Jihoon colgó la llamada apenas la voz del otro lado de la línea dejó de hablar. Se tragó los nervios que tenía y negó con la cabeza. ¿Estaba siendo una mala persona? Pero, ¿cómo podía negarse ante las peticiones absurdas de la escuela cuando necesitaba tanto el dinero que le ofrecían?

De pronto una mancha de cabello rubio invadió su campo visual, invadiendo sus pensamientos, y reconoció a Yoon Jeonghan dirigiéndose hacia el aula de inglés que, si no mal recordaba, debería estar vacía a esa hora.

—Jeonghan —el profesor de piano apresuró el paso hasta llegar a un lado del menor —. Permíteme hablar contigo un segundo.

El menor aferró los libros que cargaba y trató de ignorar al mayor, pero, ante la insistencia, terminó por dejar de caminar para encarar al hombre.

—¿Hablar de qué?

—Hablar —repitió sin realmente contestar.

Jeonghan desvió la mirada hacia la puerta del salón que cada vez parecía más lejana. —No tengo tiempo.

—No tienes clases —insistió Jihoon.

—Pero tampoco tiene tiempo. —Minghao apareció detrás del rubio y el profesor entornó los ojos ante la irrupción. —Ven.

Jeonghan sonrió ladino cuando el chino lo tomó de la muñeca y lo alejó del profesor de piano.

—¿A dónde estamos yendo?

Minghao miró de reojo a su amigo, sin dejar de caminar ni de arrastrarlo de la muñeca en ningún momento.

—Lejos.

—¿Qué tan lejos?

—Estás haciendo muchas preguntas hoy, ¿no?

—¿Estás de malas?

Jeonghan se dejó caer sobre el pasto cuando llegaron a uno de los jardines de la escuela, Minghao se sentó a su lado y Seungkwan y Vernon no tardaron en hacer acto de presencia también.

—¿Dónde está Wonwoo? —indagó Seungkwan al fijarse en los alrededores.

—Seguro está con Mingyu —respondió el chino restándole importancia.

—Últimamente se la pasan pegados —mencionó Vernon arrancando florecitas del pasto que después pasaba a Seungkwan distraídamente.

—Eso es porque son novios —obvió el rubio.

La boca de Seungkwan se abrió de inmediato pero no fue capaz de pronunciar nada. Antes Wonwoo solía contarle todo, pero el chico parecía no estar dispuesto a volver a ser cercano con el menor.

Decidieron no comentar nada más y disfrutar de la hora libre que todos compartían. El silencio nunca había sido algo incómodo entre ellos, inclusive con Vernon ahí todo parecía tan familiar.

—¿Te vas a quedar al taller de coro hoy, Kwannie? —preguntó el menor de todos cuando la falta de sonido comenzaba a irritarlo un poco, estaba acostumbrado a los monólogos que Seungkwan soltaba de la nada cuando estaban juntos.

—Supongo. ¿Por qué? —la mirada del castaño viajó hasta dar con el chino del grupo —¿Te quedarás a pintura tú, Minghao?

El de cabello azabache dejó de prestarle atención a la manera en que los lacios mechones de Jeonghan se mecían con la brisa cuando escuchó su nombre resbalar de los labios de su amigo.

—No lo sé. No quiero encontrarme a Jun o Soon por ahí —admitió.

—¿Por que los evitas? —Jeonghan se recostó por completo boca abajo, manteniendo su cabeza sostenida con ayuda de sus brazos.

—No los evito —defendió Minghao, sin embargo sus orejas sonrojadas lo delataban.

—¡No me digas que alguno se te declaró! —se sorprendió el rubio, pues se le hacía raro encontrar a aquellos tres separados después de haber sido tan unidos los últimos días.

—¡Te pones rojo porque es verdad!, ¿cierto? —señaló Seungkwan pegando un saltito que hizo a Vernon despegarse de su lado.

—Los dos son raros. Ambos me dijeron que les gusto —habló atropellando sus palabras —. ¡Pero ellos igual se gustan! ¿Por qué creerían que me interesaría algo con los dos a la vez? ¡¿Acaso me veo como esa clase de persona?!

Seungkwan dio un sorbo a la botella de agua que guardaba en su mochila evitando tener que responder y Vernon se limitó a reír.

—Si, para serte sincero —se burló Jeonghan y Minghao lo miró indignado.

—No puedes culparlos. Es que ambos son géminis —explicó entre risas Seungkwan tapando de nuevo su botella de agua.

Joshua echó un vistazo al fondo del pasillo, donde Hansol parecía escuchar atentamente aquello que el profesor Lee Jihoon estaba diciéndole. Cuando las miradas de los mayores se encontraron la tensión inundó repentinamente.

El hombre entrecerró los ojos antes de seguir su camino fingiendo no haber visto nada.

—¡Joshua! —El prefecto Seokmin se cruzó frente a él, luciendo apurado.

—Hey —saludó —. ¿Pasa algo?

—¿Puedes recoger a Chan? Regresaré a casa hasta tarde hoy y no quiero dejar a Ryujin cuidándolo sola —excusó —. Puedo pasar a tu apartamento a recogerlo después.

—Claro, pasaré cuando salga —aseguró y Seokmin le sonrió en agradecimiento.

El profesor de la lengua extranjera siguió recorriendo los pasillos con parsimonia, dando miradas de reojo a los salones vacíos. Los únicos que seguían tan tarde en la escuela eran los alumnos con talleres, por eso mismo una media sonrisa ladina se asomó en sus labios al dar con Yoon Jeonghan sentado sobre el piso en la entrega del lugar.

—Te estuve esperando hace un rato —dijo quedito en cuanto llegó a su lado.

El rubio levantó la mirada y sus ojos brillaron an azul serenidad al encontrarse con las facciones suaves del mayor.

—El profesor de piano quería hablar conmigo antes, y acabé siendo arrastrado lejos por Minghao. Lo siento —se disculpó con su labio inferior abultándose.

Joshua se impidió acariciarlo ya que seguían en aquel lugar público y en cambio se atrevió a ofrecerle su mano como apoyo para que Jeonghan se pusiera de pie.

—¿Esperas a tu hermano? —indagó Joshua cuando Jeonghan se levantó.

El chico negó suavemente. —No pasará por mi. Hoy regresaré a casa solo.

El castaño observó el rostro de Jeonghan ensombrecerse ante la sola mención de su hogar.

—Hoy cuidaré a Chan un rato, ¿qué te parece si me ayudas?

Los blancos dientes del rubio se mostraron cuando sonrió ampliamente ante la invitación.

—Me parece buena idea. —Sin siquiera fijarse en los alrededores apresó la mano del mayor y sintió la calidez de inmediato. —¡Extraño ver a Dino!

Atacar a los géminis siendo géminis es mi pasión jajsj (ง '̀-'́) ง

Ojalá tengan bonita semana ♡＾▽＾♡