El insoportable calor era la segunda cosa que más le molestaba a Yoon Jeonghan aquel día, la primera era tener que regresar a clases después de unas extensas y apacibles vacaciones de verano.

—Asegúrate de comportarte —le advirtió su hermano al rubio de tersa piel y hermosos ojos celestes.

—Lo sé, Seungcheol. Deja de preocuparte por mi, no soy un niño —debatió el menor arrebatándole la mochila de sus manos.

—Solo espero que no se repita lo de la última vez —objetó el azabache.

Jeonghan se permitió ignorar al chico y caminó silenciosamente por los pasillos del instituto sin meterse en el camino de nadie. Seungcheol, por su parte, desapareció de la entrada poco después para dirigirse sin más percances hasta su universidad.

—¡Hey, Jeonghan! —Gritó un chico de tercero en cuanto notó al rubio. —¿Está vez no vas a ser el lamebotas oficial del profesor Lee? —se burló con una voz más chillona de lo normal.

Jeonghan se aferró a las asas de su mochila mientras seguía caminando. Solo tenía que ignorarlo y en algún momento todos lo dejarían en paz. Si no lo hacían siempre podía recurrir a la violencia, aunque Seungcheol se molestara una vez más.

—¡Hey, tú! ¿Esta vez vas a cerrar la boca o vas a dejar que te rompa los dientes?

El chico, que pareció encogerse, calló de inmediato en cuanto la calmada voz de Wonwoo resonó por los pasillos.

Jeonghan sonrió de lado y dejó de caminar esperando a que el chico lo alcanzara.

—Cada vez parecen más idiotas —excusó.

—Me alegra saber que mantuvieron la decencia de no romperle la cara a alguien en el primer día —mencionó Minghao entrando de repente a la conversación. Fue tan silencioso que ninguno de los dos chicos lo notó acercarse.

La primera clase que llevaban el lunes era psicología. ¿Quién había decidido darles una clase tan difícil a pobres chicos de 16 años?
Jeonghan creía que el segundo año de la preparatoria era el más complicado, empezando porque era el año en el que debían ir decidiendo un área de especialización —cosa que le parecía absurda cuando eran tan jóvenes— para después elegir una carrera.

El salón estaba casi lleno una vez que entraron, hubiera parecido un tétrico cementerio de no ser por los infantiles gritillos que pegó Boo Seungkwan en cuanto vio a sus amigos por primera vez después de casi dos meses.

—¡Los extrañaba! —dijo mientras trataba de que sus brazos rodearan a los tres chicos al mismo tiempo.

—Tengo una reputación que mantener —Wonwoo se escapó discretamente de los brazos del más bajo y se sentó en el último pupitre del salón.

—También Wonwoo te extrañó —informó Minghao mientras tomaba lugar a un lado del mencionado que desviaba la mirada pero fruncía su entrecejo con disgusto.

—Seguro que si —se río Jeonghan con la intención de sentarse frente a Wonwoo, quien le dió una mirada de advertencia. El rubio terminó frente a Minghao y Seungkwan a su lado.

A media clase un papel golpeó la mejilla de Jeonghan.

"¿Este curso también irás tras el maestro de psicología?"

Encapsuló la nota en su puño tan fuerte como pudo y buscó sin discreción al dueño del papel, sin suerte alguna, pues todos parecían interesados en copiar las palabras exactas que el maestro anotaba sobre el pizarrón. Rechinó los dientes.

La última clase que tenían antes de finalizar el día era lengua extranjera, inglés, en este caso.

Minghao acompañó a sus tres amigos hasta el aula específica pero se aseguró de irse tan pronto como había llegado. Jeonghan no podía evitar tenerle envidia al chino, sabía dos lenguas fluidamente y tomaba clases particulares de japonés mientras se aseguraba de reforzar (casi diariamente) su coreano; el chico parecía saberlo todo y se había librado de las clases de inglés por todo el tiempo que restaba de escuela.

—No me gusta esta clase y nunca entenderé el raro acento del profesor—puchereó Seungkwan dejándose caer en una de las sillas, Wonwoo se sentó a su lado sin pensarlo —. Tendré que pedirle ayuda a Vernon otra vez. —Wonwoo decidió que quería cambiar de lugar una vez más ante la mención del americano, pero para su mala suerte un chico demasiado alto se había asegurado de ocupar el último asiento libre de la clase.

—A ti no te gusta ninguna clase —mencionó Jeonghan —. Con suerte no has reprobado nada.

—No tienes de que preocuparte —interrumpió Soonyoung, un chico paliducho con complejo de tigre, si no mal recordaba Jeonghan —. Escuché que el profesor renunció y tendremos alguien nuevo ahora. Al parecer nadie lograba entenderlo ni siquiera cuando hablaba coreano.

Seungkwan sonrió suavemente y aquel chico volvió a lo que fuera que estuviera haciendo con su celular. A diferencia de Jeonghan, a quien todos parecían odiar, Seungkwan parecía encantar a cualquiera con tan solo su presencia.

Era normal escuchar rumores sobre Jeonghan, Wonwoo y una que otra vez alguno sobre Minghao, sin embargo, Seungkwan siempre parecía estar limpio, su único pecado era juntase con aquellos tres.

Cinco minutos más tarde de lo que debería haber comenzado la clase, un chico entró con cautelo y sospecha, como si estuviera perdido.

Miró al rededor por un momento y cuando Jeonghan creyó que se iría del salón, se presentó.

—Good morning, guys! My name is Jisoo and I'll be your English teacher for this semester.*

*¡Buenos días, chicos! Mi nombre es Jisoo y seré su profesor de inglés por este semestre.