.
—¿En qué tenías razón?
—En dudar de ti —aseguró el mayor.
Vernon miró las suelas de sus zapatos, últimamente mantener el secreto parecía una tarea imposible, y la última vez que trató de revelarle a Jeoghan la verdad, el rubio lo había dejado con las palabras en la boca.
—El profesor Jihoon me pidió decirle todo lo que Jeoghan hacía —admitió con vergüenza.
Wonwoo olvidó que sus lentes continuaban en el piso, así que cuando dio un paso hacia atrás de manera involuntaria acabó aplastándolos con sus zapatos; aunque realmente no le importó.
—¿Lo estabas espiando? ¿Qué?
Vernon se encogió y tragó en seco sin poder evitarlo. —Me prometió que Seungkwan seguiría obteniendo la voz principal en el coro. ¡Pero hace poco le dije que ya no lo haría más! —trató de defenderse ante la atónita mirada del más alto. —Y también traté de decírselo a Jeonghan, pero no me dejó hablar con él.
—¿Estuviste espiando a uno de mis mejores amigos todo este tiempo? —interrumpió Seungkwan de pronto, con los ojos pegados en Vernon. Aparentemente las prácticas de coro habían terminado más temprano aquel día. —¿Cada vez que el profesor me eligió como la voz principal fue porque estabas espiando a Jeonghan? ¡Pensé que tú y yo éramos amigos!
Vernon vaciló y miró a Wonwoo, quien miraba sus lentes destrozados debajo de su suela, quizá buscando alguna manera para poder defenderse. Pero las grandes mejillas del chico ya estaban mojadas por sus lágrimas para ese entonces.
—No era mi intención... —aseguró con la voz quebrada. Dio un paso hacia el frente, pero cuando trató de tocar a Seungkwan fue la mano de Wonwoo la que lo detuvo.
—Wonwoo tenía razón, supongo que en realidad él es más mi amigo de lo que lo fuiste tú.
—Probablemente me despedirán mañana, no sé. A este paso no me importa, no tengo nada más que perder. —Jihoon cerró la puerta de la sala de maestros con seguro después de entrar, y Joshua abrió los ojos, sorprendido del repentino cambio de actitud del hombre.
—¿Jihoon...?
—Ah, la escuela está yendo demasiado lejos —aseguró a la nada. Arrojó un maletín negro y reluciente sobre la mesa y el café de Joshua terminó derramado sobre el piso —. Y mi único método para seguir manteniéndolo vigilado ha dejado de ser efectivo.
Joshua junto sus cejas, extrañado de la persona delante de él. El profesor de piano parecía estar hablando más para sí mismo que para alguien más.
—¿Se encuentra bien? —se atrevió a indagar el mayor.
Jihoon lo miró por un par de segundos antes de contestarle. —Supe que el prefecto Seokmin renunció. —El castaño suspiró y aquello fue el semáforo verde para que Jihoon continuara hablando. —No tardé en atar cabos, así que supongo que se debe a que decidieron no dejar a Yoon Jeonghan y sus problemas en paz.
—Dudo que lo que hayamos hecho o no sea algo que le concierne.
Jihoon medio sonrió. —Echa un vistazo —pidió, señalando el portafolio que, afortunadamente, parecía a prueba de agua.
El profesor de inglés no tardó en hacer lo que le pidió el hombre, demasiado cegado por la curiosidad.
—¿Esto es...? —dejó la pregunta al aire cuando terminó de leer los papeles ahí dentro.
—Con eso debería bastar para abrir una investigación formal del caso —aseguró —. La escuela me hizo hablar con el señor Choi hace un par de días. Pero realmente todo está yendo hasta un nivel absurdo.
—¿El padre de Jeonghan? —las palabras supieron amargas entre los labios de Joshua. A pesar de que Jihoon jamás había sido particularmente de su agrado, no podía evitar intrigarse por sus palabras.
—Suele hacer los depósitos anónimos hacia la escuela. ¿Nunca te preguntaste por qué, a pesar de todos los problemas que causa, Jeonghan no ha sido expulsado? ¿O por qué en sus archivo de la escuela no tiene el mismo apellido que su hermano mayor? Incluso la pregunta tonta de por qué todos los compañeros a su alrededor parecen odiarlo a muerte y ninguna de las autoridades trata de defenderlo a pesar de saberlo.
—Cuando entraste decías algo acerca de mantenerlo vigilado, ¿te referías a Jeonghan? —indagó, olvidando cualquier tipo de formalismo.
—Claro que me refería a él. ¿A quien más? —rechinó sus dientes, demasiado enojado consumo mismo. —Cuando necesitaba un poco más de dinero la escuela no dudó en proponerme ese absurdo trato después de que los en los pasillos se rumoraba acerca de Jeonghan y su profesor de piano. Patético, ¿no? —preguntó burlándose de sí mismo. —Mientras mantuviera un reporte constante al señor Choi de lo que hacía su hijo, ganaría suficiente como para saldar mis adeudos. Esto también explica porqué Seokmin parecía ser el único legítimamente preocupado por su bienestar porque, mientras ninguno de los rumores que decían de Jeonghan saliera de la escuela, al señor Choi no le importaba lo que pasara a su hijo.
—Jamás me agradaste, y creí que yo tampoco te agradaba. ¿Por qué haces esto? —preguntó el mayor, con los trozos de papeles enredados en sus manos y una pequeña alarma repiqueteando en su cabeza.
—No necesito agradarte para ayudarte por una vez. Si te vas a arriesgar en algo, hazlo bien. De cualquier modo, probablemente seguiré los pasos de tu amigo prefecto después de hoy, Jisoo —lo miró mientras regresaba su mano al pomo de la puerta —. Y si yo fuera tú, haría lo mismo. A esa familia no le importa nada que no sea una buena reputación.
heyy, holaa ¡!
estoy escribiendo un mini-fic jihan que es omegaverse, así que quería saber algo; ¿qué aroma creen que podrían tener jeonghan y jisoo? ambos son alfas
evidentemente no soy muy buena con eso de los aromas jajs /ᐠ。‸。ᐟ\
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